Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Suplicando tu amor por Fullbuster

[Reviews - 844]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Naruto Uzumaki POV

 

 

 

Tras salir de casa y conseguir que mi hermano no me castigase por lo de la pelea, me crucé con Kiba y Shikamaru que venían caminando por la acera hablando sobre chicas ¡Cómo no! Ellos no parecían tener otro tema y es que por lo que conseguí enterarme… a Shikamaru le gustaba una chica de intercambio.

 

- ¿De quién hablamos? – les pregunté.

 

- Qué problemático – me dijo Shikamaru.

 

- De Temari – me concretó Kiba.

 

- ¿La hermana de Gaara? – pregunté asustándome – retírate, ni se te ocurra pedirle salir a Temari – le dije – huye enseguida.

 

- Eso estaba intentando decirle. – me dijo Kiba.

 

- ¿Estás loco, verdad? ¿Quieres morir joven o qué? – le pregunté a Shikamaru - ¿Sabes lo que es Gaara con su hermana? No se le acercará ningún chico, Gaara es…

 

- Bestia – dijo Kiba ayudándome

 

- Iba a decirlo más suave pero sí, eso.

 

- No puede ser para tanto – nos explicó Shikamaru y Kiba y yo nos miramos con sorpresa.

 

- Le rompió una pierna a uno – le dije – y sólo estábamos entrenando, porque por si no lo sabes… juega de defensa en nuestro equipo, créeme cuando te digo que es bestia. ¿Por qué crees que ningún chico le pide salir a su hermana? Retírate – le dije – antes de que te haga algo a ti.

 

No habíamos hecho nada más que entrar por el patio del instituto, cuando pudimos ver a Gaara cogiendo a un chaval y metiéndolo de cabeza dentro de un contenedor de basura mientras su hermana le pedía y casi le suplicaba que soltase al chico. Kiba y yo nos miramos sonriendo, porque nos vino genial que aquel pobre chaval intentara algo con su hermana en ese preciso momento. Miramos los dos a Shikamaru.

 

- Creo que voy a retirarme – nos dijo.

 

Y hacía lo correcto, a Gaara todo el instituto le tenía pánico y era algo normal, si no jugara conmigo a Hockey yo también se lo tendría, era violento por naturaleza, pero también es verdad que cuando nos metíamos en algún lío, él era el primero en ir a ayudarte, no era un mal tío… sólo daba algo de miedo, sobre todo cuando se trataba de proteger a su hermana. Ya iba a irme hacia clase, cuando al girarse, me vio y se acercó hacia mí.

 

- ¿Qué te ha pasado? – me preguntó mirando las heridas de mi cara.

 

- Me pegué con unos anoche – le dije.

 

- ¿Quiénes? – me preguntó como si fuera a ir a buscarles.

 

- No lo sé, unos tipos que estaban molestando a un amigo

 

- ¿Qué amigo? – me preguntó Kiba y entonces me di cuenta de que no podía decir Sasuke, porque era el Nerd del instituto, bajaría mi reputación si decía que estaba intentando ser amigo de ese empollón.

 

- Sólo un amigo de la infancia, un vecino, qué más da, no lo conocéis – les dije intentando camuflarlo, aunque como Sasuke apareciese… se iban a dar cuenta, porque llevaba heridas igual que yo, o peores…

 

- ¿Te avergüenzas de tu amigo y por eso no nos lo quieres decir? – preguntó Gaara.

 

- No, claro que no – sonreí y en realidad… puede que tuvieran un poco de razón en eso – es sólo que no le conocéis, no hay importancia.

 

- Bueno si vuelven a molestarte… avísame – me dijo Gaara – nadie toca a nuestro capitán.

 

Y es que desde luego… con el equipo siempre podía contar, hacían cualquier cosa para protegerse los unos a los otros, éramos una piña, no podía decir lo mismo de Sasuke, que siempre estaba solo. Hablando de Sasuke… le busqué por todos lados pero no aparecía ¿Dónde se había metido este empollón? Él nunca faltaba a clase.

 

Le busqué hasta en la biblioteca en cuanto pude deshacerme un rato de mis amigos, pero nada, era extraño, porque siempre estaba metido en este aburrido sitio. Pasé incluso por la cancha de baloncesto, pero tampoco le vi. Al final hice lo impensable, pasar por la oficina del presidente estudiantil y aunque allí estaban las dos personas de la otra vez, me comentaron que Sasuke no había venido hoy ¡Qué raro! En clase no presté mucha atención pero sí cogí los apuntes, más que nada porque pensé en acercárselos luego más tarde a Sasuke y ya de paso, preguntar qué tal se encontraba.

 

Cuando era la hora del recreo, en el pasillo me pillaron los dos empollones del comité de organización, los mismos que me habían dicho que Sasuke no había venido y me dieron unas hojas que debía acercarle a Sasuke. Cuando me giré, mis amigos me miraban con ojos raros.

 

- ¿Por qué te hablan esos empollones? – me preguntó Sakura con cara de no entender nada

 

- Ni idea – le dije haciéndome el sorprendido y es que mi reputación estaba por delante, aunque me sentía mal a cada mentira que soltaba, era como si estuviera traicionando a Sasuke y su confianza, como si no me importara su amistad y no era así, me importaba, pero no sé por qué mi boca no paraba de mentir acerca de todo lo referente a él.

 

- ¿son papeles de la comisión para los preparativos de la fiesta? – me preguntó Kiba mirándolos por encima.

 

- No o sí, no sé, sólo me han dicho que se lo lleve a un tal Sasuke, yo que sé, dejad de preguntarme.

 

- Naruto… - me dijo Kiba muy serio - ¿Sabes que ningún capitán ha estado antes en la comisión, verdad? – me preguntaron.

 

- Claro

 

- En realidad… - dijo Gaara – ningún jugador de Hockey ha estado jamás en la comisión, eso es para los pringados y los nerds del instituto.

 

- Ya lo sé – les dije – sólo tengo que dárselo a Sasuke, ¿Vale? Me lo habrán dado porque su casa me pilla de camino hacia la mía – intenté camuflar que yo estaba en la comisión gracias a Sasuke.

 

- Por un momento creí que tú estabas en la comisión – empezó a reírse Sakura - ¿Os imagináis eso? Sería absurdo.

 

- ¿Cómo iba Naruto a estar en la comisión? – preguntó Kiba – eso es para idiotas, para todo aquel que no es deportista ni popular.

 

Les escuché sin decir nada con los papeles de la comisión en mis manos y me dolía la forma en que pensaban, empezaba un poco a entender por qué Sasuke no tenía amigos y realmente… yo también sentía que le estaba traicionando, pero es que éramos de mundos tan diferentes, él era el estudiante perfecto, no hacía deporte, era un nerd, un empollón que se metía a hacer cosas de estas como el comité, él era simplemente invisible en el instituto mientras yo era el popular, el deportista, al que todo el instituto venía a animar en los partidos, el que marcaba los puntos y todos gritaban mi nombre eufóricos, éramos completamente opuestos.

 

Me sentaba mal hacerle esto a Sasuke, pero supongo que mi boca mentía más rápido que lo que sentía mi corazón, porque mi mente pensaba en no perder a mis amigos, en seguir con mi vida y no tener que mirar atrás hacia los empollones y aún así, me dolía saber que podía hacerle daño a Sasuke con esto, fingiendo que no éramos amigos cuando me moría de ganas de serlo, fingiendo que no me importaba ni le conocía cuando deseaba conocerle, sabiendo que él me estaba ayudando a subir mis notas yo le estaba traicionando con esto y no podía evitarlo. Me dolió, pero cuando quise contar la verdad… ya era tarde, había tantas mentiras de por medio…Aquella tarde fui a casa de Sasuke y extrañamente, fue él quien me abrió, tenía un ojo morado e hinchado, el labio partido y creo que le dolía la zona de las costillas, seguramente de alguna patada de las que le dieron.

 

- ¿Qué haces aquí? – me preguntó.

 

- Te he traído los deberes y lo del comité – le dije – como no has venido – primero soltó un suspiró de resignación y después se apartó de la puerta dejándome entrar.

 

La casa era enorme, pero parecía muy vacía y fría, había mucho mármol blanco, muchas estatuas, muchos jarrones, muchos cuadros… pero no parecía haber nadie con quien hablar.

 

- ¿Dónde está tu familia?

 

- Mi padre trabajando, mi hermano en la universidad – me dijo muy serio.

 

- ¿Y mi hermano?

 

- Ha terminado su turno y se ha ido a casa – dijo empezando a subir las escaleras mientras yo miraba un jarrón… quise tocarlo para saber si era auténtico pero Sasuke me gritó – no lo toques – me dijo – es porcelana china, se rompe hasta de mirarla y mi padre nos matará si se entera que se ha roto algo.

 

- ¿Enserio puedes vivir aquí? – le pregunté – en mi casa no habrá mucho lujo, pero todo se puede tocar – le dije – esto parece un museo más que una casa, vaya rollo tener tanto y no poder hacer nada con todo lo que hay.

 

Creo que le vi una sonrisa a Sasuke, pero en cuanto se percató de que le miraba, se volvió a poner serio y siguió subiendo las escaleras. Me llevó hasta el piso de arriba y entramos en su cuarto, yo creí que sería otro cuarto pijo igual que el resto de la casa, pero no, tenía cosas normales, estanterías, libros, pósters en la pared, me extrañó no ver porcelana china de la que no se podía tocar, ni frías estatuas de mármol, era la habitación de un adolescente normal.

 

- ¿Te extraña? – me preguntó.

 

- Un poco, creí que sería como el resto de la casa.

 

- Mi padre nunca entra por mi habitación, en realidad casi nunca está por casa, así que no sabe como ordeno mi cuarto – me dijo muy serio – supongo que si un día entrase me haría quitar todo y me pondría cuadros de a saber que artista famoso que a mí… sinceramente, no me gustaría, por muy famoso que sea el pintor – me aclaró.

 

Me extrañó ver que prácticamente casi todos los pósters que tenía, eran de baloncesto, por lo que yo tenía razón, tuvo que haber un motivo para que dejase el equipo, porque le seguía gustando el deporte, sin embargo… ahora que lo pensaba, tampoco le había visto nunca entrar en la clase de gimnasia, era la única clase que siempre se saltaba.

 

- ¿Por qué dejaste el baloncesto? – me atreví a preguntar.

 

- Dejó de atraerme

 

- Mentiroso – le lancé una sonrisa – eres un pésimo mentiroso. ¿Por qué lo dejaste? Me han dicho que fuiste capitán cuatro años seguidos, si lo dejaste este último año… te hicieron capitán a los doce años y teniendo en cuenta que los chicos de ayer eran mínimo un año más mayores que nosotros, que hagan capitán a alguien tan joven sólo significa una cosa… eras bueno y no me extraña, eres un mandón.

 

- ¿Qué soy un mandón? – me preguntó - ¿y tú que eres? ¿Santa Teresa de Jesús? Sólo sabes dar órdenes y quieres salirte siempre con la tuya.

 

- Pues igual que tú, te encanta que tus planes salgan perfectos, eres don notas perfectas, con la vida perfecta y todo perfecto, siempre te salen las cosas bien, pero te encanta controlarlo todo. No me extraña que fueras un buen capitán.

 

- No lo era – me dijo

 

- Sí lo eras, lo fuiste cuatro años y eso no es por nada… ¿Sabes lo que habría dado yo porque me nombraran capitán a esa edad? He conseguido el puesto éste año y tú lo tenías a los doce años, así que… ¿por qué lo dejaste?

 

- Tuve un problema con los del equipo – me dijo – y no quiero hablar de ello – me remarcó antes de que pudiera seguir preguntándole.

 

- No entiendo que mal entendido pudiste tener, tenías mi vida – le dije – eras popular, las chicas se morirían por ti ¿Y te saliste del equipo para qué? ¿Para ser el chico invisible, el empollón con el que todo el mundo se mete? No lo entiendo Sasuke, eras popular como yo ¿Por qué cambiar eso cuando todos quieren ser como nosotros?

 

- Supongo… que me cansé de ser el chico perfecto, sobre todo cuando ni siquiera tu familia viene a un partido, cuando les daba igual en qué deporte estuviera, sólo tenía que ser el mejor, porque para mi padre… lo único que importa es que seamos los mejores y llevemos el apellido Uchiha a lo más alto. Supongo que me cansé de todo eso – me comentó – ni siquiera sabe que dejé el equipo, no me han preguntado, creen que sigo jugando y ganando.

 

La verdad es que Sasuke me daba un poco de pena, porque aunque tenía familia, estaba más solo incluso que yo… y eso que de los dos, el que había perdido a sus padres para siempre, era precisamente yo. Supongo que incluso vivos, para Sasuke era como no tener un padre. Estaba demasiado solo y parecía tener demasiada responsabilidad sobre sus hombros por el mero hecho… de ser un Uchiha. Sasuke tenía algo… algo que me atraía, algo que me decía que tenía que ser su amigo, pero a la vez, tenía a mis amigos gritándome que no podía estar cerca de los empollones y él lo era ¿Qué tenía que hacer? ¿Dejar a mis amigos y tratar de entender a Sasuke? ¿Dejar a Sasuke seguir con su solitaria vida y volver con mis amigos? No lo sabía, pero desde luego, éste chico tenía algo que me impedía alejarme de él.

 

Estuve con Sasuke prácticamente toda la tarde y tenía razón, su familia no estuvo en todo ese tiempo, era una casa enorme para estar él solo aquí. Bajamos a merendar y me extrañó ver que cocinaba realmente bien, hizo unos crepes que untó con varios ingredientes y nos los comimos mientras bromeábamos, aunque en una de esas veces, Sasuke comiéndose uno, se manchó la punta de la nariz y me reí. Lo más extraño fue su comportamiento cuando me acerqué a él y le limpié la nariz con mi dedo.

 

Se había quedado paralizado, con el crepe en la mano y me miraba con los ojos muy abiertos. Se había puesto nervioso y no sé por qué, sólo le había limpiado la nariz, pero aún así, se alejó de mí como si pudiera contagiarle algo y se acabaron las bromas, se puso demasiado serio.

 

- No vuelvas a hacer eso – me dijo casi asustado – por favor.

 

- Vale – le dije – lo siento.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).