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BET U WISH U HAD ME BACK por Keny-chan

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Notas del capitulo:

Wahoo~

¡Ya llegó la actualización! 

 

Capítulo tres

~La calma es más caprichosa que el tiempo~

 

 

El lejano resonar de su despertador provocó que el cuerpo en sus brazos se removiera un poco. Se contorsionó para alcanzar el molesto aparato y terminar con su algarabía mañanera.

Un ojo azulino se mostró bajo un párpado semi abierto, con las nubes de sueño aún cubriéndolo.

—   Apenas son las seis. Vuelve a dormir. — le susurró con cariño, respondiendo así a su muda pregunta.

—   Quiero desayunar contigo, Makoto-san.

—   Entonces duerme otro poco en lo que me baño, ¿ne?

El peli celeste no dio contestación. Se giró bajo las cobijas hacia la pared y se perdió nuevamente. En cambio él se levantó con cuidado y salió con dirección al baño, no sin antes tomar unos jeans y su playera del uniforme. Mientras el agua tibia resbalaba por su bronceada piel, se quedó pensando en su conviviente.

Hoy será un largo día para Tetsu-chan” Pensó algo preocupado. Quisiera poder pasarlo con él por completo. Pero no, hay mucho por hacer.

Cuando volvió a su habitación, Tetsuya ya estaba en pie, con el cabello bien revuelto y estirándose cual gato.

—   Buenos días, Tetsu-chan. — dijo frente a él, agachándose para darle un beso en la coronilla.

—   Buenos días— musitó el menor, sonriéndole en respuesta al gesto— Mi turno.

Kuroko imitó lo que el castaño hiciera, aseándose con calma, esperando poder alejar la nostalgia con la espuma y el agua.

—   No importa.

—   ¡A desayunar!— escuchó desde fuera

Makoto habló más de lo normal durante el desayuno. En esa fecha le gustaba distraerlo con viejas historias cómicas vividas por el cuerpo de bomberos. Como aquella vez que tuvieron que acudir al rescate de un pequeño gato, y el castaño antes de lograr tocar suelo quedó atorado en una rama por culpa de su tirante. El peli celeste reía discretamente. Los trastos usados se quedaron en el fregadero y ellos caminaron apaciblemente hasta la universidad donde Kuroko estudiaba literatura.

—   Que tengas un buen día, Tetsu-chan. Cualquier cosa que necesites, no dudes en llamarme. —

—   Ten cuidado, Makoto-san.

El bombero siguió su camino hacia la estación, despidiéndolo desde la distancia con el brazo. Él lo observó desaparecer y suspiró, el castaño siempre se portaba aún mejor con él ese día. Era temprano, se quedaría en la biblioteca hasta que diera la hora de su primera clase.

 

 

 

 

 

Es terrible tener un aniversario para un acontecimiento que fue tan triste y doloroso. Pensó mientras dejaba sus cosas en su respectivo casillero. Dudó de su decisión, pero confiaba en el menor sin lugar a dudas. Él se mantenía firme 364 días al año, con una sola excepción. Al final del día, las cosas volverían a su camino.

—   Tachibana, el jefe necesita hablar contigo— anunció un compañero.

—   Gracias, voy en seguida.

No se preocupó, sabía que siempre que solicitaba su presencia no era para ninguna mala noticia.

—   ¿En qué puedo ayudarle, Ootsubo-san?— quiso saber, pasando a la oficina después de tocar.

—   Quisiera que revisaras unos reportes, ya sabes que los novatos llegan a cometer errores comunes y si lo crees conveniente, les expliques nuevamente, ellos no saldrán corriendo nada más verte.— explicó el pelinegro con una media sonrisa.

Makoto rió ligeramente. Casi siempre le encomendaban ese tipo de tareas cuando no había incendios que extinguir. No le molestaba en absoluto, era algo sencillo.

—   Por cierto, ¿cómo se encuentra Kuroko-kun? Taisuke no tenía intención, pero ha terminado contándome. — se excusó apenado a pesar de que su tono siempre era grave.

—   Está bien. Cada vez lo toma de mejor manera. Agradezco su preocupación. — contestó con su típica sonrisa.

—   Espero no te molestes con mi hermano, hay veces en las que es inesperadamente boca floja.

—   En absoluto. Lo conoce desde preparatoria, así que entiendo.

—   Salúdalo de mi parte. Puedes retirarte.

Salió tal y como su jefe le dijo. Quizá el peli celeste no había contado nada a nadie en todo ese tiempo, pero para Makoto estaba claro que el muchacho se volvía completamente transparente cuando se trataba de esa persona.

Prefirió no pensar más en ello y acomedirse a sus deberes.

 

 

 

 

 

—   Y con esto finalmente hemos terminado. Muchas gracias por tu ayuda, Kuroko-kun. — le dijo una joven mujer a su lado.

—   No es nada. Me alegra que todo esté listo. — respondió amable.

Miró el reloj en su muñeca. Habían terminado justo a la hora que había estimado.  

—   ¡Kuro-chan, Aomine te está esperando afuera!— gritó un pelinegro que llegaba hasta él, con el mismo uniforme. — Anda, largo. Yo termino esto.

—   Gracias, Takao-kun.

—   Nada de gracias, me debes una tarde de frappé con pastelillos. — añadió con una sonrisa burlesca. Vio al peli celeste asentir con una muy leve sonrisa.

—   Caray, siento horrible verlo tan decaído.

Suspiró mientras recogía la basura y la echaba al cesto. Sólo eso faltaba, así que se acomodó el flequillo y sonrió satisfecho.

—   Takao-kun, Midorima-kun pregunta por ti. Está en la entrada posterior.

—   ¡Uwah, qué miedo! Shin-chan queriendo darme una sorpresa. — exclamó con un fingido dramatismo, abriendo la verja, parándose frente al peli verde. 

—   Cállate, idiota. Vámonos. — sentenció el más alto, sin mirarle y arrastrándolo consigo, aferrado a su mano.

Él sonrió enternecido. Aunque el tsundere se vista de seda, tsundere se queda. Pensó con mofa. Pero ¿qué se le iba a hacer? Así lo quería. Se acomodó a su lado y caminaron tranquilamente hacia el apartamento de Midorima.

 

 

 

 

 

 

—   Tardaste demasiado, Tetsu. — se quejó el moreno que permanecía recargado en la columna de la entrada.

—   Lo lamento, Aomine-kun. No pensaba andar por allí con un panda sobre el pecho. — dijo un poquito divertido.

—   Como sea. Aunque hubiera sido adorable. — se encogió de hombros y sonrió— Sube.

Abrió la puerta correspondiente al copiloto. Tetsuya miró el coche no muy convencido.

—   Era la patrulla o la motocicleta y sé que la segunda te gusta menos, así que no te pongas de remilgoso. — amonestó a su amigo que expresaba abiertamente su renuencia.

—   Debo dar crédito a tu consideración, Aomine-kun. — repuso finalmente entrando.

—   Oh, vamos. Deja el sarcasmo para otro día.

Tomó el volante y encendió el motor. Vio de reojo que Tetsu sacaba el móvil.

—   No es necesario, ya le avisé a Tachibana. No tiene problema con que te quedes conmigo esta noche.

—   Gracias.

—   Primero vamos por algo para la cena, después por las películas y finalmente a casa. El cinturón, Tetsu. — enunció el moreno, concentrado en el camino. Él se ajustó la correa de seguridad.

Contempló a su amigo un momento. Y agradeció profundamente tenerlo aún a su lado. Porque a pesar de las cosas que se rompieron entre ellos años atrás, se seguían teniendo el uno al otro. Y Aomine había sido su salvador (nuevamente). A gritos, a coscorrones, a palabras duras, a palabras dulces, con abrazos, con todo su ser lo había sacado del abismo en el que la partida de Kagami lo había sumergido.

“Sea como sea, sigues siendo mi mejor amigo, Tetsu. La persona más importante. Así que ya déjate de estupideces y reacciona. Joder”

Esas habían sido sus palabras exactas. Sus labios se curvaron sin advertencia.

—   ¿Y esa sonrisa tan grande?— le preguntó su chofer.

—   Gracias, Aomine-kun. — susurró—Gracias, Makoto-san— pensó, pues el castaño también había ayudado a mantenerse después de ser auxiliado por Daiki.

—   No importa cuántos años pasen. Allí estaré, idiota. Y no sólo yo. Lo sabes.— dijo él, con una sonrisa de superioridad.

—   Quiero pizza.

—   Me leíste la mente, Tetsu.

 

Ese día se cumplieron tres años desde su rompimiento. Y aunque aún le entristecía. Sentía que era menos. Era menos porque Makoto-san lo consentía y lo protegía mientras dormía, porque Aomine-kun permanecía a su lado y buscaba hacerlo sonreír, porque Kise-kun a pesar de estar lejos, nunca olvidaba mandarle un mensaje recordándole lo mucho que lo quería.

Más tiempo, menos lágrimas.

 

 

 

 

 

 

Llevaba mirando el boleto más de una hora. Iría a Tokio y le buscaría. Aunque no supiera por dónde empezar, y aún si tuviera que husmear en cada rincón, conseguiría verlo de nuevo.

—   Más te vale hacer las cosas bien, Haru. Aunque bueno, también fue culpa mía— dijo la susurrante voz de Rin, al otro lado del teléfono.

 

 

 

 

 

 

Llegó a casa después de un arduo día. La estancia estaba completamente vacía. A pesar del calor, sentía todo tan frío. El frío de una larga ausencia. Suspiró, esperaba que pronto le concedieran lo que tanto deseaba.

Encendió el ordenador y en seguida una pestaña de correo salió. La abrió al instante, al ver que era de la estación general. Sonrió enérgico al leer el contenido.

Transferencia al Cuerpo Principal de Bomberos de Tokio. Aceptada.

Volvería, iría a él y explicaría la razón de su desaparición. Cumpliría su promesa.

—   Ya vuelvo, Kuroko. 

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer y dejar sus comentarios (que ahorita mismo me pongo a responder)!

 

Espero éste también les haya gustado. Tengo dos detallitos que aclarar. 

1. El jefe de Makoto, Ootsubo-san, será el hermano mayor de Ootsubo Taisuke, que para quien tenga buena memoria con los nombres y para quien no, es el antiguocapitán de SHUTOKU. Y sí, un también será bombero. 

2. Aomine-kun, será el sexy policía y excelente amigo, super dedicado a su trabajo. Por tanto, no habrá AoKi (que sería la más probable), y nop, tampoco está enamorado de Tetsu. Espero sepan comprender. 

Y para Kina Ni Juu, quien me pidió MidoTaka, ta-da~ allí esta. Aunque sí pensaba incluirlos xD Los adoro. 

 

Espero sus comentarios, gracias por leer. Cualquier duda, saben dónde encontrarme. 

Besos. 


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