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La curiosidad de la muerte por natzuki-san

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Notas del capitulo:

No tengo excusa alguna para defenderme, por tardar tanto en subir el capítulo, lo único que puedo decir es que lo disfruten.

Los personajes aquí mencionados le pertenecen a Echiiro Oda

Las lágrimas no dejaban de caer, el abrazo fue el mas fuerte que se pudieron haber dado, la tenue luz que se colaba por la ventana, era suficiente para que ellas pudieran verse. 

-Solo corre sin mirar atrás, nunca me conociste y por favor olvida todo lo que has visto u oído, no sabes nada entendiste- le decía la mayor de cabello blanco a una pequeña muy parecida a ella. 

-No quiero dejarte sola- contesto la niña de escasos 12 años, mientras se aferraba a su madre. 

-toma, compra solo lo necesario y escondete en la casa de tu tía- después de soltarla le entrego un sobre, mirándola a los ojos, aun con la preocupación inundando cada rincón de su cuerpo. 

-pero mi tía...- tartamudeo la pequeña 

-No buscaran el la casa de un muerto- la interrumpio, se puso de pie y la dio la espalda -Perdoname por meterte en esto... Pero era la única manera de protegerte- apretó sus puños y nuevas lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos. 

Los golpes de la puerta lejana, las altero, la mujer tomó a su hija y la metió en una pared falsa serca de la ventana de ese cuarto casi vacío, sino fuera por la cama individual una mesa y un viejo ropero. 

-Precavida como siempre Olvia- la pequeña escucha la voz de un hombre maduro, ella intenta mirar pero la madera esta tan bien unida que no hay un espacio suficiente para que ella pueda observar. 

-Al parecer no lo soy tanto, me encontraste Roger... o debería llamarte...- un estruendo calla a la mujer 

-¿Quieres morir?- esas palabras hacen temblar a la niña abraza sus piernas y trata de controlar su temblor y llanto 

-No te conviene... Matarme- la voz de la mujer se esucha como si se le dificultara respirar -Sueltame...- otro golpe hace brincar a la niña 

-Solo vives porque te lo he permitido, no lo olvides... Al igual que a tu hija 

-Ella, huyó- la voz de la mujer se oye mas clara -Me odia, acaba de descubrir que mate a los padres de su compañero, seguro ella me denunciará- los ojos negros se abren por completo al escuchar a su madre, ¿Qué esta diciendo? Eso debe ser mentira 

-Los hijos, son hijos... Aunque esas lágrimas parescan reales, mi instinto me dice que mientes- escucha los pasos de un lado a otro, las sirenas de las patrullas se escuchan cada vez mas cerca -Están aquí, gracias por mi ascenso... Todo, absolutamente todo lo que digas sera usado en tu contra 

Asustada la niña tapa sus oídos, aprieta los labios, pero logra escuchar algunos golpes por unos minutos, después el silencio la abliga a quedarse dormida. 

La molestia en la espalda la despierta, empuja la madera y se libera, camina tambaleándose, observa sangre en el piso, entonces la voz de su madre surge de sus recuerdos "Me odia, acaba de descubrir que mate a los padres de su compañero" "Olvida todo lo que has visto u oído" 

-Bien madre, a partir de hoy te odio y te olvidaré- susurra sin apartar la mirada de la mancha de sangre en el suelo, apretando el sobre. 
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-Jaguar D. Saul, abra la puerta, señor Jaguar D. Saul- se escuchaba desde la puerta, de esa casa de campo rodeada de un sembradio de trigo. 

Afuera más de diez oficiales esperaban con armas en mano, frente a ellos kizaru, un hombre moreno vestido de un traje amarillo con rallas negras, era su primer día como un oficial federal. 

Lentamente la puerta se abre, era un hombre muy alto, con sobre peso con un sombrero vaquero cubriendo su cabeza y una barba rodeaba su rostro -joven Kizaru, que alegría, a que se sebe su inesperada visita- dice al observar a cada uno de los hombres. 

-Detective, ya soy un detective- corrige mostrando su placa e identificación unidas, para después guardarla en su saco. 

-Valla, eso quiere decir que la visita es oficial, tendré que cancelar el té- dice fingiendo estar desanimado, bajando su vista al suelo 

-Sempai, tenemos que entrar, se lo pido como favor, por el respeto que le tengo- Saul levanta la mirada y lo mira fijamente 

-¿Tienes una orden? ya que si no la tienes es mejor que te vallas 

-Tenemos información que adentro, se esconde la hija del demonio blanco, si no nos dejas pasar podría ser acusado de ser complice- amenasa levantando el volumen de su voz 

-Deben estar locos, después de dos años la siguen buscando- dice con ironía -además ¿Porque se escondería aquí? Aunque no sea ya un oficial no quiere decir que me he convertido en un delincuente, pero si ya me consideran como uno... Enseñame la orden y los dejare pasar- los reta con la mirada. 

El moreno saco su celular -Rodeen la casa, no escapara... Señor fiscal necesito una...- los hombres marcharon y cubrieron cada salida que pudiera existir mientras su jefe hablaba por teléfono -es mejor que no te muevas la orden llegara en cualquier momento 

-Que rápido se acabo el repeto- dijo con una sonrisa de lado 

La imagen fue captada por un telescopio, eran observados por una joven que cubría su blanca cabellera con un gorro negro, sentada en lo alto de un árbol muy lejos de esa casa. 

-se lo tenia merecido ese viejo, fue bueno exparcir esos rumores me sirvió de cebo- dio un gran salto y comenzó a caminar en dirección contraria -si no hubieran quemado la casa de mi tía tendría a donde regresar...- pensaba con una expresión triste 

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-Maldición ¿Donde rallos se metió ahora?- pensaba un niño moreno con pecas en el rostro, mientras buscaba con la mirada 

-Ace- le llama preocupada una mujer de cabello verde obscuro, con un rostro tierno, pero lleno de duda. 

-Madre- contesta sorprendido 

-¿Por qué no estas en clases?- se acerca a él, pero sin mostrar enojo alguno 

-Bueno... 

-Es Luffy ¿cierto?...- dice con un fuerte suspiro -¿Otra vez peleo con tu abuelo? 

-Si... Lo busque con Dan Dan, pero no esta ahí, ya fui al parque donde entrenamos pero... 

-No me dirás ¿Que fue lo que pasó?- busca su mirada con una tierna sonrisa, interrumpiendo al menor 

-Otra vez pregunto por su madre biológica- baja la vista apenado las manos,mientras muerde su labio inferior 

-Ya veo- se reincorpora preocupada -es lógico, no puedo ser la madre de tantos niños ¿verdad?- sonriente trata de consolar a Ace 

-Pero nos ha cuidado... 

-Todos los demás, incluyéndote han preguntado por sus madres, Luffy dejara esta etapa pronto, no te preocupes- lo interrumpe, tomándolo de los hombros -regresa a las clases, yo lo llevare a casa mas tarde 

-Si 

-Supongo que estará en la casa de Usopp, sino tal vez en ese lugar 

De tras de un contenedor de basura se escondía un pequeño, con sandalias y sombrero de paja, llevando un gran trozo de carne cruda en las manos 

-creo que me esconderé un poco más- con voz baja y tratando de no hacer ruido al caminar, se alejo de aquel lugar, caminó escondiéndose regularmemte para no ser encontrado. 

Llegó serca de un nuevo restaurante, logro ver a un hombre mayor con trenzas en su barba y bigote, río divertido al verlo, pero unos ruidos extraños lo asustaron. 

Curioso se acercó lentamente, y una joven con gorro y ropa sucia, salió de la basura con restos de comida en mano, sin notar que estaba siendo observada, salto fuera del contenedor; caminó sólo unos pasos para verificar su motín. 

-¿Te comerás eso?- preguntó el pequeño, sorprendiendo a la chica. 
No respondió, pero lo observo cuidadosamente, no recordaba cuando había sido la ultima vez que la miraban así...  preocupado 

-Puedo romperte el cuello si quiero, solo ni dejes...- hablo un hombre, boto una bolsa llena de basura y volvió a serrar la puerta trasera del restaurante 

La chica tomo al pequeño y se escondió, cubriendo su boca, soltándolo después de que el hombre entró, suspiró aliviada, recargando la cabeza en la pared 

-Shishishi ¿Tu también te escondes?- río el pequeño 

-¿También?- pensaba, ella no quería hablar, se puso de pie y fue asía donde estaba la basura que había sacado, revisandola a detalle 

-Si comes eso te enfermarás- insistió el pequeño al verla 

-Ocupante de tus asuntos- mantuvo sus palabras en su mente por lo cual el pequeño se acerco más 

-¿No puedes hablar?... Me llamo Luffy, si te quieres esconder y no comer basura, acompañe y se mi amiga- dijo feliz, ocasionando sorpresa y confución a la chica -vamos- camino pero la mayor lo ignoro -los policías hacen su ronda medio día 

-¿Medio día? No tardan...- analizó rápidamente, desviando la mirada de un lado a otro -mejor lo sigo 

-Shishishi, lo sabía- sin ser descubiertos llegaron al bosque Sabaody, la joven se estaba desesperando, habían caminado mas de dos horas y el supuesto escondite no aparece. 

Sintió una brisa, alzó la vista encontrándose con unos árboles enormes con grandes raíces sobresaliendo del suelo, tambien habia una casa bastante amplia de dos pisos, con juegos infantiles serca de esta, y mas adelante un enorme jardin con varios arbustos, que formaban un laberinto. 

-¿Quien es este niño?- se pregunto sorprendida sin dejar de caminar y observar el lugar; llegaron a una enorme roca, cubierta por enredaderas. 

-entra- dijo el niño, jalando algunas enredaderas mostrando un hueco, donde apenas podría entrar la joven. 

Sin mas remedio, ella se deslizó pecho tierra, cuando sintió mas espacio levanto la vista, asombrándose con el paisaje dentro de esa enorme cueva. 

Una tenue luz se colaba por algunos espacios en el techo, un pequeño riachuelo llegaba aun lago de cristalinas aguas, el musgo le daba un toque especial a las rocas húmedas y los arbustos combinaban con todo lo anterior. 

-Por aquí tengo leña...- emocionado buscaba, empaló su carne y trato de prender la fogata, la joven sonrió, y se acerco a ayudarle. -genial sabes cocinar- levanto las manos y le brillaron sus ojos tal cual estrellas 

Tenia bastante tiempo que no comía así, tal vez estaba insípido pero era mejor que restos de basura, también comer acompañada le hacia falta; pero sabia que terminaría, solo hoy corrió con suerte. 

-Ya que eres mi amiga puedes quedarte aqui, nadie mas conoce este lugar...- menciono después de pasar su enorme bocado -Tengo un amigo que le platique de esto, pero es muy miedoso para venir conmigo, eres muy valiente- sonrió 

-parece que no me tiene miedo- se dijo sin mover sus labios 

-No, me darías miedo si tuvieras la cara de mi abuelo- sorprendió a la joven con su comentario - mi abuelo es el único que me da miedo. 

-¿acaso lee mi mete?- lo miro a los ojos confudida 

-Shishishi, nadie puede leer la mente- se burlaba confundiendo mas a la joven -estuvo delicioso... Creo que es hora de irme si te quieres quedar claro que puedes, y sino esperó verte pronto, porque ahora somos amigos - sin dejar que la joven reaccionara se marcho dejando un pequeño pedazo de carne en el palo aun en las brazas. 

-No pierdo nada con quedarme unos dias- dijo en voz baja viendo los píes del menor saliendo por el pequeño hueco en la roca. 

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Las nubes negras anunciaban la lluvia, la joven corre por el jardin, las primeras gotas mojan su ropa, antes que ella pueda entrar a la cueva, que se ha convertido en su hogar. Ha perdido la cuenta de las semanas que se a refugiado en ese lugar. 

Ahora tiene un espacio especial para dormir, con ayuda de Luffy que le ha llevado cada día algo para su comodidad, incluso cuando él descubrió que le gustaban los libros, le ha llevado los de su abuelo y aunque no ha cruzado palabra con él, pueden entenderse muy bien. 

Escucha los ruidos de alguien arrastrándose, sabe que es su pequeño amigo, se acerca a la única entrada que conose del lugar; Luffy parece llevar un cargamento grande, sonríe seguro es carne, le ayuda con eso y el menor se levanta emocionado. 

-Abrelo, vamos abrelo- dice emocionado, la joven desamarra el trapo que cubre el motín de Luffy, se topa con muchos comics, al fin y al cabo el es un niño -Shishishi, esos son mios- los quita de inmediato, y deja a la vista unos jens, una camisa vaquera de dama y cosméticos, más abajo una chamarra de mezclilla y un espejo con marco, para poder colgarlo en la pared, lo suficientemente grande para ver todo su rostro, pero pequeño para esconderlo entre la ropa. 

La ropa es nueva, se nota en el color y la textura, pero sobretodo por las etiquetas que todavía cuelgan de ella, no puede dejar de verlas, ¿Que hizo este niño para tenerlas?, dirige la vista confundida así él 

-No te preocupes, no las robe, Makino las compró para mi nueva amiga... Le dije que era su cumpleaños así que le di mi alcancía, pero se que no era mucho para  todo esto- sin importancia, comienza su lectura de comics. 

Ella sonríe, después de desnudarse entra al lago, no tiene de que preocuparse por Luffy, a él no le interesan esa cosas, trata de mantenerse en la orilla, no sabe nadar y estan solos en ese lugar para que alguien pueda salvarla. 

Después de disfrutar su baño, decide ponerse la ropa que el pequeño le llevó, dejando secar su larga cabellera que le llega a la cintura, con el poco viento que corre por esa cueva; con emoción toma los cosméticos y se acerca al espejo, pero al ver su reflejo su sonrisa se borra. 

No puede dejar de verse a través del espejo, retrosede lentamente, el reflejo la sorprende más, ahora lo nota, el parecido es sorprendente, parece que esta viendo a su madre cuando era joven, mueve sus ojos encuentra una piedra y se la arroja al espejo. 

Luffy por inercia presta atención, la joven esta llorando, parece que no se puede mover, el pequeño camina un padre pasos, observa su cabello, es la primera vez que puede verlo, le parece hermoso, pero por alguna razón, le parece familiar. 

Ella se deja caer y se encoge, sus manos cubren su cabeza, se siente frustrada, enojada ¿Nunca sera libre?, el parecido que tiene con su madre nunca se lo permitirá, pasara el reto de su vida escondiéndose, como una delincuente. 

La luz que refleja un pedazo de espejo, la obliga a serrar uno de sus ojos, mueve su cabeza solo un poco, sin pensarlo lo toma y corta su cabello, con desprecio lo avienta y da un grito, todo lo que tiene serca lo arroja lejos de ella mientras llora desesperada. 

Con respiración agitada reacciona, y recuerda al pequeño, lo busca con la mirada, pero no lo encuentra; tal vez lo asusto, tal vez prefirió dejarla sola, suspira y ve el desastre que hizo, resignada decide limpiar. 

Pensativa observa el ligero reflejo que le da el lago, ha metido sus pies en él, dirige la vista al techo, los rayos de luz que deja entrar la cueva, cubren su rostro, entonces se da cuenta que ha pasado mucho tiempo desde que Luffy se fue; el miedo la invade al pensar que el ha visto su cabello. 

Asustada busca sus cosas, sabe que tiene que huir, pero los ruidos la hacen acercarse a la entrada sonríe al ver a Luffy, pero como lo temía se escucha otra persona, lo que la hace temblar. 

-Rápido, tienes que apruparte- dice le pequeño, por alguna razón la joven no se mueve 

-Estoy casi afuera- es una mujer tiene un pañuelo en la cabeza y una bolsa en mano 

-Mira es ella- señala Luffy cuando la mujer por fin se pone de pie, la joven abre los ojos temblorosos, nuca pensó que el pequeño fuera quien la entregaría -Por favor Makino ayuda la 

Ayudarla, él ha dicho que la ayude, entonces no la reconocio, pero de nada sirve eso seguro la mujer si lo hará. 

-Ella es la amiga que no le gusta su cabello- dice sorprendida, no pensó que fuera tan bella -Mucho gusto soy Makino, es mejor te sientes te lo arreglare- sonriente saca de su bolsa tijeras y cajas de tinte para el cabello. 

La joven confundida observa a los dos, pero el pequeño la jala llevándola a una roca para que se sentara. La mujer corta su cabello, después de un rato aplica el tinte, después de enjuagarlo, Makino saca un espejo de su bolsa y se lo muestra a la joven quien toma lo toma sorprendía. 

-¿Te gusta ahora?- pregunta sonriente la mayor 

- te vez bien, pero me gustaba mas antes- Luffy con su puchero de siempre se acerco a ella. 

-Y ¿Como te llamas?- pregunta la mujer borrándole la sonrisa a la joven 

-Robin- contesta Luffy de inmediato 

-¿Como?- dirige la vista al pequeño -¿No me habías dicho que ella no podía hablar?, ¿Como sabes su nombre? 

-Es Robin- insiste el pequeño 

-Deja de ponerles nombres de tus historias a la gente, es por eso que Usopp se molesto contigo por llamarlo Joker- lo regaña, pero con dulce voz 

-Se llama Robin- con voz molesta Luffy enfrenta a Makino 

-Y tu te llamas Luffy,no Batman- le recuerda 

-Pero ese es mi nombre- por primera vez habla la joven -mi nombre es Robin 

-¿Puedes hablar?... GENIAL- grita sorprendido Luffy, alzando las manos 

-Bien Robin, no puedes quedarte aquí toda la vida - la toma de las manos gentilmente -¿No te gustaría ir conmigo al refugio infantil? 

Robin se pone de pie, soltando las manos de la mujer, desconcertandola y sus temblores regresan, busca sus cosas con la mirada tiene que salir se ahí pronto. 

-No nos interesa de donde vienen, ni tampoco que hicieron, el pasado es pasado, siempre se queda atrás- las palabras de Makino llaman su atención 

-No, no quiero- interrumpe Luffy -Eso tienes que decir, y ella se irá 

La ahora pelinegra lo observa, no puede desaprovechar esta oportunidad, tiene nuevo aspecto, nuevo nombre y un nuevo amigo ¿Que puede perder? ¿La libertad? Eso hace mucho que la perdio..

Notas finales:

Nos leemos en el próximo capítulo

Bay bay


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