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Los bellos problemas de los nueves meses por LaddyAcuario

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Notas del capitulo:

hola nuevamente eh actualizado rapido pues me he sentido inspirada.

en este fic mas de un cap. tendra lemon *.*

y las sorpresas llegaran dentro de poco que mas de uno se caera para atras jijiji

quizas algunos capitulo sean mas largos que otros.

bueno sin mas el segundo cap.

DISFRUTENLO!!!!!!!

El tercer mes de Oliver llego y como era de esperarse su vientre ya se veía algo abultado. Carlos no cabía de la alegría siempre que podía acariciaba el lugar donde crecía el fruto de su amor con su koi. Le gustaba sentir la calidez que emanaba (no sé si sea cierto, pero le pregunte a un vecino y dijo que si sentía, quizás sea por ser su hijo y lo sienta no tengo idea).

Era sábado o sea que estaban libres de entrenamientos, Carlos quería llevar a su amores a dar un paseo por las villas cercanas y daba la casualidad que Jessica tenía una (ne esta chica tiene de todo o que) sería un día de campo, para disfrutar del día tan bonito que se presentaba.

Carlos estaba en la cocina acomodando todo. Cuando lo tenía listo fue a buscar a su moreno.

Entro al cuarto y lo vio sentado en la cama a medio vestir y con el ceño fruncido.

Carlos: Oliver que sucede porque estas a medio vestir – pregunto con cautela.

Oliver: porque preguntas, ¡PUES PORQUE ME VEO GORDO! ¡POR ESO! – grito enojado. Eso sobresalto al carioca, sabia como eran los cambios de humor de su pequeño, pero nunca habían llegado a estos extremos.

Carlos: tranquilo amor no te ves gordo, te ves hermoso con tu vientre creciendo todos te envidiaran ya que adentro está el milagro más bello de la vida – dijo de forma suave acuclillado al lado de su koi, acariciándole la mejilla y sonriendo.

Oliver: en serio no me veo gordo, ni feo – dijo con lágrimas y sollozos

(Dios esto es bizarro  =P)

Carlos: claro que no te ves bien y cada día te vez más hermosos. Qué tal si te terminas de arreglar para ir de día de campo – dijo con una sonrisa.

Oliver: está bien – dijo sonriendo (ok en definitiva si fue muy bizarro).

Carlos suspiro pues había salvado su pellejo por ahora. Siempre que pasaba algo como eso estaba preparado, aunque en esta ocasión esa reacción del menor le sorprendió.

Ya listos tomaron sus cosas y subieron a la camioneta y se dirigieron a la villa. Fue 1 hora de carretera. Al llegar los recibió Marcos el cuidador de la villa y les dijo que tenía el lugar a su disposición, ordenes de la dueña, y que si necesitaban algo solo tenían que llamarles.

Se dirigieron a la parte boscosa de la villa, caminaron un rato y llegaron a una pradera con árboles. Un paraíso en la tierra.

Oliver se puso a ver las flores y a sentir la brisa tocar su cuerpo. Mientras tanto Carlos colocaba una manta en el pasto, dos cojines, y los platillos que hizo en la mañana, también unas bebidas y agua, levanto la vista para buscar a su koi pero no lo encontró. Se preocupó un poco, cuando lo iba a llamar unas pequeñas manos le tapan los ojos. Suspiro aliviado ya que sabía quién era.

Oliver: ¿quién soy? – pregunto divertido, soltando una risita.

Carlos: mmm déjame pensar será, un moreno de ascendía japonesa, piel blanca y ojos color gris oscuro – pregunto siguiéndole la corriente. En eso las manos hacen un movimiento negativo – mmm no era él que lastima, entonces quien será él que está tapándome los ojos – termino de decir mientras agarrabas sus manos y lo arre costaba con cuidado en la manta y se colocaba arriba del menor – ahora dígame jovencito porque me tapabas los ojos.

Oliver: pues porque quería sorprenderlo señor – dijo divertido – además siempre le veo desde lejos, me atrae mucho, hasta creo que me he enamorado de usted.

Carlos: así pues la cosa va estar difícil ya que soy hombre casado – dijo quería ver hasta donde seguiría con el juego su pequeño.

Oliver: no creo que haiga problemas, solamente usted y yo lo sabremos – dijo mientras se restregaba un poco su cuerpo por la hombría de su pareja.

Carlos: ahhh… pues estoy de acuerdo con usted ya que no lo dejare hasta que lo marque como mío – dijo con una sonrisa lobuna (esas que hacen los pervertidos XD).

Después de eso empezó a quitarle la ropa a su koi y en menos de unos minutos los dos estaban como los trajo Dios al mundo (>.< esto es mucho para mi corazón). Ambos hacían movimientos de simulación de penetraciones. Gemían a más no poder.

Carlos: mi koi quiero sentir tu estreches – dijo soltando un sonido parecido a un gruñido.

Oliver: hazlo deseo sentirte – dijo su moreno lo ve con ojos preocupados – Carlos no soy de cristal además no creo que aguantemos más tiempo sin sentirnos, así que entra de una vez – dijo agitado.

El moreno mayor tomo el control, se posiciono, le abrió las piernas hasta donde daban y de una sola embestida entro hasta el fondo de su koi.

Carlos: ahhh… amor mío tú me aprisionas tan deliciosamente – dijo extasiado por las sensaciones producidas.

Oliver: y tú me llenas desharía que nunca salieras de mi interior – dijo mientas movía sus caderas, quería sentir más ese duro miembro que le llevaba al paraíso.

 Carlos coloco las piernas de Oliver en su hombros y empezó a moverse lento y rápido, todo acompasado. Sus manos cobraron vida de repente y acariciaba el pecho del menor. Tomo los pezones y los estimulaba y los dejaba más erectos de los que estaban. Se agacho un poco y beso esos labios que le hacían beber el elixir más delicioso del mundo (ok exagere pero está enamorado que más puede pensar). Sus embestidas no paraban, todo lo contrario aumentaban de velocidad su gemidos se escuchaban por toda la pradera. Gracias a Dios quedaba bastante apartada de la villa.

Carlos y Oliver ya estaban llegando al tan anhelado orgasmo. Carlos tomo el miembro del menor y lo masturbaba con rapidez. Sus cuerpos se rozaban y ambos estaban perlados por el sudor del sexo.

Carlos/Oliver: ¡OLIVER! / ¡CARLOS! – gritaron cuando ambos llegaron al clímax. Sus cuerpos estaban temblando por la ola de placer que todavía le recorría.

Carlos sale del menor con cuidado, le acaricia la mejilla y una sonrisa le regala. Oliver hace lo mismo. El carioca dirige si mirada al vientre de su pequeño y  lo ve manchado por el semen regado, por el menor, al llegar el clímax. Se relame los labios y baja hasta el vientre y se dedica a limpiar cada gota de la semilla de su koi.

Carlos: mmm delicioso – dijo y ve el rostro sonrojado del menor. Sabe que él todavía no se acostumbra a esa acción suya – no puedes dejar que te saboree, eres una droga para mí y tu semilla, es embriagante, así que no me prives de saborearlo – dijo mientras le besaba y le daba de probar su propia esencia.

Oliver: mmm está bien – dijo mientras recobraba el aire – que te parece comer un poco – dijo con una sonrisa.

Carlos: claro no hay problema – le sonrió.

Carlos sacaba unos platos, mientras que Oliver se pone los bóxer y el pantalón. Le sirvió pequeñas porciones de todo un poco de lo que trajo lo sentó en uno de los cojines, mientras él también se ponía los bóxer y el pantalón.

Se sentó detrás del menor y comieron todo lo que trajeron. De vez en cuando Oliver le robaba unos besos o Carlos le daba pequeños mordiscos en el cuello o le acariciaba el vientre. Se quedaron ahí reposando del almuerzo y hablando de todo y al mismo tiempo de nada. Ya estaba anocheciendo, cuando decidieron regresar, se habían puesto la ropa y recogiendo todo.

Cuando iban pasando por unos árboles de pino Oliver se sintió mal al oler su aroma. Corrió hacia unos arbustos y devolvió todo lo comido. Carlos ya estaba detrás de él dándole masajes y con una botella de agua. Cuando termino, tomo las cosas, se enjuago la boca y se la seco. Se sentía algo mareado todavía, así que Carlos lo sentó en una roca plana que había cerca. Busco en su bolso de deportes (ahí había traído algunas coso para el picnic) y saco un cuaderno. Tomo la pluma y empezó a escribir.

Oliver: Carlos que escribes ahí – pregunto curioso y todavía algo mareado.

Carlos: pues que a ti y a nuestro bebé les molesta el olor de pino – dijo mientras se sentaba a su lado y le mostraba todo lo escrito.

Sus rutinas, olores que les desagradaban, olores que les gustaban, comidas, lugares que les tranquilizaban y no sabe que más cosas, estaban escritas en ese cuaderno.

Oliver: en serio tienes todo los que nos pasa en ese cuaderno – dijo con algunas lágrimas en los ojos.

Carlos: SIP desde que me dijeron que estabas embarazado lo he apuntado todo – dijo con una sonrisa y le hacía mimos al su pequeño.

Oliver: eres el mejor lo sabias – dijo alegre mientras le abraza con fuerza

(Otra vez situación bizarra n.nU)

Carlos para evitar que algo pasara se colocó la bolsa en el hombro tomo a Oliver en brazos, el cual cargaba la canasta de la comida, y se dirigieron hacia la villa, para tomar la camioneta e ir a casa.

Ese día habían pasado una experiencia inolvidable, juntos haciendo el amor. Además Carlos se enteró de otros detalles que debería saber para cuidar bien de su koi y que el embarazo fuera lo más pasable posible y Oliver que Carlos era un hombre maravilloso y que nunca dejaría de amar.

Notas finales:

en el proximo cap. emezaran a llegar las sorpresas y con un nuevo antagonista. esperenlo


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