No todo está perdido.
Por la forma de ser de Arlette, se ganó rápidamente la confianza de Hermione y Harry. No así de Ronald, quien la miraba extraño, igual que a Lupin y Black. No es que le importase a ella, pero si Weasley decía algo indebido ni Voldemort aliado con Albus lograrían detenerla, ¿para qué meteríamos a Gellert en este saco? Seria básicamente lo mismo. NO.
Conversando con el trió se enteró de los castigos de Umbridge, también los acontecimientos de los cuatro años anteriores de los propios involucrados.
—Es obvio porque te escogió como su igual— dijo Arlette cuando Harry se preguntó —eres un Mestizo— por la mirada que le dirigieron supo que ellos no sabían esa verdad.
—¿Por ser mestizo?
—Eso dijo… Ronald— al parecer el par estaba peleado.
—¿Saben quien se esconde detrás de Voldemort?— Harry asintió.
—Tom Riddle.
—¿Te has preguntado por su origen?— los tres se miraron y negaron.
Iba a responder pero escucharon un extraño ruido y Harry negó, a los segundos aparecieron los gemelos y luego los adultos.
—Pero si son Fred y George— sonrió Pine —cuídense de las explosiones— dijo con un tono sombrío.
—¿Qué insinúas?— salto a la defensiva Molly a lo que su esposo negó.
Arlette iba a responder pero la mirada que le dirigió Sirius la hizo callar. Ron, frunció la nariz molesto, se ganó un codazo por parte de Granger.
—Letty… es hora de subir— dijo Remus mientras pasaba por la entrada de la cocina.
—¿Letty?— pregunto extrañado Harry a lo que su padrino se encogió de hombros.
Arlette tenía una sonrisa en la cara que no se la sacaba nadie.
No podrían terminar la conversación con el trió dorado hasta nuevo aviso. Umbridge estaba siendo un grano en el culo y eso impedía que Potter saliera de Hogwarts, por lo que recordaba, se tardaría sus buenos meses y alguien resultaría herido. Solo los gemelos lograrían que viniera para navidad.
Pero Arlette no olvidaba los detalles venideros por lo que le pidió a Remus una forma de comunicarse con Harry a lo que le prestó el espejo de Sirius.
—¡Había olvidado el espejo!— exclamo Potter.
<<Claro que lo olvidaste… podrías haber hecho tanto…>>
—¿Entonces?— escucho la voz de Hermione.
—Tom es hijo de un muggle llamado Tom Riddle y una bruja llamada Merina Gaunt o algo así pero Gaunt— pudo ver la cara de sorpresa de Potter —creyéndose el hoyo del queque… ¿Su igual? Alguien similar a él en condición. Neville es hijo de magos. Tú de uno junto con una “sangre sucia”— explico el cómo lo veía Voldemort.
—¿Por eso todo esto?
—Es una teoría— comentó.
—Interesante— Arlette observó la puerta y vio a Sirius —Severus te busca— ella asintió y le entregó el espejo a lo que bajo corriendo las escaleras.
—¿Si?— pregunto entrando en la habitación.
—¿Qué sabes?
—Muchas cosas…
—¿Qué tantas?
—Las necesarias.
Arlette sabía a lo que quería llegar Severus y el porqué de retrasar la charla. Si ella sabía, cualquiera podría saberlo.
—Digamos que… la apariencia de alguien, pócimas de Knockturn y buena modulación sirven para aparentar— explicó.
—¿Quién?
—Malfoy… mi querido Sevy— término de decir en el oído del otro —tranquilo que no diré nada pero… necesito un favor— Snape en mucho tiempo, sintió miedo.
Sirius llego a la cocina pero no vio a nadie excepto a Arlette.
—¿Remus?
—Con Severus— respondió antes de llevarse la taza a la boca.
—¿Otra vez…?— gruño y salió de la habitación. Arlette hubiera jurado que si pudiera hacer magia, las cosas abrían explotado.
Pero había olvidado que se encontraba en casa de un Black.
—¡LUPIN!— escucho el grito de Snape.
—¡Sirius!— la advertencia de Remus.
La duda le carcomía, por lo que mordiéndose el labio y caminando con cuidado salió de la cocina y fue a una de las habitaciones en donde Lupin y Snape pasaban últimamente el tiempo. ¿Haciendo qué? quien sabe… pero Black estaba colérico.
—FUERA— no fue técnicamente un gritó pero si un tono que daba miedo por parte de Black.
Arlette se asomó y entendió la situación.
Remus estaba en el piso quejándose y Severus sobre él mientras se sobaba la cabeza, había unos libros desparramados cerca de ellos. Las piernas de Sirius le impedían ver, pero por la posición sus rostros deberían estar muy cerca.
—Anda a convertir en un desv— <<MALA ELECCION DE PALABRAS, DIOSES… ¡Sirius!>>
—Desmaius— el par la miraba con duda y luego vieron el cuerpo de Black.
—Necesito hablar con Papi— sonrió y arrastró el cuerpo de Sirius a otra habitación —mejor que te marches Severus y gracias— fue lo que escucharon un momento después.
—¿Qué creías que resultaría si decías eso?— el tono y la forma eran de una madre reprochándole a su hijo.
—Pero es que…
—No— cortó —esa forma de pensar no sirve, cuidado con las palabras… por la boca muere el pez— dijo a lo que se dirigió hacia la puerta.
—¿Por qué me detuviste?— Sirius no entendía nada de nada y eso lo asustaba, la presencia de Arlette lo descolocaba de varias formas.
—Porque quiero lo mejor para ti… Paddy— con eso salió de la habitación.
Las cosas se aclaraban pero a la vez se complicaban…
<<¿Qué hago? Sirius cree que eso es de desviados y no me sirve que piense así…>>
—BLACK…— dijo cuando paró abruptamente en el pasillo.
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—¿También eres gay?
Arlette negó —pero… ¿Tienes un problema con… Remus por eso?
—Jamás tendría un problema con Remus— le sonrió. Definitivamente aquí pasaría algo, con intervención o sin intervención.
>>
—¡SIRIUS ORION BLACK!— quizás no fue lo mejor gritarlo cuando los de la orden aparecían para una reunión.
—¿Qué?— preguntó molesto.
—Dijiste… dijiste que jamás tendrías un problema con Remus… tu lo dijiste, no tendrías si Remus fuera GAY— sin darse cuenta sus ojos se pusieron acuosos.
Sirius la vio extraño.
—Pero Remus, no es gay… yo soy gay.
Ambos escucharon como alguien escupía alguna bebida o similar. Arlette pudo ver la cara de poker de Severus.
—Dime que no es verdad— pidió a Snape.
—Es… es… ahora que lo recuerdo…— asintió.
Lo último que vieron, percibieron y escucharon fue el grito de Arlette mientras varios objetos levitaban, la casa se volvía oscura y el aire irrespirable.
—¡ALBUS PERCIVAL WULFRIC BRIAN DUMBLEDORE!… ¡VIEJO METICHE!—
Luego vieron a Arlette dirigirse a la chimenea.
—Lo voy a matar… juro que lo matare— decía furibunda.
—¿A quién?— pregunto Molly, ahora más asustada que nunca de la “visita”.
—¡AL ESTUPIDO BIEN MAYOR!— gritó y tomo polvos flu.
—DETENTE— dijo Remus.
—¿Qué?— el tono usado por Arlette era una advertencia que si se detuvo, solo seria porque el tema DEBIESE ser IMPORTANTE.
—¿Qué te motivo a ello?
—No tengo tiempo para esto— suspiró —adiós— con eso entró en la chimenea.
Sirius apareció justo en el momento que ella desaparecía.
—¿Cómo lo hizo?— pregunto Tonks.
—Debe tener un gran poder mágico, si logró romper todas las precauciones que puso Albus— opinó Kingsley.
—Demasiado— opino Severus con una imperceptible sonrisa.
—¿Por qué?— interrumpió el silencio que siguió al pequeño dialogo de alguno de los presentes.
Todos miraron a Remus quien esperaba una respuesta por parte de Black.
—¿Lo de gay?— pregunto Severus con sorna cuando en eso palideció —lo… gay…— abrió los ojos y los presentes tuvieron miedo, pocas veces veían expresiones (que no fueran de odio) por parte de Snape.
—¿Qué tiene eso?— pregunto confundida Tonks.
—Cállate mocosa— dijo Severus y se acerco a la chimenea.
—Severus— dijo Remus tomándolo del brazo, algo en su mirada “conmovió” a Snape.
Severus bufó y arrastró a Lupin hacia él mientras hablaba y tiraba los polvos.
Lo único que fue necesario para Black, fue ver él como Severus afirmó a Remus para el mismo dirigirse hacia Hogwarts.
Cuando llego al despacho no había nadie, ningún rastro de Albus, Remus o Arlette.
Salió de allí olvidándose de que era buscado aun por un crimen que no cometió y que podía asustar a los estudiantes y que estos alertaran a sus padres o a los aurores.
Aunque con todo el caos que había, nadie se percataría de su presencia.
Sirius sintió un extraño dèjá vu cuando vio al calamar rodeado de agua flotando fuera de las ventanas de la torre. Lo mismo ocurría con otras personas que no eran exactamente alumnos.
Caminaba cubriéndose lo oídos, las armaduras luchaban en los pasillos mientras las personas de los cuadros cantaban a la vez que los propios cuadros cambiaban de lugar, todo era un caos.
En un momento no sabía si bajo tres pisos sin darse cuenta o seguía cerca del despacho.
Doblo a la derecha y vio como un humo surgía del otro extremo y se acumulaba en el techo, mientras algunos alumnos corrían. A los segundos, del mismo extremo, fuego líquido empezó a quemar todo a su paso, incluido telas y cuadros.
Los pequeños corrían y los personajes hacían lo mismo.
Corrió junto con los otros cuando vio que estaban todos gritando en una esquina. Estaban atrapados, al otro lado del pasillo había hielo solido y la lava se acercaba rápidamente.
Le quito la varita a un niño y se la regreso, el núcleo no le servía. Tomo la de una niña, la movió y sonrió.
Sin más apunto al hielo y un extraño agujero lo atravesó. Bajo corriendo con los niños detrás y vio que algunos hechizo se disparaban de la nada, defendiendo a los pequeños los saco rápidamente de ese pasillo.
Estando en el primer piso vio a Remus al otro lado de la ventana apuntado a una extraña nube negra. Miro extrañado la escena hasta que un rayo cayó cerca de Lupin, luego vio un agujero negro y un sector quemado alrededor.
En eso ve a una manada de centauros y arañas salir del bosque prohibido. Una extraña mutación de arboles que arrojaba fuego por la boca salió detrás de ellos. Lo único que distinguían era una especia de “ALBUS” que decía la… la cosa.
—¿Qué hacemos Albus?— escuchó a Minerva.
Sirius sin pensarlo se acercó a ellos.
—¿Cómo vencen a un baúl que salta como rana?— les preguntó, ellos abren los ojos preocupados de que este allí, justo ahora.
—Ni idea…— respondió un alumno que corrió cerca de ellos, se escondía detrás de Hagrid (quien quería salir a los terrenos), de una silla.
Sirius apuntó a la silla y la puso un encantamiento ilusorio de mosca. El baúl que estaba cerca salto tras la silla mientras la ropa en su interior asemejaba su lengua.
—Son simples bromas, ocupen la lógica de un bromista— les dijo a los adultos.
—¿Cómo sabes?— pregunto Hagrid quien miraba temeroso la cosa en el patio.
—Yo… no lo sé… solo… siento que es así.
A la noche muchos alumnos sufrieron una modificación de memoria, era mejor asegurar que nadie recordara a Sirius.
La mayoría de las cosas que estaban en calma. Exceptó por la frase en el comedor.
“Si Albus no da la cara por sus actos, alguien peor que el heredero de Salazar, Voldemort y el mismísimo Grindewald se alzara…”
Y eso era la cosa más extraña que alguien pudiera leer.
—¿Qué es esto?— decía una descolocada y…
Umbridge estaba solo con ramas cubriendo su cuerpo. Varios sonido como de asco se escucharon.
—Fui atacada por esas bestias del bosque y una cosa casi me mata… me lanzo fuego... ¡FUEGO!— chillo. Iba a decir más cuando leyó el mensaje —¿QUÉ CLASE DE BROMA ES ESTA?—
—No es broma… es una amenaza…— dijo Severus que estaba ayudando a unos jóvenes de su casa.
—¡EXPLICATE!— demando enojada, estaban por salirse chispas de los ojos.
Severus la miró y decidió mejor hablar, así podría ir a vestirse luego, todos los presentes tendrían pesadillas.
—Digamos que el propio Albus tiene enemigos… que quieren respuestas— se fijo en Dumbledore.
Albus dudo, la mirada de Severus decía algo más pero no tenía tiempo. Se paró y se dirigió hacia la puerta del comedor, tenía que encontrarla.
—¿A dónde cree que va?— pregunto Umbridge cuando el Director paso a su lado. Albus ignorándola siguió su camino.
Acción que beneficio a Umbridge, ya hablaría con algunas personas y ella tomaría las riendas de este colegio.
Continuara...