Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Suplicando tu amor por Fullbuster

[Reviews - 844]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Discupad las molestias pero no podré subir ningún capítulo hasta el lunes ya que me voy de visita familiar el fin de semana y no tengo internet.

Una vez más, disculpad las molestias y nos vemos el lunes.

Itachi Uchiha POV

 

 

 

Hoy estaba de muy mal humor por varios motivos, uno… porque lo que había ido a clase y resulta… que hoy no había, así que me había tocado volverme y dos… no me gustó hacerle eso a Deidara, algo se me rompió dentro cuando le vi llorando en el suelo pero es que tampoco sé que me pasó, lo deseaba y lo obtuve, nada más, supongo que estaba demasiado acostumbrado a salirme con la mía y no aceptaba una negativa.

 

Ahora me sentía mal porque me había pedido que parase una y otra vez y yo… lo había forzado, le había violado en aquel suelo sin importarme las consecuencias y estaba mal, sabía que no me había comportado bien y para colmo… a este paso perdería la apuesta, porque prometí que lo haría conmigo voluntariamente y no era así en este momento, tenía que enamorarle no violarle.

 

La verdad es que no sé que me pasaba con el criado últimamente, tenía muy claro que solo era una apuesta, fallármelo y a otra cosa, pero me gustó verle celoso con lo de mi novia y me gustó esos pucheros que ponía cuando se metía conmigo.

 

Cuando entré por casa, Deidara estaba en la cocina limpiando las encimeras y al verme, se fue corriendo por el pasillo en busca de las escaleras ¡Supongo que es lo que me merecía por hacerle aquello! Ahora estaba asustado conmigo y para colmo… me parece que estaba empezando a gustarme un poco ese chico, porque no entendía cómo era posible que estuviera teniendo remordimientos, yo nunca los tenía.

 

Subí al piso de arriba para ir a mi habitación cuando me di cuenta, que la puerta de la habitación de mi hermano estaba cerrada y eso sólo podía significar una cosa… que no había ido a clase y eso era realmente extraño para Sasuke, porque no faltaba ni aunque cayese un diluvio.

 

De verdad que este chico también me preocupaba, cada vez estaba más ausente, más despistado y me contaba menos cosas ¿Cuándo había cambiado tanto nuestra relación? ¿Desde que me fui a Alemania a estudiar? ¿Desde que mi padre se metió en medio y nos perjudicó intentando que siempre fuéramos mejor que el otro hermano? No lo sé, pero lo que sí tenía claro, es que cada vez hablaba menos con mi hermano y estábamos muy distanciados, nunca habíamos estado tan distantes como ahora y no sabía cómo acercarme a él, siempre acababa metiendo la pata.

 

Le toqué a la puerta y contestó que me marchase, muy típico de mi hermano tener un humor de perros, supongo que se parecía bastante a mí, orgulloso, mandón y llevando siempre la razón en todo.

 

- Sasuke ábreme por favor – le dije.

 

- He dicho que te largues – fue su contestación.

 

- Venga Sasuke, sólo quiero hablar contigo.

 

-  Tú nunca quieres hablar conmigo, así que márchate.

 

- Está bien, me voy a mi habitación – le dije caminando hacia mi cuarto, abriendo la puerta y cerrándola para que creyese que había entrado.

 

Desde luego funcionó, porque abrió su puerta para salir del cuarto y se chocó contra mí que le esperaba con la espalda contra mi puerta. Para ser sincero, al verle la cara llena de heridas y moratones con un labio partido, me di cuenta de por qué no había ido al instituto.

 

- ¿Qué te ha pasado? – le pregunté preocupado.

 

- Nada – me dijo.

 

- Ya claro, busca otra excusa. Ven anda, te ayudaré a curarte eso.

 

Bajamos a la cocina y coloqué hielo en un trapo para que no le quemase cuando se lo pudiera en ese labio hinchado que tenía. Hizo un gesto de dolor pero se dejó curar sentado en la silla de la cocina.

 

- ¿Me cuentas quién ha sido? – le pregunté

 

- No – me dijo.

 

- ¿Por qué no?

 

- Porque no te interesa

 

En aquel momento pasó Deidara por detrás y se acercó corriendo preocupado por Sasuke y sus heridas. Prácticamente me quitó el trapo de las manos y fue él quien acabó curándole.

 

- ¿Estás bien Sasuke? – le preguntó Deidara mientras yo me apartaba un poco y les miraba.

 

- Sí, sólo fue una pelea sin importancia.

 

¡Claro… a Deidara se lo contaba! Pero a mí no me decía nada, era todo muy lógico, no sé porque no confiaba en mí, yo era su hermano y Deidara un simple criado. Me puso de mal humor aquello.

 

- ¿Los de baloncesto? – le preguntó Deidara.

 

- Sí, pero ya está, no pasó nada. Tu hermano estaba por allí.

 

- Sí, lo sé – le dijo Deidara.

 

- ¿Cómo que los de baloncesto? – intervine yo - ¿Tus compañeros de equipo te hicieron eso?

 

- No estoy en el equipo – me dijo Sasuke y me sorprendí.

 

- ¿Desde cuándo?

 

- Desde hace más de un año

 

- ¿Y papá sabe eso? Porque él no dejaría que dejases el equipo.

 

- Para lo que iba a ver mis partidos, poco le importa si estoy o no en el equipo, así que no, no le he dicho absolutamente nada. Estoy centrado en mis estudios.

 

- ¿Por qué lo dejaste?

 

- Porque quise – me dijo muy serio - ¿Qué más te da?

 

- Algo ocurrió ¿qué fue?

 

- ¿Quieres saber qué fue? Me empalmé en el vestuario – me dijo muy seguro.

 

- ¿Cómo que te empalmaste? ¿Pero por alguna animadora o qué? – empecé a sonreír - ¿por qué no serás gay, no? Eso hundiría el prestigioso apellido Uchiha, el papá no te permitirá que nos pongas en evidencia.

 

- Vete a la mierda Itachi – me dijo enfadado – gracias Deidara, sigo yo con el hielo – dijo cogiendo el trapo y bajándose de la silla para irse a su habitación.

 

- ¿No es gay, no? – le pregunté a Deidara que resopló enfadado conmigo.

 

- No lo sé Uchiha – me dijo – usted es imposible que intente escuchar durante dos segundos sin juzgar a alguien, así es imposible enterarse de lo que ocurre. Debería aprender a escuchar de vez en cuando.

 

Deidara se largó enfadado ¿qué pasaba hoy que todos se enfadaban conmigo? De verdad que día llevaba hoy. Pero de todo esto tenía claro una cosa… como pillase a los cabrones del equipo de baloncesto que le hicieron eso a mi hermano, se les iba a quitar las ganas de repetirlo de la paliza que les iba a dar yo, porque a mi hermanito no lo tocaba nadie.

 

Me fui a mi habitación hasta la hora de la fiesta y aproveché para llamar a mis amigos para informarles de mi plan de reconquista a Deidara, porque lo necesitaba urgentemente, ahora me tenía miedo y necesitaba que me pudiera escuchar, necesitaba que se enamorase de mí y en este momento… aunque seguía pensando en la apuesta, quería estar con él enserio, tenía algo ese chico que me gustaba y no sabía el qué.

 

En la fiesta me encontré a Konan y aunque no se separó de mi lado, yo sólo hacía que buscar a Deidara por toda la maldita casa, porque estaba sirviendo copas en una bandeja. Cuando llegó hacia nosotros para darnos una copa, Konan prácticamente le humilló delante de los demás y Hidan le humilló el doble dando a conocer que no sabía leer, aquello se estaba convirtiendo en un cachondeo a su costa, porque querían hacerle leer un discurso frente a todos.

 

Prácticamente le empujaron hacia la terraza donde había un micrófono para que dijera unas palabras de agradecimiento y ya de paso, de apertura de la fiesta. Le vi allí arriba mientras todos mis amigos se reían, pero yo estaba serio, sabía que aunque tenía todo escrito en el papel, no podría leerlo sin tartamudear ni quedarse atrancado en alguna palabra, así que al final tras verle allí arriba temblar, subí yo y le aparté el micrófono ante su asombro y el de mis amigos.

 

Sonreí, agradecí a Deidara su interés por darnos el discurso y le mandé bajar aclarándole que me sentía alagado porque fuera a decirnos unas palabras, pero yo como anfitrión de la fiesta, era más adecuado para dar el discurso de apertura. Me lo inventé todo y Deidara se bajó mirándome casi con ojos de agradecimiento mientras se perdía entre la gente. Me fijé en mis compañeros mirándome con cierto odio por arruinarles su momento, pero había algo en Deidara que me decía a gritos que subiera a ayudarle, tampoco sabría decir que me había pasado, pero no quería que le humillasen así de esa forma.

 

Realicé un brindis para cerrar el discurso y bajé de la terraza para perderme entre la fiesta, en realidad buscando a Deidara aunque mis amigos me interceptaron antes comentándome lo disgustados que estaban por haberle defendido, incluida mi novia, pero me daba igual. Separé a Hidan del resto del grupo para evitar que me escuchasen.

 

- ¿Lo tienes todo planeado? – le pregunté.

 

- Sí, tranquilo – me dijo – en cuanto aparezca lo tiro de cabeza a la piscina y puedes hacerte el héroe. A mí no me ayudaron para ganar la apuesta – me dijo sonriendo.

 

- Hazlo y punto, ya la cagué bastante ayer con él, necesito que me perdone.

 

- No te va a perdonar – me dijo Hidan – esas cosas no te las perdonan.

 

- Deidara lo hará.

 

- ¿Llevas el bote para llorar?

 

- Si – le dije – haz tu trabajo y yo haré el mío.

 

Hidan se marchó de mi lado y tal y como me prometió, se acercó hacia la piscina. Estuvo allí un buen rato mientras a mí me obligaba mi padre a saludar a los presentes que me felicitaban por mi compromiso. Deidara pasó un par de veces cerca de mí y me miraba con esa cara llena de pucheros, como si le sentase mal lo de mi compromiso, pero tampoco podía hacer nada con eso, mi padre me obligaba y a ver quien se atrevía a llevarle la contraria a Fugaku.

 

Escuché como Hidan gritaba “camarero” hacia Deidara con aquella sonrisa suya tan macabra y cuando llegó hasta él, le cogió una copa diciéndole algo, seguramente alguna grosería de las suyas o alguna de sus humillaciones, pero cuando éste se marchaba, Hidan le empujó hacia la piscina.

 

El plan era que lo tirase a la piscina, claro que cuando se golpeó la cabeza contra el bordillo antes de caer no estaba en mi plan. Hidan me miró sorprendido como si no estuviera tampoco en sus planes y al final, me tocó quitarme la chaqueta y lanzarme al agua para cogerlo. Cuando lo saqué a la superficie, estaba inconsciente y la gente de alrededor me ayudó a sacarlo de la piscina para luego salir yo.

 

Pidieron una ambulancia justo cuando empezaba a despertarse, aunque estaba mareado y mi padre me pidió que lo metiera dentro y lo dejase en la cocina un rato. Le hice caso y lo llevé dentro mientras le ayudaba a sentarse en una silla y empezaba a curarle la herida de la frente. Se quejó cuando le toqué con el algodón impregnado en agua oxigenada y le soplé intentando evitar que le picase.

 

- ¿Por qué me has sacado? – me preguntó Deidara

 

- ¿Preferías que te dejase ahogarte? – le pregunté.

 

- No es eso, ya sabes a qué me refiero, usted no se preocupa por nadie.

 

- Si me preocupo – le dije – sólo que a veces no lo parece.

 

- No lo parece nunca – me dijo

 

- Si es por lo de ayer, lo siento – me disculpé y me restregué los ojos con las manos donde había impregnado el líquido para llorar – yo no quería hacerte nada pero… supongo que se me fue de las manos.

 

- No me sirven tus disculpas – me dijo muy claro – no creí que fueras capaz de hacer algo así y no puedo perdonarlo.

 

- Por favor Deidara, perdóname, no volveré a hacerlo, te lo prometo – le dije colocando mi mano sobre su mejilla, pero él se apartó de golpe como si tuviera miedo de que le tocase de nuevo. – por favor – le repetí – déjame demostrarte que fue un error.

 

- ¿Eres bipolar o qué? – me preguntó – tan pronto pareces agradable como eres un cabrón – me dijo directamente

 

- Puede ser – le dije – sólo quiero que me perdones, déjame compensarte por el daño.

 

- No puedes compensarme el daño, ya lo has hecho – me regañó – no hay nada que pueda compensar todo lo que me hiciste, te pedí que parases y pasaste de mí.

 

- Lo sé y lo siento, no volveré a hacerlo. Si me dejas demostrarlo haré lo que quieras – le dije.

 

- ¿Lo que yo quiera? ¿cualquier cosa? – me preguntó.

 

- Sí

 

- Entonces acepto tus disculpas, pero quedas pendiente de que te pida un favor – me dijo.

 

- Vale, lo que quieras. – le miré fijamente y esta vez sí me dejó acariciarle la mejilla mientras pasaba el pulgar por sus labios.

 

- No hagas eso – me dijo apartándose – no quiero que me toques, no de momento

 

- Lo siento – le dije – no volveré a hacerlo, te lo prometo, sólo te tocaré de nuevo cuando me lo pidas.

 

- No voy a pedírtelo Uchiha.

 

- Esperaré lo que haga falta, algún día puede que me lo pidas.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).