Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SABER RIDER: LEFT OUTSIDE ALONE por Foxlady

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

FIRE
THE GOOD LIFE

We look at all that shines, baby's down on the world and he knows it
If your spirit's fine why don't we make it rain like we used to?
We run-
We hide
We want-
(The good life)


Está claro que no me esperaban. La cara de mi hermana Kaori lo dice todo al verme; aunque se inclina rápidamente, y las dos menores, Kazumi y Azuki, expresan su alegría a mi retorno, sus caritas tradicionalmente maquilladas me miran con temor y mucha aprensión. Sirvientes se llevan mis bolsos y maletas, y mis hermanas me llevan a la sala principal, que de niño me parecía inmensa, y ahora, con sus dieciseís tatamis de largo, me parece pequeña. Ellas piden refrescos y dulces, que me sirvcen ceremoniosamente, y yo me arrodillo y me acomodo para tomarlos, aunque mis piernas protestan: hace por lo menos cuatro años que no me siento al modo oriental por más de unos minutos.
- ... me permito expresar una vez más a nombre de la familia la gran alegría que sentimos al ver a Onii-san volver a casa sano y salvo...-
- Kaori, corta ya. Que no ven las noticias? No sabían del armisticio? No se les ocurrió que iba a volver? Dónde están Kiyo y Akito? Y los padres? -
- La familia tuvo el honor de ser invitada primero a la ceremonia de dar gracias en el templo.- dijo Kaori, asintiendo con energía.- El emperador nos ofreció ese honor y esta noche habrá una recepción en el palacio Imperial... en acción de gracias por el armisticio.-
El emperador siempre ha sido un hombre inteligente y mucho más avanzado que nuestro lamentable y presumido planeta. Le agradezco mentalmente el saber que a alguien le importa que la paz haya llegado: para mis hermanos y mis padres no es más que una posibilidad de ser honrados y exhibirse. No tengo ninguna duda que creen a patas juntas que han sido distinguidos con ser los primeros en las ceremonias por ser una familia principal y no porque su tercer hijo es el piloto del team Ramrod.
O lo era.
- Vayan a la fiesta si quieren, yo presentaré mis respetos mañana.- les digo, tomándome un momento para recuperar mi catayano, una mezcla del antiguo japonés con algunas palabras chinas, que casi he olvidado en estos años.- Sólo quiero dormir, Kaori. Así que lárguense.-
Las chicas protestan, pero por supuesto, es sólo teatro: me temen, no me conocenb para nada y no les da ninguna alegría especial que haya regresado, dado que crecimos aparte: para mí, sólo eran unas manchas floreadas que pasaban por una esquina de mi visión cuando me fui. Las corto y les doy la orden de irse a la recepción; me obedecen, porque soy varón y su hermano, además de que deben haber sido sus órdenes originales. Le ordeno a los sirvientes que me preparen un baño y una cena occidental, y disfruto a solas de la magnífica casa de baños de la familia, de madera encerada y porcelanas, sumerguiéndome en la anticuada tina de madera lacada que escobillan todos los días y que reluce como vidrio.
No puedo creer que estoy de nuevo metido en esta tina entre el aroma de la salvia y el jazmín, mirando el mismo techo pintado con paisajes de montañas nubosas. No puedo creer que estoy de regreso.
Me sumergo, y abro los ojos en el agua, intentando calmarme, razonar. Pero no me toma mucho identificar exactamente los que siento, y es muy parecido a lo que sentía cuando abría mi cajón secreto y Kiyo se había llevado mis drogas.
La guerra se ha acabado. Ramrod se ha acabado. Mi relación o lo que fuera con April… también se ha acabado. Y seamos honestos, lo que fuera que me hacía un soldado y un piloto también… el ejército sólo me aguantaba por Ramrod y las palabras de Sable y April; sin ellos como motivo no tienen ninguna razón para mantenerme en activo. Mi única habilidad, que aparte de pilotar era lidiar con la cabezonería de Sable y la estupidez de April, ya no es necesaria…
Me siento exactamente igual que las puertas del fuselaje cuando Jessie las arrancó y las dejó caer a un lado… un pedazo de metal innecesario,pero habían sido nuestras puertas, nuestra… casa.
Me arden los ojos. Intenté mirar adelante, intenté pensar en la paz, y ahora todo lo que veo es oscuridad. Nunca me ha costado dejar cosas atrás, y ahora… lo peor que puedo hacer es aferrarme a lo que no existe. Todo este tiempo haciéndome el héroe, el chico bueno… eso no es quien soy. Y además, qué tengo que me conecte a Sable, a April y a Colt… bah. Si ni siquiera se llaman así! Ni siquiera sé cómo se llaman en realidad!
Bueno, sonseguimos lo que queríamos o algo así. Ahora Jessie es aclamado en todas partes como el “gestor de la paz”. Al maldito hijo de puta le hicieron una parada con confeti en Yuma, mientras que nosotros… nosotros…
“…debido a la excesiva violencia que es su sello, la única solicitud de desarme que lo seres de vapor piden para un armisticio es el desmantelamiento del arma de destrucción masiva Ramrod y el desbande de su equipo, que es una amenaza para la paz…”
Y se los dieron. Nosotros sangramos, pero Jessie es el arquitecto de la paz y nosotros… nos debandaron como si fuéramos criminales. Oh, hubieron palabras sobre cómo más adelante habrán homenajes y medallas para “ todos los involucrados” pero ahora… nos quitaron del medio como basura. No sólo a nosotros, a Ramrod…
Basta. No era más que una nave especial, y una bastante incómoda, la verdad, tenías que bañarte en una ducha del porte de un ataúd y mi closet era tamaño horno… No sé cómo aguanté tanto tiempo, francamente.
Debería haberme largado mucho antes. Sobre todo con April haciéndose la tontita.

Salgo de la tina cuando ya los dedos de mis pies parecen pasas, y con un bufido decido que lo último que en realidad quiero es descansar. Mi cuarto parece exactamente igual, y aunque encuentro mis botas con cadenas, los jeans elásticos con desgarros en los muslos- que ahora me quedan aún más adhesivos: tanto correr al menos me dio unos músculos lindos- y alguna de mis joyas y cadenas, no logro encontrar mi camiseta de malla. No importa: hay una vieja dorada a la que le arranco las mangas para lucir mejor mis deltoides y que desgarro un poco en el vientre. Mucho mejor.
Todo mi maquillaje debe haber sido eliminado por Kiyo, posiblemente usando un traje hazmat, pero no hay problema: le ordeno a una sirvienta que me traiga todo el que posean mis hermanas, y quince minutos luego, estoy mirando una cara que no había visto en cuatro años en espejo, y que me hace sonreír. Tendré que hacer que me tiñan pronto de plateado los colmillos: es la nueva moda.
Mis viejos piercings aún están en su casa. Los agujeros se han cerrado en cuatro años, pero es con placer que vuevo a abrirlos por la fuerza, lamiendo las gotas de sangre. Después de balazos y lásers, esto es nada, y pensar que exigí que me pusieran anestesia general la primera vez… qué nene que era.
Fucking pussy.
Nope, sonrío. Esa es mi nueva misión hoy, verdad?
Kenji Hikaru Shinji Ariyama ha regresado, chicos. Y tengo ganas de portarme realmente mal…


- No has regresado ni un día completo y ya el wa de esta casa está destruido.- me despierta la voz de Akito, cargada de desprecio como siempre. Abro un ojo, tendido sobre el muchacho teñido de rubio que me follé anoche hasta dormir, las dos oirán y el onnagata ocultándose tras un biombo con su falsa timidez, sobre todo considerando lo que hicimos anoche. La luz de la mañana me quema los ojos, aunque está lloviendo: aún estoy lleno de ketamina, parece. Mi metabolismo está muy lento, me puse una dosis básica…
- Cierra el puto shoji.- le suelto, a lo que el desgraciado lo abre más, dejando que me llegue el olor de la lluvia. – Akito, lárgate…-
- Nuestros padres quieren verte.- me dice, dejando abierto el shoji y quitándome el edredón de mi cama occidental, haciendo un sonido de asco al ver las manchas de la noche anterior y al muchachito desnudo.- Sagrado Krishna, sigues igual de asqueroso… tienes diez minutos para librarte de la porquería. Mikarin-sama ha venido a verte, así que ponte un kimono decente, y apresúrate al salón: no puedes hacer esperar a la hija del emperador!-
- Me importa una raja. Ahora, lárgate.- gruño tratando de recuperar mi edredón: me punza la cabeza, y Akito hace un gesto para levantarme, como hacía antes cuando me encontraba drogado.
- Es una pena que no te hayas matado en la guerra, al menos habría habido algo de honor, si padre entendiera bien lo que eres te haría…-
Le agarro el brazo y ruedo. Akito golpea dolorosamente contra el tatami, y grita cuando le retuerzo el brazo a la espalda, con la más simple de las llaves que aprendí en combate. Mis amantes de anoche huyen aterrorizados, y entonces aferro la coleta de Akito, y la tironeo junto con su cadena de sacerdote.
- Te recuerdo que mataba gente en la guerra, hermanito. Te recomiendo que nunca más te atrevas a ponerme las manos encima… o puedo tener un reflejo y cometer una error de juicio…-
- Maldito pervertido! Déjame!- hay miedo en los ojos de Akito, y eso me da placer. Cuando huye a toda velocidad, me tomo mi tiempo en vestirme, bañarme y arreglarme. Pero no me quito los piercings: a qué fingir? El héroe ya está enterrado. El cuento de hadas se acabó.
Ahora es mi turno.
Me tomo una buena media hora en arreglarme, pero cuando llego al salón, la princesita aún está esperando. Como es tradicional, lleva puestos como diez kimonos, pero su cara es fina y delicada, y a no ser que esté muy equivocado, esta chica tenía once años cuando me fui; aún no debe haber cumplido los dieciseís, pero me basta una ojeada al estampado de sus kimonos para saber a qué vino.
La chica se echó encima todos los colores que posee; viene a buscar romance, y con la prisa con que ha venido, o es Kiyo o…
Nope. Su cara se iluminó al verme entrar, a pesar de que estoy muy seguro que tengo restos de maquillaje por todos lados y ni siquiera me he peinado. Sip, otra nenita con la adoración al héroe viva.
Una lástima que no esté Sable acá, que se volvía de inmediato hidrógeno líquido cuando empezaban a ponerle ojos de vaca, o April, que se erizaba como una gato cuando los tipos la miraban dos veces. Yo siempre fui amable y veces les dejé algún buen y sabroso recuerdo: pero hoy no tengo porqué ser decente, y no tengo ganas. Sin Sable para regañarme o April y Colt para poner sus caras de “ sé bueno, Fire” no tengo porqué fingir nada.
De hecho, no se me da la gana.
-… me permite expresarle mi más profunda alegría por su retorno a salvo tras el armisticio, Ariyama-sama?- me dice, con una vocecita muy cultivada de damita, muy formal, que intenta ser tierna. Cuántos años de ridículas clases en su habilísima reverencia…
- Te lo permito, Hinamori.- le digo, usando su nombre simplemente al estilo occidental, y me despatarro frente a la mesa de té, sirviéndome yó mismo una taza para la sed de la resacaque tengo sin esperar que nadie me atienda.- Porqué viniste?-
Mi madre, que aún no me saluda, toma aire a mi derecha, horrorizada a mi grosería. Mi padre tiene la cara contraída, aún más notorio ahora por sus arrugas, pero supongo que el Zen le permite no mover ni un músculo.
- Gracias, Ariyama-sama.- dice con una segunda reverencia.- He venido a presentar mis felicitaciones a su familia y mi admiración por importante papel en la guerra contra los Seres Externos… he seguido con toda atención sus aventuras y nunca he dejado de rezar por su regreso seguro, Ariyama-sama!-

Rezar. Muy útil. La miro de arriba abajo, con sus cejas afeitadas y su boquita perfectamente pintada como una perfecta fresa, y siento deseos de vomitar. Sí, de vomitarle el kimono estampado con flores rosadas y nubes blancas, aquí delante de todo el mundo.

April vomitó. Después de que Jessie destruyera las turbinas, cuando el general McCarthy dijo que podíamos irnos, salimos muy derechos hasta los hangares – Colt ya se había largado- y luego dimos vuelta al estacionamiento, y cuando yo iba a decir algo, April se cayó de rodillas y vomitó en los helechos decorativos de la verja, toda la avena que Colt había logrado meterle esa mañana. Sable la sostuvo y yo le aparté el pelo y evité que se salpicara, y luego la llevamos a las barracas, en donde mientras se bañaba, y la escuchábamos llorar en la ducha, llegó Dennys con una jeringa, se metió al baño, y salió con ella drogada y tambaleante envuelta en una toalla. La acostamos, y Sable me pidió que la cuidase y se fue sin decir nada más a la reunión del Alto Mando fijada para la tarde.
Yo la vigilé, y en un momento me relevaron Dusty y Bud, que tenían la misma cara de furia fría de Dennys. Leon me trajo almuerzo, y luego se quedó un rato, bebiendo café conmigo.
- Es como una madre a la que le matan su hijo. Vi a Sable: tiene cara de haber envejecido como quince años. Y Colt se largo?-
- Sí.-
- No lo culpo, qué envidia no poder hacer lo mismo… tú no te largas, Fire?-
Miré a la cama, en donde lo que fuera que le hubiera metido a Dennys, tenía a April inmóvil como un cadáver.
- No.-
- Entiendo.- dijo Leon, algo aliviado.- Bueno, si tú no logras devolverle la alegría nadie puede… y mejor que sea pronto, porque el ejército está a dos pelos de rebelarse y matar a Jessie… de hecho, los pilotos de la academia tenían un plan armado y Whitehawk tuvo que pararlos a tiempo. Verla así va a poner a los mecánicos en pie de guerra, y tú sabes cómo son de calientes esos tipos… trata de maquillarla al menos antes de que la vean, porque sino, se va a armar.-
- Me estás diciendo que el ejército quería rebelarse… por nosotros? Pero pensé que les gustaría la paz…- dje sorprendido, viendo la cara envejecida de Leon esbozar una sonrisa porfiada.
- Queríamos ganar la paz, Firey, no que ese bastardo pasota traidor nos la entregara envuelta para regalo haciéndose el lindo. Creo que no pidió que le entregaran a April atada y envuelta en tocino porque supo que ahí sí que le echábamos un reactor de fisión encima… pero lo que hizo…- movió la cabeza, su melena canosa despeinada de tanto frotarla, la casaca de controlador de vuelo dolorosamente inútil ahora.- Eagle tiene suerte que Sable sea un escocés tan pelotudamente militar. Si hoy decía “ motín!”, todo el ejército lo seguía como uno solo y nos peléabamos por hacer durar a Jessie Blue. Lo sabe el maldito pescado congelado, verdad?-
- Sabes que no se va a rebelar a una orden directa. Creo que le daría un derrame.- le digo sin humor.
- Tú te mueres de ganas, verdad?-
- Lo que yo, o Colt, o April queramos, o incluso Sable, los tiene sin cuidado allá arriba. Ahora sólo me voy a preocupar de sacarla de aquí.- dije con aspereza.- No nos quieren acá, Leon, y no sólo por la posibilidad de un motín. Yo me la llevaré, no sea que a Jessie le den ideas.-
- No creo que le pueda hacer nada peor que lo que le hizo hoy.- dijo Leon, besándole la frente y estrechándome la mano antes de irse.
Cuando el sedante empezó a perder efecto y April empezó a llorar dormida, tomé una decisión, le dejé una nota a Sable, la vestí, y me la llevé en brazos a un saltador celestial que me prestó Maddy con un bufido sobre lo drama queen que éramos. Estaba pálida de rabia.


Hinamori sigue hablando y enseñándome las muñecas con lo que cree es sexy, apartándose los kimonos con elegancia, abanicándose, ajustando su obi. La miro con absoluto aburrimiento, mientras Kiyo en el shoji parece querer decapitarme y mi madre se esfuerza en mantener la conversación, lo mejor que puede.
Se parece un poco a mí, tratando de hablarle a April y de mantenerla tranquila cuando despertó en el Expreso a Calandra. Estaba muy desorientada, pero después de un jugo le dio un ataque de horror porque habíamos dejado a Sable solo y no me quedó más que meterle una de las pastillas que me había entregado Dennis para las emergencias. El escocés me llamó mientras entrábamos a la atmósfera Calandrana, justo en donde la recepción es peor, pero logré entenderle que nos habían dado a todos baja temporal con goce de sueldo mínimo y la petición tácita que desapareciéramos de la vista mientras seguían las negociaciones de paz. Sable ya iba camino a Scotia, por supuesto.
Pasé la aduana con April en brazos, y ni siquiera nos pararon más que para ofrecernos un taxi, que nos dejó a la vista de la cabaña de los abuelos de April. Tuve que despertarla para que balbuceara la combinación de la llave, y una vez que llegamos, y empezó a llover, la obligué a beber un poco de leche con harina de arroz y la acosté en la gran cama con otra pastilla más en el estómago.
Yo me acosté a su lado y la abracé. Y me prometí que al día siguiente, aunque no tuviera anillo, ni nada interesante, iba a empezar el resto de nuestras vidas. La guerra se había acabado, y ella me quería. Y yo la quería tanto. Podíamos ser felices, con lo que nos quedaba.
Nunca le había puesto nombre a lo que había entre nosotros, no al extraño morbo de abrazarla, de robarle un beso rápido y travieso, de a veces sentirla ponerse celosa de mis fans… no, nunca había habido siquiera una declaración. Pero esa atracción y nuestra amistad eran un amor más honesto que el nunca había tenido, y sabía que con mi devoción y su sinceridad podíamos crear un amor épico, legendario… lo que yo había soñado, algo a lo que todas nuestras aventuras no eran más que el prólogo.
Tenía que pensar así, que mi vida estaba empezando, porque si se había acabado, no iba a poder soportarlo. Después de todo éramos tan jóvenes…


-… Y como es bien sabido que la guerra no le ha dejado tiempo para encontrar la felicidad, ayer mi padre tuvo una conversación con los suyos respecto al futuro de la casa Ariyama y al premio que semejante augusto guerrero de tan honorable familia merece y…- se ha puesto roja. Si fuera amable, le ahorraría la humillación. Mi madre tiene cara de emoción y mi padre de orgullo inenarrable, pero Kiyo, que me conoce, tiene cara de pánico.
Me cruzo de brazos. Me encantan los accidentes de tráfico, si hay mutilaciones mejor, y esto va a ser aún más divertido.

April se levantó temprano y se fue a nadar a la playa: yo la seguí, para asegurarme que no se hubiera puesto un rotor de Ramrod al cuello. Pero volvió compuesta, aunque tenía los brazos rojos de tanto nadar; desayunó con apetito, y luego de limpiar un poco y hacer la cama, se sentó a leer un rato, aunque sus ojos iban a cada rato al vacío.
- Sable dijo que tenemos permiso indefinido, por ahora.- le dije mientras secaba los platos.- Qué te gustaría hacer?-
- No vas a volverte a Kathay? Seguro tu familia querrá verte.- me dijo, sus ojos lejanos y aún un poquitín drogados.
- Oh, sí.- solté con sarcasmo.- Muchísimo. Seriamente…- dije sentándome en un taburete frente a ella.- Qué vamos a hacer ahora?-
Ella bajó la vista, parpadeando rápido, y luego habló evasivamente.- Tú puedes volver a tu carrera como corredor, ya es hora que alguien le de una paliza a Aliro Jameson…-
- Sólo si planeas ser mi jefa de ingenieros. Me he acostumbrado a pilotar tus circuitos…- dije tratando de sonar animoso, pero ella empalideció y apartó la vista.- Qué pasa? No quieres eso? Pues hagamos otra cosa. Podemos hacer lo que queramos, tengo muchísimo dinero, tú sabes…-
- Creo que deberías ver a tu familia primero.- dijo ella, su cara tensa.
- Crees que necesito el permiso de mi familia para casarme? O sólo tienes ganas de ir a babear a mi hermano antes de comprometerte?- le solté, al fin exasperado de que me diera largas.- Podemos casarnos mañana mismo en Fantasy si se te antoja.-
- No… eso no.- dijo ella, y se abrazó las rodillas.- Fire…-
- Dime Kenji de una maldita vez.- le largué enojado.
- No te enojes…- dijo ella despacio, y me sentí mal por irritarme. Pero mis propios nervios parecían en carne viva.
- Vamos a caminar un poco.- le dije, abriendo la puerta, sintiendo que necesitaba aire.
Ella se puso de pie, y salió al porche, para luego bajar a la playa, y me tendió las manos. Corrimos por la playa un rato, nuestros pies salpicando espuma, y sentí alivio, bajo el sol del mediodía, porque no estaba solo, porque no estaría solo, porque ella seguiría conmigo, y cuando al fin yacimos en la arena, acezantes, me enderecé en un codo y la besé con pasión por primera vez, mis manos yendo a su camiseta, porque hoy empezábamos, hoy…
La movida de judo no la vi venir y me encontré comiendo arena. Cuando me enderecé, estaba demudada, blanca, y yo estaba rojo de rabia.
- Qué demonios… qué mierda te pasa?- solté al fin explotando.- Cuál es tu jodido problema?!-
- Fire, ayer… recén ayer Jessie destruyó Ramrod, no puedes pretender que hoy…-
- Definitivamente te importaba más Ramrod que todos nosotros juntos, verdad?- grité.- No éramos más que manos adicionales para pilotar tu preciosa navecita! De veras te interesaba lo que nos pasaba o …-
- Fire, no seas injusto!- gritó ella, los ojos llenos de lágrimas, y vi todo rojo, y la agarré de los brazos y la sacudí furiosamente:
- Me llamo Kenji!! Me llamo Kenji, maldita sea, dilo de una vez!!-
- Suéltame!!- me gritó, y me golpeó con el revés de la mano, y no es como que no tenga fuerza. Me caí de la sorpresa, y cuando llevé la mano a mi cara, me dí cuenta que me había partido el labio.
Ella se arrodilló y trató de tocarme, pero la aparté con un gesto y esbocé una sonrisa.
- Mira, parece que tenías razón en que mejor me fuera a Kathay. Tienes buenos argumentos cuando quieres… aunque un “no, gracias” bastaba, sabes… y la gente dice que no eres nada elocuente…-
- Fire, perdóname, no quería….-
- No, me quedó clarísimo! La próxima vez mejor construýete uno con pilotos automáticos para que no le arruines la vida a nadie, y ya que estamos añádele un vibrador para puedas casarte por amor!-

Me fui. Le prometí a Sable y a Colt que la cuidaría y me fui.
Cuando la llamé no contestó. Cuando volví, se había ido.
Maldita sea.


- Es un gran honor el que sugiere el Emperador!- dijo mi madre con forzada alegría, paseando la vista entre la princesa sonrojada y yo, mientras mi padre emite ruiditos de aprobación.- Qué opinas, Kenji querido?-
- Bueno, considerando que tu hermano mayor no se ha comprometido, es un caso excepcional, pero dada la acquiescencia de la princesa…- asiente mi padre. Miro a Hinamori, y la chica me mira con auténtica lujuria.
Así miré a April? Por eso me mandó a freír espárragos?
- No estoy muy seguro que sea una buena idea.- les digo, poniéndome de pie. Kiyo se está poniendo azul, pero a pesar de todo su entrenamiento de samurái, no es tan rápido como yo cuando me arranco en kimono y me quedo allí tal como Dios me echó al mundo.- Pero si quieres probamos. Puedes chupármela si quieres, pero asegúrate de conseguir un poco de vaselina, porque si no usas mi próstata ninguno de los dos va a disfrutar esto…-


Aw sure
You're right
This ain't, the good life

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).