Capítulo 3: Café amargo, dolorosas despedidas.
Sentado en aquel café, observando por aquella gran ventana el caminar de las personas, como algunos iban a prisa y otros lenta y calmadamente, sin preocupaciones, un sorbo a su café, amargo y completamente cargado, algo nuevo y que odiaba, pero necesitaba, no había podido dormir en la noche, otra vez durmió junto a Nitori, abrazados, escuchando el llanto del menor, sus lamentos y gemidos de dolor.
Eran quinde minutos después de la hora acordada, observo de nueva cuenta todo el interior del local, pocas personas, calladas y sumidas en sus propias ensoñaciones.
-Lamento la demora- aquella voz le trajo al mundo nuevamente y rompió su corazón, un poco más, de nueva cuenta.
-No te preocupes- no volteo a verlo y fijo la mirada por la ventana, observando el cielo, nublado.
-Makoto- Haru trato de tomar una de sus manos, pero antes siquiera de lograrlo la movió hacia su café y tomo un nuevo sorbo.
-¿De qué quieres hablar?- su voz seca y sin emoción.
-¿Estas bien?- preocupación se podía leer en su rostro, pero el castaño se preguntaba si era real o simple actuación.
-Sí, solo algo cansado- trata de verse como siempre, coloca ambas manos sobre la mesa y peina sus cabellos dando más credibilidad a sus palabras.
-Creo que... Mejor hablamos otro día- Nanase habla inseguro y con un nudo en el estómago.
-No- su voz sale más fuerte de lo planeado, las lágrimas se aglomeran en sus ojos, el nudo crece, la estúpida voz interna habla como perico.
-Pero...- no sabe que decir, la culpa crece a cada momento, las marcas que Rin le hizo queman.
-Dime por favor- ruega, sin dejar ver su mirada.
-Makoto...- toma aire, de repente todo es más grande, y se siente débil.
Minutos en silencio, no sabe que decir y Makoto parece devastado con algo.
-No lo dirá... Y seguirá engañándote- siente las palabras frías y cortantes-Tienes que hacerlo tu ¡Toma todo ese valor que tienes y dilo!- gritos, consejos- ¡Vamos!- y aunque a veces dice estupideces, sabe que ahora tiene razón.
-Terminemos- dice antes de siquiera poder pensarlo.
Haruka abre los ojos, sorpresa y miedo.
-Makoto…- un susurro.
-Lo siento... Creo que ya no te amo- nunca le mira a los ojos, nunca lo hizo en realidad, se levanta y sale de aquel lugar.
Llueve, truena y se moja, no le importa, no siente nada, nada más que el dolor lacerante de su corazón.
. . .
Se siente culpable, peor que una basura. Le rompió el corazón, lo pisoteo y jugo con él.
Makoto había sido su mejor amigo, su confidente, su único apoyo. Por eso decidió salir con él, pero...
Siempre el estúpido pero hace acto de presencia.
Pero no le amaba, se había dado cuenta.
Con el todo era dulce, tierno y amoroso, y nos es que fuera algo malo, pero sentía la necesidad de algo más.
Y fue cuando Rin regreso a su vida.
Rin. Matsuoka Rin, competitivo, testarudo, fogoso, ardiente, sin sutilezas. Algo nuevo, que nunca ha probado, y se le antojaba pecar.
Lo entendió, no necesitaba cosas cursis y melosas, necesitaba, quería, exigía que le fundieran en una pasión desenfrenada, lujuria pura, alguien que prendiera aquella llama dentro de él. Y por desgracia esa persona no era Makoto.
Solo Rin, y nadie más.
Marca, suena y responden.
-Lo sabía- voz apagada, ojos lagrimosos. Un vacío interior.
Cuelga, observa la lluvia.
. . .
-Feliz aniversario Haru/Makoto-
. . .
Camino bajo la lluvia, solo moviéndose, no sabiendo a donde ir en realidad, se dejó ir, sin más.
Parado frente a una puerta en color café, toco el timbre y espero a que alguien abriera.
-¿Si?- la sorpresa se dejó ver al completo en aquel rostro- ¿¡Makoto!?-
Abrazo al dueño de aquella casa, no le importo que mojara a su anfitrión. Solo le abrazo, con el cuerpo temblando y lágrimas corriendo por sus mejillas.
-Has que olvide- susurro, y segundos después se desmayó, dejándose envolver por la oscuridad.
Y Nitori seguía consternado y con aquella palabras retumbando en su cabeza.
"Has que olvide"
Continuara…