Estoy más sohloh que ayer, pero menos que mañana
Ya no aguanto. Ese estúpido bakanda qué se cree, ¿Mi jefe? Ja… bueno, sí. Pero y qué, no por eso tiene que decirme qué hacer… bueno, tal vez sí. ¡Ah! Qué frustración… como que si un día llegara y dijera “Walker, estos son los pendientes de hoy, hazlos lo más rápido que puedas por favor” pero nooo, ha de llagar como alma remojada en limón para insultar y dar órdenes a lo loco “Moyashi, haz esto y más te vale que no tengan ni un error o te vas directo a la calle” ¡Ese tonto! Si no hiciera bien mi trabajo no estaría aquí, ¡bakanda! Por lo que sé no te duran los asistentes por tu estúpido humor de mil demonios…
Es una completa tortura… ¿De dónde rayos sacó que soy un Moyashi? Mejor dicho, ¡¿Qué rayos es un Moyashi?!... Si no fuera por la buena paga me habría largado luego de tomar su tonta coleta, darle giros en el aire y lanzarlo por la ventana a ver si con eso aprende a no estar en el séptimo piso.
-Allen, ¿Estás imaginando en arrojar a Yu por la ventana otra vez?
-¡Eh!... Lavi, me asustaste… ¿tan obvio soy?
-Solo digamos que tu linda cara se transforma cuando piensas en él.
-¿A qué te refieres? Solamente quiero asesinarlo y nada más.
-Sí, si como digas… creo que él también quiere verte llorar y escucharte gritar jejeje.
-Lavi, tu risa da escalofríos… en todo caso, ya veremos quién gana.
-Lo que digas, solo espero que no mueras.
Ese Lavi siempre tan raro, con razón Kanda se la pasa golpeándolo. ¡Rayos, si no termino esto me despedirán!
Todo lo que yo me dedico a hacer
es solo una simple distracción.
Del hecho seguro que sufriendo yo acabaré
y eventualmente moriré.
Aun no entiendo, me quejo de la carga del trabajo que bakanda me deja, me quejo de los insultos constantes que intercambiamos, me quejo que me tiene trabajando hasta los domingos y, a pesar de todo eso… me moleta la sola idea que quiera contratar a alguien más que disque para aligerar MI trabajo, si claro y luego vendrá y me pedirá que salgamos. Ni en sueños, ni en mis más prohibidos sueños eso se haría realidad. Estúpido. Engreído. Idiota. Bakanda. Si no me quieres cerca sólo dímelo. Tal vez se dio cuenta… y, ahora… está buscando a alguien más que haga mi trabajo y luego… me despida.
Sufro de una enfermedad mental
y sentimental
Soy un ególatra convencional oh,
yo sé que al final me rechazará
-Vamos Allen, sólo dile eso que sientes.
-Yo no siento nada, Lavi. No hay nada que decir.
-Allen, todos en la oficina sabemos que estás enamorado de Yu, ¡Oh qué lindo! Te has sonrojado…
-¡Basta Lavi!
-Haznos un favor y habla con él. Te aseguro Allen, que tendrás una respuesta candente.
-Lavi, no sé de qué me hablas. En todo caso, no creo que llegue a su oficina, me pare frente a su escritorio y diga ”Kanda, me gustas, me gustaste desde el primer momento que vi tu cara de amargado, tus ojos vacíos y tu pelo de chica… sólo son detalles, pero de igual manera me gustas ¿Me permitirías hacer el intento de hacer que brillen tus ojos y, tal vez me regales una sonrisa sincera algún día antes de morir?” …No lo creo.
-Woow, Allen, esa es… la declaración más extraña que he escuchado, ¿Verdad Yu?
-No caeré en tu broma Lavi.
-No es una broma Allen. Yu está detrás de ti.
-Lavi…
-Allen…
-Moyashi.
Dicen que el "no" ya lo tengo,
pero es lo que siempre yo he tenido.
El "sí" es mucho
Más difícil de conseguir
que poder hacerla reír, no,
eso es más complejo
¡Estúpido! ¡Estúpido! ¡Estúpido! ¿Cómo se me ocurre decir todo eso en la oficina? ¡En la oficina de Kanda! Moriré, hoy me asesinarán. Morié, hoy me romperán el corazón. Moriré a causa de un asesinato mío o de mi corazón o, ambos.
-¿Es cierto lo que dijiste hace un momento?
-Kanda… yo, verás… je je je
-Contesta.
-…De pende… ¿Qué harás si te digo que no?
-…
-…¿Y qué harás si te digo que sí?
-…
-Ven a mi oficina.
Sufro de una enfermedad mental
y sentimental
Soy un ególatra convencional oh,
yo se que al final me rechazará
-Tranquilo Allen, todo estará bien.
-¿Y si no, Lavi? ¿Y si me odia por lo que dije? ¿Y si no quiere verme nunca más? ¿Y si no soy suficiente para él?
-Allen, solamente él puede contestarte eso. No te preocupes, en el “supuesto que te rechace” no perderías nada pues fuiste tú quien dijo lo que sentía y eso es algo que no se ve todos los días. Date crédito, eres valiente.
-Lavi, temo por su respuesta, temo no verlo otra vez… siento que ésta será la última vez que lo encare.
-Anda, ve que te está esperando.
Me dijeron también que ella se lo pierde,
pero no lo logro entender
Como es que alguien podría perder algo,
si ni siquiera logró ganarlo
-Moyashi, por más que lo deteste, te repito la pregunta ¿Es verdad lo que dijiste?
-… sí y no…
-Explícate.
-Me gustas. Sí, no por tu cara de amargado sino por lo centrado que eres y la seriedad que muestras a pesar de ser tan joven. Tus ojos no son vacíos sino que son misteriosos, me incitan a ahogarme en ellos. Tu pelo no es de chica sino sedoso y brillante, me recuerda a la noche con estrellas.
-…
-Además, tu piel es tan blanca que me recuerda a las nubes en días soleados. Todo tú eres una mezcla que me hace sentir en mi hogar, tu sola presencia altera mi universo, acelera mi corazón y derrite mi cerebro.
-¿Por qué lloras?
-Lo siento, es que… nunca lo había dicho en voz alta, y lucho conmigo mismo para no salir huyendo en este momento y no escuchar una respuesta de tu parte… porque siento que mi corazón explotará en cualquier instante.
Sufro de una enfermedad mental
y sentimental
Soy un ególatra convencional oh,
yo sé que al final
Seguía limpiando mis lágrimas, no quería verlo a la cara, no quería que me viera de esta manera… con miedo a su respuesta. Siento que mis pies fallan y caigo de rodillas en la alfombra se su oficina. Tanto miedo a estar solo. Tanto miedo a estar sin él. ¡Estúpido Bakanda! ¿Cuándo te volviste tan indispensable para mí?
-Moyashi. ¿Qué te aterra tanto?
-Te mentiría si dijera que el por trabajo que perderé.
-Moyashi. Lo que le dijiste a Lavi fue, la más extraña confesión de amor que se haya escuchado en la historia.
-No… era para… la historia…
-Lo sé. En cambio esta segunda confesión fue, algo cursi.
-Fue… lo primero que pensé… el día que… nos conocimos…
-Eres extraño, Moyashi…
Sufro de una enfermedad mental
y sentimental
Soy caballero demencial oh, yo sé que al final me rechazará
De pronto sentí sus brazos a mi alrededor. Él también se había hincado para estar a mi altura. Escuché su voz como jamás la había escuchado, tan cerca de mi oído y tan dulce como la sonrisa del ser amado.
-Moyashi… tu pelo plateado llamó mi atención en cuanto te vi, tu piel como cristal me incitaba a tocarla, tu figura estilizada me pedía que te protegiera, tus labios durazno me invitaban a probarlos y, tus ojos de luna me atraparon por completo. Cuando me di cuenta, ya estaba a tus pies. Moyashi, mi Moyashi.
-Bakanda, me llamo Allen.
-No importa.
-Tonto.
-Cómo olvidar ese día, parecían niños viendo a un camión de helado en pleno verano, oye Yu, ¿Cuándo piensas soltar al pobre de Allen? Lo vas a asfixiar… Por sus caras creo que debo empezar a correr.
Fin.