Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La misión por Shiro0

[Reviews - 26]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaa!! Gracias por esperar tan pacientemente ;') y por lo comentarios.

No alargare más esto así que, les dejo el cap.

Capítulo 19  "Esta cerca"

 

— Mmm…Romano— Dice indeciso—… por casualidad tú…me cambiaste de ropa ayer—Pregunta tratando de no sonar tonto. El aludió enarca una ceja, mientras lo mira con el rostro serio.

— ¿De qué hablas Bastardo? Porque tendría que cambiarte de ropa, acaso eres un bebé.

Ambos caminaban por los pasillos hacia su próxima clase, mientras conversaban se las arreglaban para no chocar con nadie  que viniese del lado contrario al que iban. Por lo mismo, no les preocupaba hablar de cosas como “desnudar” en los pasillos, ya que la mayoría iba enfrascado en sus propias conversaciones.

—Ehh, ¿Entonces cómo es que desperté esta mañana con el pijama puesto? No recuerdo habérmelo puesto.

Sin dejar de caminar.

—No sé a qué te refieres. Cuando llegue al dormitorio estabas prácticamente desmayado en la cama—Muestra una sonrisa socarrona—Al punto de casi entrar en coma ¿y sabes? babeabas mientras duermes.

Antonio se sonroja—¡¡Yo no babeo!! —Dice entrando a su clase. Por su lado pasa otra pareja, un inglés y un Norte americano que pese a tener que entrar dentro de poco a la sala, aún caminaban relajados.

—Qué me dices de entrar el próximo año en el concurso de talentos—Le pregunta al de lentes quien tenía una mano ocupada con cuadernos, mientras la otra estaba guardada en el bolsillo de su pantalón.

—Mmm no lo creo— Responde al seco.

 Arthur no puede evitar mostrar frustración.

—Come on, no pierdes nada con intentar—Apresurando el paso para detenerlo— ¿Sabes lo que cuesta llegar hasta aquí?

Alfred se queda mirando un momento la cara de seriedad de su compañero, para luego desviar la vista y mira a los lados. — ¿Te refieres al instituto?

Arthur arruga el ceño—En parte sí, pero también me refiero  a seguir de pie a estas alturas del año.

Alfred esboza una sonrisa lánguida— Sabes que es algo natural en las personas estar de pie, no pueden quedarse toda la vida sentados o acostados. Como los caballos, necesitan estar de pie, sino su peso los aplasta.

Arthur le dice molesto—No es a eso a lo que me refiero. —Alfred lo rodea y continua caminando siendo seguido por el otro—Vamos a ponerlo de otra forma, llegas a mitad del año y en los exámenes más difíciles que alguna escuela haya visto jamás, logras quedar en tercer lugar. Ahora me dices y demuestras que sabes tocar el piano mejor que incluso los profesores de música que tenemos, que incluso podrías ser compositor. ¡No puedes desperdiciar tus capacidades!

Dándole un rápido vistazo— ¿Ahora se supone que tu trabajo como presidente del consejo es hostigar a los alumnos para conseguir que vayan a un concurso?

El inglés carraspea algo avergonzado por el comentario— Solo lo hago para que las personas que tienen potencial no lo desperdicien…

—Ya, y yo te lo pregunto por qué no huelo el gato encerrado. —Ironizando.

— Lo digo en serio, por un parte se supone que el presidente del consejo estudiantil logre hacer que los alumnos mejoren, y por otra me gusta ayudar a las personas.

—Lo dices como si ellos no tuvieran esperanza en la vida.

—Solo digo que me alegraría saber que pude ser de ayuda para los demás.

—Deberías estudiar algo relacionado con la medicina o tal vez con la psicología, si quieres ayudar a las personas —Dice doblando en una esquina para llegar a la máquina expendedora. Se detienen y Alfred saca algunas monedas del bolsillo. Saca un jugo que se lo da a Arthur quien lo acepta agradecido con un movimiento de cabeza— Lo mejor es estudiar algo como eso ¿no crees?

—No desvíes la pregunta. Deberías intentarlo, como curiosidad por ultimo.

 Saca un jugo para él de la maquina, para luego voltearse y dirigirse a la sala que le corresponde.

— ¿Qué dices?

— ¿Si te digo que me lo pensare dejaras de hablar?

Sintiéndose ofendido, vuelve a fruncir el ceño pero dice— Sí.

—Bien, entonces me lo pensaré.

Arthur sonríe triunfante para seguir caminando.

—Pero tengo una duda—Dice Alfred, captando la atención de Arthur—Porque me pides tan vehementemente a mí que entre cuando hay tantos alumnos más que de seguro entrarían encantados a tu concurso.

—Eh…—Arthur se queda parado frente a la puerta. Alfred entra y al sentir que su compañero no lo  seguía se voltea.

— ¿No entraras?

----------------------------------

— Quizás deberíamos estudiar más para los próximos exámenes— Propone Francis al grupo sentado en el césped, entre quienes se encontraban Feleciano, Ludwing, Romano, Alfred, Antonio, Arthur, Gilbert y Matthew.

—No crees que deberían estar Kiku y Yao para proponer esa idea— Pregunta Antonio, a lo que el Francés niega.

— No es necesario, ya sabes que ellos prefieren estudiar en la tranquilidad individual de los dormitorios, en vez de en grupos.

—Mmmm puede ser…

Gilbert golpea su pierna mientras ríe— No tengan miedo, si no entienden algo me pueden preguntar a mí—Señalándose—Puedo decirles lo que sea

— ¿Ah sí? —Toma la oportunidad el Francés— Entonces dime los nombres de los presidentes de los países involucrados en la primera guerra mundial.

—Fácil. Clinton, Russvelt y Churchil—Chasquea los dedos para guiñar un ojo.

“Tonto” piensan los presentes.

—Vee~ Me gusta  la idea de grupo de estudio— Lanzándose a las piernas de Ludwing, quedando boca arriba para jugar con una mariposa que pasaba. El Alemán moría por la ternura del más bajo.

— A mí también me agrada la idea de un grupo— Dice en su típico  tono suave Matthew—Así puedo preguntarles algunas cosas que no entiendo. — Como arrepintiéndose de sus palabras se esconde tras el oso en sus brazos.

Una sonrisa gigante aflora en el rostro del Francés— Entonces queda decidido, haremos un grupo de estudio entre nosotros.

Arthur aprovecha de carraspear mientras su amigo terminaba la oración— Por si no lo sabes, no todos tenemos el tiempo suficiente como para crear un grupo aparte.

Francis infla las mejillas en contestación.

— Es solo un grupo de estudio Kirkland—Interviene Romano— No te quitara más de media hora si no quieres quedarte el tiempo necesario—Mirándolo a los ojos. Arthur traga en seco. A veces sentía que Romano intentaba matarlo con la mirada.

— No te pongas a la defensiva Romano— Es el turno de Alfred de hablar— Es cierto que no todos tienen el tiempo suficiente para agregar más actividades—Apoyando al Inglés cerca suyo, quien lo mira agradecido.

Romano chasquea la lengua molesto.

—¡¡No te preocupes Romano!! —Abrazándolo por el costado— Yo te puedo ayudar con lo que no entiendas—Dice Antonio, pese a las quejas inmediatas del italiano.

—Has algo de tiempo en tu agenda Arthur—Le dice Francis— La mayoría quiere el grupo, si quieres puedes retirarte pero nosotros seguiremos con la idea.

Lo mira algo molesto por el tono en que le decía las cosas— Ya lo sé, haré algo de espacio.

Alegrándose— ¡Decidido! esta semana comenzaremos con el grupo de estudio, con el fin de sacar mejores puntajes en los exámenes de tres semanas más.

---------

En otro lado del instituto

— ¿Todo va según lo planeado?

— Sí señor— Responde al interlocutor del teléfono. — El día se acerca.

— Bien. Asegúrate de no fallar y recuperar los objetos.

— Entendido. — Cortando la llamada

La habitación queda en silencio, siendo llenada solamente por las penumbras. Una sonrisa se asoma por la cara del chico.

-------------

Alfred camina por el patio, las clases habían finalizado y no le era primordial estudiar. Con la mirada gacha, metido en sus pensamientos llega hasta el límite del instituto. Una pared de ladrillos, apoya una mano sobre esta, siendo un soporte para los pensamientos que rondaban por su cabeza ¿Era correcto quedarse? Tal vez Romano tuviera razón y estar más tiempo del necesario traería consecuencias no solo a ellos, sino a las personas que tratan de proteger tan desesperadamente. Ya tenían los objetos que necesitaban y habían conseguido otro que desconocían todo acerca de su funcionamiento y creación.  Si algo llegaba a pasar por su culpa, por su obstinación de lograr todos los objetivos en una misión, nunca podría perdonárselo.

Apoyando su frente contra la fría pared, cierra los ojos.

No había vuelto a ver al director desde aquella vez que tuvo que presentarse, quizá solo un par de veces más lo vio caminando por ahí, pero hasta el momento había desaparecido. Estaba claro que la agencia no sabía donde se iba, pero estaba seguro que le habían dicho que los días que dejaba el instituto no eran tantos como los que ya habían transcurrido. Lo peor era que no podía contactarse con ÉL, a menos que ÉL mismo quisiera contactarse con ellos. Los medios que ocupaba eran  tan diversos que podían pasar años hasta que finalmente pudiese contactar con la base.

No quería arruinarlo, no quería que por su descuido fuese descubierto su secreto y el de Romano. Por primera vez en años, estaba confundido.

-------

Arthur estaba en su habitación, se había asegurado de cerrar la puerta con pestillo antes de sacar nuevamente las carpetas con la información de Alfred y Romano. Sentado en su escritorio, busca en la computadora el nombre de la persona responsable de sus amigos.

Dándole por resultado una amplia gama de páginas. Abriendo la primera se muestra una noticia.

          SE ABRE ORFNATO MÁS CÁLIDO DE TODOS

    Se abre orfanato con excelente calidad de personal,    amabilidad, buena atención y atento de todos los tiempos,       dirigido por el señor Mt. Andrew Morrys.

Ayer xx de Marzo del año xxx fue abierto el orfanato “Syr Trin” Apenas sus puertas se abrieron, las personas que fueron a convivir de ese momento, fueron recibidas con al menos una docena de pequeños sonrientes y tras ellos los encargados. Muchas de las autoridades más respetadas del Estado, han estado de acuerdo en lo grato que fue al momento de su apertura, además , recorrieron el lugar de pies a cabeza, verificando las condiciones del lugar, dando por resultado un visto bueno para el funcionamiento del nuevo Orfanato.

Arthur deja de leer al mirar la foto a un lado de la noticia. Habían conmemorado la apertura con una fotografía de todos frente a las puertas del lugar. Mirando con más detenimiento, da una gran inhalación al darse cuenta de algo. Conocía a dos de los doce pequeños de ahí, eran Romano y Alfred.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).