En la vieja montaña había una habitación para cada uno de los miembros de los jóvenes héroes, aunque flash y Robin no habitaban todo el tiempo allí. Kid Flash, con Robin aún en brazos, recorrió en un segundo las escaleras de Caracol en dirección a su habitación favorita en toda la montaña, la de su chico maravilla.
Robin apenas podía comprender a donde lo llevaban, el impacto y al fricción de la alta velocidad lo aturdían, pero al mismo tiempo disfrutaba escuchando lo latidos cardiacos de Wally en su oído.
Finalmente Wally llegó a la habitación, introdujo el código de entrada y accedió junto con Robin en sus brazos.
– ¡Hey! ¿Desde cuándo sabes el código de mi habitación?– le dijo Robin cuando lo colocó sobre la cama.
El pelirrojo solo sonrió y fingió inocencia, para después decir
–eso es un secreto hasta saber tu nombre Rob...–
Robin desvió la mirada y se puso rojo, pero esta vez de enojo, le había dado la vuelta a su pregunta.
Rob sintió como Wally se sentaba a su lado, le giró su cara hasta que se encontró con la penetrante mirada del ojo verde.
–no puedo hacerte mío si no se tu nombre Rob, quiero tenerte por completo...– hizo una pausa y deslizo una mano por el rostro del chico maravilla delineando su antifaz.
Robin tragó saliva, Wally realmente se veía melancólico, no quería que estuviese así.
De repente Wally se paró y miró a Rob.
– iré por lo necesario para hacerlo... Me tomaré mi tiempo. Piénsalo Rob y... prepárate– dicho esto Kid Flash dejó la habitación con un paso a una velocidad común.
– ¡...!– Robin no sabía qué hacer, la mirada de Wally lo había dejado completamente destrozado, no quería verlo así, pero que debía hacer, Batman se lo había prohibido.
Comenzó a dar vueltas en la cama pensando, era cómoda y amplia perfecta para...
Las mejillas se le sonrojaron mientras que mordía su labio inferior nervioso.
Decidió entrar al baño y limpiarse, después de todo llevaba todo el día sin asearse. Y cómo bonus, se despejaría la cabeza para elegir.
Saco su traje de su cuerpo lentamente mientras el agua se calentaba, ya desnudo se deslizó a la regadera, el impacto del agua relajó sus músculos marcados por los arduos entrenamientos que tenía desde la infancia. Pero también la calidez del agua marcaba con fuego el contacto de momentos antes con su KF.
– ¡¿mi KF?!– susurro. Después sólo golpeó la pared del baño y cerró la llave del agua.
Aún mojado se sentó en el suelo de mármol del baño. El agua descendía por su cuerpo elegantemente, como pequeñas caricias de ánimo para el chico.
"Batman es mi mentor, mi padre, mi maestro."
"Pero Wally es mucho más que eso él es... Como decirlo, es más que mi mejor amigo y mi confidente, él es... Mi Razón"
Inmerso en su reflexión Robin encontró un hilo de luz para decidir, cuando Batman se había tenido una extraña conexión con Talia al Ghul, ella sabía de su identidad de Batman a pesar de ser la hija de uno de los seres más difíciles y enigmáticos de combatir en sus años como compañero del caballero oscuro, Ra's al Ghul.
Sí Batman podía romper ese regla con los villanos, ¿por qué no decírselo a Wally? Él era un súper héroe después de todo.
Con una sonrisa segura y hermosa, Robin se puso de pie tomó una toalla para secarse y luego una pequeña bata negra que colgaba del perchero, abrió el picaporte sin pararse a mirar el disfraz y su antifaz tirados en el piso.
Flash estaba como loco buscado entre su desastrosa habitación el kit, había sido una broma de los inocentes por parte de su mentor flash, argumentando que siempre era "necesario" tenerlo a la mano ese tipo de aditamentos.
Después de sumergirse en una pila de ropa acumulada en el rincón, decidió buscarlo en el armario de caoba que había en la otra esquina, al abrirlo encontró lo que buscaba una cajita negra con adornos blancos, era discreta y se mimetizaba con las cajas de zapatos.
La tomó y la abrió con cuidado, si allí había todo lo que necesitaba, e inclusive unos objetos extra que podía usar después de que Robin se acostumbrara.
Wally se sonrojó y se reprendió a sí mismo por sus pensamientos.
–Wally deja de pensar en eso, todavía no sabes si él quiere hacerlo así– tomo la caja en sus brazos y se dirigió a la habitación de su chico maravilla.
Al estar en frente de la pared KF dudo un poco, tenía miedo a que Robin lo rechazara, que nunca pudiese ver el rostro desnudo de su chico y susurrar su nombré. Las manos le temblaban, pero después de un suspiro se armó de coraje y abrió la puerta, encontrándose con una escena que le abrió la quijada de asombro y algo más abajo también comenzó a reaccionar.
Robin se encontraba sobre la cama sentado dándole la espalda a Wally, cubierto únicamente por una ligera bata negra que se deslizaba por sus hombros, a parte de esta no había nada más ni siquiera el antifaz.
–Y...ya estoy aquí Robin– dijo con severo sonrojo en su rostro. Robin dio un respingo al escuchar su voz pero no voltio a verlo, no todavía tenía que ser especial para ambos.
Una risita tímida, muy diferente a las otras, salió de los labios de Rob
–Y yo estoy aquí Wally– era la primera vez que decía en voz alta el nombre de su amado héroe, KF sonrió embobado al escuchar su nombre de sus labios.