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Suplicando tu amor por Fullbuster

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Itachi Uchiha POV


 


Un partido ridículo era lo que menos me apetecía, pero si el hermano de Deidara quería hacerlo, pues nada, me tocaría entrar en su juego. Sé que todo esto era por su hermano, quería que le demostrase tanto que haría lo que fuera por él que Naruto empezaba a perder la cordura, esto no solucionaba nada, pero no pensaba perder ante él, si era la forma en que quería que le demostrase cuánto estaba dispuesto a luchar por su hermano, pues la tendría.


 Me costó demasiado convencer al equipo, principalmente porque nadie quería jugar contra unos novatos de instituto, les consideraban pequeños, un partido aburrido y sin sentido, algo típico para nosotros acostumbrados a jugar contra grandes talentos de la universidad.


Tuve que convencerles al final a base de pedirlo como un favor personal y acabaron aceptando aunque a regañadientes, pero por lo menos, aceptaron, que ya era algo. No sé si a Naruto le costaría tanto como a mí convencer a su equipo, es posible que no tanto porque podrían desear intentar machacar a un equipo universitario o puede que le costase más que a mí, porque no querrían ser machacados por un equipo universitario. En cualquier caso… era un asunto del capitán, así que ya se apañaría Naruto y sus sistemas para convencerles de esta locura.


No le quise contar nada de esto a mi hermano, pero hay que decir… que era demasiado listo para que se le escapase algo y entre lo raro que estaba Naruto y lo callado que estaba yo, empezó a sospechar de que pasaba algo y mi hermano era un cabezón nato, si se le metía en la cabeza descubrir que era lo que ocurría, no había nada ni nadie que pudiera impedírselo, así que ahí estaba Sasuke y su gran intuición para descubrir lo que ocultábamos. No creí que le costase mucho atar cabos sueltos hasta llegar a la verdad de todo. Supongo que a mí me esperaba otra bronca con mi hermano y a Naruto no sé, pero no le iba a sentar muy bien a Sasuke todo esto.


Para más enfado mío, encima me había enterado gracias a mi padre, con el que ahora me llevaba más o menos bien, de que Deidara había decidido largarse a Ohio con Pain. Yo seguía sin entender como era capaz mi padre de enterarse de todo, pero la verdad, era una cualidad muy buena, porque me mantenía informado a mí y me había dolido que nadie me hubiera contado nada, porque era mi hijo, no quería que se llevase a mi hijo lejos de mí, tenía derecho a verle, era tanto suyo como mío y no podía alejármelo como pensaba hacerlo.


De verdad que todo lo que hacía Pain me destrozaba, siempre estaba pegado a Deidara, susurrándole a la oreja qué hacer, susurrándole que se acercase a él y me dejase a mí, me ponía celoso ver lo bien que se llevaban, como el día que fui a buscar a Dei y él estaba allí, besándole y hablando de cómo quería forma mi familia con él, era mi familia, por mi él podía ir a buscar la suya en otro lado, pero que dejase en paz a la mía, no quería perderla y si tenía que luchar hasta el final por ellos lo haría, no por nada estaba haciendo esta maldita estupidez intentando convencer a Naruto de que estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de poder estar cerca de su hermano, intentando demostrar que me importaba tanto como para hacer cualquier cosa, incluso cuando eran estas malditas locuras infantiles y sin sentido ¡Hasta mi equipo empezaba a pensar que me estaba volviendo loco!


Llegué al recinto de la Universidad encontrándome allí con gran parte de los del equipo que estaban aparcando los coches y sacando las mochilas con las protecciones y los stick. Me saludaron cuando me vieron y por supuesto, siguieron quejándose de esta locura que no entendían de qué iba, pero como era el capitán, les tocó fastidiarse y aguantarse, porque si yo decía que se jugaba, todos callaban y obedecían.


Vi venir a Naruto acompañado de otro chico, venían a pie por la calle hablando y llevaban las bolsas a hombros. Sonreí cuando le vi que se acercaba hacia nosotros y preguntaba a uno de mis compañeros dónde estaban los vestuarios. Mi compañero le indicó la puerta y cuando vino hacia mí, no pude remediar preocuparme un poco por él.


- Podía haber ido a buscarte, sólo tenías que pedírmelo – le comenté.


- No hacía falta, puedo caminar.


- La universidad está lejos


- Mejor, así ya no necesito calentar – me dijo de forma borde.


Enserio que este chico me odiaba a muerte, yo intentaba ser amable, pero es que no había forma de entrar en la coraza del chaval. ¿Qué había visto mi hermano en él? Era algo que no entendía, pero tampoco quise darle mucha importancia a todo esto.


- ¿No prefieres que lo dejemos y no enfadamos a nadie?


- Más te gustaría – me comentó – pero si tienes miedo a perder… podemos dejarlo.


- No tengo miedo a perder, pero tampoco quiero que Dei se enfade conmigo, aunque no sé si a ti te importa mucho que mi hermano se enfade contigo por esto.


- No se enfadará.


- No conoces a Sasuke entonces – le dije abriendo los ojos, porque menudo carácter tenía mi hermano, claro que le importaban estas cosas, más cuando no le decían nada.


Saqué mi equipo y le indiqué a Naruto cuando entré por el edificio cual sería su vestuario y dónde estaba el campo en el que jugaríamos. No volví a saber nada más de Naruto, yo entré en mi vestuario y sólo pude escuchar a mi mano derecha en el equipo volver a quejarse.


- ¿Vamos a competir por tu hermano? – me preguntó Neji.


- No – le dije – Vamos a competir por mi hijo ¿Te parece mejor opción?


- ¿Tú hijo? Tío… ¿A quién has dejado embarazada?


- Al hermano del capitán del otro equipo.


- ¿Hermano? – preguntó dudando.


- Larga historia, te la contaré en otro momento. Tú haz el favor de no perder ahí fuera y ya está, es lo único que necesitas saber ahora mismo.


- No vamos a perder y lo sabes – me dijo sonriendo.


Nos cambiamos y nos pusimos las protecciones junto a todo el equipo para salir a la pista. Fuimos los primeros en salir y dimos un par de vueltas a la pista de hielo para ir calentando mientras veía salir al equipo de Naruto a dar también vueltas. Cómo no… Neji se puso a mi lado para seguir con sus bromas.


- ¿No es Gaara? – me preguntó señalándome a un chico pelirrojo.


- No sé quien es – le dije – no me fijo en los equipos de instituto desde que me gradué. ¿Le conoces tú o qué?


- Bueno a él en persona no, pero sé que su hermana está buena – me dijo sonriendo.


- ¡Dios! Concéntrate – le grité dándole un golpe en el hombro.


- Sólo era un comentario – me sonrió aunque yo ya me estaba alejando de él patinando.


Lo último que me faltaba era la distracción de Neji con temas de chicas justo antes del partido, si es que no había remedio con él… siempre pensando en lo mismo y eso que estaba intentando ligarse a Tenten desde… ya había perdido hasta la cuenta de cuánto tiempo llevaba tras ella sin conseguir nada.


Iniciamos el partido y me tocó sacar del centro contra Naruto… ¡Cómo no! Mira que ese chico me odiaba enserio, porque hasta en el campo, me moviera donde me moviera, él venía detrás de mí a intentar bloquearme y se cabreó mucho cuando le marcamos el primer punto en apenas el primer minuto ¡Les faltaba madurar como equipo! No eran malos, eso se lo reconocía y había que tener narices para enfrentarnos, pero era un equipo de instituto frente al último curso de universidad… eran como moscas revoloteándonos, les faltaba mucha experiencia aún en las altas ligas para poder ganarnos. Aun sabiendo todo eso, no quise relajarme ni un momento, porque sabía… que en Hockey, marcar puede tardar un maldito segundo y lo peor de todo, era subestimar a nuestros rivales, porque nos hacía bajar la defensa creyendo que no eran gran cosa y no era así, eran buenos, aunque les faltase experiencia.


Íbamos cuatro puntos por encima del equipo de Naruto, cuando empecé a distraerme al ver aparecer por las gradas a un Deidara enfadado y un Sasuke más enfadado todavía… era lo que nos faltaba… que nos pillasen en mitad partido pegándonos contra las barreras y tirándonos por el suelo de mala leche, porque entre Naruto y yo… creo que íbamos a terminar con unos cuantos moratones esa noche.


- ¿Qué te pasa Itachi? – me preguntó Naruto con una sonrisa cuando me robó el pack - ¿distraído?


- Yo de ti borraría esa sonrisa – le comenté – mira lo que se avecina por las gradas.


Cuando Naruto miró y vio a Sasuke, se le congeló la sonrisa en la boca, aunque luego cuando vio a su hermano, se le escaparon un par de insultos y es que… literalmente, estábamos hasta el cuello de problemas ahora mismo.


- Sería mejor dejarlo e intentar arreglarlo – le comenté.


- Ni de coña, voy a destrozarte y no volverás a acercarte a mi hermano.


- Naruto… tú hermano se va a Ohio – le dije y se sorprendió de que supiera aquello – créeme que no podré acercarme, hago esto porque estoy dispuesto a cualquier cosa por tu hermano, pero la apuesta… la tenía perdida desde antes de empezar, no puedo ir a Ohio a verle siempre que quiera.


Naruto pasó el puck a un compañero de atrás y se quedó quieto mirándome, creo que ahora entendía lo que le decía y eso ya era raro, porque con lo que me odiaba creí que no cedería.


-  ¿Lo dejamos entonces? – me preguntó.


- Lo que quieras – le dije – pero creo que es más importante hablar esto con ellos y arreglarlo, que la apuesta.


- Sasuke va a matarme – me dijo asustado.


- Seguramente – le dije sonriendo.


- Mi hermano no querrá hablar contigo – me dijo sonriendo.


- Lo sé, es igual de cabezón que tú, no me extraña que seáis familia.


Salimos del campo y la verdad… es que casi tuve que correr tras Deidara, porque estaba tan enfadado que se estaba marchando ya del campo después de vernos. Sasuke iba con él y pude ver a Naruto salir corriendo tras de mí con las zapatillas puestas y sin haberse quitado el resto del equipo.


- Dei… escúchame un segundo – le pedí.


- No quiero escucharte – me gritó - ¿En qué narices estáis pensando los dos? ¿Habéis vuelto a la guardería para hacer estas estupideces o qué? ¿No pensáis? ¿Por qué narices no podéis sentaros como las personas normales y solucionar las cosas hablando?


- Te quiero – le grité – y no quiero que te vayas a Ohio con mi hijo, quiero vivir contigo, quiero levantarme todas las mañanas a tu lado, preparar los desayunos, llevar a nuestro hijo al colegio o a la guardería o donde sea.


Deidara se paralizó unos segundos y vi que Naruto tenía una discusión no muy lejos de mí con Sasuke sobre algo de la confianza y de contarse las cosas ¡Típico de mi hermano! Le gustaba controlar todo y eso de que no contasen con él no lo llevaba nada bien.


- No confío en ti – me dijo Deidara casi llorando – no quiero tener que verte más – me dijo volviendo a caminar hacia el parking.


Me dio el tiempo justo de ver las luces de un coche que venía por la calle y no lo dudé, me lancé hacia Deidara y le empujé al otro lado de la carretera contra Naruto y Sasuke que seguían discutiendo esperando que estos le cogieran, quedándome en medio de la calle y recibiendo yo el golpe que iba para Dei, pero mejor yo…que las dos personas a las que más quería, Deidara y mi hijo.


De todo aquello, sólo recuerdo que caí al suelo y escuchaba algunas voces llamándome, creo que eran los tres, hasta me extrañó que Naruto viniera preocupado, pero tampoco es que pudiera mantener los ojos abiertos, menos aún me salían las palabras. Sólo pude escuchar que pedían que llamasen a una ambulancia.


 


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