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Maleficent por lizergchan

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Notas del fanfic:

Espero que les guste n_n

Disclaimer: Los personajes de Sherlock Holmes no me pertenecen, sino a su autor Sir Arthur Conan Doyle. La serie “Sherlock” pertenece a la BBC. Maleficent pertenece a Disney y está basada en el cuento popular de la Bella Durmiente.

Personajes: Sherlock, John Watson y otros.

Aclaraciones: Este fic es del fandom de Sherlock de la BBC, únicamente tomaré algunas características del universo de Grimm (y quizás menciones de los personajes), por lo que no es un crossover como tal.

Advertencia: Este fic contiene Slash, lemon, y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

 

Resumen: —No me interesa el poder o dominar a nadie, Jim —dijo Sherlock mirando el firmamento. Atardecía y el cielo comenzaba a teñirse de diferentes tonalidades —. Los fae no somos como los humanos que necesitan dominar o ser dominados, no tenemos reyes, ni casas, o títulos de nobleza.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Maleficient

 

 

 

Capítulo 01.- Amor de humano, es dominación

 

 

 


Las Ciénegas, uno de los pocos territorios en el mundo del hombre en el que los fae, aún vivían; ellos eran felices, confiaban los unos en los otros, no tenían rey, pues no lo necesitaban, pero de entre ellos, sobresalía un pequeño, habitante de un frondoso sauce. Sherlock no era un niño común, era de los últimos de su especie. A pesar de su corta edad, era fuerte, tenía grandes alas que arrastraba al caminar, largos cuernos coronaban de su cabeza, además, poseía unos hermosos ojos que cambiaban al capricho de la luz.

 

El joven fae era muy curioso y observador (lo que en ocasiones podía meterlo en problemas), bastaba unos segundos para poder descubrir hasta los más íntimos detalles de quien tuviera enfrente.

 

Sherlock surcaba los cielos, buscando algún nuevo misterio; jamás había traspasados las fronteras que dividían las Ciénegas del mundo del hombre, no porque le temiera a los humanos, era más bien, por considerarlos estúpidos, aburridos y sin gracia alguna. ¿Qué de interesante podían tener? No eran capaces de volar, cambiar de forma, usar magia y eran tan frágiles como una hoja, enfermaban y morían con facilidad.

 

 

Bajó a tierra al escuchar las chillantes voces de tres pequeñas hadas.

 

— ¿Qué sucede? —preguntó el niño. El trío, le contó  que los Ents, habían atrapado un humano robando en el lago de cristal. Curioso por naturaleza, Sherlock se apresuró a ir al lugar que le indicaron.

Era imposible que un humano pudiese traspasar las fronteras y llegar tan lejos.

 

Sherlock aterrizó entre dos criaturas, eran una clase de árboles humanoides, que al ver al niño, hicieron una leve inclinación con la cabeza. Estaban sobre una roca plana, en la orilla del lago de cristal, quien debía su nombre a los diamantes y a lo cristalino de sus aguas, que brillaban con los rayos del sol.

 

—Un humano logró infiltrarse —dijo uno de los seres en tono de disculpa, pero Sherlock no le prestó atención, su mirada estaba fija en los matorrales.

—Sal, no te haremos nada —unos segundos de duda, pero finalmente emergió de las sombras —. Eres pequeño—.

—Por supuesto, soy un niño, al igual que tú —dijo ofendido.

—Regresa lo que has robado—.

—Yo no he robado nada —Sherlock bufó molesto, los Ents lo se movieron para intimidar al humano, quien, finalmente, sacó un diamante del tamaño de una manzana y se lo entregó al fae.

Sherlock contempló la joya, antes de dejarla caer en el agua, los Ents, dieron la vuelta y se alejaron, perdiéndose entre la vegetación.

 

Sherlock acompañó al humano a los límites de las Ciénegas.

—De haber sabido que la tirarías…

—No la tiré, la regresé a casa.

—Soy Jim Moriarty —dice el niño, extendiendo su mano. El joven fae levanta una ceja; no veía malas intenciones en el humano.

—Sherlock—el fae gimió de dolor cuando estrechó la mano de Jim.

— ¿¡Qué sucede!? —

—El hierro, lastima —Jim, miró su anillo, sin pensarlo dos veces, se lo quitó y arrojó lejos, para volver a ofrecer su mano al fae.

 

 

Moriarty iba todos los días a visitar a Sherlock, con el tiempo, ambos niños se dieron cuenta de lo mucho que se parecían; los dos poseían mentes prodigiosas, capaces de crear un sinfín de problemas a las pobres hadas que tuvieran la desdicha de toparse con ellos.

 

Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses y estos en años. Y como suele suceder en la mayoría de las veces; la amistad se convirtió en algo más.

Sherlock y Jim se encontraban sentados en el pasto, desde ese punto, podían apreciar el castillo, ese que tanto ambicionaba poseer Moriarty.

 

—Cuando yo sea rey, haré que todos te adoren como a un dios —dijo Jim tomando las manos de Sherlock entre las suyas.

— ¡Aburrido! —se quejó el fae separándose del humano para poder estirarse cual largo era en el pasto.

— ¿Es que no lo deseas?, ¿no te gustaría tener a todos besándote los pies? Eres el más poderoso de todos, si quisieras, podrías tener el mundo a tus pies—.

—No me interesa el poder o dominar a nadie, Jim —dijo Sherlock mirando el firmamento. Atardecía y el cielo comenzaba a teñirse de diferentes tonalidades —. Los fae no somos como los humanos que necesitan dominar o ser dominados, no tenemos reyes, ni casas, o títulos de nobleza.

 

Jim frunció el ceño, realmente no comprendía al joven alado.

— ¿Qué sentido tiene tener tanto poder sino se disfruta? —cuestionó Moriarty, se colocó sobre Sherlock, haciendo que sus miembros se tocaran intencionalmente.

 

Sherlock gimió ante la nueva sensación; jamás había experimentado algo igual; pues el placer carnal era algo ajeno en los seres nacidos de la magia.

 

Moriarty sonrió, feliz de que sus acciones estuvieran surtiendo efecto.

—Sherlock, déjame mostrarte el poder que tienes sobre de mí y yo sobre de ti —susurró Jim a milímetros de la boca del fae —. Esto se llama beso de verdadero amor, la fuerza más poderosa del universo —. Finalmente, unió sus labios.

 

Sherlock contestó con torpeza, pero fue suficiente para que Moriarty intensificara el contacto. Sus manos vagaban por debajo de las ropas del fae, arrancando gemidos de placer.

No supo en qué momento quedó desnudo, pero en ese momento no le importaba, el fae sólo quería sentir.

 

La boca de Moriarty hizo un camino de saliva, desde la barbilla, hasta el pecho de Sherlock. Jim se detuvo para jugar con las tetillas de éste, mordiéndolas, chupándolas, hasta dejarlas erectas y húmedas.

La respiración de Sherlock era acelerada. No sabía lo que Moriarty le estaba haciendo a su cuerpo, pero le agradaba; era como si su ser comenzara a hacerse fuego,  le agradaba.

 

El humano volvió a atrapar los labios del fae, luego su cuello, su perfecto pecho, hasta llegar al ombligo, robándole más y más gemidos de placer. Una osada mano se cerró en el miembro de Sherlock, comenzando a bombearlo, mientras que la otra se colaba entre los glúteos.

 

Sherlock se removió incómodo, sus alas comenzaban a entumecerse, Moriarty lo notó, por lo que hizo al fae ponerse en cuatro y así, sin aguardar más, lo penetró.

El dolor fue indescriptible. Sherlock sintió que lo estaban partiendo, pasó mucho antes de que la agonía permitiera entrar al placer, y finalmente, los dos llegaron al clímax.

 

—Amor… dominación… no importa como lo llames, al final, es lo mismo —murmuró Moriarty antes de besar a un exhausto Sherlock en los labios.

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Bueno, esté fic es porque abrí mi bocota y aposté que ganaba México en el partido que tuvo antes de Holanda (No se acuerda con quien fue), pero también es por un regalo para Cesia por su cumpleaños, espero que te guste, aunque mi regalo esta algo retrasado XD

 

 

El fic contará con tres capítulos, así que nos vemos en el segundo.


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