Bienvenida a Hogwarts (1976).
Arlette intento respirar pero en vez de aire, agua entraba a sus pulmones, en eso siente algo entre sus piernas.
Despertó en la orilla del Lago Negro, al parecer la ubicación no fue correcta, agradecía que la historia del Calamar Gigante fuese falsa, a su punto de vista solo él la pudo haber salvado.
Se seco la ropa y emprendió el viaje al castillo, el aire era totalmente diferente.
Estaba cerca de la entrada cuando Hagrid la ve.
—¿Quién eres tú?— Arlette le miro y luego cayó en cuenta que no estaba con los demás alumnos y menos con la ropa.
—No recuerdo.
Hagrid abrió los ojos preocupado.
—Vamos donde Albus, él sabrá que hacer— con eso la pequeña siguió al que a sus ojos era un gigante. En sus años la vejez había atacado al simpático de Hagrid.
—¿Una alumna nueva?— pregunto interesado el Director.
Arlette se mordió la lengua para no empezar a discutir como lo hacía con el cuadro, aun recuerda las -para ella- malas decisiones que tomo Albus.
—Eso creo… no recuerda nada— informo el guardabosques.
—Pues bien… veamos si puedo averiguarlo— Arlette se preocupo de esto último, si buscaban seria obvio que no pertenecía allí.
Pareciendo abrumada de la situación se dejo caer en una silla para dormir.
Hagrid vio como algo cayó de uno de sus bolsillos, tomo las cartas y se las entrego al Director.
“Probablemente usted no sepa de nosotros, no lo culpo, para este minuto debemos estar muertos si nuestra hija está presente en Hogwarts.
Lamentamos traspasar las barreras así como así, sin aviso y todo lo demás pero nuestra vida corre peligro y queremos protegerla.
Nuestra pequeña no asistió a Beauxbatons porque desde antes que naciera nosotros estábamos amenazados, eso sí, tiene el conocimiento de cualquier niño de su edad.
Si busca información de ella no la encontrara en ninguna parte, jamás la inscribimos porque podrían encontrarla, hasta hace poco el hechizo Glamour tuvo que haber desaparecido, no la reconocerán por eso le pido encarecidamente como Padre que la cuide.
Por favor… no me importa que no le ponga un apellido respetado o de clase social alta, solo pido que no averigüe más, y que le permita ser algo, jamás me perdonaría que por nuestros errores mi niña no pueda ser feliz.
Adjuntamos algunas fotos de cómo era.
PD: Porfavor… no le diga nada de nosotros… el hechizo de… debería… por favor… cuídela.”
Después de leer aquella carta Albus observo las fotos, en todas la péqueña sonreía a las personas que la tomaban y se apreciaba que no estaban en un lugar concurrido, al parecer debieron vivir en las afueras, habían tres fotos en diferentes años en donde ella salía en el mismo columpio.
Asegurándose que ella estuviera dormida. Albus le pidió que Hagrid le volviera a contar él como la encontró, después le resumió la carta y entre ambos decidieron que lo mejor sería que se quedara en Hogwarts.
Mando a llamar a los Jefes de Casas y les explico la situación, entre todos prometieron evaluar sus conocimientos y ayudarla si fuese necesario.
McGonagall reviso las fotografías y fue cuando leyó.
—Arlette— la menor empezó a despertar y observo a todos.
Ya todos sabían el nombre de la niña.
—Arlette— hablo Albus —tuviste un accidente y por eso no me recuerdas— empezó a hablar.
—¿Eres mi tío?— pregunto “inocentemente”, jamás permitiría que fuera su abuelo o padre.
Albus asintió —Un accidente en el Londres Muggle…—
—¿Papa y mama?— McGonagall asintió. Arlette bajo la vista reteniendo las lágrimas.
Sprout tomo el sombrero para aligerar el ambiente.
—Ahora estarás estudiando en esta escuela— la menor señalo el sombrero —con esto sabremos a que casa iras—
—¿Casas?— la Jefa de Hufflepuff le resumió la situación y contenta, la menor le pidió el sombrero.
Pasaron cinco minutos en donde el sombrero no se movía ni decía nada. Arlette se estaba preocupando, el sombrero sabia prácticamente todo de ti al ponértelo.
Pasaron otros dos minutos más cuando una voz se escucho.
—Los errores se pagaran con el tiempo, las cosas pueden cambiarse, esta es tu segunda oportunidad… aprovéchala mi pequeña Gryffindor— Arlette respiro tranquila después de esto.
Capto la indirecta del Sombrero y agradecía la promesa implícita de no revelar nada.
—Debo decir que Hufflepuff hubiera sido la casa perfecta… pero creo que me puedo equivocar— Arlette puso los ojos en blanco, la guerra revelo muchas cosas.
—Bien— hablo Albus —aun es tiempo de que entres con tus compañeros— con un movimiento de varita sus ropas cambiaron para tener una capa sin insignia —es mejor si todos ven la selección—
Acompañada de los Profesores y el Director, Arlette empezaría su… ¿En qué año iba a quedar?
Continuara...