¿Dónde está Black?
Lo último que vio Charlie fue a Tonks correr hacia la chimenea y empujarle. Fue a hablar con Sirius para que le dejaran una habitación. La pelea en su casa fue tan grande que quería marcharse de allí con Percy.
—¿Estás seguro que él quiere eso?— preguntó Remus. La voz de la razón.
—Sinceramente…— le observo y negó —pero no puedo estar allí. Bill está enojado no solo por el incesto— dijo lo último despectivamente. Su hermano le echaba eso en cara cada vez que lo veía —se que ama a Percy, pero si el escogió a Fleur por sobre mi dragón… él lo perdió— sentenció —yo lo amo y no soporto que vea como su familia se separa— se paso la mano por sus cabellos —Quiero un lugar tranquilo y si por mi fuera me lo llevaría a Rumania y lo escondería para que nadie quisiera arrebatármelo, pero él es independiente. Madre es por lo único que no trabaja…—
—Entonces debes ayudarlo y hablar estas cosas entre ambos, las relaciones son de dos… no lo olvides— le aconsejo el lupino.
—Pero… es que… creo que Percy ama a Bill. Es bien parecido no lo niego pero… si en verdad peleara por Percy, no creo ganarle y… no soportaría ver aquello.
—¿A qué viene eso?— pregunto Sirius a Remus.
—Son sus miedos— le susurró.
—¿Le amas?— pregunto el Black.
—No soy como Bill, no he estado con tantas personas… pero reconozco que esto… es más grande, especial y… más fuerte que yo— respondió mirando a los adultos a la cara.
Sirius asintió y tomó a Remus de la mano para sacarlo de la habitación.
Charlie no entendió hasta que observó la puerta y vio parado a Percy.
—¿En verdad me amas tanto?— Charlie le miro como si no fuera a esperar esa pregunta —¿aceptarías que yo trabajara en el Ministerio?— Charlie iba a decir algo pero Percy levanto la mano para detenerlo —trabajaría aquí… en Londres y tu estas en Rumania… ¿Qué pasaría?—
—Te apoyaría— dijo simplemente —si necesito cambiar de trabajo lo hago. Tengo un poco ahorrado y podría ayudarte con los estudios y si no… me las ingeniare— dijo con convicción.
Percy se acercó y lo beso en los labios, suave y lento pero con amor.
—Quiero ir contigo a Rumania, Charlie. Quiero vivir contigo aquí o allá, donde sea pero… contigo.
Charlie no lo pensó más y levantándose tomo a Percy de la cintura para dar vueltas mientras repartía besos en el rostro y cuello de su hermano.
Días después apareció Bill exigiendo llevarse a Percy pero Sirius haciendo uso de la magia de su casa le obligo a regresar. Ese día Charlie salió por trámites y él estaba solo con Percy en la casa.
—Deben hablar con su familia— dijo a Percy después de avisarle que se había ido.
Más tarde apareció Molly. No sabía que había pasado con Bill y necesitaba saber cómo estaba su hijo.
No alcanzo a preguntarle nada, solo lo alcanzo a abrazar cuando llegó Charlie.
—Percy, tengo unas ideas para la casa… creo que podremos dividirnos entre Londres y Ruma…— no dijo nada más. Su Madre estaba presente.
—Mamá…
—¿Qué ocurre? Bill no quiere saber nada de nadie, está muy enojado y descontrolado… El otro día golpeo a Fred y hoy le grito a George… ¿Qué pasó?— preguntó mirando a Charlie.
Le conto todo, incluyendo la conversación con Remus y sus planes a futuro. Molly también les conto lo que ocurría en casa.
—¿Y si los gemelos se vienen un tiempo?
—No creo, ya ustedes viven aquí y Sirius…— empezó cuando en eso ve a Remus.
—Si es por lo gemelos no te hagas problemas, Molly. Arlette vive aquí y aún quedan habitaciones— con eso siguió su camino hacia la cocina.
—¿Cómo esta ella?— preguntó.
Charlie miro a Percy.
—He ayudado a Remus con los cuidados ahora que Sirius debe cartearse con el Ministerio debido a su condena. Sigue mal… cada día empeora pero…— medito sus palabras un momento —es extraño. Como si guardara fuerzas para un momento futuro— terminó por explicar.
—¿Y… Sirius?
—No lo he visto últimamente— miró a su pareja.
—He visto lechuzas. Creo que una es la de Harry y no sé de quien la otra, llevan cartas— era todo lo que sabía.
Percy y Molly se miraron. Estaban nerviosos no solo por su familia, sino también por Sirius, Harry y Arlette.
Percy le llevo una bandeja con comida a Arlette. Kreacher había desaparecido de la vista de todos las últimas dos semanas.
—Gracias— dijo luego de asegurar no dejar nada en el plato. Percy cocinaba delicioso.
—No hay de que— le sonrió.
—Sus hijos estarán felices con tu comida— comentó mientras se palmeaba el estomago.
—No-no-no-nosotros… no… podemos…
—Si lo sé pero… pueden adoptar… ¿no?— le miro y Percy asintió —listo— le dedico una cálida sonrisa.
—Pero es difícil… y más para parejas del mismo sexo— explico —ya no es mal visto la relación, pero no confían en dejar niños a cargo de gente… como nosotros—
—Una clara pena, muchos niños se alegrarían teniendo un padre que trabaja con dragones y un papá que los mime, como tu— Percy no entendió y fue cuando Arlette se señalo junto con la bandeja en donde había un pocillo que anteriormente tenía un delicioso postre —si quieren me pongo en la lista—
Percy se sonrojo y negó varias veces.
—A todo eso… ¿Cómo está Remus?
—Cuidando de Harry y hablando con la orden. El Señor Tenebroso no ha mostrado señales de vida…
—Ya… ¿Sirius?— Percy se encogió de hombros.
—No lo he visto últimamente.
—¿No?— Percy negó —¿Está en su habitación?—
—Creo, no estoy seguro.
—¿Podrías buscarle?— preguntó y Percy asintió para tomar la bandeja y aprovechar al viaje —gracias— le dijo antes de que saliera de la habitación.
Percy le buscó pero no lo encontró en su habitación. Fue a la cocina a dejar las cosas y empezar a revisar las habitaciones.
Llego nuevamente donde Arlette. Al entrar supo que su rostro decía todo. Pine se estaba levantando de la cama.
—Ayúdame a llegar a la chimenea… no sé dónde está ese espejo— dijo molesta de lo último.
—Remus… Percy no lo encuentra— decía a Remus en Hogwarts. Aprovecho y observó el despacho del profesor de DCAO.
—¿No?— dejo de observar el pergamino —imposible que venga a ver a Harry sin avisarnos a alguno de los dos— la miró —preguntare a Harry de todas formas y revisare el mapa… a veces el chucho hace estupideces— trato de sonar relajado y más animado mientras intentaba creer sus propias palabras, pero ambos sabían que era extraño y demasiado sospechoso.
Más tarde apareció Albus en la casa junto con Harry.
—¿Qué pasó?— saltaron al escuchar a Arlette hablar con Remus.
—¿Qué haces aquí?— preguntó el Director nuevamente.
—No ha querido subir hasta no saber— informo Weasley.
—No lo encontramos— soltó Harry —tengo miedo— confesó.
—Tranquilo… no puede desaparecer de la nada.
Las llamas de la chimenea se alteraron y un Remus herido apareció.
—¡¡MOONY!!— gritó Arlette.
—Se donde esta… lo tiene. Lo tiene— decía con lagrimas —Fenrir me lo dijo— y no tuvo que explicar más.
Voldemort tenía a Sirius Black.
Tuvieron que atenderlo. Partes de su cuerpo presentaban dentelladas que era mejor tratar inmediatamente.
—¡¿COMO ES POSIBLE?!— gritaba un histérico Remus Lupin.
—Calma…— decía Arthur.
—¡NO ME PIDAS QUE ME CALME, WEASLEY!— gritó nuevamente. El Lobo se apodero de Remus Lupin.
—Moony— dijo Arlette en advertencia.
—No me digas nada— respondió mostrando los colmillos y con sus ojos completamente dorados.
—Se que quieres ir por él pero no sirve si cometes una estupidez y mueres dejando solo a Paddy— al escuchar lo último logró calmarse sólo un poco.
Todos estaban asustados. El Lobo no aparecía nunca y ahora reclamaba sangre, sin contar que el cambio físico empezaba a notarse.
—Organizamos a unos pocos Aurores… pero no logro contactarme ni con Kingsley, Tonks, Vance y Weasley— dijo ‘Ojo loco’ cuando entro.
—¿Bill?— pregunto Percy quien acompañaba a Arlette. Moody asintió.
Continuara...