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El fotógrafo por PandoraBoxx

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Notas del capitulo:

La continuación, espero les guste....  ya saben lo demás los personajes no son míos solo son prestados por un momento, Sanji y Zoro y todos los demás son propiedad de Oda-sensei..... continuamos con el pequeño reto...

 

Capitulo 3


Zoro caminaba en imitación de un gorila enfurecido, buscando al rubio en todas las puertas del edificio Mihawk lo seguía de cerca, no quería que ambos chicos se golpearan hasta hacerse puré.


— ¡Sanjiiiiii! ¡¡¡Sal de dónde quiera qué estés!!! —Gruñía y gritaba el peli verde buscando en todas direcciones.


—Aquí estoy, no tienes porque gritar, perturbas a las señoritas


Sanji esperaba sentado en un escritorio fumando como era típico de él, una pierna cruzada era muestra de su confianza,  botines estilo converse con cintillas rojas algo flojas de la pantorrilla sobresalían del pantalón de mezclilla en negro, una camisa en color blanco con las mangas dobladas a tres cuartos y un par de botones abiertos en el pecho mostrando la piel blancuzca debajo de la prenda lo hacia lucir muy varonil; hablaba con una bella chica hasta que escuchó los gritos o rugidos del modelo.


Zoro entró con demasiada ira reflejada en su rostro, las botas negras con un solo cierre al frente retumbaban con cada paso, los jeans en verde militar y la camiseta simple en negro ajustada lo mostraban más atemorizante de lo usual, los puños apretados y el rechinar de los dientes delataban la agresión pura en ese instante.


Sin más aviso al ver a Sanji lo tomó por la camisa y lo azotó en contra del escritorio quedando sentado encima de él.


— ¿Quién demonios te dio el derecho de tomar esa imagen?—Reclamaba Zoro.


Los oficinistas no perdían detalle de la escena, más no intervenían ya que una sonrisa burlona en el rostro del manager indicaba que no había problema.


— ¡Jajajajajaja! ¿Derecho? No me hagas reír pedazo de brócoli con patas, en mí profesión no se necesita derecho, solo con poder hacerlo basta…—Respondía el rubio quien no le quitaba los ojos de encima.


La furia de Zoro asustaba a los demás en esa habitación excepto a Sanji quien se mantenía frio, a pesar de estar debajo del modelo y con un enorme puño apuntando a su rostro, éste no se inmutaba.


—¡¡Tú no tienes derecho!!—Insistía Zoro.


—Deberías de ser agradecido, esa es una de las imágenes más “decentes” que logré captar, sabes bien de que hablo…. —Respondió el rubio.


Zoro cambió de semblante y se quedó paralizado, recuerdos de esos días le regresaron como película en retroceso, un baldazo de agua fría le causo escalofríos, una chica llamada Sadi podría meterlo en líos.


Esa reacción sorprendió a Sanji, nunca pensó que el modelo fuera tan inocente.


—¡¡Bájate idiota, estás pesado!! —Gritó el fotógrafo, empujando al modelo.


Zoro se quitó del cuerpo del rubio pero su semblante permanecía alarmado, Mihawk  trago saliva raspando su garganta tratando de limpiarla.


—Por favor, dennos unos minutos a solas—Pidió el serio representante.


Los trabajadores salieron de la habitación dejando solo a las tres figuras ahí, Sanji continuó fumando al mismo tiempo miraba como Zoro agachaba la cabeza.


— ¡Quien lo diría brócoli andante! Tú inocencia es demasiada. —Remarcaba el rubio al ver las expresiones de Zoro.


El mimado súper modelo se mantenía con la cabeza agachada, mirando el suelo sin parpadear, apretando los puños, se le notaba algo desconcertado y es que esa chica había hecho que el joven de 19 años de edad sucumbiera ante ella, ahora Zoro estaba bajo su merced, el problema  de esto no era que ella fuera una hermosa joven bien definida, si no que era la novia de un amenazante policía con dos trabajos, uno de ellos hacer valer la ley y el otro quebrantarla, Magellan era un narcotraficante con fachada de policía, juntos frecuentaban el bar favorito del modelo y esa noche Sadie lo observó de lejos, una fiera mirada se vio en sus ojos, acechó a Zoro hasta la madrugada en la que éste se marchó a casa, ella siguió la limusina del modelo, entró hasta el hogar del modelo y sin darle opción de nada, lo obligó a que la “amara”, Zoro sucumbió ante la belleza de la chica, después de todo era un hombre joven y saludable.


—Entonces Sanji ¿de qué estas hablando?—Preguntó Mihawk mirándolos seriamente.


—Magellan y su novia. —Respondió serio con cigarrillo en mano el joven rubio.


—No me dirás que…


Un movimiento afirmativo de cabeza de Sanji le respondió.


—Roronoa, sabes de ante mano en ¿que situación estas comprometido? Ese par son demasiado peligrosos ¿Cómo hare para sacarte de ese lio?—Recriminaba Mihawk.


Si Magellan se daba cuenta de lo que había hecho su novia, Zoro sería hombre muerto, pero Sanji tenía un plan, ese rubio era mucho muy “sabio” para la edad que poseía y como no serlo si la vida no  le había sido nada fácil su ceja arqueada se alzo pavoneándose de ello.


Sanji se quedó mirando como Mihawk parado con los brazos cruzados regañaba a Zoro, esa paternal escena le recordó su infancia, sonriendo comenzó a recordar:


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“Con la edad de 4 años, Sanji vivía en un restaurant con mucho futuro por delante, su padre Zeff le enseñaba el arte de la cocina, pero el destino es cruel cuando uno se confía y se cree que todo esta arreglado y que nada te echara a perder tus planes, Sanji a la edad de 6 años quedo huérfano; Zeff enfermó gravemente del corazón a causa de cierta persona que aun mantenía control sobre el rubio, esa persona era, para Sanji, un atemorizante monstruo que de descuidarse lo comería completo, Sanji le temía no solo por su fuerza física, si no por la influencia psicológica en él Doflamingo era su nombre y eso es algo que él quisiera olvidar.”


Un gritó de Zoro lo despertó de su sopor.


—¡¡¡Todo es culpa del estúpido cejudo!!!


Zoro apuntaba a Sanji, su mano temblaba, la presión comenzaba a desquebrajar el modelo, su verdadera personalidad comenzaba a manifestarse.


Zoro se desplomó y quedó hincado, comenzando a hablar en voz baja, pareciera estar sollozando.


—Yo… no quería nada de esto… me quiero ir… —Suspirando se cubría los ojos.


Mihawk se giró y miró hacia la puerta, fue el mismo Sanji quien les dio la opción de salir de ese embrollo.


—La novia de Magellan está tan desquiciada como él, es fácil sacar del embrollo al cabeza de lechuga. —Declaró el rubio mientras encendía otro cigarrillo.


Mihawk lo miró serio, ya sabía que esas acciones de Sanji tenían un precio.


— ¿Qué ganaras tú con eso?—Preguntó seriamente.


—Lo de siempre: dinero. Éste trabajo te costará… mmm…. No sé aún, pero no será barato. —Solo déjame planear las cosas y yo te aviso.


Sanji caminó hacia la puerta pero antes de dejar a Zoro detrás, lo miró y una mano en el hombro del chico lo tranquilizó.


—Esas fotos nunca las revele, destruí el negativo, eres fanfarrón, pero no eres mala persona, no mereces caer de esa manera. —Apretó un poco el hombro del chico peli verde.


—Nos vemos el sábado en el Impel Down, no olvides vestirte sexy,  necesitaremos que llames la atención, nos vemos —Una sonrisa picara añadida con un guiño mostro la confianza del joven, quien sin decir nada mas salió del lugar.


Zoro tragó saliva y se quedo ahí viendo como Sanji se alejaba, extrañamente esas palabras con el toque del chico rubio lo tranquilizaban, incluso más que las palabras de Mihawk en tiempos difíciles.


—No es mala persona Roronoa, es un joven con una vida difícil, es arisco por naturaleza pero es confiable, y dice la verdad, no vi imágenes “tan” comprometedoras.


Esas palabras pronto tuvieron sentido, Mihawk nunca llamaría a cualquier persona para un  trabajo que inmiscuyera a su protegido, qué tonto había sido el “cabeza de lechuga”.


—Anda, tienes cosas que hacer, y sobre todo contratos que firmar, veamos cuales son los que más te convienen, ¿te parece?— Declaraba Mihawk, tendiéndole la mano al chico.


Zoro asintió y se puso de pie, quizás debería de darle la  oportunidad al cejudo, quizás y no era  como lo pintaban, porque si Zoro pretendía ser “arrogante” quizás Sanji pretendía ser “soberbio” quizás y todo en ese ambiente en verdad eran fachadas, quizás y todos se escondían bajo el maquillaje y las costosas prendas… Solo le quedaba esperar que el rubio mostrara su verdadera personalidad, tendría cuatro días para conocer en verdad al rubio.


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Finalmente llegó el sábado, la enorme fila para entrar al club era una molestia para personas que esperaban pacientes, pero para celebridades como Roronoa Zoro eso no era problema, bastaba con verlo acercarse para quitar la cadena de la entrada y abrirle paso.


¡Vaya que se había tomado las palabras del rubio en serio! pantalones de gabardina en color negro, zapatos de vestir con una hebilla a la vista, camisa negra de manga larga acompañada de guantes de cuero y chaleco en negro corbata en verde con sintonía a su cabello el cual había peinado hacia atrás.


Sanji lo veía desde dentro del lugar, ese chico tenía contactos fuertes, pero no lo suficiente para salir de su propio atolladero.


— ¿Ese es el joven?


—Si, ese es…


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 

Notas finales:

De antemano, muchas gracias por leer, nos vemos después!!!


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