¡¡TONKS!!
Sirius despertó e intento distinguir donde estaba, pero la oscuridad era demasiada. Cerró los ojos para acostumbrarlos además de alejar el dolor, concentrarse y olvidarse de los malestares físicos y también alejar el sueño que siempre presentaba al despertar.
Estaba en una celda con barrotes. Unos trapos, al parecer, a su lado y no veía más.
Recordó sus días en Azkaban y trato de convertirse en perro por inercia, pero no pudo. Lo intento nuevamente y nada, siguió varias veces pero obtenía el mismo resultado.
Asustado empezó a revisarse si tenía alguna herida -dolor agudo no sentía, simples malestares- o algún objeto cuando se da cuenta que está desnudo.
Inmediatamente se acerco al montículo de ropa -por suerte lo era- la reviso en medio de la oscuridad y se dio cuenta que era la chaqueta que llevaba cuando envió la carta.
Se puso de espaldas a la pared evitando acercarse a los barrotes. Años en Azkaban le ayudaron a controlar el miedo.
No sabe cuánto tiempo después, pero un ruido lo obligo a estar alerta. Permanece allí fingiendo estar inconsciente. Una persona entra y se dirige a una mesa que no había visto, agradecía la luz proveniente de la otra habitación. El hombre revisa algunas cosas y sale pero antes le dirige una mirada.
—Sigue igual… le diste muy fuerte— reconocería esa voz en cualquier parte. Odiaba al dueño… Greyback.
Despertó y vio un pedazo de pan y agua en una esquina. Nada más, solo eso. Dos veces al día, creía que en la mañana y noche. Llevaba nueve panes cuando la puerta se abre.
Greyback entró en la habitación.
—Tarde en recuperarme… pero quise traerte igual un recuerdo— arrojó un trapo. Con eso se marchó.
Sirius se acercó, sentía un olor metálico… <<Sangre>>
Fenrir seguía en la puerta. Sirius aprovechó y acercando el trapo a luz, lo observó. Era un pedazo de tela de la ropa de Remus.
—Sabes… había olvidado al cachorro ese— escuchó —creo que iré a visitarlo o a… jugar con él— con eso cerró la puerta.
Y todo se volvió a negro.
—Han paso dos días— decía Arlette a Harry.
—Lo peor es que se acerca Luna Llena— Pine se mordió el labio. Sirius no era el único desaparecido.
—¿Crees… crees que Ron y Hermione puedan encontrar a Fletcher?— Harry la miro extrañado —quizás escucho algo o vio algo. Solo… necesitaríamos algún soborno—
—Le daría mi bóveda de Gringotts de ser necesario— dijo Harry mientras buscaba un pergamino.
Al siguiente día esperaban aún una respuesta, no al par junto con Mundungus y Dobby. Además que apareció Kreacher.
—Amito Harry— decía el elfo —Dobby escucho a la amita Hermione hablando del hombre. Dobby lo vio por eso Dobby ayudo. Dobby sabe que busca a Sirius Black—
—Gracias Dobby— le acaricio la cabeza.
—Malditos sangre sucias. Ensuciando la casa de mi ama— dijo Kreacher a lo que Arlette le miró.
—¿Quieres permanecer junto con el retrato?— trato de controlar su enojo. Era una indirecta y advertencia. El elfo siguió hablando mal mientras se dirigía a la habitación con el retrato.
—¿Qué hago aquí?— pregunto Mundungus.
—Quiero saber que pasó— exigió Arlette. Hablo antes siquiera que Harry abriera la boca.
—No sé nada…
—Claro que lo sabes. Sirius Black no está y otros desaparecieron.
—Deben estar en alguna misión… ya saben… como Tonks.
—¿Cómo…?— quiso preguntar Hermione pero Arlette la tomó del hombro y negó.
—No lo creo. Esta cuidando de los objetos en Hogwarts— dijo mientras se acercaba con la varita echando chispas.
—No… da vueltas por el callejón Knockturn. Lo sé, la vi.
—¡Especifica!— gritó con la varita en el cuello de Mundungus.
—Borgin y Burkes. Borgin y Burkes.
Arlette suspiró y se dejo caer en la silla más cercana.
—Manden a buscar a la Orden y a Remus— dijo para luego petrificar a Fletcher y lanzarle un Obliviate.
—¿Qué ocurre?— preguntó Fred.
—Arlette sabe algo— respondió Ron.
—¿Cómo se enteró?— preguntó George.
—Ha estado en la casa todo el tiempo— complemento Fred.
Los adultos entraron, finalizanso con Arlette siendo ayudada por Percy y Remus.
—¿Alguien vio a Tonks? No importa la fecha, ultima vez— observó a todos. Su mirada se detuvo en Charlie que hacia memoria.
—Creo… que cuando vine a hablar con Sirius— le dijo —no estoy seguro, quizás me confundí, no recuerdo bien— se explicó ante la mirada del resto.
—¿Qué pasó?— escucharon a Arlette, pero esta observaba el piso.
—Sirius… hablamos de Hogwarts— Remus se acerco al oído de Arlette y susurro —hablamos con… actos—
Arlette asintió.
—Tonks es el espía y ella se llevó a Sirius. No diré los motivos pero creo que puede andar rondando Hogwarts—
Un gruñido se dejo escuchar.
—O… quizás ya está aquí— opino Fred.
En ese momento apareció Albus seguido de Tonks que ayudaba a Kingsley.
—Fue atacado por Mortífagos— dijo Albus ya que todos veían de forma extraña la escena.
Arlette le ignoro y observó a Remus, este asintió.
—Sabemos donde esta Sirius— dijo Arlette —Severus se consiguió la ubicación. Iremos a rescatarlo ahora—
—¿Irán?— pregunto el Director mientras la observa. Estaba débil.
—Nosotros vamos— se levanto Fred seguido de su gemelo.
—Yo voy— dijo Charlie.
—Nosotros— dijo Hermione por el trió dorado.
—Yo— hablo Remus. Momento que aprovecho Arlette para observar a Tonks.
—Queríamos a Kingsley pero esta herido… Tonks— la llamo —¿podría acompañarnos? Aun estoy débil y no soy de gran ayuda en batalla, pero si de distracción—
—C-claro.
Todos los presentes quedaron en silencio.
—¿A dónde irán?— pregunto Albus. No podía hacer cambiar de parecer a los chicos y no entendía porque ningún adulto quería acompañarlos.
—Gran Hangleton— expuso luego de un momento —la mansión de los Riddle— sin más salió de la habitación.
—Iremos en la noche— escucharon a Remus —prepárense—
—No lo creo…— decía un abatido Albus.
Los adultos se quedaron para contarle la noticia de la que se enteraron horas antes.
—¿Entonces Severus?— Arthur negó.
—No sabemos, si en verdad es allí o no. Arlette los guiara y…— se pasó la mano por la cara.
—No son los únicos asustados— decía Kingsley.
—No debieron dejarlos ir— dijo Moody luego de enterarse de todo.
Había encontrado a Vance en una choza muggle. Estaba herida. La habían atacado, robado la varita y dejado allí. No recordaba nada más, pero Moody creía que la obligaron a pasar información.
La había dejado en San Mungo y vino inmediatamente a informarle al resto para encontrarse con esta noticia.
—¿No sabes nada de Bill?— le pregunto Molly. Ojo loco negó.
Escucharon la chimenea. Percy fue a ver y luego escucharon un gritó ahogado.
Los adultos iban a ir a la habitación cuando aparece Percy ayudando a Severus que traía a Bill herido.
—Estaba bajo el imperio…— dijo para dejarlo apoyado en una silla —¿Dónde está Arlette?—
—En la mansión de los Riddle— respondió Moody.
—Maldición— escupió Severus y salió de la habitación para ir a la chimenea.
Molly estaba atendiendo a su hijo cuando este recobra la conciencia.
Podían ver el miedo y tristeza en los ojos de Bill, quería decir algo, pero las palabras no salían de su boca, solo unos balbuceos inentendibles mientras observaba a su madre. Molly lo abrazo, en ese momento Bill rompió en llanto.
Los miembros de la Orden se asustaron.
¿Qué ocurría?
¿Y qué pasaría con Severus y los otros?
Continuara...