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Conservando el corazón por Rukia Matsuoka

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Notas del capitulo:

¡Hola! Esta vez si que me pase con la actualizacion... Un mes...Vaya e.e

En verdad lo siento, estuve en examenes sumado a una mala racha de inspiracion pero, me esforce en escribir este capitulo de poquito en poquito y pues, creo que me salio un poco mas largo que los demas.

Bueno, disfruten y nos leemos en "Notas finales"

Agradecimiento a aquellos que me dejan sus review y a aquellos que se toman un poco de su tiempo en leer la historia.

A que no se imaginaban que actualizaria eh *-*

Esa tarde debían de llegar a la bahía de Konoha. Después de pasar con sus amigos en el centro comercial, Zabuza le había pasado a recoger. Aquella mañana había sido convencido de utilizar una considerable cantidad de dinero para que se comprase lo que quisiese, al final fue convencido por su esposo y una mirada profunda de Deidara. No podía negar que su hogar parecía como si fuese una casa abandonada, todo era absoluto silencio. Se prepararon para el viaje y llegaron a la bahía. Ahí quedo impresionado por ver el barco en el que zarparían. Ahora sabia que, Itachi Uchiha no solo era inteligente, también tenía un grandioso gusto por la estética.

Formaron la fila para la revisión de su equipaje y pudo sentir los intentos fallidos de Zabuza por tomarle de las manos. No quería tener tanto contacto con él, quería que sintiese por lo que pasaba cuando era él el rechazado. Caminaron en silencio hacia su habitación y se deleito con lo elegante del lugar. Coloco con tranquilidad sus ropas en el armario mientras Zabuza hacia lo mismo. Por último, tomo su traje para la fiesta y entro al baño. Al terminar, se miraba en el artístico espejo con marco de madera del baño. Vestía un pantalón negro ajustado, con una camisa manga larga dejando ver sus hombros desnudos. Se miraba demasiado tentador a la vista de cualquier varón y sabía que Zabuza lo tomaría como una indirecta.

Salió del baño y se sorprendió al ver a su esposo con un elegante traje negro que, a diferencia del que usaba en su trabajo, este llevara los tres botones sin abrochar de su camisa blanca de fondo.

—Te ves hermoso…—Haku no pudo evitar sonrojarse por el alago, después de todo había pasado mucho tiempo desde que le había dicho un cumplido.

—Gracias—contesto para salir de la habitación siendo seguido por su esposo.

Llegaron al gran salón y sintió el delicado olor a madera del suelo junto el exquisito olor de la comida del largo comedor. Zabuza aprovecho su distracción para lograr tomarle de las manos para servirse de la comida. Tomaron sus platillos y Zabuza le llevo de las manos a una de las mesas a los extremos del salón. Se sentaron y pudo notar a unas cuantas mesas a sus amigos quienes les veían con una sonrisa e inconscientemente formo una leve sonrisa y cuando se giro a ver a Zabuza se sonrojo al encontrarse con su mirada.

—Haku…—Zabuza le hizo dejar los cubiertos en la mesa y acariciar sus pequeñas manos—No quiero que nos divorciemos, reconozco que cometí un grave error al dejarme llevar por el cansancio ese día pero, dame de una oportunidad para demostrarte que toda mi atención estará en ti y no en mi trabajo.

El aludido sintió como su estomago revoloteaba, nunca espero del serio y difícil de su esposo hablarle de aquella manera tan vulnerable. Sonrio enternecido y asintió, sabía que su perseverancia no duraría mucho ante su esposo aunque podría fingir hacerse el difícil ya que, le empezaba a gustar aquella absoluta atención. Iba a reanudar su cena hasta que escucho la melodía de la orquesta invitada y fue cuando su esposo se levanto de la mesa para extenderle la mano.

— ¿Me concedes esta pieza?

Haku asintió encantado y fueron al centro del salón junto a los demás incluyendo a sus amigos. Zabuza le tomo de la cintura y se estremeció, había pasado tiempo desde que aquellas manos grandes le acariciaban, desde que aquel aroma masculino inundaba sus sentidos, desde que el aliento de su esposo chocaba contra su cuello. Sonrio al ver en la abertura del cuello de Zabuza a sus amigos quienes bailaban junto a ellos a excepción de Madara y Minato.

Paso el tiempo y múltiples parejas se fueron a las mesas a comer mientras otras seguían al compás de la suave música. Se acurruco en el pecho de su esposo para seguir balanceándose en el salón, disfrutando del momento romántico. La noche llego a su cumbre y era hora de descansar. Llegaron a su habitación entre risas y se dispusieron a colocarse los pijamas. Como si estuviesen en su hogar, Haku se desvistió con confianza sintiendo la mirada de Zabuza en su trasero. Sonrio presumido y se coloco el camisón largo que siempre usaba con la diferencia que esta vez no vestía la tentadora lencería debajo, en cambio lleva los bóxer para donceles que le cubrían lo necesario de sus glúteos. Cuando se dispuso a caminar a la cama sintió aquellos fuertes brazos rodearle la cintura mientras sentía como la piel de su cuellos era succionada con fuerza.

Jadeo al sentir el fuerte pecho desnudo de Zabuza en su espalda y aquella virilidad encerrada en el pantalón pijama restregarse en su trasero. Debía de soportar aquella tentación, era el primer día de crucero, al menos quería soportar hasta el segundo día para entregarse a sus brazos.

Le detuvo cuando lo acostó suavemente en la cama—No, Zabuza—El aludido encima de él le miro con una ceja enarcada. Sonrio acariciándole la mejilla—Esta vez seré quien diga que no y tu deberás esperar.

Zabuza le miro sorprendido, no podría estar hablando en serio—Pero…

Haku coloco su dedo índice sobre los labios de su esposo para callarle—No, así que a dormir.

Zabuza miro a su doncel acomodarse de espaldas a él y sus ojos se dirigieron hacia aquellos deliciosos glúteos. Sintió una punzada en su miembro, tal vez era el karma quien le hacía sufrir por no brindarle «Atención» a su esposo cuando este se lo suplicaba con aquellos sensuales atuendos. Sonrio malévolo y le abrazo con fuerza sintiendo como se exaltaba por el repentino acto.

— ¡Ah! —Haku se sonrojo al sentir como acariciaba una de sus tetillas sobre la fina tela del camisón. Se giro un poco para mirarle molesto pero el sonrojo no desaparecía de su rostro—Zabuza, dije que no… ¡Ah!

Zabuza bajo a su cuello para dejar leves mordidas atendiendo con una de sus manos las tetillas rosas de su doncel mientras que la otra se escondía debajo del camisón para acariciar aquellas níveas piernas.

—No te penetrare, si eso es lo que te preocupa—le susurro cerca de su oído escuchando un dulce gemido—Pero, no evitaras que te toque, Haku.

Haku solo asintió ante la fuerza con que le sujetaba. La mano de Zabuza subió entre las piernas de su doncel acariciando su miembro escuchando aquel grito lleno de placer. Le masturbo mientras seguía estimulando sus tetillas y le obliga a unir sus lenguas en un ahogado beso. Aquella noche compartiría una parte de lo que en verdad disfrutarían.

~*~

A la mañana, Minato se reunió con sus hijos siendo seguido por Madara. Al sentarse en una amplia mesa a las orillas del barco con una enorme sombrilla en medio, Deidara y Naruto le miraron con una sonrisa burlona, eso le confundió, y fue cuando Sasuke le señalaba su cuello. Minato se toco el lugar mientras Haku le prestaba un espejo de bolsillo. Al mirar tras el espejo frunció el ceño irritado y se giro a mirar a Madara quien sonreía como si nada.

— ¡Madara!

—Deberíamos pedir el desayuno ¿No creen? —Dijo el aludido tomando el menú.

Los demás asintieron sonrientes ignorando la molestia del rubio mayor. Todos estuvieron de acuerdo en desayunar una suculenta ensalada de frutas con un jugo de naranja. Minato disfrutaba de su tazón de frutas hasta que observo a Naruto acercarse a Sasuke con un trozo de sandia en el tenedor.

—Vamos teme, solo un pequeño trozo—Naruto se recostó a su esposo mientras hacia un puchero.

—No, sabes que no me gusta lo dulce—Sasuke se resistía ante el adorable puchero de su doncel al insistirle en comer fruta ya que solo había elegido una taza de café.

—Solo un poco… ¿Si? —El aludido solo asintió derrotado y dejo que su rubio le diese de comer en la boca.

Itachi no evito reír ante la graciosa escena de su hermano menor pero, su sonrisa se borro al ver a Deidara con un tenedor en mano con un trozo de melón incrustado.

Sai se animo al ver a todos tan mimados y miro sonriente a su Gaa-Chan quien comía tranquilamente—Vamos Gaa-Chan, tú también puedes darme de comer, no te contengas.

Gaara le miro sorprendido y sonrojado, no le había tomado interés al darle de comer en la boca ya que había notado que los otros azabaches se habían avergonzado así que, pensó que Sai se sentiría de la misma manera.

—Está bien…—Sai abrió la boca esperando que el pedazo de sandia que temblaba en el tenedor por el nervioso Gaara, llegara hasta su boca.

Minato solo se quedo con el tenedor en la boca impresionado por los valientes donceles y sus mimados esposos. Entonces se llevo otro pedazo sandia a la boca pero, sintió un escalofrió a su lado y miro a Madara sonreírle socarronamente. Eso le dio un mal presentimiento.

—No… ¡Espera! —Madara le tomo de la cintura haciéndole levantar del asiento hasta dejarle en su regazo y besar al rubio disfrutando de aquellos suaves labios y lo jugoso de la sandia.

Minato se sonrojo por el atrevimiento además, sentía la mirada de sus hijos y yernos encima de ellos, podía imaginar la dulce sonrisa que debían tener. Gimió al sentir la aquella lengua adentrándose a su boca empezando a jugar en su interior. Se alejo de él al sentir que le empujaba contra la mesa en la que desayunaban… ¡Al aire libre y con sus hijos!

—Es suficiente—Susurro.

—Es un poco tarde, el agua de la piscina debe de estar tibia—Le dijo Madara. Minato entendió la indirecta, deseaba verle en traje de baño.

—Oto-San tiene razón—Sasuke se levanto de la mesa, ayudando a Naruto a levantarse—Relajémonos un poco, le hará bien al bebe—Naruto asintió emocionado.

Los demás asintieron y se levantaron para cambiarse en sus habitaciones. Los varones fueron los primeros en salir con solo su bañador dejando a la vista de muchos admiradores su fuerte pecho, luego de unos minutos los donceles aparecieron con un sensual bañador llamando la atención de los varones en el crucero.

Minato sentía su rostro arder, desde que el padre sus hijos les había dejado, no había mostrado tanta piel luciendo la cicatriz de su cesárea. Deidara miro el vientre de su Oto-Chan sintiéndose mareado por ver la misma cicatriz que tenía en el suyo. Gaara se sentía avergonzado al sentir la mirada de Sai en él; Haku sonrio coqueto al ver la mirada de deseo de su esposo. Naruto se acerco a su esposo mostrando orgulloso su pancita detrás de una suave tela mientras Sasuke le recibía con un beso. Itachi se sintió un poco desilusionado al ver que su doncel se cubría con aquella chaqueta de algodón, aunque podía verle el lado bueno, ningún varón se deleitaría con aquel sensual cuerpo.

Minato dejo a sus hijos al cuidado de sus yernos mientras en rodeaba la pisana para entrar por los escalones ya que no sabía que tan profunda era esa piscina, o ese era su plan hasta que sintió una patada golpearle la cabeza y tirarle al agua.

Naruto miro horrorizado la escena y miro a Sasuke— ¿Qué tan profunda es la piscina? —Sasuke le miro sin entender, entonces se dirigió hacia Madara quien miraba con odio a los chicos que bailaban break dance, los causantes del golpe de Minato e iba tras ellos hasta que el rubio menor le miro— ¡Oto-Chan no sabe nadar!

El odio de Madara se disipo al instante y miro preocupado el agua, por eso Minato no salía del agua y si mal no recordaba aquella parte de la piscina era la zona profunda. Se tiro al agua y encontró el cuerpo que parecía inerte, le saco llevándole hasta las mesas. Deidara y Naruto se acercaron hacia su Oto-Chan preocupados al ver lo pálido que estaba.

—Oto-Chan…—Susurro Deidara.

—Estoy bien—jadeo Minato con una leve sonrisa pero, con un notable terror en sus ojos—Solo estoy, un poco mareado.

—Debe ser el golpe—Susurro Naruto quien se acercaba a abrazar a su Oto-Chan mientras Deidara hacia lo mismo.

Itachi se giro hacia su Oto-San ya que no le miraba abrazado a Minato como de costumbre y un escalofrió le recorrió la espalda al ver que se acercaba hacia el chico que había pateado al rubio. Sasuke enarco una ceja al ver a su Nii-San tan tenso entonces se giro hacia el lugar que estaba viendo y también se tenso al ver como Madara tomaba con furia el cuello de la camisa del chico.

— Sabes lo que hiciste ¡¿Verdad, novato?!

— ¿A quien llama novato, vejestorio?

Madara sonrio con burla soltando al chico—Un mocoso que patea a un civil mientras hace un «Freeze» es solo un novato—recordando como el chico había estado girando hasta quedarse estático y la pierna mas erguida había golpeado a Minato.

— ¿Estas buscando problemas viejo? —dijo el chico, recalcando en la edad de Madara.

—Viejo ¿Eh? —Madara se adentro al círculo de chicos que rodeaban los pasos—Entonces, hagamos un trato. Si bailo mejor que tú, le pedirás perdón de rodillas al doncel que golpeaste.

— ¿Y si gano?

Madara le miro incrédulo—No vale la pena saberlo, no ganaras—El chico le miro con molestia, eso le hizo sonreír—Pero, en un milagro que logres hacerlo, elegirás lo que quieras.

El chico le agrado la idea, podría elegir lo que quisiese así que, solo asintió posicionándose en el círculo junto a Madara y la música comenzó a sonar, ambos empezaron con algunos «Toprocks». Itachi y Sasuke miraban entre avergonzados e impresionados al ver como su Oto-San bailaba y los pasos aumentaban de nivel hasta que le miraron dando vueltas en el suelo mientras que Sai solo grababa con celular. Deidara, Naruto y Gaara miraban emocionados los bailes, estaban seguros que Madara ganaría, era el más rápido y podía ejercer fuerza incluso en su cabeza mientras que el mocoso que había golpeado a Minato se volvía cada vez más lento.

Madara escucho como la música estaba llegando a su fin y fue cuando termino con un mejor «Freeze» que el chico. Silencio…

Todos estaban estáticos observando como el «Vejestorio» se erguía como si sus músculos no hubiesen sido forzados en movimientos y solo se notaban algunas gotas de sudor.

—Creo que esta demás decir lo que debes de hacer—Madara sonrio con burla al chico que jadeaba cansado. El otro solo gruño.

Minato estaba en trance al recordar lo bien que se miraban los músculos de Madara tensarse en los movimientos y ese rostro lleno de concentración, se miraba tan sensual. Podría asegurar que jadearía si no estuviese rodeado por sus hijos.

—Esto…—La voz de un chico interrumpió su imaginación, sorprendiéndose con la escena.

El chico se había arrodillado frente al rubio pero se sonrojo al ver lo lindo que era junto a los otros rubios que le acompañaban con aquellos bañadores tan sexys, un carraspeo de unos azabache habían interrumpido mostrando sus anillos de matrimonio haciéndole bajar la cabeza avergonzado.

— ¡Lo siento mucho!

Minato solo miro correr al joven sin haberle permitido responder— ¿No crees que fue demasiado para el chico? —Le dijo a Madara quien caminaba con una toalla secándose el sudor.

—No lo creo…

— ¡Eso fue genial! —Grito Naruto emocionado y miro a Sasuke—Tú también puedes hacer eso ¿Verdad, teme?

— ¿Cómo podría? —Sasuke le miro aturdido.

Naruto hizo un puchero—Pero Madara-San es tu Oto-San…

—Siempre se dice que los hijos no salen igual que los padres—dijo Madara con burla hacia su hijo menor quien le miro fastidiado haciendo reír a los demás.

Itachi se carcajeo un poco hasta que miro a Deidara quien tenía un rostro afligido—Deidara ¿Qué pasa? —le susurro para no arruinarles el momento divertido a su familia.

Deidara le miro— ¿Por qué Oto-Chan y yo, tenemos la misma cicatriz?

El rubio se asusto al ver como el rostro de Itachi se congelaba hasta que su expresión mostro un terrible sentimiento de dolor. Eso le aterro, no quería pensar que esa cicatriz significaba algo horrible. Intento hablar pero Itachi aparto su mirada de él y formo una fingida sonrisa tomándole de la mano.

—El sol está en su punto, iremos a disfrutar del agua—Itachi les dijo a todos mientras estos asentían.

Minato se levanto con dificultad—Iré a descansar, ustedes diviértanse—Les dijo, y los donceles eran guiados por sus parejas. Comenzó a caminar hasta que un fuerte mareo le invadió y fue tomado de su cintura— ¿No iras con ellos?—Sabia quien era, y estaba demasiado cansado para discutir.

—No es divertido si no tengo a quien molestar—Madara le tomo de forma nupcial.

Minato no opuso resistencia, su cuerpo no tenía energías y estaba muy cómodo entre los brazos fuertes del azabache. Entonces recordó el baile y el buen trabajo que habían hecho esos músculos. Se sonrojo así que, escondió su rostro en el cuello de Madara llamando su atención.

—Te veías muy bien—Comento haciendo sonreír sinceramente a Madara—No sabía que podías bailar así.

— ¿Qué puedo decir? Los chicos de ahora no pueden superar a los que vivieron la época del break dance—Presumió.

Minato le miro incrédulo al ver lo fácil que fue para el azabache arruinar el momento romántico y molestarlo a la vez—Oh Bueno, entonces discúlpeme señor «Vejestorio»—Le dijo irónico.

Madara se carcajeo con fuerza, algo que amaba de Minato después de verle tan indefenso y lindo, era lo fácil que podía molestarle. Llegaron a la habitación y le recostó en la cama deleitándose con el rostro cansado del rubio, deseaba que ese cansancio fuese por tener una noche apasionada con él. El sonrojo de Minato volvió al sentir la cama, desde ese baile su cuerpo exigía las atenciones de Madara pero, no era bueno con las insinuaciones en el sentido sexual o al menos lo intentaría.

—Dejando de lado tu enorme ego, en verdad te veías muy bien—Miro hacia otro lado, no quería ver la sonrisa llena de satisfacción del azabache al verle avergonzado por sus propias palabras.

Madara sonrio al ver el sonrojo del rubio, deseaba tanto tenerlo entre sus brazos. Pero, se sorprendió al ver que Minato le tomaba de una de sus manos guiándole sobre la cama hasta dejarle encima de él sintiendo como le atrapaba entre sus piernas y pasaba aquellos delicados brazos por su cuello.

—Ahora, pues… Creo que entiendes esto ¿Verdad? —Dijo Minato tratando de hacerle entender la indirecta al azabache ya que no era tan valiente para pedir lo obvio de la situación.

Madara sintió una punzada en su entre pierna al entender la petición. Beso con suavidad aquellos dulces labios acariciando aquellas largas piernas hasta llegar al borde del ajustado bañador y apretando gustoso los redondos glúteos. Escuchando los jadeos del rubio recorrió hasta el cuello dejando su marca en la delicada piel llegando a sus tetillas rosas suplicantes por su atención.

Minato jadeo al sentir las leves succiones y aquella lengua acariciar sus botones. Se sentía extasiado y más aun, al recordar aquel baile junto aquella fuerza en sus extremidades. Sus manos comenzaron a acariciar aquella ancha espalda sintiendo la dureza de sus omoplatos hasta la curva de su columna escuchando un gruñido. Gritó de impresión al sentir a Madara girarle dejándole recostado a la almohada con sus caderas al aire.

—Madara ¿Qué…?—reprimió un grito al sentir que le quitaba su bañador dejándole en todo su esplendor, iba a reclamarle por lo rápido que iba la situación hasta que sintió uno sus dedos acariciar su entrada— ¡Ah…!

—No lo soporto más, Minato. Quiero hacerte mío, devorarte por completo.

Minato se sonrojo mirando como Madara sacaba una botella de lubricante debajo de la cama. El sonrojo desapareció dejando ver su molestia y le miro interrogante.

— ¿Qué? —Dijo Madara sonriendo como si nada untando el lubricante entre sus dedos—Era obvio que esto sucedería.

— Deberás de cambiar tu ego porque... ¡Ah!

Madara no le dejo hablar introduciendo el primer dedo en su interior. El azabache jadeo al sentir la estreches de su rubio, podía notar los años que no disfrutaba del acto sexual, si no supiese que tenía dos hijos donceles podría jurar que podría ser virgen. Pero, a comparación de la antigua pareja de Minado aseguraría que esa entrada estuviese siempre disponible para «él» Introdujo el segundo dedo empezando a ensanchar la entrada disfrutando del contoneo de las caderas del doncel.

Minato olvido su molestia, luego se preocuparía por el ego de Madara, ahora disfrutaría de aquellas manos que le profanaban, deseaba que lo hiciera suyo, deseaba que le devorara.

—Madara…Ya…—le dijo al sentir como introducía el tercer dedo.

El aludido sonrio penetrándole con sus dedos hasta que le considero listo. Se quito el bañador junto a sus bóxers comenzando a untar el lubricante en su miembro ansioso por aquella cálida entrada. Entro lentamente en Minato acariciando y besando aquella delicada espalda dejando su marca, escuchando sus ahogados gemidos.

Minato gimió al sentirle dentro, se sentía tan lleno, no recordaba que el padre de sus hijos llegara tan adentro como lo hacía Madara, se sentía tan completo. Madara comenzó a embestirle con delicadeza al sentir aquella estrechez rodearle por completo escuchando a sus instintos suplicarles el tomar con salvajismo al rubio pero, aquella estrechez también le atemorizaba con la idea de rasgarle.

—Mas rápido, Madara—Escucho aquella suplica llena de placer.

Tomo las caderas del rubio con fuerza y empezó a aumentar las embestidas hasta escuchar como los gemidos se transformaban en gritos. Sintió como la entrada de su rubio se contraída y se detuvo saliendo de él escuchando un jadeo de molestia. Le giro mientras se sentaba en la cama dejándole sobre su regazo y miro aquel rostro resplandeciente en sudor, aquel adorable sonrojo, sus ojos llenos de deseo y un leve hilillo de saliva salir por aquellos dulces labios jadeantes.

—Te ves hermoso—beso su labios—espero que después de esto, tengamos la dicha de gemelos o trillizos.

Minato salió del éxtasis al escucharle, mirándole alarmado— ¡¿Estás loco?! Tengo más de treinta años. Eso sería muy difícil… ¡Ah! —Madara le calló de nuevo entrando en él de una embestida— ¡No! ¡Madara! —Su sonrojo aumento al ver la sonrisa sincera y llena de anhelo por bebes del aludido.

El azabache aprovecho la posición para empechar a mimar de nuevo las tetillas sonrosadas de Minato hasta aturdirle de placer. Las embestidas se volvieron fuertes hasta sentir las leves convulsiones de su doncel.

— ¡Madara…!—Grito Minato curveando su espalda liberando su esencia entre sus vientres. Mientras las embestidas de Madara se hacían rápidas hasta llenarle.

El azabache soltó un gutural gruñido dejando con suavidad el cuerpo de su rubio en la cama apoyándose en sus codos para no dejar su peso encima de su exhausto amor. Espero a que recuperaran la respiración y se acostó a su lado abrazándolo a su pecho. Miro a Minato y le tomo de la mano que se aferraba a su pecho entrecerrando sus dedos deleitándose con el leve sonrojo que permanecía en él.

—Nos relajaremos un poco y luego seguiremos con la otra ronda—Minato le miro incrédulo haciéndole reír—No era broma sobre los gemelos y trillizos, debemos esforzarnos.

— ¡Estás loco! —Minato se asusto.

Madara rio sonoramente—Espero que nuestros hijos no nos hayan escuchado.

Minato se irguió de su pecho sorprendido y avergonzado. No podía creer que Madara le dijese eso hasta aquel momento cuando se había entregado por completo. Ahora sus bebes habían escuchado algo que podría haberles traumado.

— ¡Madara! —Le grito golpeándole con la almohada con molestia fingida sin poder evitar sonreír al ver la sonrisa de Madara.

 

 

Notas finales:

¡Hola! De nuevo

Y...¿Que les parecio el capitulo? Ese Sai es un loquillo XD y creo que hice al hijo del Titanic porque no se realmente si las piscinas de los cruceros son tan profundas jejeje

Algunos se diran como se me ocurrio a Madara alias vejestorio a bailar Break Dance y pues, la inpiracion llego del super mega ultra melancolico opening 16 donde aparece dando vueltas y esas cosas y, recorde los tiempos de mi papa y una pelicula clasica que se llama Break dance y he ahi los pasos de baile XD

Me dejan un review...¿Si? Eso hara que Madara haga un gran "sacrificio" para conseguir a sus gemelos XD

Nos vemos (n.n)/


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