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La cocina verde por Naghi Tan

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Notas del capitulo:

Resumen Vigésimo Cuarto Drabble: Él no podía diferenciar los colores, sabía que Sanji tenía el cabello de color dorado, piel blanca y ojos azules, pero eso lo sabía por sus amigos.

Universo: AU Donde Zoro y Sanji son unos niños de cinco años.

Número de palabras: 1044

Comunidades: Reto diario

Número y Nombre del reto: Tabla de Primavera. 001. Perfume

Categoría: PG-13

Notas Naghi Tan: Creo que viene bien un poco de fluff después del drabble de ayer, respondiendo a Srta. Komaeda, usualmente es al revés, dejo los finales felices porque los finales originales a veces son tristes, y suficiente Angst tienen como para llorar. Con los drabbles pasados me pasó que ya tengo el final, el desarrollo del trama, que igual en el long fic que haré usaré esas canciones y más, final feliz lo tengo, lo suficientemente feliz como para que ustedes no lloren. ¿Por qué usé ese final para el drabble? Porque si hubiera puesto el final original, en el long fic ustedes estaría confiados y el impacto sería más duro y no creo que hubieran aguantado una muerte cuando estuvieran confiados que habría un final feliz.  

 

—Había una vez un barco que vivía dentro de una botella. Aquel barco era feliz, porque creía que, en aquella botella, estaba encerrado todo el mundo. [1]

Zoro entrecerró los ojos, tenía sueño y le aburría escuchar aquel cuento que la profesora Makino les estaba leyendo, era absurdo y bobo a su parecer, porque no le gustaban ese tipo de cuentos, él prefería las historias de fuertes guerreros, de espadachines reconocidos, no esa burda clase de cuentos infantiles. Dirigió la mirada hacia Sanji, un chico menor que él por escasos meses [2], contempló por un rato al niño.

Él no podía diferenciar los colores, sabía que Sanji tenía el cabello de color dorado, piel blanca y ojos azules, pero eso lo sabía por sus amigos, Zoro por más que quisiera no podía diferenciar los colores, él veía todo de color negro, gris, blanco y verde, solo podía ver esos colores, a pesar de que él no sabía bien el porqué. Por eso diferenciaba a las personas con los olores.

Roronoa Zoro era un niño curioso, como todos los niños de su edad, más sin en cambio, era solitario. El primer día de clases había sido fatal, estaba aturdido por tanto color gris y negro, el verde y el blanco no aparecieron por ninguna parte.

Fue hasta el segundo día de clases que pudo ver los colores verde y blanco, pero venían de un niño, podía ver el negro, pero solamente alrededor del pequeño, más el cabello y la piel eran blancos, no obstante el verde delineaba una ceja, una en forma de remolino. Pronto supo el nombre del chico, Blackleg Sanji, quien había faltado el primer día de clases por que aún estaba débil.

A lo largo de los meses, Zoro se mostraba desesperado por no poder diferenciar a las personas, solo a Sanji, niño con el cual aún no había hablado, para él, Sanji era una persona muy sociable para su gusto, era un adulador de niñas y un completo bastardo. Fue un día de lluvia en el que ambos se dirigieron la palabra…

—Te ves mal—Sanji se había parado frente a Zoro, quien estaba sentado viendo a la nada, Zoro simplemente resopló e infló las mejillas, dando a entender que no hablaría nada con él, más parecía ser que Sanji era muy testarudo y terco, se había sentado a su lado—, ¿es cierto que no puedes ver todos los colores?

Zoro solo asintió, aun sin hablarle, no le gustaba ese niño, le desconcertaba y le ponía ansioso, solo habían tres personas a las que podía ver de color blanco y verde, incluyendo a Sanji, y las tres eran de diferentes personalidades.

—Ha de ser triste—Sanji le miró melancólicamente con su único ojo visible, el otro se lo cubría con el flequillo—, no poder contemplar todo.

Fue desconcertante ver que la mancha de color verde y blanco se le abalanzaba y le palpaba la cara con curiosidad.

—¿Qué  haces?—dijo, rompiendo su propia ley del hielo.

—Sintiéndote—dijo cándidamente el rubio—, las personas se pueden ver, sentir y oler, cada una tiene un rasgo que los define, eso me ha dicho mi viejo.

El timbre para la hora de la merienda sonó, sacando a Zoro de sus recuerdos raros, y pronto, sin sorprenderse, sintió que alguien ponía una bolsa delante de él.

—Tienes que perfeccionar tu olfato—Sanji le sonrió.

Sanji le había estado ayudando a explorar el mundo desde aquel acercamiento, con aromas y juegos de niños, Zoro nunca le preguntó por qué lo hacía y Sanji nunca le dio sus razones.

Ambos niños se habían apegado entre sí sin darse cuenta, porque Sanji al igual que Zoro tenía un problema severo, por eso iban a esa escuela para niños especiales, Sanji olvidaba fácilmente a las personas, era amnesia selectiva, según había escuchado de Makino, una vez que se acercó a Zoro y le explicó la situación.

Sanji le olvidaría un día de esos, a como había olvidado a sus demás compañeros, y Zoro no quería que sucediese, pero había ocurrido.

El dolor al ver que Sanji le pasaba de largo fue inmenso, vio al verde y blanco, pero el verde y blanco no lo veía. El corazón de un niño no estaba preparado para esa clase de dolor, así que Zoro no se dio por vencido, al igual que Sanji, le apoyaría en todo, aunque le olvidase una y otra vez.

 

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—¿Recuerdas cuando me enseñaste a diferenciar  a la gente por su aroma?—Zoro que estaba sentado en un sofá habló de repente, mirando hacia una mancha de color blanco y verde, le gustaba su aroma, a tabaco y a especies, el aroma a tabaco se coló cuando ambos tenían trece años, pero ahora a los veinticinco ya estaba más que familiarizado.

—Me cuesta mucho trabajo recordarlo, marimo—el rubio estaba cocinando y se detuvo abruptamente, Zoro se dio cuenta de lo que le había pasado, Sanji había olvidado nuevamente lo que estaba haciendo.

—Estabas cocinando la cena, rizado—le recordó.

Zoro había estado a su lado desde pequeños, y había aprendido a amar al hombre con sus defectos y virtudes, era doloroso verlo de esa manera, todos los días tenía que recordarle las cosas, como que estaban casados desde los veinte años, qué habían adoptado a una hermosa niña y que le habían puesto Kuina, en honor de la fallecida hermana de Zoro.

Todos los días era una aventura con aquel hombre, pero siempre le agradecería el que le hubiera abierto las puertas para conocer el mundo con los aromas.

 

Notas de Autor:

[1] Fragmento del Libro: El hombre vestido de gris y otros cuentos de Fernando Alonso.

[2] Extrañamente en el canon Zoro es mayor que Sanji por dos meses, si se fijan en las fechas, Luffy zarpó cuando cumplió diecisiete años, sabemos que Luffy nació en Mayo y Zoro tenía 19 cuando se unió a Luffy. Si nació en Noviembre y conoció a Luffy entre Mayo y Abril, y Sanji nació en Marzo, saquen cuentas, si fuera menor que Sanji, Zoro tuviera 18, más no, tanto Sanji y Zoro tenían la misma edad, por eso Oda pone a nuestro espadachín como el hijo mayor y Sanji como el segundo hijo…

 

 

 


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