A la mañana siguiente, Itachi se levanto de madrugada, con la única diferencia que era un domingo el cual tenía libre y estaba durmiendo en una de las habitaciones de huéspedes a pedido de su suegro ya que le había brindado el discurso de su vida por hacerle «maldades» a su hijo el cual se suponía era su esposo y no podía evitar hacer esas cosas. Sabía que debía de comportarse por el bien del doncel pero, le era difícil, en aquella cama donde dormía el rubio había sido testigo de sus muestras de amor en el pasado y el verle ahí, simplemente no podía contra la ansiedad. Suspiro, ahora debía de comportarse o sino atemorizaría a Deidara. Se levanto de la cama estirándose un poco, tomándose un baño y vestirse con su cómoda ropa informal de camisa negra y pantalones grises con unas sandalias negras.
Bajo a la cocina y prepararse su desayuno. En esos años había aprendido a hacer su desayuno ya que había perdido la esperanza que su esposo le esperara en la cocina con su desayuno en el comedor y despedirle en la puerta de la mansión con una radiante sonrisa. Ahora debía de pensar en recuperar la memoria de Deidara sin que sufriera un efecto secundario.
A las horas, Minato entro a la cocina viéndole con una sonrisa burlona. Suspiro, su suegro se estaba cumpliendo su sueño de burlarse de él. Al poco momento entro Sasuke. Reconocía que su relación con su hermano menor había disminuido después de aquel problema con Naruto, aunque ya se había disculpado con él…
Sasuke entro a la cocina viendo a su suegro y hermano. Naruto le había comentado la noche anterior que Itachi se había disculpado, aunque todavía le molestaba el hecho que le haya intentado agredir en medio de su enojo, tal vez podría reconstruir de nuevo su relación de hermanos…
Los recién ingresados desayunaron en silencio, por alguna extraña razón Minato no confiaban en ellos para cuidar a sus hijos. Según lo que le había comentado Naruto, su padre les había abandonado apenas había nacido. Al rato, los donceles menores entraron a la cocina con una radiante sonrisa hablando de cualquier cosa.
Sasuke recibió a su esposo con un beso. No pudo evitar sonreír al ver la alegría de Naruto, se sentía tan satisfactorio ver de nuevo su verdadera personalidad. Cuando se enteraron de la aparente muerte de Deidara, la personalidad de Naruto se había vuelto inestable e incluso ya no le insistía el tener un hijo…
~*~
Su Oto-San y él habían impedido que Itachi se abalanzara encima de su esposo. Solo vio como las lagrimas corrían por sus mejillas para luego verle correr había su habitación.
—Cálmate Itachi, Naruto no tiene la culpa…—Le dijo a su hermano quien se había enfurecido aun mas.
— ¿A no? ¡Lo dices porque no es él quien está muerto! ¡Él también debería morir para que veas lo que se siente!
Sasuke se molesto por ese comentario y se abalanzo hacia su hermano con intenciones de golpearlo. Madara suspiro frustrado intentando separar a sus dos hijos a como podía ya que suficiente tenían con un fallecido para tener que atender a un par de golpeados.
—Maldito, retira lo dicho…—Sasuke sentía el ardor de un golpe en la mejilla.
— ¿Sabes? Debería matarlo—Itachi sintió la sangre bajar por su labio inferior.
Ambos intentaron golpearse de nuevo pero, un llanto desconsolado les detuvo mirando hacia el rubio doncel que se tenía las manos en su rostro ahogando a como podía sus sollozos intentando llegar al comedor y sentarse. Ambos sintieron el dolor en aquel llanto, sentían el dolor de un doncel que acababa de perder a uno de sus hijos. Itachi solo chisto para salir de la mansión.
Observo a su Oto-San consolar a su suegro así que, decidió retirarse a su habitación encontrándose con Naruto sollozando cubierto de sabanas. Sonrio lastimero al saber su dolor y aparente culpa. Se acerco a él subiendo a la cama abrazándole intentando descubrir su rubia cabeza.
—Deja de llorar, no fue tu culpa dobe—Miro como el otro se revolvía hasta verle con sus ojos vidriosos, así que sonrio lo mas alentadoramente posible.
—Que miedo…Estas sonriendo…—Su labio inferior tembló mientras tenía un tic en el ojo.
—Muy gracioso, dobe—le guiño una de aquellas mejillas con sus adorables marquitas. No puedo evitar sonreír al ver que su doncel hacia lo que podía para no recaer en depresión.
Le abrazo con fuerza sintiendo como su respiración se apaciguaba. Le acaricio los cabellos para que al menos descansara de ese día, estaba seguro que nadie quería ver a alguien ya que aquella noticia había tocado la fibra sensible de todos, principalmente la de su hermano.
—No quería que pasara esto…—Escucho susurrar a su esposo—Solo fue un comentario, no lo hice para mal…
Sasuke le separo un poco mirándole con serenidad—Estoy seguro que si, y todos lo entenderán.
—Pero Itachi…
—Mi hermano solo se dejo llevar por la situación—le interrumpió adivinando lo que diría—Estoy seguro que pronto te dirá una disculpa.
Naruto sonrio ilusionado y eso le hizo sonreír. Lo que no esperaba es que la furia de su hermano durase meses convirtiéndose en años y podía ver que la esperanza de su doncel por volver a tener una buena relación con Itachi se había perdido. Al final, Itachi no le dirigía la palabra, cada integrante de la familia sentía pesado el lugar a la hora de cenar, ambos no podían estar en el mismo lugar sin que uno se retirara para no crear peleas, en este caso era su hermano mayor quien se alejaba cuando se encontraba con Naruto.
—No puedes hablar en serio, dobe—Le dijo a su esposo.
—Pero…Es lo mejor, quiero evitar problemas—Naruto insistió suplicante por dejar terminado el tema.
Sasuke solo chisto. Sabía que los problemas de su esposo con su hermano eran grandes pero no hasta el punto para que Naruto dejara de trabajar para la empresa. Los asuntos personales debían de estar fuera de los asuntos laborales y estaba seguro que Itachi lo sabia sino, hace mucho que hubiese despedido a su esposo, incluyéndole a él.
Miro a su esposo quien miraba el suelo jugueteando con sus dedos. Algo estrujo su pecho al verle así, se estaba empezando a preocupar, no era el Naruto que conocía, ni siquiera le había respondido a como se debía cada vez que le llamaba «Dobe». Y un temor le comenzó a invadir, ¿Y si Naruto también pensaba en suicidarse? Alejo aquellos pensamientos, debía de proteger y darle atención a su doncel como debía, no cometería el mismo error de su hermano o terminaría como él.
Naruto pego un salto del susto al sentir a su esposo tomarle el hombro quien le veía con determinación haciéndole sonrojar, desde que su hermano había cometido aquel acto casi no veía a su esposo y menos compartían momentos íntimos y al verlo tan cerca le hacía sentir ansiedad por volver a casa y entregarse a Sasuke.
—Naruto, por hoy tienes el día libre, me encargare de informarle a Itachi ¿Si? —Espero a que le respondiera hasta que le vio asentir con inseguridad—Bien, hoy llegare temprano así que espérame con algo delicioso que comer—le sonrio burlón al ver aquel notorio sonrojo así que se acerco hasta abrasarle y susurrarle al oído—Puedes hacer tu especialidad…Naruto en su naturaleza—Escucho un dulce jadeo y eso le alegro, al menos no se había perdido toda la personalidad de su esposo.
Le dio un corto beso y le llevo de la mano a la salida de la empresa para llevarle a la mansión. Escucho las quejas de Naruto acerca que no era necesario que le llevara, si estuviese en otra situación en la que, alguien de la familia se había suicidado; le habría dejado ir en auto bus pero, ahora solo podía confiar en que el rubio estaba seguro dentro de la mansión donde su Oto-San y su suegro le vigilarían.
Al llegar a la mansión se despidió de él con otro beso sonriendo ante el dulce puchero de Naruto por no haberle escuchado. Condujo de nuevo a la empresa y al llegar fue directo hacia la oficina de su hermano de donde salía la secretaria de este con un notable pánico. Suspiro, al parecer su hermano aun no controlaba su ira con las personas que ni siquiera sabían los problemas que tenían la familia. Los único que sabían acerca de la tragedia de Deidara eran Zabuza, Haku, Sai y Gaara quienes habían prometido no decir nada, los donceles se habían encargado de correr el rumor que el rubio había renunciado para cuidar de «Su bebe recién nacido». Y con el tiempo se habían olvidado que había trabajado ahí. Estaban seguros que Itachi se volvería loco si se descubría que su esposo se había suicidado y seria la presa fácil de la prensa, sin mencionar lo que disminuiría la autoridad moral como empresarios Uchiha.
Entro a la oficina encontrándose con el ceño fruncido de su hermano. Entendió la indirecta de hablar rápido el asunto que tenía que tratar con él y le explico sobre que Naruto ya no trabajaría ahí. Un silencio incomodo silencio invadió la oficina y por alguna extraña razón pudo ver por unos segundos que aquel ceño fruncido desaparecía dejando ver una mirada de culpabilidad pero, su hermano se encargo de hacerle ver que había sido una ilusión al escucharle que Zabuza se encargaría de recibir la carta de renuncia de su esposo.
Salió de la habitación reprimiendo sus intentos de pelear de nuevo a golpes con su hermano. Se dedico a trabajar hasta que su hora de salida llego.
— ¡Sasuke! —Escucho tras él la voz de Haku llamarle— ¿Es cierto que Naruto renuncio?
Se giro a verle y se encontró con el doncel junto a Zabuza y Gaara—No te aguantaste el chisme ¿No? —Miro a Zabuza quien solo se encogió de hombros y luego vio a los donceles quienes le veían preocupados—No se preocupen, Naruto está bien pero al parecer, estar cerca de Itachi le atemoriza.
—Pero, Itachi nunca le haría daño a su cuñado… ¿No? —Pregunto Gaara pensando en lo amable que era el azabache que conocía.
Un silencio de parte de Sasuke contesto las inseguridades de los presentes. Hablo un poco con sus amigos y luego se despidió de ellos, le había prometido a Naruto que llegaría temprano. Llego a la mansión saludando hasta la cocina a su suegro quien era aparentemente acosado por su Oto-San pero era ignorado. Subió a la segunda planta llegando a su habitación. Se sostuvo con fuerza del pomo de la puerta al ver a su esposo, debía de estar muy necesitado por la compañía de su esposo después de tantos años al sentir el endurecimiento de su miembro por ver a su lindo doncel en la cama cubierto por aquella bata corta color naranja dejando ver sus hermosas piernas.
Trago grueso acercándose a su esposo sonrojado. La bata se corrió un poco en el hombro de Naruto dejándole ver que estaba desnudo, no esperaba que tomara muy en serio la broma de la cena, solo quería ver su adorable sonrojo pero, no podía negarse ahora tenía muchos sonrojos que disfrutar aquella noche entre otras cosas.
El rubio le palmeo un lado de la cama para que le acompañara. Le obedeció y pudo observar como su cuerpo se tenso. Sonrio al ver lo tímido que se había vuelto y no pudo evitar ver aquel hombro desnudo acercándose para lamerlo sintiendo como el otro saltaba del susto.
—Sasuke…—Susurro mientras se recostaba en el respaldar de la cama sintiendo como seguía siendo besado—Tengo miedo de hacer esto…
Sasuke dejo de besarle mirándole extrañado hasta que noto el leve temblor del cuerpo del otro. Suspiro sonriendo, era la primera vez después de la muerte de Deidara que intentaban tener intimidad incluso estaba enternecido por la inocencia que le mostraba, recordaba la primera vez que habían hecho el amor.
Le tomo la mejilla con suavidad—No te preocupes, iremos con calma ¿Si? —Naruto le miro inseguro hasta que asintió.
Sasuke se coloco de rodillas quitándose la ropa con tranquilidad observando con satisfacción aquellos ojos azules llenos de deseo. Termino de quitarse la ropa a excepción de sus bóxers color negro recostando con suavidad aquel cuerpo en la cama y empezar con un cálido beso. Comenzó a acariciar aquellas tersas piernas bajando sus besos hasta el cuello comenzando a succionarle y morderle hasta dejarle sonrosado.
—Sasuke…—Suspiro el rubio al sentir como descubría la bata hasta sus pecho.
Bajo aun mas hasta llegar a aquellas dulces tetillas rosas suplicando por ser mimadas, lamio con suavidad sintiendo como su doncel se revolvía reprimiendo un gemido.
—No, Sasuke…—gimió al sentir como succionaba una de sus tetillas mientras acariciaba la otra.
El azabache sonrio burlón y succiono con más fuerza haciendo gemir al su doncel, había pasado tanto tiempo sin tenerle en sus brazos que, había olvidado lo suave y sensible que era esa parte de su cuerpo.
Termino de desatar el nudo de la bata dejando en todo su esplendor el esbelto cuerpo de su doncel. Se irguió deleitándose con la vista de aquel rostro sonrojado con aquel leve hilillo de saliva y aquellos ojos vidriosos de placer. Tomo aquel miembro que le suplicaba atención para comenzar con un suave movimiento torturándole mientras mimaba de nuevo sus tetillas. Disfrutaba sentir como su esposo se revolvía entre las sabanas. Se separo de él acercándose a la mesilla de noche buscando el lubricante. Sonrio divertido al recordar que había estado comprando aquellos envases cada mes con la esperanza que su esposo volviera a ser el doncel fogoso en la cama.
Relleno sus dedos del lubricante ante la mirada de Naruto. Se acomodo entre sus piernas introduciendo el primer dedo en aquella entrada, reprimiendo un gemido de placer al sentir lo apretado que estaba su doncel ya que podía escuchar sus leves gemidos de molestia y dolor.
Naruto movió sus caderas al sentir el placer que le brindaba aquel dedo dejando escapar otro gemido de dolor al sentir el segundo dedo dentro de él. Sintió como le ensanchaba hasta que dejo escapar otro gemido de placer hasta que el azabache dejo de invadirle para introducir su miembro de una sola estocada.
— ¡Ah…! ¡Sasuke! Duele…—Susurro a como pudo.
Sasuke le beso introduciendo su lengua en su cavidad bucal acariciando una de sus tetillas tratando de distraerle del dolor, se sentía como en su primera vez pero, estaba seguro que el dolor se iría rápido a diferencia de aquella vez.
Naruto movió las caderas para indicarle que podía empezar sintiendo la incomodidad de los suaves movimientos. Se acomodo en la cama mientras sus piernas eran tomadas para descansar en los fuertes hombros de su esposo.
Sentía cada envestida aumentar de velocidad hasta que sintió que golpeaba aquel punto que lo hacía delirar.
— ¡Ah! ¡Ahí, Sasuke! ¡Mas! —dejo de reprimir aquellos gemidos.
Sasuke aumento las embestidas escuchando los gritos desmedidos de su esposo, ese era su lindo doncel. Podía sentir cada vez más su estreches llevándolo al paraíso. Escucho los últimos gemidos de Naruto admirándole mientras disfrutaba de su orgasmo. Unas envestidas más y le acompaño en aquel placer. Se recostó en su pecho sintiendo el subir y bajar tratando de retomar el aire y acostarse a su lado. Le miro jadeando aun y le tomo de sus caderas para estrecharlo en su fuerte pecho.
Naruto sonrio al sentirse placentero y satisfecho, por fin había disfrutado después de tantos meses del cuerpo de su esposo. Se acomodo un poco en aquel pecho hasta que se sobresalto al sentir una viscosidad recorrerle entre las piernas. Fingidamente, llevo una de sus manos a su estrada temiendo que fuese sangre, no creía que su Sasuke le hubiese hecho daño, además había disfrutado del momento. A como pudo logro notar lo blanquecino del liquido haciéndole sonrojar aun mas.
—Sasuke—Le llamo nervioso—Creo que, el preservativo se rompió.
El aludido le miro sorprendido para embozar una sonrisa enternecida por la inocencia de su doncel, tal vez tenía la culpa hacer siempre el amor con el preservativo ignorando sus tiernos pucheros que no les usara.
— ¿En serio? —Le abrazo mientras se carcajeaba dejando confundido al otro—Que recuerde, no use preservativo, dobe.
Naruto a como pudo le miro sorprendido, no podía creer lo que Sasuke había hecho, tiempo atrás había insistido tanto por que se corriera dentro de él para tener un bebe que ahora solamente se había quedado en blanco.
Sasuke trataba de reprimir otra carcajada, sabía que había tomado por sorpresa a su doncel, aunque no podía negar que no había esperado aquella graciosa expresión en su rostro pero aun así podía ver aquellos ojos brillosos de emoción.
— ¡Sasuke! —Sintió el fuerte abrazo de su doncel, ahora podía deleitarse con aquella alegre sonrisa—Gracias…—Le susurro antes de dormirse.
Pasaron los días que se transformaron en meses hasta que la noticia que su doncel estaba embarazado llego, aunque Naruto había gritado de emoción en el consultorio de la ginecóloga al regresar a la mansión había cambiado su expresión a una de tristeza, sabía que se estaba lamentando por estar feliz por tener un bebe cuando Deidara no llego a tenerlo y que, en parte había sido su culpa. Así que en esos aproximadamente cinco meses se había dedicado a hacerle olvidar sus culpas y hacerle disfrutar su embarazo o lo que podía por su estado. Todo había avanzado lento pero seguro con la personalidad de Naruto, ahora sonreía en todo momento acariciando su redonda pancita a excepción cuando Itachi estaba cerca, aquello no había logrado cambiarlo, después de todo su hermano parecía odiar a su doncel y este podía sentirlo. Pero, todo parecía estar bien, hasta que Deidara apareció después de aquellos dos años, donde pudo ver el verdadero brillo de felicidad en los ojos de su suegro, su hermano y su esposo.