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Suplicando tu amor por Fullbuster

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Naruto Uzumaki POV


 


Estar en este maldito comité me quitaba mucho tiempo… pero no mucho tiempo para estudiar, mucho tiempo para irme de fiesta y a jugar con mis amigos. Maldito Sasuke que me ponía a hacer estas cosas extrañas. Como decía mi equipo… ¡Ningún capitán de Hockey había estado nunca en esta cosa! ¿Por qué tenía que estar yo? ¿Por qué me escapé un día de clases con él? Qué asco. Sin embargo lo mejor de estar en este rollo, es que frente a mí se sentaba Sasuke Uchiha concentrado en todos esos papeles y llamando a diferentes sitios para ir encargando los decorados, la comida, etc. Realmente era un chico brillante, aunque cuando vi el presupuesto de todo aquello, me dio algo.


Sasuke no se fiaba mucho de mí y de que pudiera preparar y organizar una fiesta de esta envergadura, pero sí me dejó una tarea muy importante que él no podía hacer y eso me subió el ego mucho, tenía que buscar un buen grupo de música que animase la fiesta ¡me encantaba la música! Eso era lo mío. Le traería el mejor grupo de música que hubiera escuchado en su vida.


Cuando salimos de la oficina, llevaba un montón de papeleo del comité y no entendía como Sasuke podía leer todo esto o era muy aplicado… o debía ser un extraterrestre para ser capaz de hacer los deberes para mañana, estudiar y ocuparse de esto. Pero claro… ahora que lo pensaba bien, Sasuke no tenía vida social, se pasaba el día en su casa solo.


Sasuke se marchó a casa y yo tuve la mala suerte, de encontrarme con Sakura cuando iba hacia la salida. Claro que al verme vino hacia mí y no supe qué hacer con todo este taco de papeles que llevaba en la mano. Tampoco es que pudiera esconderlos. Llegó hasta mí y cogió uno de los informes leyéndolo por encima, descubriendo así, que yo estaba en el comité organizativo.


- ¿Por qué estás en el comité? – me preguntó con esa cara de asco y no quise seguir mintiendo.


- Sasuke me castigó – le dije.


- Pues sáltatelo, siempre te saltas los castigos de los profesores y él no es profesor.


- No quiero saltármelo – le comenté – además, puede ponerme un parte – Sakura empezó a reírse.


- ¿De verdad te tragaste eso? Sasuke no puede poner partes, sólo es el presidente estudiantil, lleva las quejas a los profesores y promueve algunas medidas de uso público para el colegio, como decidir menús de la cafetería o crear fiestas – me dijo riéndose – Enserio que eres cazurro Naruto – me dijo cachondeándose y no me sentó bien su forma de decirlo.


- Seré un cazurro – le dije – pero quiero ayudarle con esto – le comenté mientras le quitaba la hoja y la dejaba junto a las demás empezando a caminar por el pasillo alejándome de Sakura.


- ¿Te importa el comité o Sasuke? – me preguntó de golpe.


- Ambas cosas – le contesté - ¿Qué te pasa con Sasuke?


- No me pasa nada, pero es un bicho raro, sólo es un empollón más, él puede ocuparse de esto solo. Además… ya te lo dijimos, ningún deportista ha estado jamás en el comité.


- Bueno pues seré el primero – le dije enfadado.


- ¿Te gusta Sasuke? – me preguntó y me sorprendí de aquello.


- ¿De qué hablas? Sabes que te quiero a ti – le dije.


- Pues para quererme a mí te veías muy acaramelado el otro día jugando a baloncesto y a hockey con él, hasta se sonrojó el imbécil ese cuando se cayó encima.


- ¿Me estás espiando? – le pregunté.


- Pasé por casualidad.


- Claro… ¿porque la pista de hockey te pilla cerca de donde? – ahí la pillé, porque estaba en la otra punta del instituto, no había nada cerca, tenías que ir obligatoriamente al pabellón - ¿Estás celosa de un chico? – le pregunté – Dios Sakura, es un chico, somos amigos, deja de comportarte así. Sólo son unos papeles del comité y desde luego, sólo estoy ayudando a Sasuke con esto, nada más.


- Vale – me dijo Sakura – no quiero discutir por esta tontería, luego nos vemos ¿No?


- Sí – le dije con voz cortante mientras me marchaba hacia mi casa.


Cuando llegué a casa, no había nadie así que aproveché para tirarme encima de la cama y revisar todos aquellos grupos que estaban en la lista. Tendría que elegir alguno y luego intentar negociar con ellos para que vinieran a tocar en nuestra fiesta.


El timbre de mi casa sonó varias veces mientras escuchaba música de los diferentes grupos que me había pasado Sasuke para elegir con esto de la fiesta. A la que llegué a la puerta y abrí, Kiba apareció ante mí entrando en mi casa sin previo aviso, cogiendo algo de la nevera y subiendo hacia mi habitación.


Iba hablándome sobre algo de que habían quedado en un bar o no sé qué todos los colegas del hockey. La verdad es que no me apetecía mucho ir, más si encima estaba Sakura, porque la tenía enfadada con todo este asunto y sinceramente… cuando Sakura se enfadaba era mejor tenerla bien lejos.


Kiba entró y se sentó en mi cama viendo todos los papeles, aunque cuando vi que los cogía entre sus manos, se los quité tan rápido como pude y los guardé en uno de los cajones sin darle tiempo a leerlos.


- Vamos a lo del bar – le dije sonriendo para sacarlo de aquí y que no siguiera cotilleando.


- ¿Estás seguro? Hace un minuto me decías que no te apetecía


- He cambiado de opinión – le dije – me apetece mucho ir al bar.


- Vale – me dijo Kiba


Salimos de mi casa y nos fuimos al bar, yo al menos iba hacia el bar de siempre, pero Kiba me cambió de dirección por algo de que Sakura había decidido ir a otro ¿Desde cuándo íbamos a otro bar porque las chicas quisieran? Era nuestro bar de siempre, el del equipo, donde nos reuníamos para celebrar las victorias. No quería ir a otro bar nuevo, quería el mío.


Cambié de dirección con resignación y seguí a Kiba… ¡a ver qué nuevo bar había elegido mi chica! Porque últimamente me tenía harto con sus cosas. La verdad es que no sé si era sólo eso, el tener que aguantar sus cambios de humor, el que últimamente ya no quisiera tener relaciones conmigo o que me tratara como si fuera un objeto, algo suyo que podía manejar como quisiera, pero me estaba cansando, quizá Sasuke también tenía algo que ver, porque cuando estaba con él, todo estaba perfecto, me sentía cómodo y a gusto, en cambio con Sakura… todo se me hacía pesado, nunca estaba contenta con nada de lo que hacía. ¿Tenía que romper con ella? Porque creo que el amor que sentía por ella antes, había cambiado, ya no sentía lo mismo.


Entramos en el bar y no era muy elegante, para ser concretos… era una hamburguesería normal de barrio y me extrañó mucho que Sakura eligiera un lugar así, porque ella no comía hamburguesas, ni patatas fritas ni nada que tuviera grasa ¡era así de rara! Supongo que le importaba más las apariencias y eso de comerse una hamburguesa, debía suponer para ella un gran esfuerzo ¡ni que fuera a engordar por una hamburguesa! Como decía mi hermano muchas veces… una al año no hace daño. No sé la manía que tenían las chicas de mi instituto con eso de la grasa y de engordar.


Me senté con los del equipo saludándolos a todos y besé a Sakura, pero si antes sentía algo cuando ella me besaba, ahora no sentía nada, creo que Sasuke tenía razón en algo… ella no me quería, porque en cuanto me dio el beso, se giró hacia sus amigas y siguió hablando de cosas sin importancia, como de la ropa que llevaba no sé quién que era horrible y chorradas varias. ¿Antes era tan mala persona metiéndose con todo el mundo o había cambiado ahora? No estaba seguro, pero a mí esta nueva faceta de ella, no me gustaba.


Cuando vinieron a coger el pedido de lo que íbamos a tomar, me sorprendió escuchar la voz de Sasuke ¿Sasuke? ¿De camarero? ¿En una hamburguesería? Venga ya, mis ojos y mis oídos me engañaban, pero no, le miré bien y era él.


- ¿Qué haces tú aquí? – le pregunté sorprendido.


- Trabajar – me dijo - ¿Qué vais a tomar? – volvió a preguntarnos.


Todos empezaron a pedir cuando Sakura con una sonrisa macabra le miró junto al resto de sus amigas para meterse con él, algo típico de ella últimamente, meterse con todo el mundo.


- ¿Qué se puede tomar en ese cuchitril que no tenga grasa? – le preguntó Sakura con una sonrisa irónica. Sasuke pareció pensarlo un segundo como si revisara mentalmente la carta.


- Agua – le dijo con una sonrisa también irónica.


A Sakura no le gustó la contestación pero en mi mesa, todos los el equipo empezaron a reírse sin poder parar y la verdad… es que yo tampoco pude evitar empezar a reírme. Sakura me dio un golpe en el hombro intentando indicarme que parase de reírme, pero es que me era imposible. Sasuke tenía esas típicas salidas suyas que no llegaban a sonar bordes pero dejaban las cosas muy claras de lo que pensaba. Me encantaba ese chico, tenía carácter e inteligencia, eso era una mala combinación para mi chica, porque como siguiera tocándole las narices, podía salir muy mal parada.


- Tráeme algo sin grasa – le dijo enfadada – para algo te pagan ¿No?


- Vale – le dijo Sasuke con una sonrisa terminando de coger los pedidos – algo sin grasa para la señorita ¿Las demás también quieren algo sin grasa? – les preguntó pero las otras negaron con la cabeza.


Me giré hacia Sakura dispuesto a terminar con todo esto, porque me tenía harto ella y su forma de comportarse. Además, ya no era la misma relación que teníamos antes, era como si sólo pensase en ella y en una pareja, hay que pensar por los dos.


- ¿Qué era eso? – le pregunté


- ¿El qué?


- Lo sabes muy bien ¿Me has traido aquí adrede porque estaba Sasuke trabajando aquí? – ella sonrió y yo fui a decirle que rompíamos cuando llegó Sasuke a la mesa y le dejó un trozo de lechuga tal cual, como si la acabase de coger del huerto encima del plato de Sakura.


Todos nos miramos sorprendidos y Gaara fue el primero en empezar a reírse por ver aquel vegetal sin preparar encima del plato de una Sakura atónita por lo que veía.


- Algo sin grasa – le dijo Sasuke - ¿ya está contenta la señorita? – le preguntó burlón.


- Serás imbécil Sasuke, voy a quejarme de esta al encargado – le gritó.


- Allí en el mostrador hay hojas de reclamaciones – le comentó sonriendo y Sakura se levantó de la mesa dispuesta a irse – esperemos que haya sido de su agrado y vuelva pronto – comentó Sasuke aunque luego susurró algo que sólo yo escuché – aunque espero que no.


Sasuke volvió a marcharse hacia dentro para sacar las cosas y me giré hacia Gaara que no paraba de reírse con el resto del equipo.


- Me encanta ese chico – dijo Gaara de golpe y me sorprendí – que huevos tiene – no pude evitar reírme también con todo aquello, más por el comentario de Gaara, me quitaba un gran peso de encima que él si aceptase a Sasuke.


Los del equipo se preocuparon luego por lo de las chicas y se levantaron para ir con ellas y la verdad… yo también tenía que ir, a romper con Sakura, porque estaba harto de estos numeritos. Me quedé solo allí y cuando vino Sasuke con las bebidas ¡porque menos mal que no habíamos pedido nada de comer! Fui a pagarle por las molestias pero dijo que daba igual, así que me perdonó lo de la deuda de las bebidas y se las volvió a llevar para dentro.


- Sasuke – le llamé cuando se iba - ¿Por qué? – le pregunté


- Porque mi padre quiere que sea abogado – me dijo – no creo que me vaya a pagar los estudios cuando se entere de que quiero ser profesor, así que tengo que ahorrar para la universidad – me contestó y luego se marchó.


Este chaval lo pensaba todo y hacía las cosas al margen de los demás, ni siquiera creí que se lo hubiera dicho a nadie de su familia que estaba trabajando aquí. Sasuke era lo más independiente que había visto en mi vida.


Salí fuera y todos me estaban esperando aunque la que vino corriendo fue Sakura intentando darme explicaciones que a mí… sinceramente… no me interesaban en este momento.


- ¿Podemos hablar un segundo a solas? – le pregunté pero ella me negó con la cabeza.


- Lo que tengas que decirme pueden escucharlo mis amigas también – me sorprendí un poco por su forma de hablarme.


- Vale, quiero romper contigo – le dije muy directo y todos se sorprendieron, tanto sus amigas como mis compañeros de hockey.


- ¿Estás delirando, verdad? Nadie quiere romper conmigo.


- Bueno, pues yo si quiero, lo tengo muy claro, no puedo estar con una persona que hace estas cosas. Vive tu vida y deja a los demás tranquilos – le aclaré para marcharme.


- ¿Todo esto es por ese chaval? – me gritó


- Es porque si tratas así a un camarero… ¿Cómo vas a tratar a mi hermano? – le pregunté – no quiero ni saber lo que habrás dicho, porque haces críticas a todo el mundo, estoy harto. Estoy empezando a creer que ese chaval como tú le llamas, tenía razón en algo, sólo me estás utilizando y cuando acabásemos el instituto me dejarías para irte a salir con yo que sé… ¿El quarterback de la universidad? Estoy cansado de que me manejes a tu antojo, así que rompemos


 


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