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El fotógrafo por PandoraBoxx

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Notas del capitulo:

Chic@s y todo quien guste leer, dejaré dos actualizaciones, ya que estoy por sumergirme en la oscuridad (me quedaré sin ínter jajajaja)....

Ya saben que los personajes usados aquí son propiedad de Oda-sensei, yo los devuelvo déspues de un ratito (muy a mí pesar)...

 

Capitulo 16

Las horas pasaron y en vista de que Sanji no estaba en condiciones de cocinar y que el marimo y él tenían hambre decidieron ordenar comida preparada, solo tenían un gran impedimento para ordenar, no se ponían de acuerdo.

— ¡Ya te dije que no! ¡Yo quiero sushi!

—Entiende cabeza de brócoli, que pedir sushi es peligroso, nunca sabes si esta bien preparado…

—Aun así, yo quiero comer sushi…

—Pues yo no, prefiero comer una pizza…

Manchas parecía suspirar al ver y escuchar esas discusiones, por lo que se trepo a un lado de Sanji y comenzó a asearse lamiendo sus manitas y pasándolas después por su rostro peludo acicalándose.

—Anda, solo por esta vez, pide pizza, prometo que después te preparare sushi especial de Sanji, ¿Qué dices? —Pidió el rubio.

Zoro se estancó en ese ojo azul, por extraño que fuera, no le podía negar nada a ese chico, asintió y marcó al número que estaba en el directorio telefónico.

Mientras llegaba la comida, Zoro fue a la recamara y llevó con él todos los medicamentos que Tashigi le había dejado antes, usando sus dedos sacó cuentas y comenzó a sacar los comprimidos respectivos, tomó un vaso con agua y se los dio a Sanji.

El rubio sentía un cosquilleo en el estomago, las atenciones hacia el lo hacían sentir extraño, ¿Cuántas veces antes se había curado solo? ¿Cuántas veces se había sobre puesto a la fiebre sin nadie que lo acompañara? ¿Cuántas veces la soledad había sido su fiel compañera? Ahora con un “brócoli andante” y un Manchas merodeando  en su espacio no sabia como sentirse, era cierto que estaba muy acostumbrado a la soledad, pero el tener compañía le agradaba.

—Gracias. —mencionó serio mientras bebía los medicamentos.

Golpes a la puerta de nuevo llamaron la atención de los chicos, pensaron que se trataba de Mihawk, aun así Zoro tomo las precauciones y se primero observó de quien se trataba, era difícil de imaginar el pensar que los reporteros también comieran dado su entrega al acecho, pero no estaban en ese instante, así que una gorra con franjas rojas y blancas mostraban el repartidor de pizzas.

El modelo abrió la puerta, entregó el dinero, tomó las cajas con el alimento y nuevamente cerró la puerta azotándola.

— ¡Señor, el cambio! —Gritaba el chico repartidor.

— ¡Quédatelo y gracias! —Escuchaba desde dentro el joven.

Zoro caminó hasta la barra desayunador y puso las cajas apiladas una encima de la otra. Abrió la primera de ellas y el aroma del queso combinado con los demás ingredientes como el salami, jamón, pepperonni e incluso los vegetales algo cocidos como el pimiento, los champiñones y la piña en una de ellas despertó el apetito en Sanji.

—Para se alimentos pre-elaborados, no huelen tan mal. —Alegaba mientras estiraba la mano hasta una de las rebanas.

Zoro se plantó en frente de él estorbándole en su objetivo.

— ¿Pre-elaborados? ¿Estas bromeando cierto?

—Para nada, ¿Por qué había de estarlo?

Zoro alzó la ceja dejando en visto el descontento.

—Entonces ¿Por qué me pediste que ordenara pizza si no te gusta?

—Yo nunca dije que no me gustara, sólo digo que son alimentos pre-elaborados.

—Sigo sin entender el porque dices que son pre-elaborados, pero bueeenooo…. Antes de qué comas, quiero ver esto…

Extendiendo su mano la dirigió a la ceja herida de Sanji, una ligera gota rubí sobresalía entre su pálida piel, era evidente no se había percatado que su herida supuraba.

— ¿No te duele? —Preguntó Zoro al limpiar con cuidado el recorrido que había dejado la gota de sangre.

—No había sentido nada, lo siento —Respondió Sanji desviando la mirada a otro lado.

—No tienes porque disculparte, después de todo, aun tienes fiebre. —Agregó  el joven de cabellera verde  con una amplia sonrisa.

Sanji elevó su mirada y tímidamente se alojó en los ojos de Zoro éste correspondió del mismo modo; el ojo azul de Sanji parecía escudriñar en el interior del perdedizo marimo, pero no le disgustaba, al contrario él quería que Sanji escudriñara…  quería que Sanji lo conociera completamente… quería que Sanji supiera todo de él.

El rubio sentía el toque cálido de ese chico que apenas si conocía, ese chico había llegado apenas días a tras y ya había volteado su mundo de cabeza, ¿Cómo demonios había pasado todo eso? ¿Por qué le agradaba la calidez que le transmitía el torpe y perdedizo marimo? Con esas preguntas en mente, Sanji recargó su rostro en la mano de Zoro, no quería perder nada del calor que manaba del mismo.

Una sonrisa llena de felicidad se posesionó de Zoro, su pulgar acarició dulcemente la mejilla de Sanji quien no logró contener la indecisión de quitarse o permanecer, un movimiento entre cortado de levantarse  le mostró al modelo  las intenciones de querer correr de nuevo así que retiró su mano.

—No hace falta que huyas, además…  no repararé dos puertas en lugar de una. — Declaró el chico de cabellera verde al darle la espalda para buscar una servilleta de papel.

—Pero ¡No dejare de insistir! Ya te acostumbraras, algún día, pero lo harás… —Alegaba Zoro extendiendo su mano en dirección de Sanji, le ofrecía un trozo de pizza tibia; Sanji sabía lo que significaba aceptar ese bocado de comida en especifico, si la tomaba de la mano de Zoro le estaría respondiendo positivamente a la insinuación del marimo, pero ¿Eso era en verdad lo que el rubio quería? ¿En verdad le permitiría a Zoro entrar en su vida? O seria que ¿Zoro era quien le permitía a Sanji entrar en la de él?

Todo era demasiado confuso para el rubio arisco, su mano pausada en frente de la de Zoro era la muestra de ello, el modelo  no dejaba de sonreír y mantenía la mano en el aire, sujetando su “oferta”.

Justo en el momento que Sanji pensaba dar su respuesta… golpes en la puerta los hicieron a ambos dirigir sus miradas hacia la entrada.

— ¿Sera tu manager? —Preguntó Sanji.

—Podría ser… —Respondió Zoro.

No era temor el que sentían en ese momento, se trataba más bien de incertidumbre. Zoro pasó la porción de pizza con todo y servilletas en la caja y se dirigió a la puerta,  Sanji miró la amplia espalda, pero mas bien, miraba la silueta fornida de Zoro dirigirse a la puerta, no perdía detalle mientras observaba a Zoro sacudir y limpiar sus manos en las bolsas traseras del pantalón, un escalofrió recorrió su cuerpo “¿Pero que demonios le estoy viendo al idiota?” Se preguntó mientras cubría su boca con la mano.

Zoro llegó hasta la puerta, vio por la mirilla y tuvo que preguntar antes de abrir, ya que una enorme pila de cajas era la que estaba parada en frente de la puerta.

— ¿Quién? —Preguntó desde dentro.

—Cobyyy, abre por favor Zoro-san —Respondió el chico peli rosado desde fuera, balanceando las cajas para evitar que se cayeran.

Zoro abrió la puerta, no obstante  las cajas estaban recargadas en ella así que gracias a la gravedad, cayeron hacia dentro y Coby junto con ellas, el semblante en Zoro fue una mezcla un tanto extraña, ya que por un lado quería aporrear a ese chico hablador que les había dicho  en donde estaban, pero por el otro verlo tirado en el piso encima de cajas le daba algo de satisfacción.

Se quedó viendo como Coby se medio incorporaba para quedar hincado, Mihawk lo acompañaba, Sanji sólo podía escuchar el escandalo desde la cocina, él tenía que permanecer oculto, y sí, los reporteros sabían seguir pistas, Mihawk era una de ellas, al verlo llegar al edificio de inmediato lo siguieron de hay que la turba de periodistas estuviesen de nuevo en la puerta, pero quien robó cámara en ese instante fue: Manchas.

Sí, el minino salió de la sala y se dirigió a la puerta abierta y llena de fotógrafos, más que nada quería curiosear y  las cajas en el piso fueron su objetivo, la ternura de ese animalito no logró pasar desapercibida por los intrigados fotógrafos y eso sirvió para que Mihawk y Zoro le ayudaran al despistado Coby a levantar los contenedores de cartón blanco.

Cuando terminaron permitieron que los fotógrafos se despidieran de Manchas con unas últimas imágenes del pequeño gato siendo mimado por Coby.

Pero al cerrar la puerta la  historia fue otra, el aura amenazante de Zoro cohibió por completo al ingenuo chico, sin contar que Sanji también estaba algo indignado.

— ¿Por qué demonios les dijiste que estaba con “una amiga”? —Refunfuño Sanji.

—Lo siento mucho, pero pensé que si seria así…

 — ¿Por qué pensaste eso? —Agregó Zoro.

—No tengo idea, la verdad me vi acorralado de muchas cámaras, personas…. ¡¡Lo siento mucho!!

—Hay algo que no logro entender. —Dijo Mihawk, los tres chicos voltearon a verlo. — ¿Cómo supiste la dirección de este lugar? —Preguntó el manager.

Coby dudó en responder, pero con el aura amenazante de Zoro que se mantenía en guardia, no tuvo más opción que hacerlo o algo así...

—Hahaha —Dudó Coby — ¿Recuerda la fotografía de Zoro-san y Manchas?

—Si, la recuerdo… —respondió Mihawk.

—Bueno, ocurre que…  —Suspiró Coby…

—El idiota cabeza de algodón de azúcar  la hecho a perder y me siguió para pedirme una copia. —Respondió Sanji.

Instantáneamente voltearon a verlo Zoro y Mihawk.

—Pero eso no explica, el porque les dijiste que estaría aquí con una amiga. — Aclaró Sanji.

—Lo siento mucho ¡¡¡Me asusté y no supe que decir!!! —respondió reverenciándolos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

He aquí lo que sigue.... gracias por leer, nos vemos en el siguiente episodio...


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