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TODO POR TI por Gojeta92

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Notas del capitulo:

Siento muchisimo la demora. los capitulos llevan dias termiandos. pero tuve problemas con internet y me fue imposible... lo siento. pero ya estoy aqui. espero que disfruten los capitulos como yo escribiendolos para ustedes... gracias por leer. nos vemos abajo ;)

Hace 6 años, muy lejos del planeta tierra, un joven príncipe saiyajin de 10 años, abandonaba en ese momento su amado planeta natal Vegita, para cumplir una misión de conquista, mientras que por otro lado, en aquel planeta natal, un soldado saiyajin de clase baja con cabellos alborotados de la misma edad que el príncipe, se encontraba entrenando con su padre Bardock en una sala especial de entrenamiento. Aquel día, el padre de Goku se encontraba algo distraído. Llevaba un par de días así, desde su última misión de donde vino gravemente herido. Kakaroto no veía necesario preocuparse pues no parecía nada serio, así que no le dio mucha importancia al asunto, hasta que el entrenamiento terminó, y padre e hijo se disponían a despedirse, pues Bardock, al igual que el príncipe, también tenía una nueva misión para cumplir. Pero debido a su empeño en entrenar a su hijo menor, al mayor se le estaba haciendo tarde. Pero antes de irse, se quedó mirando seriamente con discreción a su hijo, preguntándose a sí mismo en su cabeza, si serían verdad aquellas extrañas imágenes que se le repetían constantemente en su cabeza como pequeños flashes que lo atormentaban mas y mas desde su última misión con su escuadrón cuando fue atacado con un golpe en la nuca sin previo aviso. Aquella desagradable criatura tras darle el golpe en la nuca le había dicho que a partir de ahora tendría visiones premonitorias que poco a poco lo volverían loco. Y Bardock sin pensarlo dos veces, apuntó con su mano a ese impresentable que se atrevía a burlarse de él, y le lanzó una potente bola de energía que lo fulminó al instante. Esas pequeñas visiones que día tras día lo acosaban, sin dejarle pegar ojo, poco a poco las veía cada vez más claras. Y siempre era lo mismo y en el mismo orden.

1º: Se ve como 2 niños, uno con el pelo alborotado y otro con el pelo en punta en forma de llama, eran metidos a la fuerza en una capsula con destino a la tierra por alguien al que solo se le veía el brazo.

2º: Un dedo blanco escamoso largo y repugnante, apuntaban directamente a lo que parecía ser el planeta Vegita, haciéndolo estallar en mil pedazos.

3º: Acto seguido se ven a esos dos niños algo más mayores entrenando juntos haciéndolo prácticamente todo juntos y combatiendo junto a una hermosa joven que estaba gravemente herida contra una ser monstruoso cuya cara estaba oculta, pero sus manos eran muy similares a las que destruyeron Vegita en los flashes anteriores.

Siempre en ese orden. Día tras día, flash tras flash. No lo entendía. Y estaba bastante preocupado pensando que podrían cumplirse al recordar que le dijeron que eran premoniciones. Y esos pensamientos lo atormentaban distrayéndolo a menudo.

Entonces Bardock reaccionó ante la llamada de su hijo, el cual llevaba bastante rato intentando sin éxito hacer que su padre saliera de aquel trance en el que estaba sumergido para que regresara a la realidad. Y cuando comprobó que su padre al fin volvía en sí cuando se miraron, el pequeño Goku se disponía a hablar

-      ¿Estás bien padre? Pregunto su hijo sin obtener respuesta alguna

-      Hace días que te noto demasiado distraído. ¿Qué te ocu…? – Pero no pudo terminar la frase, pues su padre le había tapado la boca suavemente con la mano, dispuesto a hablar sin mirarlo aun.

-      Kakaroto, escúchame. Necesito que me prestes mucha atención.

-      Dijo Bardock con la mirada seria aun sin mirar a su hijo mientras este asentía con la mirada algo confundida.

-      No me preguntes por qué, pero tengo la extraña sensación de que pronto llegará un gran peligro al planeta Vegita. Entonces se giró para ver a su hijo.

- Es posible que todo lo que ahora conoces desaparezca –Bardock sujetó con suavidad pero con firmeza los hombros del menor.

-      No estoy del todo seguro, hijo. Pero me temo que así será. Y quiero que me prometas, que no intentarás protegerme ni a mí ni a nadie. Eres fuerte, pero no lo bastante. Si algo malo ocurre, quiero que huyas y te salves. Algo me dice que si te esmeras, podrás llegar lejos, y vengar a tu raza si algo le ocurre. Dijo Bardock apoyado aun sobre los hombros de su hijo.

-      Pero padre… - dijo Goku antes de ser interrumpido nuevamente

-      Necesito saber que lo harás hijo. Quiero saber si puedo contar contigo. Dime, ¿lo harás Kakaroto? – Dijo apretando un poco el agarre.

-      S-si… Tranquilo. Te lo prometo – Dijo nervioso con la mirada atónita y preocupada sin estar del todo seguro de lo que estaba diciendo.

Bardock por su parte lo notó, pero a pesar de todo, decidió confiar en su palabra y soltó a su hijo. Pues sabía que lo estaba presionando sobre algo de lo que ni él mismo estaba seguro. Entonces se despidieron y Bardock se fue a cumplir con su misión, dejando a su pequeño Kakaroto absorto en sus pensamientos. Al rato, Bardock llegó a la plataforma de despegue donde había quedado con su escuadrón. Para llevarse la sorpresa de que se habían ido sin él hacía rato. En cuanto llego a la base, al no ver a nadie, lo cual ya era extraño, se quedo unos pocos minutos mirando a todos lados esperando ver si los localizaba con la vista, hasta que decidió encender su scouter (no sé cómo se llama esa especie de gafas que llevan los saiyajin), para llamar a su mejor amigo Toma y preguntarle donde estaban, aunque ya tenía sus sospechas. Pero al no recibir respuesta de nadie de su escuadrón, esta vez llamó al encargado de controlar toda nave que entra y sale del planeta y exigirle que le dijera si su escuadrón se había marchado sin él. Y tras confirmar que sus sospechas eran acertadas tras las palabras de aquel saiyajin controlador, no perdió más tiempo y salió disparado hacia su capsula rumbo al planeta Meat.

-¡Maldición! –Pensó para sus adentros. ¿Cómo se les ocurre ir a divertirse sin mí?

Mientras tanto, el pequeño Kakaroto, tras dejar de comerse el coco con lo que su padre le había dicho, decidió ir en busca de su hermano mayor Raditz con la idea de pedirle entrenar con él. Pues con su padre y su príncipe fuera del planeta cumpliendo misiones, este joven soldado se encontraba solo, sin saber qué hacer y asquerosamente aburrido. Y sin dudarlo, partió enseguida rumbo a la cafetería donde su hermano solía estar comiendo y de charla con sus amigos. Y allí estaba como de costumbre rodeado de algunos de sus conocidos. 

Y en eso, llegó Kakaroto a la mesa de su hermano, interrumpiendo las sonoras carcajadas que soltaban todos por el tema de conversación, provocando con su presencia un silencio repentino y todos mirando sonrientes al pequeño soldado, a excepción de Raditz. Pues aunque no llegara a odiar del todo a su hermano, ellos dos tenían la típica relación fraternal complicada. Se querían, pero su hermano prefería mantener las distancias adecuadas

-¡Buenas Kakaroto! – Dijo uno de ellos con una sonrisa, pero la peculiar mirada seria de un guerrero.

-¿Qué tal estás enano? – Dijo gracioso otro de los amigos de Raditz con la misma sonrisa y mirada del otro.

-Hola chicos. Bien, gracias. Venía a ver si mi hermano quería entrenar un poco –Dijo kakaroto sonriente, mirando al pasota de su hermano, sabiendo que se negaría como de costumbre.

-No tengo por qué entrenar ahora Kakaroto.

Además no me apetece. Estoy ocupado – Dijo aun sin mirarlo.

-Pero es que estoy aburrido – Dijo el niño haciendo pucheros.

-No es mi problema. ¿Porque no entrenas con padre? Él seguro que no se niega –Contestó Raditz mirándolo por fin aunque de reojo.

-No. Mi entrenamiento con padre ya terminó. Y aunque quisiera continuar entrenando con él, no podría. Se fue hace rato a otra misión. Y ya sabes que últimamente no pone mucha atención entrenando. Está demasiado distraído y así no me gusta entrenar. No sé lo que le pasa… -Dijo con preocupación, pero con la mirada seria y pensativa.

-Pues lo siento mucho hermanito, pero ahora no puedo. Ve a hacer otra cosa y déjame en paz la tarde. Tal vez entrenemos a la noche – Dijo volviendo su vista a la mesa y sujetando su jarra de cerveza.

Kakaroto ya se lo esperaba. Pero algo es algo. Quizá entrenarían a la noche. Y así sin decir nada, se dio media vuelta dispuesto a irse, cuando de repente su hermano lo agarró del brazo antes de salir por la puerta de la cafetería, le entregó una nota sin decir nada y se fue de vuelta a su mesa para terminar de disfrutar la tarde entre amigos.

Y kakaroto, una vez llegó a su casa, dentro de su habitación se sentó en la cama desdoblando la nota de su hermano, quedándose en shock por lo que había leído.

 

“deberías aprovechar que no tienes nada que hacer para intentar acercarte más a TU príncipe azul  (jajajajaja)… ;)”

Rápidamente doblo de nuevo el papel y se lo guardó en armadura.

¿Pero cómo demonios…? ¡Imposible!

¿Lo sabrá mi hermano?  

¿Cómo puede saberlo?

Esto jamás se lo he dicho a nadie. No lo sabe ni padre.

Me juré guardárme esto como mi mayor secreto solo para mí. Tendré que hablar con raditz sobre esta nota. Tengo que asegurarme de si lo sabe o no. No puedo dejar que lo vaya contando por ahi

 -Pensó Kakaroto con seriedad y vergonzoso temor.

Pero por otro lado, le tranquilizaba pensar que si su hermano quisiera decirlo, ya lo sabría todo Vegita. Así que suspiró y se relajó. Ya hablaría después con él.

Y puesto que ahora no tenía ni príncipe al que observar, ni padre ni hermano con los que entrenar, ya que estaba en su cama, se recostó en ella, echando una pequeña siesta para reposar del entrenamiento que tuvo con su padre. Que aunque no lo agotó, lo dejó ligeramente sin fuerzas.

Y mientras el pequeño de sus hijos dormía, el guerrero Bardock, había llegado por fin al planeta Meat. Y sonrió al comprobar que sus compañeros ya habían comenzado la fiesta (la matanza), esperando que dejaran algo para él. Nuevamente intentó contactar con Toma llamándolo por el rastreador, pero al seguir sin recibir respuesta ni de Toma ni de los otros, empezó a preocuparse. Fue entonces cuando decidió localizarlos a través del ki, ya que por llamada no podía. Y al principio no localizó ninguno viviente, hasta que tras unos pocos minutos de inútil búsqueda, su scouter pitó, indicando unos poderosos ki a unos pocos kilómetros de distancia y a otros no tanto pues indicaba uno muy débil apagándose lentamente. Y pensó que se trataría de su escuadrón acabando con el último de los habitantes de aquel planeta inmundo. Y pensando así, alzó el vuelo a toda velocidad rumbo en esa dirección. Cuando llegó, no podía creer lo que sus ojos veían, al contemplar la atroz imagen de los cuerpos sin vida de su equipo, tirados por el suelo, mezclados con los miles que cadáveres de los habitantes de Meat que se encontraban también tirados por ahí. Rápidamente volvió a pulsar un botón de su rastreador, el cuál ésta vez, solo indicaba el ki débil, y no detectaba los fuertes. Y así mismo, decidió acercarse al ki debilucho, encontrando frente a él a su mejor amigo Toma agonizando en un esfuerzo por respirar. Y rápidamente se acercó a él, se arrodilló y lo ayudo delicadamente a erguirse un poco colocando una mano en su nuca y otra en el pecho de su amigo. Tras sentir aquel suave contacto, el soldado moribundo abrió los ojos y pudo ver como Bardock lo miraba serio con una clara preocupación en los ojos.

-¿Qué ha ocurrido Toma? ¿Quién ha hecho esto? – Exigió como pudo Bardock.

-Bardock… tienes que volver a Vegita… arg… nuestro… planeta… está… en grave peligro… - Dijo Toma con dificultad

-¿Pero por qué? ¿Qué ocurre? ¿Quién ha hecho esto? Creía que los Meatianos no eran gran cosa. ¿Cómo han podido hacerles esto? –Dijo nervioso y serio Bardock.

-No… no han sido ellos… Los meatianos fue pan comido exterminarlos… Estamos así por los soldados del gran Frezzer… Nos pillaron por sorpresa… no pudimos hacer nada…- Dijo con el ceño fruncido y los ojos cerrados.

-¿Los soldados de Frezzer? ¿Por qué? ¿Cómo se atreverían a traicionar a su gobernador? –Dijo con rabia en sus palabras

-No lo han traicionado… Ellos cumplían sus órdenes –Abrió los ojos y miró a Bardock seriamente - ¿Qué dices Toma? ¿Insinúas que Frezzer nos ha traicionado?

– Elevo su tono de voz muy sorprendido por las palabras de su compañero.

-Les oí decir… que no éramos más que un estorbo…  y que el gran Frezzer pretendía… eliminarnos a todos… a la raza saiyajin- Bardock al oír eso se quedó sin habla con los ojos y la boca abiertos como platos.

En eso estaba, hasta que Toma le agarró la mano que Bardock tenía sobre su pecho con fuerza.

-Bardock… tienes que volver a Vegita cuanto antes… Debes avisarlos …- Bardock seguía sin habla.

-Debemos… detener… a Frez… zer… Vuelve a vegita y diles todo… Maten a Frezzer…- Soltó la mano de Bardock y calló finalmente sin vida sobre la mano con la que Bardock lo sostenía.

-Toma… - Cerró los ojos, recostó nuevamente el cuerpo de su compañero sobre el suelo suavemente, se levantó y frunció el ceño apretando el puño lleno de rabia.

En eso se fijó en un pañuelo que se había olvidado que tenía hay atado en su brazo desde la última misión donde Toma lo usó para vendarle una leve herida. Se desató el pañuelo, y lo usó para secar la sangre aun fresca de todos y cada uno de sus compañeros y amigos, tiñendo el pañuelo por completo de rojo, atándoselo a la cabeza como tributo a sus camaradas caídos.

???:  Vaya, vaya… otro mono que se escapa del zoo para venir a jugar… -Dijo una voz bastante familiar para Bardock.

Bardock: - ¡Tú…! ¿Por qué Dodoria? ¿Por qué Frezzer nos hace esto? ¿Así nos paga por todos los años de lealtad? – Dijo el saiyajin severamente molesto

Dodoria: - Creía que los monos al carecer de cerebro al menos tendrían oído… ¿Acaso no escuchaste a tú patético amigo muerto antes de que se fuera al otro mundo para hacerle compañía a los demás?

Bardock, rechinaba los dientes apretando los puños a punto de estampárselos en la cara a esa miserable bola de cebo rosa.

-Ustedes los saiyajin no son más que puro estorbo para que el amo gran Frezzer cumpla con su objetivo de gobernar el universo

-Dijo cruzándose de brazos.

Bardock: - ¡ESO ES MENTIRA! Jamás hemos hecho otra cosa que obedecer y servir lealmente a Frezzer durante años. ¿Y ahora pretende destruirnos por nada a pesar de todo?... Están más locos de lo que creía si creen que lo vamos a permitir.

¡AAAAAAAH…! - Salió disparado a golpear a Dodoria en el rostro, pero éste lo esquivo fácilmente, dejándolo rodeado de los demás soldados que lo acompañaban. A los cuales, Bardock se cargó fácilmente. Tras esto, atacó sin pensar a Dodoria siendo esquivado nuevamente por él, para comenzar una pelea que resultó ser corta. Pues aunque Bardock logró atizarle a Dodoria un par de golpes, éste se cansó pronto, dándole una fuerte patada en la espalda, con lo que acabó estampado contra el piso a unos pocos kilómetros de distancia atravesando tierra y rocas a su paso, hasta quedar seriamente herido, y semi-enterrado bajo la tierra y algunas piedras.

Dodoria: - Bueno. Creo que con este mono, hemos terminado aquí la limpieza. Ahora debo volver a la nave para exterminar por fín a una raza en vías de extinción… muajajajajaja…

Y en eso estaba a punto de tomar vuelo, cuando su rastreador sonó, oyendo claramente la voz de su compañero Zarbon.

Zarbon: - Dodoria, ¿por qué  tardas tanto? El gran Frezzer se está impacientando. Vuelve de inmediato a la nave.

Dodoria: - Descuida Zarbon. Ahora mismo me dirigía hacia allí. Lo que pasa es que por lo visto un monito se perdió por el camino y llegó tarde a la fiesta. Pero descuida. Se lo está pasando en grande con los demás.

-Dijo sonriendo con malicia.

Zarbon: Me alegra oírlo. Pues no te demores más y vuelve en seguida. No dejemos a los otros pobres monos sin la oportunidad de divertirse. Al fin y al cabo, no somos tan desconsiderados… Jejeje… -Sonrió de forma idéntica a su rosado compañero.

Dodoria: - Desde luego… Iré de inmediato.

Ambos terminaron la llamada.

Y mientras Dodoria estaba a pocos metros de la nave de Frezzer, Bardock a lo lejos se estaba comenzando a levantar con algo de dificultad, dispuesto a no abandonar su objetivo.

 Y como pudo llegó lo más rápido posible a su cápsula y partió rumbo a Vegita.

Allí por desgracia, la masacre estaba a punto de empezar. Kakaroto aun dormía sin darse cuenta del peligro, hasta que oyó un disparo de energía y un grito.

Entonces se levantó de golpe y al ver por la ventana como algo similar a una guerra daba comienzo, salió oculto a toda prisa rumbo a la cafetería, para comprobar que su hermano estaba bien y advertirle.

Kakaroto: ¡Raditz!...

– Dijo en cuanto lo vio nada más llegar a la puerta del local.

Raditz se giró hacia él, pero antes de poder decir nada, el suelo soltó un corto pero potente terremoto que los tiró a todos al suelo.

Provocando tras el cese de temblor, que los 2 hermanos se quedaran solo, pues el resto de saiyajines salieron a toda prisa a ver que estaba ocurriendo. Kakaroto y Raditz se miraron queriendo decir algo, pero fueron interrumpidos.

Bardock: Chicos… ¿Qué hacen aun aquí perdiendo el tiempo? Tienen que salir afuera.

Hay problemas. Frezzer está…

-Cayó al suelo desmayado.

Raditz y Kakaroto: ¡PADRE!... –Corrieron hacia él.

Kakaroto: Padre, ¿estás bien?

Raditz: ¿Qué ocurre? ¿Qué te ha pasado?

–   Kakaroto le sujetaba la mano con fuerza y Raditz la cabeza encorvándolo lentamente con suavidad.

Bardock que era fuerte empezó a recuperar la conciencia al poco rato tras su leve desmayo por el cansancio, al sentir el tacto de sus hijos.

Bardock: Chicos… escúchenme…  Debemos detener a Frezzer. Está atacando nuestro planeta con la intención de destruirnos a todos. Y no pienso permitirlo. Solamente había venido a buscarlos para asegurarme de que estaban bien. Ahora tengo que volver a la pelea.

Raditz: Pero padre, ¿Cómo vas a ir a luchar así? Estas muy herido. – Dijo Raditz  pero su padre hacía caso omiso a las palabras de su primogénito. Y llegando a la puerta, pudo oír la voz del menor.

Kakaroto: Padre, Raditz tiene razón. Estas demasiado herido. Deberías ir a una cámara de recuperación. Nosotros iremos en tu lugar. Nos enfrentaremos a él.

Bardock al oír esto se detuvo en seco justo en el marco de la puerta, cuando se disponía a doblar la esquina mirando a los ojos muy seriamente a su hijo pequeño.

Bardock: ¿Se te ha olvidado lo que acordamos esta mañana hijo? – Dijo serio pero con preocupación

Kakaroto enseguida cambió su cara a una sorprendida al recordar la charla de esta mañana.

 

 

>FLASH BACK<

 

“Tengo la extraña sensación de que pronto llegará un gran peligro al planeta Vegita”…

“Quiero que me prometas, que no intentarás protegerme ni a mí ni a nadie”…

Si algo malo ocurre, quiero que huyas y te salves”…

“Algo me dice que si te esmeras, podrás llegar lejos, y vengar a tu raza si algo le ocurre”…

     >FIN DEL FLASH BACK<

Kakaroto: Pero padre… - Su progenitor no lo dejó terminar     

      Bardock: ¿Lo prometiste sí o no? – No cambiaba su mirada seria.

Kakaroto: Si padre, pero… - En su mirada se reflejaba suplica, miedo, preocupación y angustia todo a la vez.

Bardock: !Pero nada¡ Hijo, por favor… es importante. Debes hacerlo…

- Seguía serio pero suavizó su mirada casi en súplica hacia el más joven de su familia.

Kakaroto: Si padre… -    Suspiró  y  agachó la cabeza.

Bardock: Bien… Eso espero –Dijo para salir lo más rápido que pudo afuera seguido de Raditz, que no sabía muy bien de qué iba todo, pero prefirió callar aunque ya algo sospechaba al ver la mirada de ambos… y se ofreció a ayudar a su padre en la batalla puesto que se notaba que Bardock no estaba lo que se dice del todo bien, obligándolo aunque sea a untarse un poco del líquido de la máquina regeneradora en la piel antes de ir a luchar, para que al menos lo hiciera en mejores condiciones.

Mientras, Kakaroto se encontraba sólo, meditando todo lo ocurrido…

 

“Padre… sé que te lo prometí. Pero por mucho que me duela romper una promesa, más me dolería saber qué te pasa algo a ti o a Raditz, y quedarme de brazos cruzados…

No me lo perdonaría en la vida.

Espero no decepcionarte con mi decisión padre, pues tienes razón cuando dices que no soy tan fuerte.

Pero si algo les ocurre, intervendré.

Espero que lo comprendas…”

 

Y una vez lo tuvo decidido, salió a toda prisa de la cafetería para salir afuera y ver como varios saiyajines sin vida estaban tirados por los suelos, otros gravemente heridos y casi sin fuerzas, mientras que los que aun estaban bien o con heridas leves, volaban por los aires peleando con los soldados y hombres de Frezzer, mientras éste observaba la escena divertida como si de una película se tratara…

Buscó entre los que peleaban a su padre y su hermano y durante dicha búsqueda, apareció a su lado uno de los amigos de Raditz algo exaltado.

Kewong (se me ocurrió este nombre no sé por qué): ¡Kakaroto…! ¿Has visto al príncipe? – Dijo con cara susto y respirando entre jadeos.

Kakaroto: ¿El príncipe? ¿Está aquí? ¿Ya volvió de su misión?

– Dijo buscándolo ahora a él con entusiasmo disimulado y algo de preocupación.

Kewong: Si. Claro. Volvió hace ya rato. Pero lo estoy buscando por que pretende cometer una locura y no podemos permitirlo.

– Dijo sin mirarlo ocupado buscando al príncipe.

Kakarato: ¿Qué ha pasado? – Preguntó mirando a Kewong ahora con mucha más preocupación

- Resulta que en cuanto notamos el temblor, salimos de la cafetería para saber que estaba ocurriendo. Al ver que nos estaban atacando, llegué corriendo a la sala del trono para avisarle a su majestad. Y lo único que veo es a nuestro rey Vegeta moribundo en brazos del príncipe, y diciéndole algo que no pude oír y viendo como el rey murió en manos de su hijo. Entonces el príncipe depositó el cuerpo de su padre sobre el suelo, se levantó, y gritó: ¡FREZZEEEEEEEEEER…!

Salió volando  fuera, y ahora lo estoy buscando. No podemos dejar que se enfrente sólo a Frezzer. Nuestro príncipe aun es un niño como tú. Aunque sea fuerte, no es rival para ese lagarto.

Entonces ambos chicos fueron interrumpidos mirando sorprendidos hacia arriba para ver como una bola de energía se acercaba peligrosamente para matarlos, justo cuando otra bola de energía la apartó estallando las dos mutuamente.

Los chicos pudieron ver que aquella bola que los salvó procedía de Raditz, quién estaba siendo atacado constantemente, sin darle tiempo a nada más que defenderse y muy pocos ataques. Y Kewong al ver que otra bola iba a matarlo por la espalda, se adelanto al hermano pequeó de Rsitz, y decidió ir en su ayuda como para agradecerle que los salvara antes. Y Kakaroto al ver que su hermano estaría bien y contaba con apoyo, se fue de allí, en busca de su padre. Pero mientras lo buscaba sin éxito, se iba desesperando  poco a poco, sin darse cuenta por no poder encontrarlo, y de repente pudo ver al príncipe Vegeta luchando ferozmente el sólo contra Zarbon, el cual se estaba transformando en un bicho verde horroroso.

Pero Kakaroto bien sabía que Vegeta no era fácil de impresionar y no daría su brazo a torcer. Y tras un arduo combate que parecía no tener un ganador claro, Vegeta se elevó un poco alejándose de Zarbon, y aprovechando el descuido de éste mientras le disparaba, el príncipe aprovechó para colocarse detrás de su enemigo  que no se esperaba ese movimiento, y con su técnica especial, lo exterminó sonriendo lleno de orgullo. Pero estaba algo herido y agotado, pues no olvidemos que por muy fuerte que fuera, seguía teniendo sólo 10 años, y por lo tanto menos resistencia que un adulto a los golpes.

Kakaroto por su parte se sentía honrado de poder haber visto a su príncipe en toda su gloria, pero la emoción desapareció rápido cuando lo notó decaer un poco por el cansancio y las heridas, justo antes de que Frezzer se acercara a él por la espalda, y lo agarrase del cuello, dejando su repugnante cara muy cerca de la de vegeta, susurrándole algo al príncipe con la mirada pervertida y dando una pequeña lamida en la mejilla, cosa que lo dejó asqueado sin poder hacer mucho por su estado físico y a Kakaroto  furioso desatando su ira. Y sin pensarlo dos veces, voló hasta Frezzer, y le pegó un grito autoritario, evitando que se propasara más con su príncipe.

En eso, la lagartija soberana miro con indiferencia a ese insignificante soldado sin soltarle el cuello a vegeta.

Vegeta: Ka… kakaroto… - Dijo con dificultad, usando las pocas fuerzas que le quedaban en las manos para intentar librarse de aquel agarre que lo mantenía preso por el cuello.

Frezzer: Ah… ¿es ese el novio que tenías príncipe Vegeta? – Pregunto Frezzer mirando con molestia y una sonrisa maliciosa y burlona a su muñequito sexual y dejando a un pequeño Kakaroto desconcertado por no decir sonrojado por sus palabras.

Vegeta desde hace pocos años estaba obligado a cumplir con todas las demandas de Frezzer y entre ellas estaban incluidos los actos sexuales. Aunque la mayoría de las veces lo hizo dejando primero a Vegeta inconsciente, las otras lo ataba o simplemente lo violaba usando su propia fuerza sobre el príncipe.

Kakaroto no podía creerlo, nunca le cayó muy bien Frezzer que digamos. Pero después de oír esto y ver como su amado Vegeta derramaba sus primeras lágrimas delante suya, lo desesperó de muy mala manera, haciéndolo perder la razón y atacar con toda la fuerza que pudo a Frezzer, que soltó a Vegeta por la sorpresa, dejándolo inconsciente poco después de ver algo borroso a su soldado con el pelo casi rubio. Y una vez desmayado y cayendo al vacío, Kakaroto lo pudo coger en brazos evitando que se golpeara contra el suelo. Intentó huir rápidamente con el príncipe a cuestas para salvar la vida, pero  de repente sintió un fuerte golpe en la espalda que procedía de la cola de Frezzer, provocando que ambos niños se estamparan contra el suelo, uno a pocos metros del otro, porque Kakaroto se vio obligado a separarse un poco de vegeta antes del impacto para no aterrizar sobre él. Y tras recuperarse al poco rato del golpe, se levanto y buscó desesperadamente a Vegeta y corrió a su lado para comprobar si seguía con vida, y quedó aliviado de que sólo estaba inconsciente.

En esto Frezzer regreso frente los jóvenes, dispuesto a matarlos.

Frezzer: Es una pena que me hayas obligado a matarlo (dijo refiriéndose a vegeta). Realmente fue un buen juguetito para mi… - Dijo sonriendo de forma perversa

Kakaroto: Jamás te lo perdonaré Frezzer… - Dijo con miedo pero realmente cabreado rechinando los dientes y apretando sus puños, protegiendo con su cuerpo al desmayado príncipe.

Frezzer: ¿Acaso crees que tienes algo que hacer contra mí sucio mono? No me hagas reír… - Habló con indiferencia.

Kakaroto sabía que no tenía nada que hacer. Pero no dejaría de defender a Vegeta hasta el final.

Frezzer comenzaba a levantar su dedo apuntando a los niños, y justo a pocos segundo de disparar, alguien lo golpeó con una fuerte patada  en la cara, desviando su mano y se giró para hacer frente al entrometido Bardock mientras otro sujeto melenudo los cogió rápidamente antes de que Frezzer se diera cuenta y se los llevó muy lejos de allí, aprovechando el descuido del lagarto que por suerte no los vio alejarse.

Y cuando Kakaroto se quiso dar cuenta de quién los había alejado del peligro, pudo ver claramente a su hermano mayor corriendo despavorido hacia una pequeña nave bi-plaza, que sólo podían usar los de clase alta, nobleza y/o realeza. Pero como llevaban al príncipe, aunque Kakaroto hubiera estado solo, lo hubiese metido dentro de la nave con tal de salvarlos, fuera o no de clase baja.

En eso, Vegeta despertó algo adolorido, aun con lo vista borrosa y el cuerpo magullado, viendo como aquel soldado que le salvó la vida forcejeaba con alguien en vano, mientras comprobaba que se encontraba en una nave con rumbo a quien sabe dónde. Y antes de poder intentar algo, cuando se quiso dar cuenta, la puerta de la nave ya se estaba cerrando automáticamente, evitando toda fuga. Y así la nave despegó en cuestión de segundos, dejando a los 2 niños intentando de forma inútil abrir la puerta, que no se podría abrir por las buenas hasta llegar a su destino. Al rato de haber despegado, se oyó la voz de alguien en el panel de control de la nave. Y ambos niños se sentaron, pero solo Kakaroto habló a solas por la llamada, colocándose el scouter particular de la nave en su oreja para hablar con su hermano.

Raditz: Kakaroto, ¿estás bien? – Dijo imaginándose la respuesta más probable por parte de su hermano.

Kakaroto: ¿Bien?... ¿Me preguntas si estoy bien?...Raditz, ¿Por qué nos metes aquí? ¿A dónde vamos?... ¿Qué pasará con Vegita? ¿Dónde está padre? – Estaba de lo más molesto pero también muy preocupado…

Raditz: me temo que padre ya no está con nosotros Kakaroto…

-      Su tono de voz mostraba depresión, pero en parte aceptación. Sabía que luchando contra Frezzer, las probabilidades de sobrevivir eran pocas.

Kakaroto: ¿Qué quieres decir? ¿Cómo que no está con nosotros?... ¡Explícate raditz! – El menor estaba desesperado mientras Vegeta lo miraba con indiferencia sospechando el tema de conversación de su compañero

Raditz: Justo cuando Frezzer estaba a punto de matarlos, y padre lo atacó para salvarlos, el se quedó peleando contra él para distraerlo mientras yo los llevaba hasta la capsula o nave más  cercana. Y en cuanto tu nave despegó, volví lo más rápido que pude para intentar ayudar a padre en lo que fuera, pero llegué tarde. Sólo tuve tiempo de ver como Frezzer lo mataba frente a mis ojos… Y no pude hacer nada… - Se notaba el sufrimiento y depresión en la voz del mayor.

Kakaroto: No… no puede ser… ¡ES IMPOSIBLE!... – Gritó antes de cerrar los ojos con fuerza y comenzar a llorar. Vegeta ya no dudaba de que algo le ocurrió a un ser querido de su guerrero.

Raditz: Comprendo cómo te sientes hermano. Pero llorando no vas a conseguir nada. Ahora lo que debes hacer es intentar seguir con tu vida y cumplir la promesa que le hiciste a padre

Kakaroto: ¿eh?... Acaso sabes… Su hermano lo interrumpió.

Raditz: Si. Padre me lo contó tras dejarte solo en la cafetería mientras yo lo acompañaba a fuera a pelear. Sabía que no serías capaz de huir y que querrías ayudar. Por eso me pidió que yo hiciera algo si eso sucedía. Y me contó de sus visiones, así que por eso te metí con el príncipe en la nave.

Kakaroto entonces miró a Vegeta sin saber que éste lo estaba mirando en ese momento provocando que se miraran durante un breve momento antes de que Kakaroto girara rápidamente la cabeza para seguir hablando con su hermano.

Fue precisamente en ese momento cuando Vegeta se sorprendió al saber todo lo que decían los ojos de su compañero con solo una mirada. Resultaba muy evidente. Sobraban las palabras. Bastaba con mirarlo fijamente a los ojos. Eso lo dejo pensativo.

De repente Kakaroto interrumpió su meditación con el grito que pegó…

Kakaroto: ¡¿Raditz?!... ¡RADITZ!... Hermano dime algo… - la llamada se cortó, y entonces se escuchó un tremenda explosión, miraron por la ventana, y a pesar de estar tan lejos que solo se veía la nada en aquel extenso universo en el que se hallaban perdidos por el espacio, pudieron ver a lo lejos un pequeño gran resplandor que dejo a ambos niños llenos de rabia, tristeza y frustración… Sus peores sospechas habían sido confirmadas. Vegita ha sido destruido…

Kakaroto estaba destrozado intentando controlarse las lágrimas…

Vegeta: ¡Maldición!... – Kakaroto lo miró como se tiró al suelo golpeando la nave bruscamente destrozándola poco a poco…

Vegeta aunque fuera realmente orgulloso, estaba realmente atormentado, porque no pudo evitar soltar alguna que otra lágrima intentando no hacerlo, entre golpe y golpe.

Para que el príncipe llorase tenía que ocurrir algo realmente serio…

Kakaroto en parte deseaba también desahogarse con la nave. Entendía perfectamente los sentimientos de Vegeta. Pero también sabía que si Vegeta continuaba así, acabaría destrozando la nave, provocando probablemente la muerte de ambos por la falta de oxigeno en el espacio. Así que se abalanzó sobre él, y lo sujeto de los brazos como pudo.

Vegeta: ¡SUÉLTAME IDIOTA!... – Intentó zafarse de su agarre, pero estaba demasiado deprimido frustrado en ese momento como para lograrlo.

Kakaroto: Sé cómo te sientes vegeta… pero no podemos hacer nada. Si sigues así destrozarás la nave. Entonces las muertes de todos y del planeta Vegita habrán sido en vano.

¿Entonces quién los vengaría? – Dijo mirándolo serio, aunque obviamente no pudo verle la cara, por estar sujetándolo por la espalda.

Vegeta: ¿eh? – Al oír esas palabras, vegeta de repente cambió su rostro de rabia y desesperación, por una de sorpresa y mirada algo esperanzada.

Kakaroto al notar que vegeta se había tranquilizado un poco, y ya no intentaba zafarse ni nada, decidió soltarlo. Entonces Vegeta lo volvió a mirar, recordando que con sus ojos decía más que con palabras. Y comprobó que hablaba en serio sobre la venganza, pero también notaba algo de miedo y preocupación…

Y sin saber por qué, sin pensarlo dos veces, fue hasta su soldado y le dio un abrazo firme pero suave, que dejó a Kakaroto de lo más sorprendido. Pues jamás se hubiera imaginado estar así con él.

Y debido a que no se lo esperaba, le resultó prácticamente imposible corresponder el abrazo, pues estaba en shock, y sin palabras, con las manos temblorosas con la boca y los ojos abiertos de par en par.

Vegeta: Siento lo de tu familia…  - Dijo antes de terminar el abrazo. - Pero si pretendes vengarlos, deberás entrenar muy duro. Así no lograremos nada. Por lo poco que pude oír de la charla con tu hermano, me pareció escuchar algo de que le prometiste vengarlos.Si vas a cumplir tu promesa, me ofrezco a ayudarte a entrenar. En parte, me siento obligado. Tu padre y tu hermano nos salvaron la vida a los 2.

Lo menos que puedo hacer es entrenarte yo mismo como es debido – Todo esto lo dijo dándole la espalda a kakaroto con los brazos cruzados y luego se giró para volver a mirarlo y seguir hablando colocándole una mano sobre su hombro.

Vegeta: No sé cuánto tiempo nos llevará. Pero te doy mi palabra de que Vegita y los demás serán vengados. Y mi padre y tu familia.

Juntos nos vengaremos de Frezzer, Kakaroto…

Kakaroto… kakaroto…

Vegeta: ¡KAKAROTO! – Pegó un grito que hizo que goku se levantará de un sobresalto que casi lo infarta…

Vegeta: Vaya hombre… ¡Por fín despiertas!... Hay que ver lo que cuesta despertarte a veces… - Dijo serio sin mirarle.

Goku: ¿Eh?... era un sueño… Aaah… mi cabeza… - Y se dejó caer otra vez sobre la cama.

Vegeta: Ni se te ocurra volver a dormirte por que ésta vez no seré tan suave contigo. Si vuelves a dormirte, te aseguro que te despierto con un Big Bang Attack y entonces te aseguro que la cabeza será lo que menos te duela… - Dijo dándole la espalda con los brazos cruzados después de mirarlo con la mirada seria.

Vegeta: te espero fuera. Vamos a tener que acostumbrarnos a este sitio. Y hoy es nuestro primer día. A ver con qué tipo de raritos nos topamos. Me voy a la cafetería a desayunar. Si no estás allí en 5 minutos, prepárate.

Pero kakaroto en cuanto escuchó la palabra desayuno, se olvido de su dolor de cabeza, de la amenaza de su príncipe, de los nervios que tenia por ser el primer día y de todo lo demás… y pegando un salto de la cama al suelo, salió disparado y sonriente como sólo él sabía hacerlo, dejando atrás a un estático y sorprendido príncipe.

Vegeta: ¿Pero qué…? - solo se puso la mano en la cabeza y suspiró…

Vegeta: Este Kakaroto no tiene remedio… - y no pudo evitar en parte sonreír, para perseguirlo con normalidad a la cocina, a diferencia de Goku que salía disparado.

Un nuevo día comenzaba y su primer día en el internado Kelku

 

 

 

Continuará…………………………...

Notas finales:

Espero que no les haya parecido muy largo y les haya gustado :3

el capitulo siguiente será mas animado... este solo era para explicar o aclarar alguna que otra duda sobre como acabaron estos 2 en la tierra.

lo que hicieron alli cuando llegaron vendra mas adelante. nos vemos pronto...

los amo mis lectores...


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