El embarazo de Naruto avanzaba y había llegado a sus siete meses con muchos cuidados. Habían recibido la noticia del embarazo de dos meses de Haku, el doncel les había llamado emocionado a altas horas de la noche; Deidara había recibido la llamada al ser el único que al parecer escuchaba sonar el teléfono de la mansión. Por alguna razón se había decepcionado al escuchar la noticia del animado Haku pero, por amabilidad respondió lo más alegre por su amigo.
Al día siguiente, anuncio la noticia de todos en el comedor mientras desayunaban. Itachi observo a su esposo con seriedad, sabía que le dolía aunque fingiese alegría. Naruto se emociono al escuchar las buenas noticias y propuso visitar a Haku sin antes comprar algunos regalos. Sin embargo, Sasuke negó; su esposo estaría en estado delicado hasta que diese a luz.
—Pero…—Se quejo Naruto con un puchero, no podía creer lo protector que era su esposo, estaba en perfecto estado y en esas semanas no había presentado malos síntomas.
—No es no, puedes decaer—Sasuke se levanto del comedor sin dejar quejarse al rubio.
—Cuando nadie nos vea, iremos al centro comercial—Le susurro Naruto a Deidara.
Deidara miro inseguro a su hermano menor, consideraba que no era correcto que un doncel embarazado no saliese junto a su pareja en caso de una emergencia, Naruto tenía siete meses de embarazo mas unos cuantos días, si tuviese una contracción o si se desmayase en medio del centro comercial entraría en pánico y su mente se nublaría sin saber qué hacer. Suspiro y asintió, con solo ver a Naruto emocionado por salir de la mansión después de aquella pelea con Itachi, no podría negarse.
La relación entre Itachi y Sasuke había mejorado un poco pero, aun se podía notar la difícil interacción entre ellos. Naruto había convencido a su esposo de retomar su trabajo algunas semanas atrás y esa mañana, Sasuke le miraba inseguro, conocía las ocurrencias de su doncel con verle tan emocionado con que se fuese a trabajar lo pronto posible.
—No cometas locuras, Dobe—Sasuke entro de nuevo a la cocina con su maletín para besar con rapidez los labios del aludido. Miro a Deidara—Por favor, no le consientas. Y si no puedes, me llamas al celular por cualquier anomalía—Finalizo. Había visto el rostro derrotado de su cuñado en señal que había sido persuadido por su esposo. Se despido de los demás y salió.
Itachi miro a su esposo con burla al haber sido manipulado por su hermano menor mientras, Deidara le respondía con un puchero. Termino de desayunar para levantarse del comedor y besar con pasión los dulces labios de su doncel. La noche anterior había disfrutado de una maravillosa noche intima y sentía que jamás se cansaría de estar entre los brazos de Deidara, sentir su calidez, sentir sus labios, sus tiernas caricias, sus sensuales gemidos. Sentía que no habían pasado dos años en soledad con la cama vacía, sin que nadie le dijese un «Bienvenido a casa» « ¡Que te vaya bien! » o «Te amo…». Sentía que todo había sido una pesadilla llena de amargos. El carraspeo de Izuna le hizo terminar el beso admirando el leve sonrojo de Deidara.
—También, me llamas por cualquier incidencia ¿Está bien?—Deidara sintió y salió de la misión con destino a la empresa.
Deidara suspiro al ver a su hermano menor sonreírle satisfecho. Tenía un mal presentimiento sobre aquello. Solo esperaba que el afectado no fuese Naruto.
~*~
Zabuza bajo a la cocina al haber despertado solo en la cama. Aun vestía su pijama de pantalón negro de algodón, sabía que llegaría tarde al trabajo pero, Sasuke e Itachi llegaban igual o más tarde que él y no cometería el mismo error de priorizar su trabajo que a su esposo, Itachi lo entendería. Se encontró con Haku lavando unas cuantas frutas mientras tarareaba con alegría, el ánimo de su doncel había aumentado después de recibir la noticia de su embarazo. Aunque, se habían enterado de la peor manera. Había llevado información del nuevo cosmético de temporada para que se empezase con la formulación y prueba pero, Haku tomo los documentos para dejar caer su cuerpo entre sus brazos, no podía negar que le había llenado de pánico. Su esposo era muy sano y rara vez se enfermaba pero no hasta el nivel de desmayarse. Cuando le llevo al hospital estuvo en observación hasta muy tarde, no podía medir su mala suerte de encontrar tan lleno el hospital. Fue a mediados de la noche cuando llegaron los resultados de algunos exámenes que recibió la noticia del embarazo. Aun podía recordar como el rostro de cansancio por los leves malestares de su doncel se había iluminado. Entonces, le pidió enérgico su celular para llamar a sus amigos. Zabuza observaba enternecido con una sonrisa a su esposo, tendrían un hijo, un hermoso retoñito.
—No me molesta que hagas ciertas cosas pero, no consiento que te levantes tan temprano—Le abrazo de espaldas mientras besaba su níveo cuello.
Haku le brindo más espacio en su cuello sonriendo gustoso—Hace unos minutos desperté, debe ser la costumbre de llegar temprano al trabajo. Por cierto, llegas tarde.
Zabuza asintió continuando con sus caricias bajando sus manos hacia el apenas curveado vientre, ahí crecía su pequeño retoño, la razón de sus sonrisas. En aquellos momentos no podía evitar pensar en que, su Haku sufriese lo mismo que Deidara, ambos tenían el mismo deseo de tener a su bebe en brazos. Por eso, sentía que debía de estar a su lado. Aunque, su esposo se opuso. Ambos llegaron al acuerdo que el doncel no trabajaría y dejaría a cargo del laboratorio a Gaara a cambio que Zabuza trabajara con normalidad.
Se separo de su esposo con un rápido beso y subió a tomar su baño, al regresar Haku tenía listo su desayuno. Se sentó en el comedor mientras escuchaba las aficiones de Haku acerca de las futuras compras para el bebe, su doncel deseaba que la cuna estuviese en el cuarto que compartían, no podía resistir que su retoño se sintiese solo en una amplia habitación, deseaba un pequeño armario para sus artículos y ropa de bebé. Solamente podía asentir ante todas las peticiones de Haku, se veía muy animado y eso le hacía sentir el mejor hombre sobre la tierra.
—Debo irme…—Se levanto del comedor acercándose a Haku para besarle—Cualquier emergencia, llámame.
Haku asintió mientras se levantaba y despedía a su esposo en la puerta de su hogar. Suspiro con una tierna sonrisa, su esposo era tan sobre protector, podía notar que se debía a la tragedia de Itachi y Deidara, no deseaba que Zabuza se estresara por aquellos pensamientos. Cerró la puerta y carcajeo de alegría, seria Oto-Chan en nueve meses o menos…
~*~
—Aun pienso que no es buena idea…—Deidara miro a su hermano menor que ignoraba su comentario sonriendo en cada vitrina del centro comercial—Naruto…
—No seas aguafiestas Dei-Nii, necesitaba salir y tomar un poco de aire y sol… ¡Oh! ¡Entremos a esa tienda!—Naruto se acerco a su hermano mayor para jalarle del brazo hacia la tienda de lencería.
Deidara se sonrojo, por alguna extraña razón sentía un Deja vu, miro a su hermano menor escoger bóxers de tela fina casi satinada, otros con talle alto y algunos con encaje en donde entrarían las piernas.
— ¡Vamos, Dei-Nii! Escoge algo, estoy seguro que Ita-Nii estará encantado—Naruto le dijo sugerente haciéndole sonrojar aun mas.
Deidara se sonrojo aun mas, no podía evitar pensar que su hermano menor tenía razón, había empezado a cumplir con su maravilloso deber conyugal y una parte de su vergüenza al desnudarse frente a Itachi era acerca de su ropa intima, eran bóxers sencillo sin nada que le hiciese ver sensual. Asintió, deseaba que Itachi viese que también amaba estar entre sus brazos.
Ambos donceles sonrieron y recorrieron emocionados la tienda tomando las prendas que llamaban su atención y las que consideraban que le encantarían a Haku. Deidara sonreía mientras caminaba hacia los vestidores pero, un escalofrió le recorrió la espalda y le detuvo. Se giro hacia su hermano asustándose al verle tirar la lencería que llevaba y sostenerse de los maniquís del lugar.
— ¡Naruto!—Deidara corrió a sostener a su hermano menor—Oh cielos…—Susurro preocupado al verle el rostro adolorido.
—Dei-Nii, no me siento bien…—Naruto no logro terminar de hablar al sentir sus piernas húmedas. Se asusto— ¡Dei-Nii!
El aludido miro la humedad en el piso, su hermano había roto fuente, su cuerpo quería temblar del pánico pero, su mente le hacía reaccionar, Naruto estaba asustado y no podía estar igual, lo desesperaría más. Tomo uno de los brazos de su hermano y lo coloco sobre su cuello. Lo llevo a las afuera de la tienda pidiendo disculpas por el incidente e ignorando cualquier comentario de los propietarios del lugar, trato de sacar su celular con su brazo libre y llamar a Sasuke.
Logro hablar con seriedad en el celular mientras escuchaba como al otro lado de la línea Sasuke se levantaba de su escritorio y salía de la oficina en desesperación. Finalizo la llamada al decirle en donde estaban. Trataría de caminar en la acera del lugar.
—Dei-Nii, me duele. No puedo caminar mas…—Deidara se preocupo, miro hacia todos lados hasta que noto que todos los que llegaban al centro comercial les veían. El rubio sintió como su hermano temblaba al ser el centro de atención.
—Tranquilo, Naruto. No les tomes atención.
Un grito desgarrador debido a una contracción rompió la serenidad de Deidara. Miro hacia todos los lados hasta que vio a un varón acercárseles pero el auto de Sasuke apareció con un rechinido al frenar a alta velocidad. Apenas salió del auto corrió hacia su esposo.
— ¡Naruto!
— ¡Sasuke! ¡Me duele!—Naruto se removió de los brazos de Deidara buscando los brazos de Sasuke, estaba asustado por su bebe.
Sasuke sin esperar explicaciones cargo a su esposo de manera nupcial y le llevo con prisa al auto siendo seguido por Deidara. Sasuke coloco a Naruto en los asientos traseros indicando a Deidara que hiciese todo lo posible por mantener tranquilo a Naruto hasta llegar al hospital. Deidara susurraba palabras tranquilizadoras mientras Naruto asentía, Sasuke miraba cada momento por el retrovisor a su adolorido esposo, estaba preocupado por su hijo, era muy pronto para que naciese, sería prematuro y podría complicarse las cosas, no deseaba que su hijo y esposo sufrieran.
Llegaron al hospital, Sasuke tomo con rapidez a su esposo e ingreso al lugar, Deidara trataba de seguirles el paso, ahora podría liberar toda la desesperación que había tratado de reprimir, aquello no estuviese pasando si se hubiese negado a ir al centro comercial, su hermano estaba delicado y había recibido emociones fuertes. Vio a Sasuke ingresar a la sala de partos con Naruto y fue cuando escucho la voz de Itachi a lo lejos de los pasillos.
—Itachi…—Las mejillas de Deidara fueron cubiertas por lágrimas mientras corría a abrazar a su azabache—Es mi culpa, debí negarle la salida.
—Tranquilo, Dei…
Deidara no le dejo terminar alejándose de él mirándole con desesperación— ¡Es mi culpa! Si pierde a su bebe…—El doncel se sostuvo con fuerza de los hombros de Itachi.
— ¿Te sientes bien?—Itachi miro a su esposo con aspecto cansado— ¡¿Deidara?!
El aludido dejo caer su cuerpo sobre el de Itachi, un fuerte mareo le había invadido hasta dejarle inconsciente. El azabache sintió pánico y busco a una enfermera que le ayudase.
~*~
Naruto empezó a abrir los ojos con pesadez, se sentía cansado y adolorido. Observo su entorno con lentitud hasta que el color blanco de la habitación le recordó a su bebe, con rapidez miro su vientre lleno de pánico y dolor…Estaba plano. Sus lagrimas empezaron a correr por sus mejillas pensando que su bebe había pagado por el error que había cometido con Deidara, sentía que la vida le estaba pagando con la misma moneda. Escucho la puerta de la habitación abrirse y apretó la mandíbula reteniendo el llanto, Sasuke le miraba sereno mientras se acercaba a él.
—Sasuke…—Susurro.
—Naruto…—El azabache se sentó en la orilla de la cama acariciando los cabellos de su doncel—Nuestro hijo está en la incubadora…Es igual a ti—Sonrio orgulloso.
El rubio le miro impresionado y con alegría. Su bebe estaba vivo. Iba a hablar cuando la puerta se abrió de nuevo dejando ver a su Oto-Chan correr hacia él y abrazarle. Detrás de ellos Madara le susurraba al oído a Sasuke mientras este asentía y salía de la habitación.
Sasuke se encontró a Itachi sentado en una de las bancas del pasillo, se acerco a él. Estaba tan pensativo que no noto su cercanía hasta que le asusto tocándole el hombro.
—Oto-San me dijo que Deidara se desmayo…
Itachi iba hablar cuando la doctora Haruno salió de la habitación en la que reposaba el rubio—No te preocupes, Deidara está bien. Pero…—La doctora Haruno suspiro, sabía que lo que debía decir seria un posible golpe emocional para Itachi y tal vez, para Deidara—Deidara esta embarazado. Tiene dos meses.
Itachi sintió un escalofrió recorrerle la espalda mientras Sasuke miraba sorprendido a la doctora. No estaba preparado para aquella noticia, no sabía cómo reaccionaría Deidara ¿Recuperaría sus recuerdos? No quería que sufriese como hace dos años, tampoco que quisiese atentar contra su vida y…que no odiase a su segundo hijo.
— ¿Estás segura?
Sakura le miro afligida, como doctora podía imaginar lo que, Itachi estaba sintiendo—Si, acabamos de hacerle unos exámenes de sangre pensando que podía ser algún síntoma de anemia pero, apareció un inconveniente y tuvimos que hacerle otro y…—Sakura le miro con obviedad.
Itachi se recostó a la pared, quería pensar que todo estaba bien. Una enfermera salió de la habitación en la que instalaron al rubio. Podía entrar a verle. No había pensado que tendría que ver la misma escena de hace dos años con diferente situación, aquella vez había perdido un hijo. Ahora tendría otro. Escucho un leve gemido y miro a Deidara abrir los ojos.
—Itachi…—Deidara miraba la habitación blanca con incomodidad— ¿Aun estamos en el hospital? ¿Cómo está Naruto?
El azabache se acercó a él con una leve sonrisa. Debía de pensar en una buena frase para darle la noticia a su esposo. Se sentó en el pequeño asiento que estaba al lado de la cama y empezó acariciar sus cabellos.
—Naruto está bien, su hijo nació prematuro pero sin complicaciones— Itachi dejo de acariciarle los cabellos para tomar una de sus manos entre las suyas— Deidara…—Las palabras no le salían, sentía que podría llorar— Dei, estas embarazado…
Deidara le miro. Su cuerpo estaba tan cansado que no sabía qué era lo que sentía en esos momentos, estaba confundido. Su corazón latía con velocidad por la alegría y su mente le hacía sentir mal. Pero, sabía que debía sentirse feliz, aquel sentimiento de vacío al ver la pancita de Naruto era llenado por la noticia.
—Es…Maravilloso—susurro ahogadamente, por alguna extraña razón las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas.
Itachi no logro soportarlo y sus lágrimas también corrieron por sus mejillas. Le abrazo aferrándole a su pecho. No podía creer que todo su esfuerzo de superar la situación de su esposo se hubiese destruido en solo segundos por las lágrimas de Deidara. Pero, no caería en la desesperación de nuevo, no dejaría que Deidara sufriese más.
—Esta vez les protegeré…—Susurro. Deidara le miro sin entender pero, se acomodó en el abrazo de su esposo.
La puerta de la habitación se abrió dejando ver a Minado. El rubio sentía que no podría soportar aquella cantidad de malas noticias en tan corto tiempo. Sus dos amados hijos estaban en el hospital.
—Algún día me provocaran un ataque al corazón…—Minato se acercó a abrazar a su hijo mayor—Pero, debes de estar feliz. Tendrás un bebe.
Minato miro a su hijo asentir pero, sabía que estaba inseguro. Los Oto-Chan siempre sabían lo que sus hijos sentían y pensaban. Se podía sentir orgulloso de eso. Acaricio la mejilla de su hijo mientras este le miraba afligido.
—No te preocupes, todo estará bien—Minato le sonrió—Itachi….Todos, estaremos para ti.
Deidara asintió, aun se sentía inseguro pero, solo pensaría en su bebe. Le protegería, debía. Minato se entretuvo hablando con su hijo hasta que sintió que era necesario el que Itachi y Deidara tuviesen un tiempo a solas. Salió de la habitación encontrándose con Madara sentado en una de las bancas.
— ¿Estás bien?—Madara palmeo a un lado de la banca para que se sentase a su lado.
—Creo que quedare calvo de tanta preocupación—Minato se sentó al lado del azabache mientras se recostaba en su hombro—Empiezo a considerarme un mal Oto-Chan.
—No lo eres…—Madara le acomodo en su pecho para acariciarle la mejilla y levantarle un poco el rostro y besarle. Cerca de ellos se escuchó a una enfermera advirtiéndoles que estaban en un hospital. Ambos rieron al sentirse como dos jóvenes siendo sorprendidos en alguna locura.
—Deidara esta embarazado. Tengo miedo que suceda lo mismo de hace dos años.
Madara le abrazo. No contesto, estaba de sobra decir que Itachi protegería a su esposo. Aunque no estaba seguro que su hijo mayor soportase tanta presión con el recuerdo de hace dos años. Había logrado ver el aspecto del feto del que sería su nieto y como abuelo sintió el trauma, no se imaginaba el sentimiento de Itachi como Oto-San primerizo.
Al día siguiente, Deidara recibió una charla con la doctora Haruno acerca de sus cuidados, alimentación y ejercicios. El aludido asentía con una sonrisa nerviosa al ver a Itachi preguntar y anotar en una libreta. Había considerado que su esposo estaría emocionado con la llegada de su hijo pero, no hasta aquel nivel.
La doctora Haruno suspiro—Itachi, no puedo dar más información. Lo demás lo descubrirás junto a Deidara. Solo debes de velar por la salud de tu esposo e hijo.
Itachi se sonrojo al escuchar una leve risa de Deidara—No te preocupes, cariño. Todo estará bien—El rubio se aferró a su brazo, tomado impulso para besarle la mejilla.
El azabache asintió—Si…Todo estará bien…