ME MUERO…
Pues sí que era buena haciendo planes. Tonks jamás diría nada de lo ocurrido, pero no así si de eso dependiera de cómo la viera Remus.
Ella sabía de lo que era capaz su abuela, pero también sabia de las desventajas de su persona. Jamás podría competir con quien es la verdadera pareja de Remus.
Y por eso todo esto. Ahora estaba todo dicho.
Tenía una cita con Voldemort y no pensaba llegar tarde.
—No la encuentro— decía Sirius llegando a la chimenea donde estaba Remus contactándose con todos.
Apenas vieron desaparecer a Arlette, corrieron buscando a los demás, ni se arreglaron. Dejaron a Tonks allí sola y activaron las defensas, lo peor sería que ella escapara.
—La tiene… la tiene— decía Sirius.
Remus se acercó y lo abrazo mientras que le acariciaba.
—Tranquilo Paddy… estará bien— trataba de convencer a ambos.
—No, Moony— dijo Sirius mientras negaba —está mal… le queda poco—
—¿Cómo?
Tonks veía desde la puerta. Estaban actuando igual que antes.
—Estos días la he estado cuidado. Está mal, al borde de sus fuerzas… no sobrevivirá una batalla— le decía con lagrimas en los ojos.
Los días que pasó con Arlette, ella le contó de muchas cosas que ocurrían en su casa y pasaron en Hogwarts. Se unieron bastante con esto y aún más con las similitudes de familia, con el tiempo las conversaciones y recuerdos fueron más íntimos, la convivencia sirvió para aclarar la situación que ocurría ahora. Para Sirius era la hija que nunca tendría.
—¿Qué hicieron?— Kinglsey salía de la chimenea —¿QUÉ HICIERON?— se acercó a ellos con la varita en alto.
—Lo que ella nos pidió— dijo Remus.
—VA A MORIR— levanto la voz el jamaiquino.
—Si… podemos… destruir los horrocrux— comentó Black.
—DEBERIAN HABERLO HECHO YA.
—Kinglsey no es el momento…— empezó Remus, pero el otro le ignoro.
—¿No es el momento? Ustedes siguieron con el maldito plan hasta estas alturas. Si ella muere ustedes serán los únicos culpables— se acercó a la puerta y observo a Tonks —los destruiremos ahora. Si quieren ayudar…— dejo el resto en el aire.
Remus no quería porque no estaba seguro. La situación se le escapó de las manos y no ayudaba la sobreprotección de Shacklebolt para con Arlette.
Sirius le tomo la mano y lo jaló.
Esperaba tomar una buena decisión.
Tonks estaba sentada en un sillón frente a la chimenea. A medida que aparecían los de la orden la miraban y la ignoraban.
Era obvio que sabían de esto… por eso Kingsley dijo lo del “maldito plan”. Todo fue una farsa para que ella hablara.
Remus jamás estuvo enamorado de ella, siempre fue Sirius y siempre será Sirius.
Las ruedas del destino empezaron a girar.
En un momento de la tarde apareció Albus diciendo que Harry no estaba en Hogwarts.
—Hay un pasaje, lleva de Borgin y Burkes hasta una sala en Hogwarts— dijo Tonks que pasaba por allí cuando les escucho.
Todos los presentes se miraron preocupados, ninguno sabía de eso y al parecer Albus tampoco.
—¿Qué haremos Albus?— preguntó Arthur.
Los Weasleys no avisaron a sus hijos, era suficiente con Bill como para que algo les ocurriera a los otros. La otra parte de la orden estaba esparcida en sus verdaderos trabajos por lo que no serian de ayuda si algo ocurriese en estos momentos.
Sin contar que las chimeneas se intervinieron en el Ministerio. Moody lo aviso apenas apareció.
—Alguien viene— su ojo giro hasta la puerta.
Remus, Sirius y Kingsley aparecían por la puerta.
—¿Qué les ocurrió?— preguntó preocupado Albus. Por los planes de Arlette no estaba comunicado con los habitantes de la casa y no sabía que ocurría al interior de sus paredes.
—Solos quedan dos horrocruxes— informó Sirius.
—Y ambos están en poder de Voldemort— los tres observaron a Albus —Harry no está y dicen que hay una forma de entrar a Hogwarts—
—¡TENEMOS QUE IR POR EL!— Sirius golpeó la mesa. Volvía a ser tan impulsivo como antes.
—Los Mortífagos están en el Ministerio— hablo Moody —intervinieron las chimeneas y los Aurores tienen orden de matarte si te ven— negó —no es posible un misión suicida hoy—
—No podemos dejarlos allí— Kingsley estaba igual de preocupado que los otros dos —Voldemort quiere tenerla a ella como un horrocrux definitivo—
—¿Por qué?— preguntó Minerva quien entraba —siguen sin aparecer— informó a los presentes.
—¿Siguen?
—El trió dorado no aparece… Severus tampoco— dijo la sub directora mientras tomaba asiento.
Una taza de té apareció frente a todos.
Sirius observó a su derecha. Kreacher estaba caminando.
—El amito está feliz. Se destruyo la pieza— los presentes no entendían, ¿a que vino eso?
—¿Qué pieza?— le preguntó Sirius.
—La joya que ese hombre robo de la casa y la arrojo después. La pieza por la que el amito Regulus murió— dijo lo último con la cabeza gacha.
—¿El guardapelo?— preguntó Molly incrédula.
El elfo asintió.
Todos quedaron en silencio. No esperaban enterarse de eso.
—Por eso agradecía a Regulus— hablo Remus.
—El amito murió por ese objeto. Esa maldita pieza mato a mi amo— el elfo lo decía con rencor y enojo.
—¿Qué más sabes?— le preguntó Remus. El elfo lo miro de pies a cabezas.
—Kreacher no puede obedecer a un mestizo. Kreacher no lo hará hasta que sea un Black— dijo mientras seguía caminando.
—¿Un Black?— preguntó Tonks. Con esto último se atrevió a entrar.
—La amita Lupin lo dijo— todos querían arrancarse una parte del cuerpo. ¿De qué hablaba el puto elfo?
—¿Quién?— preguntó Arthur.
—La amita— el elfo bufó — Arlette Jade Lupin Weasley— dijo el nombre completo.
—¡Quiero una explicación!— demando Molly a Remus.
—No es momento— dijo Sirius claramente incomodo.
—No me importa— siguió la mujer.
—Molly— dijo Remus, pero la mujer ya estaba caminando hacia donde estaban ellos.
Al llegar frente a Remus lo cacheteó.
—Quiero que madures y actúes como un adulto. Explicaras todo y lo harás ahora— el tono no admitía replica.
Sirius se sentó junto a Remus y entre ambos relataron la historia de Arlette. Kingsley aportaba algunas veces.
Al finalizar ninguno creía aquello.
—¿Nuestra nieta?— preguntó Tonks. Sirius asintió de mala manera.
—Pero… Victoire… no puede, no creo que ocurra— decía Arthur.
—Es verdad… yo vi sus recuerdos— dijo Sirius.
—Nadie puede viajar en el tiempo— escucharon a Albus.
—Lo hizo— dijo Remus con una sonrisa igual a la de Black de cuando eran estudiantes.
—Nos hubiéramos dado cuenta— Minerva no daba crédito a la situación.
—Albus intervino, pero la línea se altero. No es igual al tiempo de ella. Soy gay aquí y allí estoy muerto, heterosexual y con una clara tensión sexual con Remus— explicó con un ejemplo que inconscientemente saco una sonrisa en algunos.
—¿Tienes ideas de algún hechizo, Albus?— todos pudieron reconocer el tono enojado de la jefa de Gryffindor.
Antes de que Dumbledore respondiera se escucho un grito.
Harry gritaba mientras era abrazado por Hermione y protegido por Ron quien tiritaba completamente.
—¿Qué paso?— preguntó Minerva la primera en entrar en la habitación, varita en mano.
—Nagini… Nagini…— era lo único que decía Ron.
—Está muerta— dijo Hermione. Todos se asustaron, el tono no era de felicidad por la serpiente… si no… de la muerte de una persona.
Continuara...