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Buscando... por Cristabelle

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Notas del capitulo:

Dicen que el trece es el número de la mala suerte, ¿ustedes qué creen?

Es extraña la forma en la que los sentimientos pueden enceguecer no sólo el juicio, sino la memoria, a tal punto de haber obnubilado de alguna forma a Finn de lo mucho que lo afecto saber que Lei descuartizo a una gran cantidad de inocentes con la excusa de defenderlo, de que estos estaban infectados y que regresarían a la vida a causa de una bomba radioactiva, también de esos preocupantes cambios de humor y lo violento que podía tornarse sin una razón aparente, señales de alarma que cualquier otra persona habría tomado más enserio, de no ser por el cariño que Finn desarrollo por el centinela, muy posiblemente porque estaba afrontando una ruptura amorosa y porque gusta del peligro, algo muy conveniente contando el hecho de que Lei hacía mucho que estaba enamorado del aventurero, habiéndolo conocido de una forma muy peculiar mucho antes de lo que Finn podía imaginar.

Muchas veces es estúpido dejar que los sentimientos controlen nuestros actos y aquel que estuvo vigilando al centinela y al aventurero en toda su travesía aprendió bastante al respecto, siendo gracias a eso que sus planes se realizarían.

Entre tanto Lei y Finn caminaban tomados de la mano, demostrando una alegría difícil de expresar en palabras, luego de que el aventurero se cambiara las ropas que le regalo aquella agradable muchacha Irina por su típico atuendo en tonos azules, entre juegos y con ciertas miradas insinuantes entre Finn y Lei, que después se pusieron a comentar y planear todo lo que harían en cuanto llegaran a Ooo con un gran ánimo y entusiasmo, pero paulatinamente dejaron de hablar, dejándose envolver por el silencio, ignorando que la calma precede a la tormenta.

Se detuvieron de pronto ante un lugar que se veía muy distinto a cualquier otro que hubieran visitado antes de la Dimensión Central, uno que ni siquiera contaba con las cámaras de seguridad que se conectaban con la pantalla gigante en la Habitación del tiempo de Prismo; se veía vacío y sólo contaba con una puerta, que se encontraba semiabierta.

–¿Esa es la puerta que me llevara a casa?– pregunto Finn con tranquilidad.

Lei sonrió de lado, soltó la mano de Finn y se posiciono frente a él, quitándose los guanteletes, reclinándose para después besarlo sin previo aviso, rodeándolo con sus brazos, pasando sus manos por su espalda debajo de su camiseta.

–¡Cosquillas! Y… no es necesario un beso de despedida, vendrás conmigo, ¿verdad? Aunque aún no le pediste permiso a tú jefe

El centinela rio por lo bajo y se abalanzo sobre Finn que no entendía del todo lo que sucedía.

Las manos de su captor eran suaves, pero lo habían aprisionado con fuerza, con la diestra le sostenía las muñecas, mientras la mano contraria acariciaba su piel debajo de sus vestiduras, misma mano que en un rápido movimiento le despojo de su camiseta celeste junto con su gorrito blanco, dejando caer su hermosa cabellera rubia.

–¿No vamos demasiado rápido? Tenemos todo el tiempo del mundo.

No estaba listo para subir tantos escalones en tan poco tiempo, pero le era imposible pensar claramente con esos labios recorriendo su cuerpo amenazando con llegar a una zona prohibida, aunque empezaba a disfrutarlo, su instinto de héroe le decía que algo andaba mal.

–¿Por qué haces esto?

–Finn… me gustas mucho.

Encontrabase abatido, convencido de que en cualquier momento su cuerpo y mente le traicionarían.

–¡Lo sé! Somos pareja ahora –suspiro con cierto fastidio– ¿es este otro de tus tantos cambios de humor?– se quejó intentando quitarse de encima a Lei que sólo endurecía su agarre.

Entonces acarició con suavidad las piernas del muchacho bajándole el pantalón corto azul. Finn no aguanto más y grito.

–¡Detente!

–Quiero gustarte.

–¿Qué? ¡Pero si ya me gustas!

Los ojos del chico se tornaron llorosos mientras un gran miedo se apoderaba de él.

–Maldito idiota….  ¡¿Qué pasa contigo?!

–Finn… no…– expreso con una sonrisa maliciosa.

El aire se tornó frío de pronto y todo alrededor se volvió totalmente negro, un ambiente inquietamente familiar para Finn que se sintió totalmente paralizado por una fuerza oscura y potente.

–¡Suéltame!– exigió desesperado, pero el captor no lo escuchó y paso la mano libre por sus partes íntimas haciendo cierta presión sobre su ropa interior.

Finn no podía creer lo que estaba sucediendo, un remolino de rabia y terror lo invadía, de una forma que nunca creyó posible, dado que jamás pensó que podría estar tan indefenso de una forma como esa ante alguien y de que en esos momentos no sólo corría riesgo su vida, sino algo mucho más importante.

Intentaba resistir aquellas caricias, zafarse de alguna forma, pero le resultaba imposible, era como estar en una pesadilla.

Una parte de si mismo se reprochaba enormemente por no haber escuchado su intuición desde un principio, pero otra parte de él se negaba a aceptar que Lei estuviera por hacerle un gran daño y eso era justamente lo que buscaba hacer su captor, tenía planes realmente grandes y eso apenas era el principio, pues al fin en todos sus siglos de existencia había encontrado alguien a quien no deseaba destrozar, al menos no de una forma convencional y aunque el objetivo de su existencia era eliminar toda la vida existente, por aquel muchacho, estaba dispuesto a torcer un poco su código personal, pero primero se le ocurrió que podría moldear la joven mente de ese aventurero, quería despojarle de todo el espíritu y valor que poseía, lastimarlo tanto que sólo quedara una silenciosa muñeca que hiciera todo lo que su amo deseara o mejor aún, transformarlo en un ser tan o más despiadado que él, ya que no hay maldad más terrible que la que deriva de la perversión del bien, luego lo dejaría atrapado en la dimensión de la solitaria puerta que sería la única testigo de lo que sucedería a continuación, para volver por él sólo después de haber cumplido con su propósito principal, pues con los conocimientos que robo del centinela, supo de  aquel portal que no era como los otros, que daba paso a una dimensión vacía que no ofrecía escape alguno, en la cual su adorado trofeo estaría a salvo mientras él se encargaba de destruirlo todo.

Sin importar cuanto le rogaba que se detuviera, su captor no dejaba de lacerar la piel de su cuello y hombros a mordidas, Finn ya no pudo contener más las lágrimas y estas empezaron a rodar por sus mejillas, más por vergüenza y angustia que por dolor, provocando que la sonrisa del captor aumentara de sobremanera, disponiéndose a lamer ese líquido del rostro de su presa, empero algo lo detuvo, algo muy dentro suyo se agitó e intentando ignorarlo siguió su labor, besando con brusquedad al chico rubio debajo suyo, lastimando sus labios hasta hacerlos sangrar y frotando con lascivia sus partes íntimas, caricias a las que Finn se rehusaba con todo su ser, al punto de sentir asco.

–Lei… este no puedes ser tú…– susurro Finn entre jadeos, mientras resistía el dolor que le provocaban las heridas en sus muslos que le dejaba el paso de las recién transformadas garras de su captor que volvió a sentirse sacudido por esa extraña sensación.

Pensaba que ya había conseguido por completo el control, pero parecía que todavía quedaban remanentes de aquello que tanto le molestaba, pero no era como si eso pudiera detenerlo y de improvisto sintió que se desvanecía, que era empujado lejos del chico, en tanto una voz ajena retumbaba en su mente exigiéndole que se detuviera.

–¿Así que intentas detenerme? –a los ojos de Finn le hablaba a la nada– ¿no crees que es muy tarde para armarte de valor y al fin enfrentarme junto al poder que te consume?

El captor parecía fuera de si, se había incorporado, pero difícilmente mantenía el equilibrio, costándole incluso respirar.

–No te culpo… ese muchacho… es especial –llevo las garras a su pecho sintiendo con complacencia emanar el poder del fragmento fucsia que llevaba clavado ahí y como el interlocutor en su mente pretendía usar esa fuerza para distraerlo– ¡pero yo lo vi primero! Haré todo lo que desee con él y lo encerraré en esa dimensión vacía de dónde no podrá escapar.

Si Finn antes apenas entendía lo que sucedía, ahora mucho menos, pero le pareció momento para intentar escabullirse y aunque apenas podía moverse, pensaba que si tal vez conseguía alcanzar su espada carmesí, podría tener alguna oportunidad, sin embargo aquel extraño soliloquio lo detuvo y le hizo preguntar sin emoción:

–¿Quién eres en verdad?

–¿No te das cuenta aún? ¡Qué decepción! Pensar que tuvimos la oportunidad de interactuar más de una vez en esta travesía y que incluso ese bastardo acaba de delatarme... por supuesto, los sentimientos son capaces de nublar hasta la intuición más afilada, pero también pueden hacer mucho más, si no fuera por ellos o las búsquedas que propician, no estaríamos aquí.

Finn le miraba con una expresión contrariada.

–Aún recuerdo la primera vez que te vi, creí que eras sólo un mal chiste… pero pudiste vencerme por el cariño que le tenías a alguien y a pesar de no haber conocido un poder como aquel antes, no me detuve a reparar en los hechos y sólo después de que tú y tu hermano se las arreglaron para quitarme mi deseo en la habitación del tiempo, dejando mi existencia sin un objetivo fue que empecé a caer en cuenta de que aquello que ustedes llaman “sentimientos” es lo que los ha llevado tan lejos, pensé bastante en eso… tal vez demasiado, pero sobretodo en ti… ¿extraño no lo crees? Y así me di cuenta de lo mucho que me interesabas… pero ¿cómo llegar a ti y cumplir mi deber de acabar con toda la vida existente a la vez? No fue sino hasta que Andrew apareció y que de casualidad me enteré de que tiene sentimientos intensos hacía ti, que planee todo esto.

–¿Andrew?

–Pobre de ti, ni siquiera sabes su verdadero nombre y ¿de esa  forma dices quererlo? Claro que conozco ese dato porque he estado en su mente el tiempo suficiente, por otro lado, ¿cómo podrías saber? Dado que decidí que Lei era un buen nombre para él desde que se convirtiera en mi marioneta; si prestas atención podrás notar que es la palabra “Lie”, es decir “Mentira” sólo cambié de lugar las dos últimas letras.

En ese instante Finn recordó cuando el centinela despertó sobresaltado de una pesadilla gritando “Cambia de lugar las letras”

El aventurero escasamente alcanzaba a procesar todo lo que le estaba siendo revelado y aunque con todo lo relatado bien pudo resultarle más que sencillo darse cuenta de la identidad de aquel ente sedicioso, después de lo que intentó hacerle, sintió que aquella entidad no merecía ni su curiosidad.

–¿Por qué me cuentas todo esto…? ¿O sólo se trata del típico monologo de supervillano?– expuso el muchacho con desdén y gran molestia, tanteando el terreno, ganando tiempo para alcanzar su espada.

–Porque se arruino mi plan inicial.

–Destruirme por medio del cariño que siento, haciéndome creer que él quería violarme...

–Exacto, aunque en un principio deseaba que él te lastimara por sus propios deseos, pero no conseguí disuadirlo, por ello tuve que tomar el control y este me pareció el momento perfecto, asimismo todavía puedo hacerte mucho más daño del que imaginas, una prueba son todas esas dudas existenciales que seguro planteé en ti al llevarte por los portales indicados.

En aquel momento Finn pudo comprobar que no sólo fue su impresión que algunas de los portales por los que fue conducido le llevaran a lugares con alguna conexión con todo el daño que hicieron los humanos en el pasado, por fortuna todas esas dudas y tristeza fueron disipadas por lo que le enseño el buen Simon.

–Y lo mejor de todo es que Andrew perecerá y no hay nada que puedas al respecto.

–¡No!

Antes de que pudiera intentar hacer otro movimiento llamas verdes envolvieron a Finn, sin quemarlo, pero apresándolo.

–No deberías esforzarte por él, no es nadie, en cambio... tú y yo sí que tenemos historia juntos.

–No sé a qué te refieres, quién quiera que seas– asevero Finn con desprecio.

A causa de esas palabras, el escucha borró la expresión altanera que tenía en el rostro, por un rictus que si se hubiera observado con más cuidado podría denotar una profunda tristeza.

–No dijiste lo mismo todas las veces que estuviste junto a mí en medio de este viaje– señaló con frialdad.

Revelación que permitió que todos esos cambios bruscos y erráticos de humor junto al extraño comportamiento que solía demostrar el centinela, cobraran sentido.

–Sólo porque creí que eras él.

–Algo muy bobo, debo decir… en fin, esta conversación se extendió demasiado –uso las llamas para atraer a Finn hacía él y acariciar una de sus mejillas–  ¿en qué estábamos?

Finn sólo podía mirar al otro con rabia.

–No pienso rendirme y… –suspiro inquieto– ese joven… tampoco debería darse por vencido… ¡reacciona, sé que estás ahí!

–Es inút... –no pudo completar la frase porque volvió a ser invadido por esa sensación, pero con más potencia al punto de que las flamas verdes que apresaban a Finn desaparecieron, mientras se desplomaba sobre sus rodillas sosteniendo su cabeza con fuerza, teniendo una probada de su propia medicina, similar a todas las veces que él se encargaba de atormentar al dueño de esa mente; dada la oportunidad el rubio consiguió arreglar sus ropas y tomar su espada, pero se encontraba inseguro respecto a atacar, no quería lastimar a la persona equivocada, cuando escucho decir a Andrew débilmente:

–Finn… perdóname por todo…

En ese instante llevo las garras a su pecho, rasgo sus vestiduras y le dio una última mirada triste a Finn antes de comenzar a escarbar en sus propias carnes, buscando extraer el fragmento fucsia que incrementaba el poder del invasor en su mente.

En todos su tiempo como aventurero Finn había visto cosas realmente extrañas, pero nada tan desgarrador como eso, tal vez porque no había nada más horrible que ver a alguien autolesionarse, quedando paralizado ante tal escena, tanto que a pesar de lo doloroso que le resultaba ver no pudo desviar la mirada, ni siquiera rogarle que dejara de herirse, en tanto sangre espesa y negra comenzaba a fluir, siendo cada vez más, aun punto que incluso podía considerarse exagerado, resultado de que el cristal no deseaba separarse de su anfitrión.

Tras segundos que parecieron eternos, Andrew pudo desencajar el cristal de su pecho, que dejo caer en el charco de sangre junto a su cuerpo, al tiempo que el invasor salía de su mente tras el poder del fragmento fucsia.

Había sido una decisión muy extrema que sirvió y que debió ser tomada mucho tiempo atrás.

El aventurero se aproximó al joven muy afectado por lo que acababa de ver, sin entender la razón de la acción y él abrió apenas los ojos, sonriendo muy ligeramente por ver al muchacho rubio a pesar del daño, pues ya no sentía esa presencia en su mente ni tampoco todo el peso de aquel poder oscuro.

–Era la única forma… él ya no está…– susurro adolorido a lo que Finn se froto los ojos intentando no volver a llorar.

Con dificultad ambos se levantaron del suelo, debían irse de ahí, pero aquella batalla no había acabado aún. Gracias al poder del fragmento, la sangre reunida en el sedimento comenzó a tomar forma humanoide, una que apenas podía mantenerse y que quiso atacar a Finn y Andrew, pero sólo consiguió atrapar al segundo, tan débil como estaba él no consiguió defenderse bien y fue arrojado por aquel ser hacía la puerta solitaria que desapareció cambiando su ubicación en cuanto el joven entro en contra de su voluntad.

Fue demasiado súbito, provocando una rabia repentina en Finn que ataco a aquel ente con todo lo que tenía, siendo todo esto infructuoso debido a que en esos momentos su rival estaba compuesto sólo de líquido y su espada le atravesaba sin hacerle daño alguno.

Contrariamente a que la victoria del antagonista parecía segura y de que el aventurero se sentía verdaderamente descorazonado, este decidió que pelearía hasta el último momento, pero antes de que el enfrentamiento siguiera, Finn despareció en un haz de luz.  

***

Ganso Manso estaba sumamente preocupado por lo que pudo sucederle a Finn el aventurero, así que después de comprobar en unas anotaciones que el lugar al que sin pensar lo mando era peligroso, no perdió tiempo en ir a darle un aviso a su hermano para ir al rescate del muchacho, pudo llegar rápido al fuerte del árbol donde ellos vivían gracias a la ayuda del caballo James Baxter que lo llevo en su lomo y que siempre estaba dispuesto a ayudar a quien sea, dedicando gran parte de su tiempo a alegrarle el día a la mayor cantidad de personas posibles con un chascarrillo muy suyo y manteniendo el equilibrio sobre una pelota de playa, claro que dadas las circunstancias, prescindió de ese objeto para acompañar a Ganso.

Ya en la puerta de la casa del árbol, caballo y ganso tocaban la puerta impacientes, esperando que alguien les atendiera lo más rápido posible.

–¿Qué sucede? – pregunto Jake que acababa de salir de la ducha y llevaba una toalla alrededor de la cintura.

–¡Debemos ir a la cueva de la armadura oxidada, tú hermano está en peligro!– exclamo James Baxter.

Jake no solía ser el mejor concentrándose, ni siquiera por su hermano, ya que en otra ocasión lo secuestraron y le tomó mucho tiempo ir en su ayuda, apenas con un deseo que le concedió el Dios de las fiestas consiguió realizar el rescate, pero en esos momentos contaba con el apoyo de James y Ganso que se encargarían de que su atención estuviera bien enfocada.

Se dirigieron lo más rápido que pudieron a la locación mencionada y aunque la entrada de la cueva estaba obstruida por la presencia de un gigantesco monstruo marino que se encontraba dormido ahí, no les quedo otra más que despertarle y si bien se negaba a moverse de su lugar, Jake cambió sus dimensiones con sus poderes para sobrepasar el tamaño del monstruo, levantándole sin problemas para darles paso a él y sus compañeros dentro de la cueva.

–Ganso Manso ¿podrías repetirme una vez más cómo fue que mi hermanito acabo aquí?– pregunto Jake intranquilo mientras se internaban en la oscura cueva, liderados por James Baxter que de casualidad traía una lámpara pequeña consigo.

–Cuanto lo lamento… pero él realmente quería un regalo para una chica, algo que no se quemara, así que le hable de la flor de diamante sin recordar los peligros que representaba el hallarla– expreso el ganso con mucha aflicción.

–Al menos me avisaste en cuanto notaste el error y como no han pasado más de unas horas desde que se fue… puede que las cosas no estén tan mal­.

De pronto James Baxter relincho dando señal de que habían encontrado parte de lo que buscaban.

–Si esa es la flor de diamante ¿dónde está Finn?

Ganso suspiro, preguntándose tanto como el resto dónde estaba el aventurero, tomando por curiosidad la flor del suelo, que estallo separándose en cuatro fragmentos que abrieron un portal que estuvo a punto de absorber a ganso, caballo y can, pero este último transformo sus patas delanteras en estacas que clavo fuertemente en el suelo, al tiempo que envolvía a sus amigos para evitar que fueran succionados por el vórtice, pero a la vez estirando la cabeza hacía el portal para dar un vistazo hacía a dónde conducía.

Tan rápido como se abrió, el portal se cerró, la flor volvió a su estado anterior y todos entendieron lo que sucedió.

–Ese portal debió llevárselo– expreso Ganso.

–La pregunta es ¿a dónde?­– completo James.

–Alcance a ver algo, creo saber qué lugar es. Debemos volver al fuerte del árbol, sé cómo contactar a la persona indicada para esta situación– dijo por último Jake, corriendo en dirección de la salida, seguido de James y Ganso.

Ya en la cocina de la casa del árbol, Jake saco un frasco de pepinillos de la alacena y tomando la nota con la que le fue concedido ese objeto, los teletransporto a la Habitación del Tiempo de Prismo.

–Bienvenidos Jake, Ganso Manso y James Baxter –saludo el guardián de la Habitación del Tiempo con mucha amabilidad, alegrándose especialmente de ver al can– es bueno tenerlos aquí, aunque confieso que no esperaba visitas, contando el hecho de que Finn estuvo aquí hace un rato por accidente y digo “hace rato” obviando el hecho de que el tiempo en esta habitación y el resto de la Dimensión Central es relativo y corre de forma muy disímil.

–¿Y dónde está ahora?– inquiero el perro mágico preocupado.

–Quiso regresar a casa con un deseo, pero debido a que ya lo había usado con anterioridad, lo más adecuado fue que el centinela de la Dimensión Central se encargara de escoltarlo a un portal que lo llevara a Ooo– respondió Prismo con calma.

Dicho esto, can, ganso y caballo se sintieron más sosegados, aunque el primero se preguntaba quién era ese tal centinela.

–¿Y que hay acerca de esos deseos?– curioseo el vendedor de exóticas baratijas.

–¿Se refiere a qué podemos pedir lo que sea?– añadió James.

–Sí, pero sólo un deseo por persona, claro que… estos deseos suelen dar giros inesperados que incluso pueden llegar a ser nefastos, pero no se preocupen, es más como una ligera broma, por lo cual les aconsejo ser sabios y específicos al formular el deseo– explico Prismo.

–¡Me siento abrumado!– exclamo Ganso agitando las alas y patitas de forma hilarante, sin saber cómo usar su deseo, en tanto el caballo meditaba en silencio.

Jake miro a ese par riendo para sus adentros, entendía muy bien lo duro que era decidir qué desear y cómo hacerlo, aunque siendo sinceros, a él le tocó hacerlo en circunstancias muy desfavorables y con el destino de toda la vida existente sobre sus hombros. Si no hubiera sido por la ayuda de Prismo, que aconsejo de forma indicada al distraído can, lo más probable es que este no hubiera conseguido hacer lo correcto.

Y en medio de esa tranquilidad, alguien más entro en la Habitación del Tiempo por una de las entradas de las paredes ambarinas, ingreso con paso lento y pesado, bajo la mirada de temor y desazón de todos los demás presentes, hasta sentarse en un rincón sin expresión, implantando un silencio de muerte.

–El Lich… –Jake gruño por lo bajo– por un momento olvide que quedo aquí luego de nuestro último enfrentamiento.

–Las leyendas son ciertas, ese ser existe– dijo Ganso sintiendo todas las plumas de su cuerpo erizarse, escondiéndose detrás de James que sólo trago seco.

–Pero todo está bien… no es un peligro, atrapado aquí no puede cumplir con el único objetivo de su existencia, lo que lo deja como alguna especie de máquina sin propósito– procuro dilucidar Prismo.

–En ese caso ¿por qué se movió…?– pregunto James sin desear saber la respuesta.

–Más importante ¿D-de dónde volvió?– se atrevió a agregar Ganso con un gran inquietud.

–Temo decir que ni yo lo sé… a pesar de lo dicho anteriormente… él un día simplemente se echó a correr fuera de la Habitación del Tiempo –Prismo desvió la mirada con turbación– como si hubiera tenido una epifanía. Estuvo desaparecido por bastante tiempo… ni siquiera el centinela pudo hallarlo…

–¿No es demasiada coincidencia que volviera justo ahora?– indicó Ganso Manso con desosiego.

–Eso mismo me da muy mala espina…– hablo Jake al fin con temor.

–Pero tú hermano es muy fuerte, además el centinela esta con él, deben estar bien– tercio Prismo un tanto inseguro.

Sin embargo nada quitaba el mal presentimiento que atosigaba al can en esos instantes, al punto de mostrar un rostro tan turbado que insto a Ganso y James a tomar cierta decisión.

–¿Y si usamos nuestros deseos para que Jake y su hermano se reúnan?– propuso James a Ganso.

–No podría permitir eso, son sus deseos, además podemos ir a buscarlo– intervino el perro mágico.

–Pero la Dimensión Central puede ser peligrosa y es realmente extensa, podrían perderse o peor… por eso mismo insistí en que Finn tuviera un guía.

–¿No conoces a alguien más que nos pueda guiar?– indago el caballo.

–Lamento decir que Búho Cósmico sigue en el trabajo… e intentar contactar al jefe para estos asuntos toma bastante tiempo…

–No te preocupes Prismo, afrontaré el riesgo –delibero Jake para después dirigirse a James y Ganso– ustedes ya me ayudaron bastante, seguiré sólo, es mejor que vuelvan a casa.

–Aún pienso que es mucho más acertado usar nuestros deseos para traer a Finn y volver a Ooo.

–A mí también me agrada la idea, pero James… no tienes por qué usar tu deseo… yo tuve la culpa de que esto sucediera, así que es mi deuda.

–No me importaría hacerlo, ya soy muy feliz, no requiero el deseo.

–Sin contar que no sólo fue tu falta Ganso, Finn también tuvo responsabilidad, porque quiso ir solo en esa búsqueda… –expreso Jake con pesar, porque como pocas veces, sintió que su hermano lo había excluido de algo importante– por otro lado, él siempre está listo para afrontar cualquier reto… tal vez no debería preocuparme…– aclaro sin estar convencido de sus propias palabras.

–Ya que no llegamos a ningún acuerdo, tomaré la iniciativa –Ganso inhalo y hablo con determinación– deseo que Jake el perro, Finn el humano, James Baxter el caballo y yo Ganso Manso volvamos a la tierra de Ooo….

–Precisamente a la cocina de la casa del árbol de Finn y Jake– decidió completar James.

–Muy bien, hasta luego chicos –se despidió Prismo con amabilidad, pensando en que le explicaría después a Lei lo sucedido y que incluso sería una gran oportunidad para que el centinela visitara Ooo, dedicándole una mirada muy dulce al perro mágico– nos vemos Jake.

El perro mágico le respondió con una sonrisa antes de desaparecer con los demás en una ráfaga de luz.

–¡Llegamos en una pieza!– celebro ganso abrazando a James.

–¿Y Finn?– indago James sintiendo cosquillas por las plumas del ganso.

Efectivamente estaban en la cocina de la casa del árbol, pero Ganso y caballo sentían que algo iba mal, empezando por el hecho de que Jake todavía no había dicho palabra alguna, así que voltearon lentamente y se encontraron con una escena realmente difícil de comprender, el perro mágico estaba tan pasmado como ellos, intentaba acercarse a Finn, pero este no se lo permitía, mientras trataba de ocultar todas las sospechosas lesiones que tenía y que sangraban, pero era inservible, para empezar sus ojos estaban irritados por el llanto.

–¿Q-qué te paso?– pregunto Jake con suma ansiedad.

–¡Nada!– grito alterado, dirigiéndose a algún lugar de la casa del árbol donde pudiera estar solo, dejando una sensación sumamente agria en James, Jake y Ganso quien se juzgaba sumamente culpable de lo que sea que le hubiera sucedido al muchacho que se sentía obligado a ir en ayuda de aquel joven que ya no creía conocer tan bien, a pesar de que técnicamente aún eran pareja, porque tampoco estaba seguro de hasta qué punto esa relación podía considerarse real contando el hecho de que alguien más estuvo tras bastidores moviendo hilos y de momento estaba tan afectado por todo lo que ocurrió o pudo ocurrirle que una pequeña, pero punzante chispa de egoísmo y miedo afloro en él, una que se contraponía totalmente con sus preceptos de héroe y le demandaba olvidar por completo ese asunto, aún si eso significaba abandonar a esa persona a su suerte en una dimensión que podía ser peligrosa, pero es que todo aquello le hizo poner los pies en la tierra, recordándole que él no siempre podría salir victorioso de cada batalla, que ahí afuera habían muchos peligros para los que tal vez nunca estaría suficientemente listo y que el amor no era lo suyo.

Demasiadas emociones desagradables y una aventura que no acabo de la forma esperada, que sin embargo dejaba demasiados cabos sueltos a resolver.

 

Notas finales:

Y bueno... al fin llegamos a las escenas con las cuales empezó este fic... sinceramente no sabía si habría violación o no, más al final no lo incluí... porque no tengo corazón para escribir algo así TAT y de esa forma la historia no tomaba un rumbo que me convenciera... además esos temas son de mucho cuidado... y no sé si desarrollé el concepto de una forma correcta... 

Finn no se dio cuenta de quién intento hacerle daño... pero seguro ustedes si ¿verdad? Y están en lo correcto aunque de momento sea un poco contradictorio y parezca no tener sentido por ciertas escenas de la segunda parte del cap, pero eso tiene una explicación XP

Quería otro atisbo de PrismoxJake porque si >///< no creo nunca escribir un fic de esa ship porque no tengo ninguna idea TAT... pero al menos haré alusiones en este fic y tal vez otros XDD

Muchas gracias por leer este fic, cualquier critica constructiva o sugerencia es bien recibida, felices fiestas!! 


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