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El fotógrafo por PandoraBoxx

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Notas del capitulo:

Hola a todos, aquí la continuación de la historia, espero qué siga siendo de su agrado, ya saben lo demás, los personajes sexys usados aquí no son míos (aunque quisiera) son de Oda-sensei...

Capitulo 15

Un brinco en los pies de los chicos les estremeció, Manchas quería atención y comida, sí… era mas comida que atención lo que quería, Zoro fue quien se despertó y antes de complacer al animalito, miró a Sanji un poco más, le llamaba la atención el verlo dormido, sus facciones eran igual que cuando estaba despierto, la única diferencia era que su ojo visible estaba cerrado; el ronroneo de Manchas y su continuo restregó en el brazo de Zoro le obligaban a que se concentraran en él.

Chistó los dientes y cuando pensó en levantarse para atender al animalito, un tirón lo regresó, Sanji no lo soltaba, lo mantenía sujetado fuertemente por la camisa y aparentemente no lo quería dejar ir; Zoro tomó la blanca mano que lo sujetaba y con dulzura la apretó un poco lo suficiente para que soltará la prenda.

Sanji seguía medio atontado por los medicamentos o el resfrío cualquiera de los dos, pero aun así, trataba de mantenerse centrado, entreabrió su ojo cuando la cálida mano de Zoro quitó la suya de la camiseta, miró como su acompañante caminaba descalzo, rascándose la cabeza y bostezando, mientras Manchas lo seguía con su rabo en alto, restregándosele al paso haciendo su andar torpe ya que Zoro evitaba el pisarlo.

Se quedó recostado unos instantes más, solo pensando en ¿Qué era lo siguiente que harían? Como si el techo le tuviera la respuesta a eso.

Se levantó y usando la sabana a modo de capa —aun tenía frío— se dirigió a la cocina, era donde sus “inquilinos” estaban en ese momento, el primero estaba sentado en el piso, recargado en el lavaplatos acariciando al gato, mientras el minino comía de su tazón, Zoro vio a Sanji y de un brinco se puso de pie.

— ¿Ya te sientes mejor para que andes caminando? Deberías de recostarte. —Decía Zoro al tomar el brazo de Sanji y guiarlo hasta el sofá.

—No soy tan débil. —Respondía Sanji quien sólo se dejaba guiar.

—Lo sé “cejillas”

— ¿”Cejillas”? —Preguntó el rubio.

—Sí, cejillas, así como para ti soy “el brócoli andante”, “cabeza de lechuga” tú para mí, eres el “cejillas” —Aclaró el joven de cabello verde.

Sanji sólo “sonrió” aunque parecía mas una sonrisa por compromiso que algo que en verdad sintiera. Zoro no perdía de vista esas acciones del rubio, pensaba en continuar su “conversación” antaña, pero unos golpes en la puerta los interrumpieron.

— ¡Vooooy! —Gritó Zoro desde la sala.

Caminó hasta la puerta, antes de abrir hecho un vistazo por la mirilla lo que vio lo hizo recargarse de espaldas a la puerta para después regresar cautelosamente.

—Nos encontraron —Le mencionó Zoro a Sanji, quién de un brinco se levantó.

Sanji pensó que se trataba de enemigos potenciales, así que con mucho sigilo se acercó hasta la puerta, Zoro desde la sala le hacia señas para que se regresara, pero el rubio no hizo caso, abrió la mirilla y que vio, lo mismo que Zoro antes: Una manada de reporteros, fotógrafos, y muchas, muchas cámaras rodeando la puerta.

— ¡¿Pero que demonios?! —Exclamó Sanji quien cerró la mirilla y asegurando la puerta  imitó al modelo alejándose lentamente.

— ¿Cómo demonios paso esto? ¿Qué se supone que haremos?— pregunto Sanji señalando en dirección de la puerta.

—Sólo se me ocurre algo. —Respondió el joven de cabellera verde mientras buscaba en sus bolsillos.

Sacó su móvil, buscó, para después marcar.

—Mihawk ¡Nos encontraron!... nooo, los reporteros y demás…. ¿Qué hacemos?.... bien… aquí esperáremos, no tenemos opción. —Sanji miraba atento los movimientos de Zoro, ¿Cómo era posible que mejor asustaran a ese chico unos reporteros que una mafia completa? Bueno si bien era cierto que el marimo sabía a grandes rasgos en que se había metido, pero esa no era excusa para no saber que ahora su vida, pendía de un delgado hilo.

—Esta es la demostración mas grande de estupidez del planeta, de eso estoy seguro. —Murmuraba el rubio, ladeando la cabeza.

Zoro volteó a verlo pero Sanji miraba en dirección del gato, el modelo terminó la llamada y guardó su móvil, algo le llamó la atención en la ventana y se acercó a ella, en el piso inferior notó —como si no fuera fácil— un tumulto de fans, con enormes fotografías  simulando pancartas de la última portada, la foto de Sanji lo había hecho aún más famoso, corrió las cortinas dejando el departamento  completamente a oscuras, Sanji se quedó tranquilo mirando al chico bronceado mostrarse nervioso y  muy ansioso.

—Tranquilo cabeza de lechuga, ya viene Mihawk y él nos dirá que hacer.

—Lo que no entiendo es ¿Cómo se dieron cuenta de que estaba aquí? ¿Cómo te sacare sin que te vean? —Esclarecía Zoro caminando de izquierda a derecha, sujetándose el mentón.

Sanji estaba sentado en el sofá ver a  Zoro con mas que evidente preocupación,  le causaba algo en el interior, una sensación agradable que se demostró a modo de sonrisa tierna, una que no pasó desapercibida para el modelo, pero sí para el mismo, más recibiría una recompensa: una sonrisa aun más grande brotando del rostro del “marimo”.

Sanji notó eso y de inmediato...

— ¿Por qué demonios sonríes como estúpido?

—Porque vi a un idiota sonreír.

— ¡¿A quien le llamas idiota?!

— ¡Al idiota que me respondió! ¡Idiota!

—¡¡Tu eres el único idiota aquí!!

—Si y tú eres un imbécil, cejudo ridículo.

—Y tú un estúpido alga andante.

Los gritos eran escuchados desde afuera, donde la multitud esperaba que abrieran la puerta, querían saber  de quién era la misteriosa  voz  con a la que Zoro discutía, el escuchar esa pelea adentro solo alarmaba a los extraños.

— ¿Escuchaste como le dijo?

—Que falta de respeto hacia Zoro-san

—Si, que grosero…

Los periodistas rumoraban y cuchicheaban,  sin saber que ese par había encontrado un modo de entenderse, sus murmullos se detuvieron por completo cuando una figura muy particular para ellos se hizo visible en el elevador, Mihawk llegó en ese momento.

Apenas lo vieron y se abalanzaron hacia él, pero  con el característico porte que poseía los ignoró y caminó en dirección de la puerta, golpeó en un par de ocasiones y después espero unos instantes.

Dentro Zoro escuchó los golpes en la puerta  y se acercó, antes de abrir miró sólo para estar seguro; Sanji permaneció sentado en el enorme sofá mientras la puerta se abría, el modelo se mostró y un sin número de “flashazos” iluminaron al joven quien se concentró en que su manager entrara.

Una vez dentro, cerró la puerta y puso el seguro. Juntos caminaron hasta la estancia, Mihawk observó la cortina cerrada, se acercó y levantó una esquina levemente,  y vio por donde acababa de pasar, sacar a los chicos de ese sitio no sería nada fácil y eso lo entendía muy bien.

— ¡¿Cómo se dieron cuenta de que estaba aquí?! —Preguntaba Zoro mientras hacia zanja en la sala caminando en círculos.

Mihawk se dirigió a la cocina, puso a hervir agua y tomó tres tazas del estante, espero unos momentos mientras veía a Manchas dormido en una de las sillas, enrollado, una caricia de su parte hicieron que el minino solo se estirara para dedicarle un ligero maullido y después volver adormir.

La tetera silbó y Mihawk vertió el líquido caliente en las tazas, preparo dos con té y una con café, estaba seguro que Sanji no bebería té ni siquiera en esas penosas condiciones.

—Coby les dijo en donde estabas. —Respondió Mihawk mientras se dirigía a Sanji con la humeante taza de café.

—Después del escandalo en el antro, fueron a buscarte al estudio y él les dijo que te estabas en casa de una amiga. — agregó, entregándole la taza caliente a Zoro.

El rostro de Zoro se mostró amenazante al igual que su aura; había sido demasiado ingenuo en pensar que con el simple hecho de abandonar el antro sin armar escandalo, lo dejarían en paz; por su parte, Sanji entendió que el mezclar su vida con la de Zoro ahora era un error que les costaría caro, pero ese pensamiento se quedaría en su cabeza por el momento; Mihawk parecía divertirse con las reacciones de ese par, ya que Zoro pareciera que dislocaría su mandíbula de lo grande que abrió la boca, Sanji, se puso de pie para dejar escapar un leve grito.

— ¡¿Amiga?! — pronunció Sanji.

—Si, amiga, así les dijo él… pero eso es bueno, así no sabrán que la amiga de Zoro y el fotógrafo misterioso son la misma persona, pero ahora, ¿Cómo los sacaré de aquí sin que te vean? — Aclaraba el manager dando un trago a su té.

—Yo puedo salir fácilmente. —Respondió Sanji con su típica seriedad.

—Eso no lo dudo, pero no es buena idea, además si te sacó de aquí por la puerta,  al lado de  Roronoa podrías descansar unos días más, ya que seria el último lugar donde esa persona te imaginaría, Kuroashi. —Aclaraba sería y fríamente Mihawk.

Tenía razón, si Sanji trataba de salir a modo espía, seria lo primero que buscarían sus “amigos” mafiosos, por lo que una salida “convencional” era la mejor opción.

—Pero ¿Cómo lo sacaremos de aquí? Es demasiado peligroso que lo lleguen a ver… no podemos arriesgarlo…—Declaraba preocupado su protegido, para Mihawk, el interés de Zoro hacia el rubio era mas que evidente y eso, hasta cierto punto le agradaba.

El manager sonreía abiertamente causándoles escalofríos a los chicos quienes dieron un gran trago a su bebida.

—Invitáremos a una amiga y los sacáremos de aquí… —Mihawk hacia un gran esfuerzo por no reírse abiertamente, trataba de ahogar la carcajada en cada sorbo de té.

— ¿U-una ami-amiga? —Dudó Sanji para después dar un trago a su taza de café.

—Si, es la única manera que se me ocurre para sacarte de aquí, más tarde regresaré con lo qué necesitáremos, ¡Ni se les ocurra el asomar siquiera la nariz fuera de este lugar!

Fue una sugerencia —amenaza— fue muy seria por parte del manager quien calvo su mirada en Sanji, éste entendió la indirecta y agachó la cabeza mientras fruncía el ceño, Zoro no entendía a que se refería  con amiga, pero haría lo que fuera necesario para sacar al rubio de ese sitio sin qué saliera lastimado o expuesto.

Mihawk puso su taza vacía en el lava platos y después se retiró dejándolos con la duda y la incertidumbre, si de algo podían estar seguros era que…. Les esperaba una jugarreta por parte de esa persona de mirada seria y penetrante, sonrisas como las de él eran señal de mal augurio, o cuando menos algo similar, el escalofrío se dejó sentir en su piel nuevamente, juntos y al tiempo bebieron de su taza para quedarse viendo el uno al otro…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bien, de antemano muchas gracias a todos los que me dedican tiempo para leer esta historia... Nos vemos despues, se cuidan...

 


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