Cubría sus ojos con lentes obscuros, un sombrero adornaba su cabeza, Robin espera paciente, en la banca de esa tienda de helados. Lo ve con una carpeta en mano, se levanta y se acerca a él cuidadosamente.
-Buenas tardes señor oficial- le llama con su voz baja, algo que le desagrada a Smoker
-Buenas tardes ¿Señora?...-la carpeta parece pesada, por lo que cambia de mano -O ¿Prefiere el apellido Monkey?- pregunta con un tono irónico, ya que ella se presentó así
-Necesito hablar con usted- ignora la pregunta, le interesa más terminar con eso
-¿De Luffy?- la mira fijamente, sabe que es de él, no tiene otra cosa que pueda decirle que no sea que se aleje del pelinegro, pero eso jamás pasará
-Por aquí por favor- no nesecita contestar, se da la vuelta y comienza a caminar, sabe que el peliblanco la seguirá
Llegan a un museo, algo que extraña a Smoker, pero luego de ver todo a su alrededor lo comprende... Ahí no se puede hacer ningún escándalo, es una mujer muy astuta.
-Lo observe, todo el tiempo- habla con voz baja pero auidible para su acompañante, observando una pintura
-Lo noté... ¿Trataba de estudiarme?- sigue su juego, simulando el tono de voz, también mirando la pintura.
-Exacto... Comprendí que no utiliza a Luffy, como lo pensé en un principio- baja la vista, el pelinegro tiene razón, desconfiar del mundo no la hará feliz.
-¿Utilizarlo? ¿Por qué tendría que hacerlo?- pregunta interesado, siguiendo a la mujer, que camina asía otra pintura
-Boa Hancock- contesta con cierto resentimiento
-Ah claro... No logro comprender como una persona como Luffy, pueda tener alguna clase de relación con ella- le molesta aun tener la imagen de ella abrazondo a Luffy, su sonrisa que mostró cuando mencionó que era policía, y su mirada retadora cuando... Espera un momento ¿Por qué dijo eso? "Tranquilo Smoker, puedes correr mi misma suerte" Es amiga de Luffy ¿Por qué ella es odiada por ellos si no es policía?
-Es algo que no entiendo, Luffy tiene ese don de volverse amigo de cualquiera- sonríe, siempre lo hace cuando recuerda el día en que lo conoció, ese chiquillo, de apenas 8 años, con una mirada de preocupación.
-Si, de cualquier persona- sonríe, Luffy es simplemente sorprendente
-¿Por eso te emoraste de él?- pregunta observando la sorpresa de Smoker -¿No ta habías dedo cuenta?-
-¿Como?...
-Digamos que... Intuición femenina- le sonríe, parece que Luffy no es el único distraído -Solo puedo decirte que... Mientras no lo lastimes, no diré nada de su relación- lo mira fijamente, poniendo nervioso al peliblanco.
-¿Relación?- da un paso atrás y por sus manos nerviosas, deja caer la carpeta, ocasionando que la dama ría discreta -No, no sé de que hablas- trata de levantar la carpeta, pero algunos papales caen de ella, por lo que tiene que bajar nuevamente, haciendo que más papales cayeran.
Divertida por aquella reacción, le ayuda a levantarlos, pero entre los papeles una fotografía le borra su sonrisa, en ella una mujer peliblanca cuelga de la litera de una celda
-¿Qué es esto?- pregunta muy desconcertada, sin poder dejar de ver la fotografía, con los lentes oculta sus ojos llorosos -No puede ser suicidio- su voz entrecortada delataban sus ganas de llorar
-Esta en el periódico Baroque Works, en primera plana ¿No lo viste?- la observa detenidamente, no es una reacción normal
-No leo Baroque Works, no es un periódico serio- observa otra fotografía, se concentra en ese mensaje, serca de los barrotes "De lo que tengo miedo, es de tu miedo" solo espera que sea tinta roja-¿Por que lo estas retando?- apenas susurra y una lágrima se le escapa de uno de sus ojos. La seca al sentirla, pero Smoker logra verla, con esos ojos desconcertados
-Emma- dice sin pensar, recordando a la niña peliblanca y callada que tenia como compañera de clase.
El corazón de Robin se acelera, comenzando a sudar y los nervios se apoderan de ella; se levanta de inmediato... Hace tiempo que no la llaman así. Smoker se sorprende, al ver esa reacción
-¿Eres la hija de Nico Olvia?- no lo cree, él ya había negado esa posibilidad, pero ahora ella se había delatado sola.
Robin observa a su alrededor, ya ha contado 6 guardias cercanos, la placa de Smoker a la vista; sonríe sabe que no puede escapar.
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Guarda nuevamente su celular, recarga su cabeza en el respaldo de su sillón, suspira; ¿Por que decea escuchar su voz? Observa su móvil y cierra sus ojos, recordando aquellos labios que lo besaron la noche anterior.
Escucha los golpes en la puerta, se levanta apresusado, tal vez es él, pero los repetitivos golpes le aclaran que no es así.
-Luffy... ¿Que sucede?- pregunta Law sorprendido, el menor parece preocupado.
-Zoro... Zoro no está- contesta agitado, tratando de controlar su respiración.
-¿Hace cuanto que lo esperas?- le pregunta tranquilo, Luffy es de las personas que se desesperan rápidamente cuando esperan a alguien.
-No llego a la casa y tampoco esta en el bar...- baja la cabeza y seca sus ojos con uno de sus brazos -Él nunca falta al trabajo- Law se sorprende, nunca había visto a Luffy así -y... Y... El refrigerador esta vacío- lo mira angustiado, al ojeroso se le resbala una pequeña gota de sudor por la nuca, al parecer no es Zoro el que le preocupa a Luffy.
-Puedes comer conmigo si quieres...
-Me dijo que quería estar solo- lo interrumpió, con una cara preocupada y una voz seria. Law abrió los ojos de sorpresa, eso era una mala señal. -¿Crees que haya ido allá?
-Es posible, le marcare al resto- tomo su móvil, pero el celular de Luffy llamó la atención de ambos, al ver el identifucador, contestó apresurado
-Koala- el ojeroso lo observó confundido, ¿Quien era ella?, pensó que la única mujer que había conocido era la hija del gobernador, ¿Que nuevas personas están relacionándose con él? ¿En que problemas lo podrían meter? -Muchas gracias, sabía que podía contar con ustedes- dijo emocionado, ¿Contar con ellos? ¿De que habla Luffy? Tiene que poner al tanto a todos los demás.
-¿Con quien hablabas?- pregunta curiosos, acercándose al menor
-Una amiga- contesta sonriente -Lo encontraron, esta en Ohara, se encerró en esa casa ¡Vamos!- se dirige asía la puerta pero Law lo detiene del brazo
-¿Encontraron? ¿Quienes?
-Mis amigos, vámonos antes de que cambie de lugar- se suelta y sale del departamento, Law lo sigue muy pensativo, bajan por el ascensor llegando al estacionamiento, Luffy corre hasta un auto amarillo, el ojeroso quita los seguros y suben a el
-Informale a Robin, ella se encargara de avisarle al reto- le dice mientras maneja saliendo del eedificio
-Ella tampoco contesta, le he estado marcando desde hace una hora- su voz se escucha mas preocupada que cuando hablaba de Zoro -se que algo anda mal- susurra manteniendo la vista en el camino
-Entonces... Nami- tenía un mal presentimiento, por alguna extraña razón quería informarles a todos, mientras conducía una molestia en el pecho se hacia mas incomoda.
-No, no quiero hablar con ella- dijo molesto frunciendo el ceño -Además, ¿Crees que a Zoro le gustaría eso?
-Tienes razón, pero... -Suspira profundo, esa molestia no disminuye -No podremos tu y yo- el alto le ayuda para verlo a los ojos, Luffy nota la preocupación escondida del ojeroso
-Intentare con Kid, tu avisale a Sanji... Ellos son fuertes como él- Luffy toma su celular, mientras que Law se coloca sus manos libres y seguir conduciendo.
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Era claramente una persecucion, en aquel camino abandonado, gracias a la nueva autopista que inauguraron el verano pasado; el auto viejo, lleno de jóvenes llevaba la delantera, afortunadamente ellos reaccionaron rápido de otra manera ya estrían muertos.
El conductor observa un desvío, sonríe pues conoce la zona perfectamente, lo toma y el auto negro los sigue. El camino esta lleno de piedras y arboles caídos, es difícil manejar ahí, pero aun así no logran perderlos.
-No puedes ir mas rapido- dice la única joven que va con ellos, esta asustada, las lágrimas en los ojos, sus labios secos y temblando la delatan. El conductor no contesta se limita a seguir conduciendo, pero los disparos hacen gritar a sus pasajeros, la joven cubre su cabeza con los brazos y cierra los ojos llora cada vez mas fuerte, sus compañeros le gritan para callarla, ellos también tiemblan de miedo.
En el auto negro un hombre encapuchado va sentado en la ventana del copiloto, riendo a carcajadas mientras dispara, es obvio que falla al propósito y al parecer se esta divirtiendo.
Una mujer de negro los observa desde la copa de un árbol, decide sentarse, se pregunta ¿Como sera ahora? todos los días ve la decisión incorrecta de cada ser humano
El joven conductor ve que por fin el auto negro esta cada vez mas lejos, la sonrisa regresa a su rostro da unos jiros y llegan a una granja abandonada y entran en ella cierran rápidamente, para que no lo noten sus cazadores.
El auto negro enfrena y sus ocupantes salen de él, observando el lugar.
-Te lo dije- se oye una voz ronca, el otro ríe a carcajadas
-Eres un maldito genio- trata de controlar su risa, -Vamos haslo- le dice más tranquilo mientras se recarga en el cofre del auto
-No me des órdenes- se queja, la mujer de negro se le acerca por la espalda sonriendo
-Trailos a mi- le susurra y él saca un interruptor y oprime el botón, creando una explosión, que destruye la granja; las partes del auto salen volando mezcladas con escombros de madera. La muerte sonríe al ver las almas brillando que están entre las llamas.
-Esto es grandioso, sin duda eres el mejor- aplaudía riendo, pero su compañero entra al auto y arranca -¡oye! espera, el espectáculo aun no termina- se acerca por la ventana del piloto.
- Y sabes que nuestro trabajo tampoco- le dice el de voz ronca quien saca una hoja de papel y tacha seis nombres, algo que también hace la dama, ella sonríe, es algo extraño que alguien más haga eso
-Bien- resignado sube al auto e inclina el asiento -¿Quien sigue?
-Tenemos que ir a Arabasta- se coloca el cinturón de seguridad y conduce
-Despiertame cuando lleguemos
La muerte observa detalladamente la hoja blanca, se sorprende que sea casi igual a su lista, sino fuera por ese nombre que no aparece en la suya, -Divertido ¿Eh?
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En una cabaña los hermanos pelirosa, revisaban un mapa, el rubio conectaba algún tipo de monitores, escuchan la puerta abrir y las pisadas de varias personas, los tres parecen formarse en frente de la mesa
-¿DÓNDE ESTÁ?- escuchan en grito de un hombre, de unos cuarenta años, con una extraña cicatriz en su rostro
-Al parecer se dirige a Arabasta- la mujer es la única que contesta
-¿Cómo lo sabes?- con voz molesta se acerca a ellos, siendo los hombres quienes bajan la vista
-Hina puso un rastreador en el sombrero, él nunca lo suelta- otra vez la mujer contesta, manteniendo una mirada tranquila
-¿Cómo fue que escapó?- pregunta el hombre un poco mas calmado, observando la reacción de cada uno.
-Fue culpa mía, señor juez, me confíe y golpeo mi cabeza cuando le lleve el desayuno- contesta el rubio, sin poder levantar la mirada.
-Me habían informado que ya estaba tranquilo- le da la espalda y regresa con el grupo de hombres que lo acompañan.
-Bueno, si, las fotos que mi hermana y yo le traíamos, lo calmaban un poco, pero...- dirige la vista a sus compañeros, con preocupación traga saliva y la dirige al juez. -Hoy en el periódico...
-MALDICION... NO ME DIGAN QUE VIO LA MUERTE DE...- furioso, el juez vuelve a acercarse
-No, Hina retiro esas paginas... Pero creo que ese fue el error- la mujer baja la vista, y se me inclina para disculparse -Hina no tomo las medidas necesarias, Hina se disculpa.
-Así que pensó que algo andaba mal- dice en voz baja, pensativo regresa con aquellos hombres vestidos de traje negro.
-Algunos hombres están en camino para taerlo de vuelta- el hombre pelirosa habla mas animado, aun si poder ver a a la cara al juez.
-Bien... Mantengame informado- sale del lugar sin mirar a los oficiales, entra al auto, manteniendo la mirada perdida y preocupada al mismo tiempo; cubre sus ojos con la mano -Espero que no hagas nada estúpido... Ace
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