-Sabes que puede morir en cualquier momento-
-Mamá… la mala hierba nunca muere-
-¡Hiro-chan no hables así de la abuela!-
-De todos modos no puedo asistir, ya te lo había dicho- Hiroki suspiró por enésima vez antes de volver a exponer sus razones- soy asesor de fondo de tres tesis, debo calificar exámenes y terminar mi libro de literatura. No puedo ir- resaltó las últimas palabras ante la insistencia de Anna Kamijou, que desde hacía una semana lo llamaba todos los días.
-Kamijou Hiroki, vienes o vienes punto- gritó Anna Kamijou desde el otro lado de la línea a su hijo, voz que pudo escuchar perfectamente Miyagi desde donde estaba sentado.
-Permíteme sweet heart- le dijo a Hiroki mientras le arrebataba el teléfono.
-Señora Kamijou, como jefe de su hijo permítame decirle que él mañana estará sin falta en su casa; yo me encargaré personalmente del trabajo de mi amado; quiero decir de su hijo…- Sin esperar respuesta fue hacia Hiroki y, mientras con una mano tapaba su boca, con la otra ponía el teléfono en altavoz.
-¡Muchísimas gracias! ¡no sabe lo que eso significa para mí!-
-De nada señora Kamijou pase feliz tarde-
-Feliz tarde igual- a penas colgó, Miyagi le devolvió el teléfono y con un fugaz beso en la mejilla mientras se dirigía hacia afuera de la oficina.
-¡Profesor!- gritó Hiroki furioso apenas reaccionó de su mini estado de shock por las acciones siempre violentas de su superior.
-Mi amor, deberías tener más tiempo libre de descanso, la vida no es sólo la Universidad ¿sabías?- De pronto Hiroki bajo la mirada, sabía que una de las tantas razones por las que se había separado de Nowaki fue que ambos llegaron a poner primero sus carreras, aunque en verdad esa no hubiera sido la verdadera razón de su separación, Hiroki estaba consciente que puso muchas veces su trabajo antes que incluso él mismo.
-Tienes razón- se limitó a decirle al profesor quien le brindó una última sonrisa
-Déjame tu trabajo de fin de semana a mí y al menos visita una vez al año a tu familia, ¿de acuerdo?
-Umm- y con esa aprobación de Hiroki, Miyagi salió de la oficina. Hiroki se volteó a seguir trabajando mientras a los pocos segundos una persona entraba y cerraba sigilosamente la puerta.
-Hm, la última vez dijo que me invitaría a cenar si volvía a olvidar algo- mencionó sarcásticamente Hiroki al recordar que eso era lo que siempre prometía Miyagi cada vez que olvidaba su material de cátedra.
-Entonces tendré que invitarte a cenar porque, efectivamente, olvidé algo- respondió con una sonrisa de lado contemplándolo desde la puerta, refiriéndose a todo el papeleo para la solicitud de visa.
Al escuchar aquella voz notoriamente distinta, Hiroki volteó a ver sorprendido para encontrarse a Usami viéndolo fijamente; un escalofrío recorrió de pronto su espalda y sus brazos se erizaron instantáneamente por lo que a penas cruzaron miradas Hiroki volteó hacia su escritorio de nuevo.
-Qué quieres, estoy ocupado- Fingió estar trabajando, la verdad no estaba de ánimos para ver a su antiguo amor platónico. Lentamente Akihiko caminó hacia Hiroki mientras sacaba de su bolsa un cigarro y un encendedor, se sentó sobre el escritorio de su mejor amigo para verlo de frente a pesar que este estuviere con la cabeza baja y, mientras intentaba formular las palabras exactas qué decirle, le prendió fuego al cigarro.
Ahora que lo miraba, no dudaría ni un segundo en volverlo a escoger para ese inmenso favor que le iba a hacer; después de todo, Hiroki siempre había estado allí para él, tal vez no tan cercano como antes pero le alegraba saber que aún después de todos esos años, y de sus propios errores, Hiroki seguía siendo una de las pocas personas en quien podía confiar.
-Hiroki- Su tono de voz suave y profundo caló los oídos del profesor que intentaba no prestarle atención. Claro, aquello era estúpido pues según él, estaba seguro que ya no tenía ningún sentimiento por el ojivioleta, además tenía demasiado que adelantar si pensaba irse con su familia; pero todos aquellos pensamientos fueron olvidados cuando escuchó su nombre salir de esos labios que siempre le causaban escalofríos involuntariamente. Esa voz la conocía muy bien, pero el tono que usaba no, por lo que algo dudoso lo volteó a ver y sus ojos apagados se lo confirmaron.
-Akihiko- esbozó suavemente –está prohibido fumar aquí, ¡apágalo!- le terminó gritando para anular completamente un ligero calor que empezaba a recorrer sus mejillas.
-Oi, oi, está bien- Akihiko se dirigió hacia el otro escritorio y guardando silencio sonrió al apagar su cigarro en una cigarrera junto con muchas coletillas de cigarro en ella.
-Esa mirada tuya no me gusta, ¿qué pasó?- inquirió Hiroki que, para variar, no era de darle muchas vueltas a ningún asunto y prefería ir al punto pues odiaba desperdiciar el tiempo.
-Necesito tu ayuda- esperó a que Hiroki lo volteara a ver para poder explicarle y a penas Hiroki volteó, la mirada violácea se posicionó sobre las orbes achocolatadas de su antiguo amigo de la infancia. –Necesito…- sabía que Hiroki era de pocas palabras y lo notó cuando escuchó su voz
-Sí…Akihiko yo...-
-Cásate conmigo- soltó de inmediato antes que Hiroki empezara con su discurso de “no tengo tiempo”.
-¡¿Eh?!- Un rubor enorme que le cubrió hasta las orejas se posicionó en el rostro de Hiroki al escuchar la súbita propuesta de Usami a quien no había visto en meses. Parpadeó un par de veces pensando si había escuchado mal pero la sonrisa de Usami le insinuaba que no. Empezó toser por ahogarse con su propia saliva y sin quererlo comenzó a sentir que sudaba frío mientras con la mirada le pedía una explicación al ojivioleta que miraba relajado cómo el moreno se convertía en un manojo de nervios.
–¡Q-qué clase de idiotez dices…!- pronunció apenas recuperó la voz.
-No es una idiotez, solo necesito que me ayudes a engañar a inmigración casándote conmigo-
-¡¿Qué?!- Ni siquiera pudo gritar pues tenía un nudo en la garganta del desconcierto enorme de la propuesta que le estaba diciendo Akihiko… -¡N-No…!- a penas dijo aquello audiblemente se levantó de su escritorio e hizo el ademán de salir pero Akihiko se colocó enfrente.
-Vamos no es tan difícil, pensé que me ayudarías-
-¡E-eso e-es ile-gal!- gritó Hiroki nervioso tratando de asimilar todo tan de repente.
-Lo sé-
-¡Claro que lo sabes baka! ¡Todo el Mundo lo sabe!-
-¡Hmp! No seas exagerado, quieren a terroristas no a personas como nosotros, no notarán que es ilegal-
-¡Estás loco!- Intentaba esquivar a Akihiko pero siendo más bajito no podía siquiera avanzar un paso hacia la puerta que estaba justo detrás del peligris insistente.
-¡Solo va a ser por un tiempo!, por favor- dijo lo último calmadamente e inmediatamente Hiroki dejó de hacer presión para salir y lo volteó a ver a los ojos. Dudó por un instante y su mirada chocolate empezó a sentir empatía… hasta que Akihiko volvió a hablar.
-Serían aproximadamente dos años- y dicho esto Akihiko vio como Hiroki perdía su mirada compasiva por un ceño fruncido y en un rápido movimiento lo esquivó para salir corriendo del lugar.
O casi corriendo, pues no avanzó ni dos metros cuando sintió que un cuerpo lo sostuvo con tal fuerza por detrás que Hiroki se vio impedido de huir cayendo sobre Akihiko. El profesor más enojado y sonrojado que nunca intentó levantarse pero el agarre en su cintura era demasiado fuerte y contrario a ello Akihiko, logró voltearlo para quedar boca arriba y enfrentarlo.
-Baka... nos van a ver.- su pecho estaba agitado y su enojo era evidente ante el peligris. Sabía que Akihiko no era una persona común, muchos recuerdos de su infancia le confirmaban aquello pero jamás pensó en que llegaría a tal situación.
-De acuerdo, si no deseas, no te pediré ayuda.- concluyó el joven escritor amablemente pero sin dejar de presionar el cuerpo de Hiroki contra el suelo y con una pequeña sonrisa en los labios que Hiroki la catalogo de mal augurio.
-Pero si no te ayudo…- dijo Hiroki presintiendo que esas iban a ser las siguientes palabras de Akihiko y, efectivamente lo eran.
-Solo te pondré como protagonista en todas mis novelas BL,- Un terrible sonrojo que ya se había esfumado volvió a aparecer en las mejillas de Hiroki lo cual hizo ampliar la sonrisa de Akihiko pues lo que dijo tomó el efecto esperado.
-No lo harías-
-Sabes que sí-
-Pues, deberías saber que no me importa si haces…- comenzó a decir el profesor con el ceño fruncido pero se quedó callado cuando escuchó a Usami.
-Me van a deportar- lo interrumpió Akihiko haciendo que Hiroki emitiera un suspiro entrecortado de asombro por lo que acababa de decir.
-¿Qué?- Esas palabras dichas por Akihiko le hicieron congelarse un segundo por el hecho de pensar en todas las implicaciones de una deportación estatal. De pronto dejó de sentir la presión en su cintura y el pesor del cuerpo del ojivioleta sobre el suyo mientras poco a poco se levantaba del suelo y Akihiko quedaba hincado frente a él con la cabeza levemente baja.
-Tuve… que salir del país hace unos meses, cuando mi visa estaba en trámite, de lo cual se dio cuenta migración y me suspendieron la emisión de una nueva visa por lo que estoy obligado a volver a Inglaterra por lo menos por un año.
-Eh…- No sabía qué decir, las palabras no eran necesarias para averiguar lo siguiente que diría Akihiko.
-Y la única manera de no irme de Japón es casándome, por eso necesito tu ayuda, eres la única persona a la que le puedo pedir esto…- Akihiko suspiró después de terminar de hablar pues sonaba realmente ajeno a él cuando Isaka se lo dijo pero ahora que lo había tenido que explicar se materializó de la situación en la que estaba. Por primera vez desde hacía mucho comenzaba a sentir preocupación, sin embargo no le duró mucho al escuchar a Hiroki.
-De acuerdo- suspiró también el moreno. Sabía que no podía dejar solo a Akihiko ni a esos ojos violáceos que lo miraban preocupado. Además, cualquier persona haría lo mismo ¿no?, no es que todavía le gustara, es que cualquier persona normal y no enamorada aceptaría casarse con un amigo para que evadieran a migración y cometieran un fraude de ley; sí… cualquier persona… lo haría.
-¿En serio?- parpadeó un par de veces mirando al castaño fijamente a lo cual este desvió inmediatamente la mirada.
-S-sí- respondió un poco dudoso pero no menos convencido de que igualmente siempre iba a terminar aceptando la propuesta de Akihiko pues, desde que tenía memoria lo había hecho, incluso cuando, aceptar todo lo que le pedía Akihiko, había hecho que se destrozara su corazón.
-Perfecto,- dijo inmediatamente aunque pronto su cara pasó a seria de nuevo, -Oye Hiroki, esto no traerá problemas con tu pareja, si es así yo…
-Dije que te ayudaría y eso haré- respondió inmediatamente Hiroki sin esperar a que Akihiko preguntará algo más o dijera algo más pues no creía necesario hablarle de que hacía más de dos años que se encontraba solo.
-Ummm, de acuerdo- esbozó una ligera sonrisa hacia Hiroki que sabía, jamás le había fallado en nada. Se levantó del suelo y le ofreció la mano al castaño que la tomó pero sintió que inmediatamente era jalado hacia fuera de la Universidad.
-Espera… ¡baka!-
-Siempre hay mucha cola en Migración, tenemos que darnos prisa-
-¡Hey al menos déjame ir por mis cosas!- Y mientras el profesor se zafaba del agarre de Akihiko este solo atinó a sentirse aliviado pues al menos su problema estaba resuelto… momentáneamente.