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¿mi papá es un docel? por kansaso

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Notas del capitulo:

Lo siento mucho, de verdad, al igual que muchas otras personas nunca pense que me iba a demorar tanto en poder escribir o que llegaria a dejarlo botado casi por dos años.

Ahora bien, la idea era tener la historia completa escrita y empezar a actualizar, pero me dio remordimiento no haber subido nada en tanto tiempo por lo que decidi subir este, siendo completamente irresponsable por qu elos otros capitulos estan escritos, pero completamente inconclusos por lo que me voy a demorar otro tiempo más en actualizar (disculpen).

Tambien diulpen que sea tan corto el capitulo, no voy a prometer que los otros sean más largos, pero si prometo, de verdad que lo voy a hacer porque si no lo hago no solo les estare fallando a ustedes, sino que a mi tambien (sobretodo porque ahora siento que mis promesas en palabra se las lleva el aire), que en diciembre la historia estara siendo terminada (y dejo un amplio margen debido a que es mi ultimo año escolar y nos meten la prueba de la u por el culo y sin proteccion) y que este capitulo no será el unico de este año, asi con la mano en el corazon.

 

Sai despertó antes de que los primeros rayos del sol aparecieran por las ventanas del living, por las estupideces que había hecho con Gaara en la cena lo mandaron a dormir ahí. Estaba con el cuello duro y la mente atormentada ¿por qué vinieron?, entendía que Ino lo hizo para alejar a la pelichicle lejos y ver feliz a su padre, pero ¿y él? Si bien es cierto que es su hermano menor nunca fueron muy cercanos, era con Itachi con quien paso más parte del tiempo y luego fue Ino…claro fue por su pequeña sobrina, por verla feliz. Se levantó del sillón poniendo ambas manos en la espalda para tirarse hacia atrás haciéndola sonar y se acercó a la ventana para ver el amanecer que poco a poco se asomaba. Ayer en la cena la rubia se veía tan feliz y con un pequeño sonrojo en sus mejillas, al igual que Sasuke en aquella foto…eran iguales en muchas cosas sobre todo en lo fácil que podían romperse. Suspiro. A los 11 vio al azabache llorar con desconsuelo por ese rubio y estaba claro que él sufrió lo mismo, ¿sería bueno abrir viejas heridas?.

— ¿Tan temprano despierto?- la voz de Sasori lo saco de sus pensamientos.

— El sillón es algo incómodo - dijo con una pequeña risa – y usted ¿otra vez evitando a Tobi-san? –vio como el pelirrojo se sonrojo un poco y trato de disimularlo con una toz forzada, estaba en lo correcto, desde el beso en el bar que lo estaba haciendo – tiene que hablar con ese pobre hombre.

— Y tú tienes que dormir más. ¿algo para tomar?

— Café, gracias.

Ambos se dirigieron a la cocina en donde empezó a sacar los necesario para el desayuno de los dos y el morocho se sentó en la mesa con la mirada fija en la espalda del mayor pensando que tiene más experiencia en la vida, además era separado por lo que debía tener mucho de qué hablar respecto a parejas distanciadas. Sasori trato de ignorar la intensa mirada del Uchiha y del silencio que no estaba acostumbrado, normalmente estaría haciendo preguntas estúpidas en broma sobre Gaara, o eso quería creer.

Termino de verterle el agua a la tasa con café para poner una frente a Sai y luego se sentó al frente de este tomando varios sorbos antes de dignarse a hablar.

— tienes cara de querer preguntar algo, desembucha.

— jeje –dudo un poco antes de seguir- si una persona deja a otro sin darle explicación alguna, ¿es bueno juntarlos de nuevo?

— Depende del motivo por el cual lo dejo en primer lugar- dejo su tasa a un lado y se apoyó en sus brazos- si se enamoró de otra persona, vio que no había futuro o sufría de abuzo, obviamente que no es buena idea juntarlos, pero si solo fue por inseguridad, monotonía o que se vieron presionados por otros, deberían intentar estar juntos de nuevo, pero hay que recordar que nada será como antes- tomo otro poco se café mientras Sai solo observaba su tasa- pero tampoco es bueno forzarlos, tiene que ser de forma natural, pero siempre se les puede dar un empujoncito.

— ¿y uno como tercero como podría ayudar?

— Con lo que esté al alcance de tus manos- se levantó y dejo su tasa en el lavaplatos para luego hacer una reverencia y retirarse.

 

Escucho la puerta de la entrada cerrarse seguido del mapache que entraba a la cocina para comer cualquier cosa que estuviera a mano, ¿sería así?, ese animalejo tomaba todo en la oportunidad perfecta y luego corría, tal vez debía tomar a Sasuke y tirarlo contra Naruto. No, eso era demasiado literal y en cualquier caso era mucho más fácil tomar al rubio y tirarlo contra su hermano. Voto el poco de café en el lavaplatos y se dirigió al living, que ya estaba iluminado por el sol, buscando su celular que yacía en el piso debajo de la mesita de centro. Lo tomo y marco el número.

 

Ya cerca del medio día Ino apareció por la cocina con una sonrisa de oreja a oreja tomando una manzana del refrigerador, hoy estaría con el rubio todo el día conociendo Suna, al principio costo un poco convencerlo debido a que estaba Gaara que conocía bien donde nació, pero este le dio la excusa de que surgió una pequeño problema que se lo impedía, lo cual no era de todo mentira. Se acercó a su tío que estaba durmiendo en el sillón y le acaricio la cabeza seguido de un beso en la frente, estaba muy agradecida de tenerlo ahí apoyándola en cada paso dudoso que estaba dando. Tocaron la puerta, por lo que le planto otro beso en la mejilla como despedida y se fue a abrirle a Naruto.

— Buenos días Ino-chan- la recibió con una sonrisa.

— Buenos días Naruto-san.

 

Daba y daba datos sobre cada calle, local y árbol meado tratando de no crear un silencio que resultase incomodo entre ambos y gracias al cielo que la rubia hacía preguntas tratando de evitar lo mismo, pero aun y con eso Ino sentía que no podía poner su puente seguro en el gran abismo que había entre ella y Naruto. Estaba consiente que no iba a ganársela de un día para otro y que el rubio parecía buena gente, ¡pero joder! Quería estar segura de ese hombre. Tan asustada de la idea estaba que no se dio cuenta que se había callado mirando el piso, ni mucho menos que la voz del rubio también se había apagado y la miraba preocupado.

— ¿estás bien? – sintió la cálida mano en su hombro.

— sí, solo me preocupe – toco la mano del rubio y la apretó levemente.

— vamos por unos helados y seguimos hablando – le sonrío – para despejar la mente-ttebayo.

 

Ino asintió afirmativamente y fueron a un local cercano al bar de donde trabajaba el mayor en donde trabajaba una señora entrada en la tercera edad algo sorda por lo que tenía que hablar alto y como Naruto de por sí ya lo hacía, estaba casi gritando asustando a la pobre señora y sacando carcajadas a Ino. Naruto llevaba un cono doble de pistacho y frutos del bosque, mientras que la rubia llevaba también uno doble de chocolate y bocado que comía rápidamente para que no se derritiera por el calor hasta que paso una pregunta por su mente.

 

— ¿te gustaría tener hijos? – su voz titubeo un poco y su corazón casi salía de su pecho por lo que se tardaba el otro en responder.

— nunca lo había pensado – otro silencio por comer helado- de hecho, ni siquiera había tomado en cuenta la opción de adoptar.

— eso no responde la pregunta – el rubio la miro con los ojos bien abiertos.

— ¿un mini yo corriendo por ahí haciéndole la vida imposible a todo el mundo? – miro al cielo- mmm sería entretenido pelear con él – la miro con una sonrisa- o una linda niña similar al teme ohhh como la mimaría dattebayo.

— ¿teme?

— jajajaja, perdón, es solo una persona importante para mí -miro a la rubia – de hecho, tú me recuerdas un poco al teme, ese ceño fruncido, la mirada de cariño que le das a tu tío… o lo frágil que te pones cuando te preocupas… por muy fuerte que fuera y siguiera adelante a pesar de todo estaba ese lado frágil que me hubiera gustado proteger por el resto de mi vida.

— ¿Qué paso con esa persona? – trato que su voz no sonara preocupada.

— se fue a seguir con su vida.

 

El rubio extrañaba tanto al azabache que si Ino supiera que él era el teme que estaría feliz, pero como no era así bajo la mira preocupando al rubio y eludio sus preguntas diciendo que el calor la tenía un poco mareada y que quería volver a la casa del pelirrojo para descansar y sin más Naruto le hizo caso. Cuando tocaron la puerta Gaara les abrió y dejo entrar a la rubia mientras él salía por petición del mayor cerrando la puerta detrás de sí.

Adentro del hogar se sentó en el sofá al lado del pálido que leía una revista, apretó la tela de su falda morada y soltó las lágrimas que había contenido durante todo el trayecto y se dejó consolar por Sai que la abrazaba con fuerza como lo hacía cuando era pequeña y le temía al monstruo del closet y no estaba su padre para calmarla.

 

Continuara…

Notas finales:

Por ultimo si han llegado hasta aqui, gracias por seguir la historia a pesar de que mis actualizaciones más alejadas de que el cometa halley. Espero que es haya gustado el capitulo, y sino, espero qu elos sigueintes lo compensen.

nos estaremos leyendo por lo que resta del año.

 

Gracias en serio GRACIAS.


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