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Suplicando tu amor por Fullbuster

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Deidara Uzumaki POV


 


Hoy llegué a la casa de los Uchiha como siempre, aunque Sasuke ya no estaba, supongo que habría salido más temprano hacia el instituto por algún trabajo o algo que tuviera que hacer, así que como se le olvidó ayer comentármelo, ahora tenía un café de sobra que dejé en la encimera de la cocina.


Su padre como siempre, ya estaba en la oficina trabajando y me imaginé que su hermano Itachi, durmiendo, porque hasta dentro de un rato no despertaría. Todo dependía de a la hora que llegase anoche, porque estaba más de fiesta que otra cosa.


Limpié y recogí todo el salón antes de ir a despertar a Itachi, eso sí… esta vez le hice yo el café y lo metí en el vaso como hice el día anterior. Estaba harto de sus gritos por el café y ya que al parecer le gustaba más el que preparaba yo que el de su local favorito, pues decidí hacerle el cambio mientras no se diera cuenta.


Le subí el café recién hecho y al abrir la puerta, me encontré que estaba en la cama con el pantalón de pijama puesto pero con las sábanas por el suelo ¡Debía moverse mucho para dormir! Porque siempre que entraba, la cama era un desastre. Lo que me sorprendió es ver que algo se movía en el suelo ¿Qué narices había en el suelo? Me asusté, una de las cosas que no aguantaba eran los bichos.


Algo asomó bajo la sábana y antes de gritar, me di cuenta de que era un pie ¿un pie? ¿Quién narices estaba allí con el Uchiha? Decidí salir en el preciso momento en que Itachi se despertaba y se levantó rapidísimo siguiéndome por el pasillo. Me alcanzó cuando ya estaba casi en la escalera.


~ Ey ¿Dónde vas? ¿Y mi café?


Aquí tiene señor, si me disculpa tengo muchas cosas que atender hoy – le dije dándole el café e intentando bajar por las escaleras, pero él me detuvo de nuevo.


~ ¿Y mi beso de buenos días? – me preguntó con una sonrisa.


~ ¿Se puede saber qué le sucede conmigo? – le pregunté ya cansado de este juego – ya le he dicho que tengo novio, no vuelva a tocarme, por favor.


Bajé el primer peldaño cuando sentí su mano agarrarse a mi cintura atrayéndome hacia él. Su cara estaba a escasas centímetros de la mía y podía sentir su aroma como a menta, supuse que sería el dentífrico que utilizaría o algo así. Tampoco le di mucha importancia, porque lo que realmente me ponía nervioso, era su cercanía, la forma en que me miraba, la forma en que sonreía, como si no fuera a evitar besarle, como si quisiera demostrarme que me gustaba él y no era así ¡bueno quizá un poco!


La verdad es que su forma dominante me atraía bastante y encima era muy guapo, no podía negar eso, pero aún así, yo estaba enamorado de mi novio, no de él. No podía estar cediendo a sus chantajes constantemente.


~ Vamos, sé que estás deseando besarme.


~ No es cierto, suélteme por favor – le pedí con amabilidad pero su mano libre se coló por mi bragueta tocando mi miembro y no pude evitar gemir sin poder huir de él


~ Ves como me deseas, tus labios dicen que no pero tu cuerpo me llama a gritos – me dijo sonriendo justo en el momento en que sus labios tocaron los míos en un beso pasional que casi hizo que me desmayase ¡y es que besaba muy bien el condenado!


Estábamos muy centrados en el beso, yo hasta me había olvidado de donde estaba porque no sé qué diablos me sucedió pero estaba continuando su beso, estaba jugando con su lengua y no me lo podía creer ¿Tanto me atraía ese chico malcriado y egoísta? ¿Cómo podía atraerme alguien tan diferente a mí? Era demasiado autoritario, demasiado mujeriego y sólo le interesaba utilizarme como su juguete, lo sabía y aquí estaba, besándole, dejando que me metiera la lengua y lo peor… es que me gustaba aunque mi mente me gritaba que me apartase de él, que esto se me traería problemas. Temblé, todo mi cuerpo temblaba al contacto con el suyo, jamás había sentido algo así por nadie pero me daba miedo, porque sabía lo que era yo para él, nada, absolutamente nada, su juguete para pasar el rato hasta que viniera su preciosa novia.


Se alejó de mi cuando escuchamos un ruido y me avisó de que estaba con un amigo, que se les hizo anoche tarde y había venido a dormir, así que debía preparar un segundo café. Me dejó allí temblando mientras él entraba de nuevo en su habitación con su café y trataba de despertar a su compañero.


Bajé a la cocina y preparé el segundo café subiéndolo a la  habitación. Fue Itachi quien abrió la puerta, cogió el café y me cerró de nuevo la puerta en las narices. Casi mejor así, por lo menos no pedía hacerle una paja o cosas de esas. Miré el listado de tareas para hoy colgado en la nevera y empecé con la tarea de la casa. Me pareció raro que hubiera tan pocos puntos hoy para hacer, eso significaría que acabaría muy rápido mi tarea, aunque claro, cuando llegué al último punto y lo leí, el mundo se me cayó a los pies ¡Ahora entendía porque había tan pocos! Fregar el suelo de la cocina.


El suelo de la cocina era horrible, puede que fuera precioso, para ellos que no lo tenían que limpiar, porque era un azulejo donde se quedaba la suciedad incrustada entre las rendijas y por supuesto… a mí me tocaba estar de rodillas en el suelo frotando hasta que sacaba todo. Podía tardar horas con lo grande que era la maldita cocina, así que empecé cuanto antes para acabar lo más pronto que me fuera posible.


A la media hora de estar allí de rodillas frotando, ya me dolían los riñones y la espalda. No aguantaba más y en eso, escuché las voces de Itachi y la de su amigo que venían hacia la cocina. Bueno… al menos uno de ellos venía, porque el otro andaba por la casa buscando algo. Me sorprendí cuando me encontré con Hidan entrando desde el pasillo y él también se sorprendió de verme allí.


~ Vaya, no sabía que trabajabas aquí – me dijo y sinceramente… me sentía un poquito humillado teniendo que hablarle desde el suelo con un estropajo, pero no había más remedio.


~ Trabajo aquí desde hace años – le dije sin darle mucha importancia.


~ ¿Dejaste el colegio por eso? – me preguntó con una sonrisa y vi a Itachi colocarse tras su amigo sin que éste se diera cuenta, eso me fastidió aún más.


~ Sí – le dije - ¿Hay algún problema con eso?


~ No, claro que no – me dijo riendo divertido – pero ya que estás, ¿me haces un favor?


~ Estoy un poco ocupado en este momento – le comenté.


~ Es una cosita de nada, además, ¿no estás para servir en esta casa? – me preguntó riendo y me levanté del suelo dejando el estropajo allí y secándome las manos con un trapo.


~ ¿Qué favor? – le pregunté


~ Toma esto – me dijo dándome un papel – necesito que vayas a esa dirección y recojas lo que ahí está escrito – comentó


Miré el papel y sí, veía letras, las miré mejor intentando concentrarme para leerlo y ahora sí me sentía más humillado, porque no era capaz de leer esas dos líneas de forma suelta. Estuve a punto de ponerme a llorar allí mismo ante la sonrisa divertida de Hidan cuando Itachi pasó por al lado de su amigo y me quitó el papel de las manos leyendo él lo que ponía para sí mismo.


~ Esto no es algo que tenga que hacer nuestro sirviente – comentó Itachi devolviéndole el papel – deberías ir tú en persona a hacer ese recado – le comentó – puedes seguir con tu tarea Deidara – me comentó mientras se llevaba a su amigo de la cocina y yo volví a mis quehaceres.


¿Me lo parecía a mí o me había ayudado? La verdad es que de Itachi nunca sabía que pensar, a veces hacía estas cosas tan amables y parecía ser humano teniendo un corazón, pero en otras era ese chico despreciable que me utilizaba, todo el me confundía, porque una parte de mí se sentía atraída por esa amabilidad y otra parte, le rechazaba por lo que era, un mujeriego que jugaba con los sentimientos de todo el mundo buscando sólo su propio placer.


El teléfono sonó en aquel momento y me apresuré a cogerlo, cual fue mi sorpresa al darme cuenta que llamaban del instituto porque resulta que Sasuke Uchiha se había fugado del colegio con Naruto Uzumaki y no los localizaban en ningún sitio. Creo que me daba un infarto ¿Dónde narices se había ido mi hermano? No soportaba que hiciera estas cosas porque desde la muerte de nuestros padres, no me fiaba que pudiera pasarle algo a él, era lo más importante en mi vida. Itachi entró preguntando quién era y me vio recogiendo las cosas para salir a buscar a mi hermano.


Me detuvo el brazo antes de que pudiera salir y me volvió a preguntar qué estaba ocurriendo para que dejara todo a medias.


~ Lo que ocurre es que no encuentran a su hermano ni al mío, se han fugado del instituto – le dije.


~ Si sólo es eso no es para tanto – me dijo Itachi – todo el mundo nos hemos escapado alguna vez, ya volverán.


~ Me encanta saber la preocupación que tiene por su hermano, pero yo no voy a quedarme aquí a esperar a que pueda pasarles algo, me voy a buscarles – le comenté pero no me dejó moverme.


~ Te recuerdo que estás trabajando, así que si no quieres perder el trabajo, ve y haznos algo de merendar.


~ ¿Sabe que le digo? Me largo – le dije dándole el delantal a él


~ ¿Qué estás haciendo? – me preguntó cabreado siguiéndome hacia la puerta de atrás. – si sales por esa puerta no te atrevas a volver por aquí


~ No lo haré – le dije – pero no me haga elegir entre un trabajo y mi hermano. Yo sé perfectamente lo que es importante en mi vida ¿puede decir usted lo mismo? – le pregunté saliendo por la puerta.


Llamé a la policía dando los datos de ambos chicos para que les buscasen ¿Y si les habían raptado? ¿Y si se habían perdido? Maldita sea, ¿Por qué narices Naruto no podía avisarme de donde iba a estar? Mínimo eso y no tenerme preocupado. Le busqué por todos los rincones y a medida que pasaban los minutos y las horas, me preocupaba más y más, incluso llamé a Sasori para avisarle, quien me dijo que se ponía ahora mismo a buscar, por lo menos encontrarles para que no les ocurriera nada malo, porque empezaba a anochecer.


Un coche se detuvo frente a mí en un parque y reconocí a Itachi ¡lo que me faltaba! El ricachón este que venía a discutir conmigo y yo no estaba para que me viera así, estaba llorando porque no encontraba a mi hermano y nadie de sus amigos le había visto en todo el día ¿Había tan siquiera entrado al instituto? ¿Y si lo habían secuestrado? Itachi bajó del coche cuando me vio derrumbarme llorando y me abrazó.


No podía creerme que Itachi Uchiha, primogénito y tímpano de hielo de la familia más rica de esta zona del país, estuviera abrazándome a mí.


~ Mira – me dijo enseñándome su móvil y veía letras, aunque no podía leerlo. - No sabes leer, ¿verdad? – me preguntó de golpe – lo he notado cuando Hidan te dio el papel.


~ Claro que sé leer – le dije – es que no veo bien.


~ No hace falta que me mientas – me dijo – es un mensaje de un amigo mío, le han visto en el muelle ¿Te quedas más tranquilo?


~ No – le dije - ¿Cómo narices han llegado allí?


~ Pues en autobús imagino – me contestó


~ Joder…


~ Ey, ya está, están bien ¿vale? Venga te llevo a casa. Dime el número de tu amigo y le diré dónde están para que los traiga.


~ Es mi novio – le dije – no un amigo


~ Oh – fue lo único que exclamó


Me levanté y me abrió la puerta del coche dejándome entrar en él para llevarme a casa. Cuando él entró también, me informó de que no diría nada a su padre de mi escapada, pero que no volviera a hacerlo, así que me esperaba mañana por el trabajo.


Llegamos a casa pero no quiso entrar a esperar a su hermano, debía ser algo entre ellos porque no me explicaba como podía marcharse así de rápido. Lo único que me dijo, es que le acompañase a casa cuando viniera.


 


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