Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Conservando el corazón por Rukia Matsuoka

[Reviews - 191]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola!

Aqui el tercer capitulo de la historia.


Agradezco a aquellas personas que me dejan sus review y a aquellas que se toman su tiempo en leer los capitulos.

Espero que les guste...

Itachi observo como el doncel de treinta y cinco años edad pero, con una apariencia joven le miraba con el ceño fruncido…

—Minato…

—No repetiré mi pregunta de nuevo, así que contéstame—el rubio le soltó dejándole con la difícil tarea de decirle la verdad.

Minato Namikaze, Oto-Chan de Naruto y Deidara Namikaze; prácticamente su suegro pero, uno muy difícil ya que, al parecer aun desconfiaba de su amor hacia su hijo. Se maldijo de nuevo, ahora el doncel mayor le odiaría al enterarse que no pudo proteger a su hijo y mucho menos a su nieto. Según lo que sabía de su suegro por Deidara era que, les había dado a luz muy joven sin embargo había sido engañado por el que era su padre dejándolos abandonados. Así que, al menos entendía un poco la desconfianza hacia él.

—Tuvimos un accidente…—Minato le miro con horror tratando de decir algo pero le interrumpió—Deidara perdió al bebe…

Minato llevo una de sus mano a su boca reprimiendo un gemido de dolor, su amado hijo había perdido al bebe que tanto había añorado, aun recordaba cuando le había llamado por teléfono emocionado por su embarazo. Con ira y dolor tomo del cuello de la camisa a su yerno.

— ¡Dijiste que protegerías a mi hijo! ¡Solo fueron habladurías Uchiha! —Le soltó con brusquedad—No debí dejar solo a mi hijo contigo…

—Debería ver primero a su hijo en lugar de acusar al mío—dijo una voz a sus espaldas. El rubio volteo y frunció mas en ceño al ver al hombre de cabello negro largo con ojos del mismo color con aparentes cuarenta años

—Madara…—Dijo con molestia al ver al tipo presumido padre de los que cortejaban a sus hijos…

—Alguien tal lindo no debería fruncir tanto el ceño—el azabache mayor le sonrio burlón molestando mas al otro—Para ser doncel, no pareces estar cerca de los cuarenta—Se le acerco acariciando su mejilla.

El rubio sintió un escalofrió por el toque y se sintió ofendido por la forma en la que se refería a su edad y genero, así que sin más le dio una cachetada caminando hacia la habitación que le había indicado una enfermera.

Itachi observo como su Oto-San miraba descaradamente el trasero del doncel que entraba a la habitación de su esposo, a diferencia de Deidara, Sasuke y él habían nacido de un vientre prestado. Los Uchiha al ser una familia a la que, le abundaba el dinero y con una presumida belleza, era una suerte si encontraban el verdadero amor y su Oto-San, Madara Uchiha, no lo encontró pero aun así, decidió formar una familia él solo y ahí estaban…

Aunque presentía que pronto tendría Oto-Chan nuevo. Desde que había conocido a Minato Namikaze en la fiesta de su boda no había parado de acosarlo, aun podía recordar como lo seguía con la mirada donde quiera que el doncel se moviera. Aunque al parecer su Oto-San estaba lejos de al menos tener una relación con su suegro ya que, cuando trataban de entablar conversación terminaban en una discusión, también recordó que en su boda había sido su primera pelea y fue cuando Minato le había quitado la copa de vino de las manos a Madara para vertérselo encima. Todos los invitados junto a Deidara le habían mirado impresionado por aquel arriesgado atrevimiento pero él conocía a su Oto-San, y lejos de haberle molestado le había encantado la actitud del doncel y es así como aun Madara trataba de cortejar al doncel.

— ¿Por qué no dejas de molestarlo? Sabes que lo alejas más—Le dijo a su Oto-San para entrar a su habitación y descansar un poco.

—No del todo, así es nuestra relación—Madara le siguió sintiendo la mirada incrédula de su hijo—Mas importante… ¿Qué harás con tu esposo?

—No sé, despertó pero se altero así que lo durmieron—Itachi suspiro afligido—Creo que conseguiré un psicólogo, estoy seguro que lo necesitara para aceptar la perdida de nuestro hijo.

Madara le miro con lastima, no podía entender el peso que ahora su hijo portaba en la espalda pero, sabía que era muy grande y que no podía solo, el tener que ser fuerte por los dos sin derrumbarse por la pérdida de un hijo, considerando que era el primero, era peor.

—Cualquier ayuda puedes pedírmela…

Itachi le sonrio a como pudo a su Oto-San—Y… ¿Qué tal te fue en tus vacaciones?

—Bien, es genial ser jubilado antes de tiempo…

—Deberías sentir remordimiento por hacer trabajar a tu hijo a temprana edad

Madara le miro burlón—Oye, te mantuve por más de dieciocho años ahora es tu turno hacerlo por mí.

Itachi rio con su padre, ahora debía de pensar en cómo tratar a su esposo, además de prepararse porque sabía que su suegro no se quedaría de brazos cruzado y estaba seguro que pronto seria el nuevo inquilino en la mansión Uchiha.

~*~

Pasaron los días después que Deidara había despertado. Cuando Itachi fue a verle, podía sentir su pecho contraído al verle tan demacrado; su lindo esposo estaba pálido, con notables ojeras y sin aquel notable brillo lleno de alegría en sus ojos. Aunque cada vez que trataba de hablar con él, le veía formar una falsa sonrisa que le hacía sentir peor.

—Hoy te darán de alta…—le dijo mientras acariciaba los ásperos cabellos de su esposo, incluso aquellas hebras rubias habían perdido su suavidad y brillo.

Deidara sonrio mientras su vista estaba en su vientre plano—Me darán el cuerpo de mi hijo ¿Verdad? —le miro suplicando viendo al azabache asentir—Entonces quiero verlo…

—No puedes Deidara—le escucho, haciéndole levantar la vista para ver los ojos tristes del azabache—Te harás mas daño…

— ¡Pero, es mi hijo! —se desespero al ver la negación de su esposo.

—Deidara, entiende…No quiero que sufras mas—Itachi le acaricio la mejilla dejando un beso sobre su frente y termino por asentir.

A las horas, Tsunade había aparecido en la habitación para darle los últimos chequeos a la cicatriz de su vientre para dar la orden de salida, hizo un ademan para hablar en privado con Itachi, al parecer le entregarían el cuerpo de su hijo. Su Oto-Chan apareció en la habitación para ayudarle a levantarse de la camilla y llevarlo al auto de su esposo notando la presencia del Oto-San de este. Espero un momento dentro escuchando una de las típicas peleas de su Oto-Chan y Madara hasta que escucho la voz de Itachi hablar con el azabache mayor viendo como le entregaba un bulto de sabanas.

Los ojos de Deidara brillaron al identificar que era, así que trato de salir del auto pero, Minato adivino sus intenciones y solo le mantuvo dentro. Itachi entro al auto y Madara se encargo de llevar a Minato a su auto escuchando las quejas de este sobre ir junto a su hijo y al final solo cedió.

Al llegar a la misión, Madara intento convencer a Minato de dormir con él, recibiendo negaciones de este, peleando por quitarle sus maletas que el varón llevaba en sus manos. Itachi ayudo a Deidara a subir las escaleras para llegar a la habitación recostándolo en la cama y dejarlo ahí. El rubio se digno a escuchar con claridad los pasos de su esposo y determinar con claridad en la habitación que entraba.

Después de unos momentos le escucho salir de la habitación cercana y bajar a la planta baja. Con esfuerzo se levanto de la cama y tratar de caminar pero, al primer paso el yeso de su pie junto con la de su brazo le hizo caer al suelo y por inercia se quedo inmóvil deseando que nadie le hubiese escuchado caer. Paso el tiempo y se arrastro a como pudo en el piso de madera hasta llegar a la puerta y sostenerse para levantarse. Salió de la habitación sosteniéndose de las paredes y se dirigió a la habitación a la que había escuchado entrar su esposo…

~*~

Itachi bajo las escaleras escuchando en la cocina la típica discusión de su Oto-San con su suegro, cuando llego se sorprendió al ver a Madara acorralar contra el nevera a Minato quien estaba muy sonrojado así que solo salió lentamente del lugar escondiéndose detrás de la puerta ya que tenía hambre y esperaría a escuchar la cachetada que su Oto-san siempre recibía para entrar de nuevo con más tranquilidad.

—Déjame en paz…—Minato empujaba a como podía aquel cuerpo que le presionaba.

— ¿Por qué? Solo quiero aprovechar este momento a solas—Madara sonrio dirigiendo su rodilla hacia la entrepierna del doncel.

El rubio se sonrojo al sentir contacto—Basta, nuestros hijos están pasando por un mal momento ¿Acaso no te importa?

—Ellos están bastante grandes para solucionar sus problemas solos—Dijo para tomar los suaves labios del rubio, saboreando aquel adorable jadeo.

Minato se sintió desfallecer al sentir sus labios siendo presionados con los del otro, intento alejarse de él pero jadeo de nuevo al sentir una mordida en su labio inferior haciéndole entre abrir su boca. Madara aprovecho para introducir su lengua en aquella dulce cavidad. Minato trataba de reprimir sus jadeos negándose a sentir lo placentero de los besos del azabache y aquellos movimientos de aquella rodilla contra su entrepierna recordando al padre de sus hijos, y fue cuando le empujo con todas sus fuerzas.

—Déjame en paz…—Minato se sostuvo de la nevera para no caer— ¡Entiéndelo! ¡No quiero nada contigo!

Madara frunció el ceño por el rechazo— ¿Por qué? Deja de pensar que todos son como el perdedor de tu ex pareja—Minato le miro sorprendido— ¿Crees que no se que, has rechazado a muchos porque crees que solo te usaran? —El rubio trato de hablan pero no le dejo—Deidara me lo dijo—se acerco al doncel que le miraba con dolor acorralándolo de nuevo—A diferencia de él, tengo los pantalones para mantener una relación con un doncel testarudo con dos hijos donceles.

Minato sentía sus ojos vidriosos, sentía como el muro que había creado era desbaratado por las palabras de Madara, por eso no quería tener ninguna relación porque sabía que caería con las palabras bonitas que un varón le dijese y ahí estaba hora, sonrojado y dejando que el azabache le tomara del mentón para besarle de nuevo.

Itachi sintió un escalofrió de horror al escuchar los gemidos de su suegro y algunos ruidos extraños de movimiento de objetos, estaba empezando a creer que debía desinfectar todos los objetos en la cocina, sonrio divertido al saber que su padre había ganado al menos unos puntos con su suegro pero, su sonrisa no duro mucho al escuchar un grito en el segundo piso.

— ¡Deidara!

Itachi corrió a la habitación que compartía con su esposo pero, no lo encontró ahí, un terror lo inundo al presentir en donde se encontraba así que corrió a la otra habitación encontrándose con Deidara caído en el suelo viendo con horror el bulto de sabanas abiertas. Itachi frunció los labios mientras caminaba hacia su esposo y ayudarle a levantarse.

—Itachi...Mi hijo…—Deidara se aferro al pecho de su esposo dejando salir su llanto al haber visto el cuerpo apenas formado del pequeño.

Pero Itachi sabía que el haber visto a su hijo apenas formado no era lo que había aterrado a su esposo, ya que Tsunade le había advertido algo y se acerco al bulto de sabanas y ahí lo vio, la primera capa de tela que tapaba a su hijo había sido levantada y junto a ella estaba lo que parecía ser su piel adherida a la sabana el solo levantarla un poco mas y podría ver las entrañas del feto, así que viendo hacia otro lado con dolor lo tapo de nuevo.

—Deidara, te dije que no lo podías ver—dijo mientras lo cargaba de forma nupcial para llevarlo de nuevo a la habitación viendo a su Oto-San y suegro en el marco de la puerta.

Les paso de largo mientras escuchaba el sollozo de su esposo. Se acostó en la cama con sus esposo haciéndole desahogarse en su pecho, si tuviese la opción de llorar lo haría amargamente, el ver como su hijo en cualquier movimiento se desasía era algo que no podía soportar.

—Es mi culpa…—Deidara se aferro a él—No lo pude proteger…

Itachi le acaricio los cabellos—No, fue mi culpa—Deidara se digno a mirarle dispuesto a negarse—yo iba conduciendo, si hubiese puesto atención al camino nada esto hubiese pasado.

— ¡Pero fui yo quien te distrajo! —El rubio le grito desesperado dejando salir aun más sus lágrimas.

— ¡Ya basta, Deidara! ¡Fue mi culpa! —Y antes de que el rubio renegara le beso.

Deidara sintió los labios de su esposo mientras las lágrimas paraban de salir con lentitud, debía de pensar en que, Itachi también sufría por la pérdida de su hijo pero, no podía dejar de pensar que era su culpa. Ahora no solo el saber que el sueño de tener un hijo se había roto si no que, ahora se había vuelto un estorbo aun mayor…

Itachi durmió a su esposo, y salió de la habitación con cuidado de no despertarle, debía de encargarse de la empresa desde la mansión. Aunque Zabuza se encargara desde allá no quería decir que lo pudiese hacer todo. Al día siguiente, enterraron al pequeño en el cementerio en un pequeño ataúd blanco, tratando de sostener a Deidara quien no podía sostenerse de tanto llorar…

—Ni siquiera pude pensar en un nombre…—miro con desespero la lapida que solo llevaba el apellido Uchiha.

—No te preocupes, se mandara a hacer el nombre cuando decidas uno—le susurro Itachi mientras le abrazaba…

Pasaron los días y Deidara veía como su esposo se quedaba en casa para cuidarle, incluso había tratado de regresar a su trabajo para que regresara a la empresa pero, Itachi se negó y con una sonrisa vacía acepto quedarse en casa ¿Qué más podía hacer un estorbo como él?

—Deidara…—Escucho como su esposo le llama después de salir del baño dejando su fuerte torso a su vista pero, ya no debía soñar con estar entre los brazos de sus esposo, si como doncel no podía responderle con un cuerpo atractivo—Mire esto en una tienda—miro el hermoso broche de oro para cabello con forma de ramas incurvadas rodeado de esmeraldas.

—Itachi…Yo…—Pero no le dejo decir nada recibiendo un beso en sus labios para luego sentir como lo colocaba al lado contrario de su flequillo.

—El broche se ve bien en ti…—sintió aquella suave caricia en su mejilla junto a otro beso—Pero no se compara con tu belleza…

Deidara sonrio levemente pero, por alguna extraña razón sentía que Itachi se forzaba demasiado en decirle que aun se veía bello cuando el mismo sabía que no era sí. Se despidió de él con otro beso deseándole un buen día.

Aquella mañana, Haku y Gaara le habían visitado, trataron de hacerle conversación pero, lo único que podía hacer era asentir y sonreír falsamente.

—Deidara, no te rindas…—Haku le miro sonriente—Sera difícil pero, estoy seguro que Itachi y tu saldrán adelante e incluso podrán procrear otro hijo.

Deidara asintió, aunque por dentro sabia que ni siquiera podría hacer el amor con su esposo para empezar, hace unos días le habían quitado el yeso del brazo y pierna recibiendo la noticia que necesitaría terapia para poder mover con fluidez su brazo y con su pierna…podría moverla pero ahora se había vuelto un cojo ¿Qué atractivo podría verle Itachi?

Gaara miro el semblante de su amigo así que podían hacer algo que siempre le sacaba una sonrisa— ¿Qué les parece si horneamos galletas?

Haku asintió y ambos esperaron la aceptación del rubio. Deidara solo miro a sus amigos así que asintió, en verdad apreciaba que velaran por su estado de ánimo. Bajaron a la cocina donde prepararon los ingredientes, así que se digno a solo a cortar la masa con los diferentes moldes de galletas pero, estaba tan distraído que presiono con demasiada fuerza el molde con forma de estrella que termino cortándose la palma de la mano.

Hizo un gesto de dolor pero no se quejo, mientras veía como la masa se llenaba de sangre ¿Por qué debía quejarse por un simple corte cuando su hijo pudo haber sentido más dolor en su vientre mientras moría? Y sin poder evitarlo sus lágrimas comenzaron a correr.

— ¡Deidara! —Haku se asusto al ver la mano del rubio— ¿Por qué no dices que te cortaste? —le tomo la mano lavándola en el lavabo.

—Lo siento…—Deidara trato de detener sus lágrimas mientras veía como su amigo le limpiaba la herida. Incluso era un estorbo para sus amigos.

Gaara miraba con atención a Deidara, por alguna extraña razón tenía una idea de lo que pasaba por la mente del rubio, así que debía de hablar con Itachi en su momento.

Deidara se despidió de sus amigos y regreso a su habitación en donde su Oto-Chan le aviso que Itachi regresaría tarde de la empresa. Sonrio un poco y se acostó en la cama un momento dejando salir de nuevo las lagrimas. Ya no podía más, se levanto de la cama y le indico a su Oto-Chan que saldría al jardín a respirar un poco de aire. Sonrio lastimero al ver asentir a Minato con alegría, tal vez porque le daba la idea de estar mejorando pero, no era así.

Camino por el jardín hasta llegar al gran portón de la entrada de la mansión y con tranquilidad le abrió comenzando a caminar sin importarle que la gente le viera con el camisón de dormir que ahora acostumbraba a usar por la comodidad de estar en la mansión todo el día.

Paso las horas cojeando y si no se equivocaba, su Oto-Chan ya debía de haber notado su ausencia. A unos pasos llego a lo que era la estrada  a la otra ciudad que limitaba con Konoha, Iwagakure. La antigua ciudad donde había vivido con su Oto-Chan y Naruto. Pero en realidad no le interesaba llegar a aquella ciudad, lo que le interesaba era el puente que unía ambas ciudades.

Con el cuerpo temblando por la fuerza del viendo subió por los barrotes del puente hasta quedar de pie en ellos y sostenerse de una de las cuerdas de acero que formaban aquella arquitectura.

Podía sentirse el doncel más cobarde sobre la tierra al hacer lo que estaba pensando pero, ya nada le importaba. Cuando había descubierto como su padre les había abandonado cuando eran niños, se había propuesto un sueño que siempre le hacía feliz al recordarlo. Su sueño era convertirse en un profesional, luego casarse y como todo doncel deseaba, formar una familia con su esposo y un pequeño bebe en brazos.

Las lagrimas comenzaron a corres por sus mejillas haciendo que su vista comenzara a ser borrosa. Se había graduado de la universidad y se había casado pero ¿Qué caso tenia ser un profesional, si ni siquiera podía ejercer su trabajo? ¿Qué caso tenia haberse casado si su matrimonio se desboronaba lentamente por su culpa? ¿Qué caso tenia haber estado embarazado si ni siquiera pudo haber protegido a su hijo estando en su interior?

Miro la fuerza con la que el agua del rio fluía y miro su aspecto en el reflejo. Sonrio al recordar las palabras de sus amigos. Él ya no podría tener otro bebe, ya no podía cumplir con sus deberes conyugales, su atractivo había desaparecido, nadie querría a un doncel ojeroso, con una cicatriz que no significaba el haber dado a luz a su hijo, un doncel cojo que apenas podía mover su brazo, un doncel pálido que era un estorbo para su esposo…

—Itachi puede conseguir un mejor doncel que yo—sonrio ahogando sus palabras, recodando a su hermano menor y su Oto-Chan—Estoy seguro que Naruto dejara de pensar que soy una molestia y mi Oto-Chan podrá tener otro hijo mejor que yo con Madara-San—El agarre de la cuerda de acero comenzó aflojar—Al menos podre estar con mi hijo…—Deidara soltó la cuerda viendo como el cielo azul se alejaba—Sora, es un buen nombre—Recordó lo que su ginecóloga le había dicho en secreto—Un varón…

Sonrio. Escucho unos gritos mientras caía, sintiendo un fuerte dolor en su cabeza perdiendo la conciencia dejando que el agua hiciese con su cuerpo lo que quisiese…

~*~

Itachi sintió el vibrar de su celular en sus pantalones ya que estaba en una reunión con unos inversionistas pero, al ver que era su suegro solo pudo preocuparse, dio un receso a la reunión y salió. El solo contestar, Minato le ataco a palabras y su cuerpo se movió por inercia dejando a cargo a Zabuza sin explicarle la situación. Entro al auto y se dispuso a conducir, mirando las calles con la esperanza de ver a su esposo, al parecer Deidara había salido de la mansión sin decirle a Minato. Se detuvo un momento al sentir como su celular vibraba de nuevo, viendo la llamada desconocida.

— ¡¿Deidara?! —pregunto exasperado pero la voz de Gaara le respondió.

Itachi esto es grave, ve al puente de Konoha-Iwagakure…—Itachi frunció el ceño al entender la indirecta del doncel.

— ¡¿Insinúas que Deidara se suicido?! —Eso sí le había enfurecido, como se atrevía aquel doncel al decir aquella tontería

No lo sé, están pasando una noticia de última hora en el puente y enfocaron lo único que pudieron encontrar del cuerpo, un broche de oro…

Itachi colgó la llamada mientras sentía como sentado en el auto se mareaba, tomo con brusquedad el volante conduciendo sin impórtale los semáforos en rojo que se había traspasado. Llego al puente y vio como el tumulto de personas estaban reunidas. A como pudo entro en el grupo para ver por los barrotes del puente a las personas de primeros auxilios sujetos con cuerdas para no ser llevados por la corriente tratando de buscar el cuerpo.

—Solo pude ver su cabello largo…—Itachi se giro a ver a la señora que declaraba frente a las cámaras de los noticieros esperando que dijese otra cosa que no concordara con su esposo—Era rubio…

Itachi sintió escalofrió un recorrerle el cuerpo y corrió peleando por salir del grupo de personas para bajar a las orillas del rio y entrar al agua para buscar a Deidara pero, unos policías le detuvieron y comenzó a forcejear.

— ¡Suéltenme! ¡Puede ser mi esposo!

— ¿Esto era de su esposo? —Un policía le puso en frente el broche de oro con las pocas incrustaciones de esmeraldas que le sobraban.

Itachi solo respiro profundo cerrando con fuerza los ojos dejando salir sus lágrimas tomando entre sus manos aquel broche, aquello no le debía de estar pasando…

— ¡Deidara…!

Notas finales:

¡Hola! De nuevo XD

Pues...Creo que ahora me perseguiran hasta en las sombras por este capitulo jejeje

Como que ya me dio el sindrome Mangaka...el de matar personajes :3

¿Que les parecio el capitulo? ¿Demasiado drama? ¿Demasiado dolor?

Ahora ya saben la peticion secreta de Deidara con su ginecologa, puede que la Decision de el rubio no haya sido la correcta pero, si hubiesemos estado en su lugar creo que hubiesemos actuado menos o peor que él.

A algun@s se que les pudo haber perturbado un poco la escena de la sabana y el feto y dejenme decirles que me base en una situacion de la vida real ya que una familiar sufrio eso, con la unica diferencia que el feto se lo habian entregado en papel periodico...Ahi se puede ver la insensibilidad de algunos doctores :(

Les agradeceria un review ¿Si? Eso hara que me esconda para que no me encuentren e.e

Nos vemos (n.n)/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).