Misaki pov
Nunca pensé que onodera-san reaccionaria de tal manera, vi el miedo encarnado en sus ojos, que parecían ver espejismos y sobre-cargar su mente, su mirada perdida y a la vez desconcertada como si viera fantasmas que mantenían al limite su cordura, pendiendo de la cuerda floja, solo dejó escapar una sola palabra, la cual me llenó de múltiples interrogantes y dudas.
“s-sempai…”
De un momento a otro, onodera quedó inconsciente en mis brazos y por reflejo, al ver al chico que nuevamente se iba de este mundo, de mi boca salió sin pedir permiso o pasar por mi mente siquiera…
¡Ritsu!
Y nuevamente, onodera-san había colapsado de sus irregulares y complicadas emociones que lo atormentaban, nuevamente vencido por sus recuerdos y su oscuridad con quien no ponía resistencia alguna, lo vi pues, frágil, como un corazón de la más fina porcelana…aunque, debo decir que, la verdad, a simple vista el chico parecía con todo respeto, un delincuente pervertido o algo mucho peor, su mirada en sí reflejaba lujuria y rebeldía, un verdadero chico problema para cualquiera que lo mirase…pero aún seguían en mi mente esa expresión que vi al tomarlo en mis brazos por primera vez, no eran para nada aquello que aparentaba a simple vista, eran los ojos de un corazón de sentimientos puros y a la vez destruidos, aquellos que me hicieron jurar sin siquiera conocerlo y despertar en mi corazón sentimientos que pensaba no tenerlos, sin darme cuenta, al ver la cara ahora serena del castaño inconsciente, el sueño se apoderó de mí y me sumió en el más dulce sueño que pudiera haber tenido.
Desperté despistado y atontado, pero de un humor que no tenía desde hace mucho tiempo, la sola presencia del que yacía a mi lado, preso aun del sueño, me despertaba inconscientemente una sonrisa que no acostumbraba a tener debido a mi pasado y culpa, aun recordaba a ni-chan retándome a cada rato por ser tan serio y aislado del mundo y la frialdad con que siempre los trataba…si me viera así…
Porque, después de que mis padres murieron, resolví cerrarme al mundo, vivir aislado de todos quienes fueron mis amigos por la culpa que me carcomía, porque, yo había matado a mis padres y asesinado los sueños de mi más preciado hermanos, no tenía derecho a vivir en felicidad pero tampoco podía dejarme llevar por mis pesimistas pensamientos, dejarme vencer solo por lo que yo mismo había ocasionado, debía reparar mis faltas y seguir adelante ya si me costaba la vida y la felicidad… debía por consiguiente, ser el mejor de los mejores, sobresaliente entre los sobresalientes, un estudiante ejemplar mejor que mi hermano y cumplir al pie de la letra todo cuanto no pudo hacer ni-chan y así pagar toda la tristeza causada por mi egoísmo, aunque ni-chan siempre me trataba de animar, siempre me decía que no era mi culpa y me llevaba buenos retos cuando no hacía más que llenarme de estudios y ni un amigo, me molestaba y hostigaba de mi pésimo temperamento….
No tenía nada de prisa con levantarme, después de todo, aún faltaban dos semanas para comenzar mis estudios aquí en Inglaterra, la venida repentina este nuevo lugar había surtido efecto en un torbellino de sentimientos en mi mente que acoplaban perfectamente en el lúgubre y tormentoso ambiente que tenía desde el accidente de mi hermano, y aun así y pese a todo contratiempo, era como estar en una eterna primavera resplandeciente mirando al durmiente a mi lado, después de dos largas semanas, paz y tranquilidad tanto para mi corazón como mi mente, como si los problemas que tenía hasta entonces eran solo una pesadilla de la que he despertado súbitamente, pero como se dice, la paz viene antes de la tormenta y este chico oculta muchas cosas, muchos sentimientos, una vez que él despierte…estoy seguro y doy por firmado que no será fácil, el camino será largo, complicado y confuso, eso lo tengo claro, pero también tengo claro que mis sentimientos son demasiado fuertes como para dejarlo a medio camino, lo ayudaré cueste lo que cueste, hasta el final.
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