Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Thiefshipping por RotMond

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Además...

¿Hay algo mejor aparte de ver su rostro en éxtasis?

Su voz entrecortándose, aquella delicada piel transpirando o su aliento acelerándose al ritmo del corazón, este último latiendo con fuerza conforme pase el tiempo.

Averiguarlo es fácil…

 

(4 años después…)

 

Marik

 

Comienza otro día, y como de costumbre, no te he visto en semanas. Ya no me sorprende, me he acostumbrado a disfrutar los pocos ratos de tu compañía y a anhelar tu presencia cuando nos separamos; pero el tiempo se encarga de forzarnos a la costumbre, así que es mejor aprovechar cuando tenemos un respiro. Te busco antes de clases y, jugando, te cierro el paso, exclamando:

— ¡Bakura! La facultad no nos ha dejado tiempo, ¿no crees? –Me enternece tu rubor en las mejillas, te atraigo más a mí para acariciarte el rostro—. Así que, ¿vienes a comer a mi casa? Salimos a la misma hora

— ¡Bien, muero de hambre! —Te acercas a mí y me das un beso con mordida incluida—, yo te busco en tu salón.

Después de una larga y agobiante espera termina la sesión, salgo a toda prisa y casi te caigo encima, pero nos vamos con una sonrisa. En el camino no podías dejar de comentar lo aburridas que eran tus materias, mientras yo trataba de explicarte la importancia que tenían en nuestra carrera. Ya en el departamento me apresuré a invitarte a pasar, y tú inicias la rutina de siempre.

—Y… ¿dónde guardas los vasos? Ah sí, perdón, se me olvidan las cosas. –Serviste dos vasos y me tendiste uno, luego pusiste la mesa mucho más rápido de lo que mi torpeza me permitía calentar la comida que ya había dejado lista.

—Oh, creo que está frío, espera a que lo caliente. —Expliqué, pero me respondiste con una sonrisa pícara:

—No hace falta…

— ¿Eh?

—Nada, nada, digo que así está bien, vamos a sentarnos.

No fue todo un festín, lo admito, pero en tu compañía todo era mejor, cada bocado era mucho más ameno, disfrutando el hermoso y seductor sonido de tu voz, tu risa y cada una de tus sonrisas. No te había visto sonreír, y si lo hacías era un gesto bastante siniestro, sobre todo porque pensabas en vengarte del faraón, pero ahora todo es diferente.

—Oye, si quieres pasa un rato a la sala en lo que limpio los platos. —Dije, pero me tomaste de las manos y me llevaste contigo.

—Creo que pueden esperar, tengo algo más importante que decirte. —“Oh no, va a terminar conmigo…” pensé, y mi mirada me delató en seguida—. No Marik, no pienses mal, es que… me doy cuenta que decirte “te quiero” es insuficiente…

Aún conservo la cara de espanto cuando me guiaste hasta el sillón y me ayudaste a sentarme, tú te colocaste al enfrente y seguiste hablándome con tu exquisita voz:

—Sé perfectamente quien eres, he visto lo mejor y peor de ti, adoro tus virtudes y acepto tus defectos, te quiero tal como eres. Tal vez esto te sea extraño de escuchar, pero ya no estoy enamorado de ti.

Creo que se me partió el corazón, sentí cómo me abandonaba la fuerza del cuerpo, ahora estaba tan débil y triste; agaché la cabeza mientras sentía un horrible ardor en los ojos, y empezaron a resbalar las lágrimas por mis mejillas.

Entonces, noté una suave caricia en la barbilla, eras tú, tratando de levantar mi rostro; pero jamás me han visto llorar, no lo soporto, así que esquivé tu mano bruscamente, y en un intento por no quebrarme alcancé a decir con lo que me quedaba de energía:

—Si querías terminar conmigo pudiste haberlo hecho antes, no temas romperme el corazón, sería inevitable si ya no me quieres… no puedo retenerte.

— ¿Y quién dice que quiero terminar? Si eres lo mejor que me ha pasado en la vida, por favor, si digo que ya no estoy enamorado es porque esas hormonas han dejado de nublarme la vista y puedo ver a quien tengo enfrente. ¿Y sabes algo? Eres lo que siempre estuve buscando, aunque no eres la perfección en persona, pero nadie lo es. Amo todo de ti, eso lo que quería decirte, ¡estúpido, te amo!

No… no sabía que decir, me quedé en shock por sus palabras, una inmensa sonrisa me recorrió el rostro mientras se me llenaban los ojos de lágrimas, pero esta vez eran de felicidad, sujeté tus manos con fuerza pero sólo alcancé a decir:

— ¡Bakura! ¡Idiota, me asustaste!

—Lo siento, creo que no pensé bien en cómo reaccionarías.

—Algo de sentido común no te mataría, pero así te amo, también te amo. —Sonríes angelicalmente, y antes de poder decir o hacer nada, me encontraba en tus brazos, percibiendo el aroma a perfume que salía de tu cuello, la suavidad de tu cabello contra el mío y la calidez de tu cuerpo.

Permanecimos así un buen rato, luego me aparté ligeramente para sentir mejor el aroma de tu cuello y un poco de tu piel, tan sólo de hacer eso siento un pequeño escalofrío recorrerte mientras me tomas fuertemente en tus brazos.

Te tomo de la mano y nos fuimos a mi cuarto, vi la curiosidad en tus ojos pero no llegaremos lejos, hoy no. ¿Quién sabe qué pasará después? Nos sentamos, pero antes de que pudieras reaccionar, ya te había derribado. Una vez en mi poder, me posicioné cómodamente encima de ti, besando tus mejillas y acariciándote los brazos hasta llegar al pecho, tú suspiras y tu corazón se acelera conforme comienzo a acercarme a tu cuello.

Observo su delicadeza, suavidad, textura, todo; me acerco un poco más y mi cabello hace contacto, tú te mueves con ansiedad, entonces yo me rindo ante esa tierna piel expuesta y comienzo a besar lentamente, con los labios cerrados; puedo sentir cómo te recorren esos placenteros espasmos, luego entreabro los labios, sorbiendo un poco de la piel, hasta que utilizo la lengua para recorrer desde la base del cuello hasta el oído.

— ¿Te gusta?

—Si…

Con esa declaración terminé delineando el contorno del oído con la lengua mientras sentía cómo te doblabas de goce, sujetándome fuertemente la espalda, acariciándome como sólo tú has hecho. Y en un sorpresivo arrebato me tomas de la cintura y me pones de espaldas en la cama, ahora tú sobre mí. Jadeo de la impresión y placer a la vez que capturas mis labios en un fuerte beso, lamiendo y mordisqueando ligeramente mientras yo me entretenía acariciándote el pecho, bajando la mano hasta tu virilidad; entonces te apartaste sorprendido, pero sólo te sonreía mientras conseguía avivar tu erección por encima de la ropa.

Comenzaste a jadear y logré volver a cambiar de lugar contigo, me arrodillé y te quité el pantalón sin dejar de observarte, esa mirada de incertidumbre y deseo me animaban cada vez más, luego te levanté un poco la camisa y comencé a besarte lentamente el vientre mientras seguía frotándote con el cuerpo, deslizando una mano por debajo de tu ropa interior, echaste la cabeza hacía atrás con una inmensa sonrisa, yo sentí lo húmedo que estabas y seguí acariciándote.

 

Volviste a mirarme, bajé un poco más para quitarte la ropa, muy lentamente, utilizando los dientes, dejándote completamente expuesto. Jamás había conocido a tu querido amigo, y me da gusto verlo, ahora comienzo a darle vueltas al glande con la lengua mientras tú te retuerces de placer; lo tomo con una mano y comienzo a masajearlo con suaves movimientos arriba y abajo, pero dándole unas pequeñas vueltas.

Observarte en éxtasis, escuchar tus gemidos y sentir tu cálido cuerpo estremecerse me hace desearte más, y complacerte aún más. Saboreo con mayor rapidez mientras mis manos se pasean por tus gemelos, bajando por tus piernas y delineando tu entrada, no sin antes asegurarte que no le haría nada más. Después, justo cuando comenzabas a llegar al límite, engullo por completo tu delicioso manjar, simulando frenéticamente tus embestidas con la boca, hasta que me regalaste tu peculiar esencia, la cual saboreo y limpio de tu virilidad.

— ¿Cansado? —Entre jadeos, alcanzas a decir:

—Vaya, ¿c-cómo aprendiste a hacer eso?

—Cualquiera que vea porno puede aprender algo, lo interesante es llevarlo a la práctica, ¿no crees? —Una mirada sorpresiva, luego con interés.

—Quien te viera, me gusta ese lado tan perverso tuyo.

—Descansa un poco. —Lo cobijé y lo rodeé con mis brazos—. Te despierto en un rato.

–No te preocupes, me puedo quedar contigo.

–Perfecto, no tendré que encerrarte en el baño, shhh, duerme ya…

 

 

Notas finales:

Je, recordando el título...

"Dar es mejor que recibir"

Sobre todo si amas a esa persona y te preocupas por su bienestar y seguridad; siempre es una forma de demostrar el afecto, ya que no cualquiera pone la alegría, satisfacción y goce por encima del propio.

 

(Y cómo liberaron a Ryou?) Sé que sólo aplicaba para Yugi y Atem, pero en los último capítulos de la primera serie aparece algo que lo puede explicar (no lo quiero decir para no arruinarles el final)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).