Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pasado Interrumpido por Allegra96

[Reviews - 39]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno bueno,perdon x la demora,la verdad no habia tenido ganas de escribir y lo siento micho por quien haya esperado la actualizacion, pero ya no se preocupen,estare actualizando seguido ya sin tanto tiempo de por medio,las amo! y espero disfruten la lectura

Capitulo tres- Lo que debió ser

31 de Julio de 1948- Día en el que Rasalhange Black y su hijo no-nato debían morir

Lord Peverell corría a todo lo que daban sus piernas , sus pulmones quemaban con cada respiro, su mente era un caos que le gritaba a su cuerpo de forma atronadora, que le ordenaba  avanzar más rápido, solo pensaba “ellos no, ellos no, por Merlín, ¡ELLOS NO!”

FLASHBACK

Siempre había sido un hombre solitario, incluso cuando sus padres vivían se sentía solo, viviendo en su gran mansión, sin más compañía que el mayordomo que le había criado como si fuera su propio hijo, el ejército de elfos domésticos que le servían y las voces de los retratos de varias generaciones de su familia, para él sus títulos y riquezas, que eran tan grandes que podría comprar toda Inglaterra si él quisiera, no eran más que barrotes en su jaula de oro.

Siempre solo, sin razones para vivir, sin nada más que un corazón congelado…

Por fin se había hartado de vivir encerrado, cuando su padre murió de tristeza unos meses después del fallecimiento de su madre, Acube decidió salir y explorar el mundo, dejó de lado los negocios y las tierras familiares para ir en busca de aquello que le faltaba a su vida.

Viajó por todo el mundo, conociendo lugares maravillosos llenos de vida y color, conoció el enamoramiento y la pasión, la adrenalina de aventuras alocadas, de peligro y satisfacción, poco a poco su verdadera personalidad fue aflorando, convirtiendo al triste heredero en un hombre alegre y jovial, capaz de conquistar a cualquier persona con una sola de sus encantadoras sonrisas; tuvo romances aquí y allá, pero nadie lograba conquistarlo por completo, solo era deseo desenfrenado que se desvanecía una vez que saciaba sus ansias de calor humano.

Hasta que le conoció.

Tenía poco que había regresado de su último viaje a la India, adelantó su llegada un mes debido a que surgieron problemas con una de sus empresas; ni bien puso un pie en su mansión, fue arrastrado por su querido mayordomo William Grey a una cena para recaudar fondos en el Ministerio, bajo la amenaza de encadenarlo en el sótano de su mansión y obligarlo a acabar todo el trabajo atrasado de un año si se atrevía a escaparse en medio de la fiesta, como era su costumbre cuando acudía a dichos eventos . Así que con todo el dolor de su corazón , se enfundó en sus mejores galas y acepto pasar unas largas horas escuchando  a lambiscones que fingían apreciarle para conseguir alianzas y contraatacando comentarios mordaces de varios rivales.

Eran apenas un poco más de las diez y ya se encontraba horriblemente aburrido, paseó su vista distraídamente por el salón, solo pudo ver aristócratas estirados hasta que sus ojos se encontraron abruptamente con otro par que le congeló en hielo ardiente, era la mirada más bella que alguna vez había tenido el placer de captar, azul-grisácea, tan triste y vacía como la que él mismo tuvo alguna vez; observó a su portador lentamente después de que éste se volteara avergonzado, era un joven un par de años más joven que Acube, alto y esbelto, con un porte excepcional, lleno de elegancia y orgullo, lo vio moverse por el gran salón ágilmente, era sumamente hermoso, atraía la mirada llena de deseo tanto de hombres como de mujeres.

Acube sintió por primera vez celos, así supo que  había caído en la trampa del amor.

Y se prometió que le tendría, que no lo dejaría ir ahora que por fin había encontrado lo que le hacía falta.

Al día siguiente recibió de mano de William la carpeta con toda la información del hermoso joven de la fiesta.

Su nombre era Rasalhange Black, el hijo mayor de Melania McMillan y Arcturus Black, no heredaría el puesto de patriarca de los Black debido a su condición fértil, ese lugar era de su hermano menor Orión, así que lo más probable es que fuera comprometido como su hermana Lucretia , eso último no le gustó para nada.

Así que ni tardo ni perezoso comenzó su plan para conquistarlo, decidió mantener su identidad en secreto, si el joven Black se interesaba en él, quería que fuera por crédito propio, no por conveniencia.  Arreglo encuentros “casuales” para comenzar a conocerlo, al principio Rasalhange desconfió de él , pero gradualmente y completamente en contra de los mandatos de su familia, se enamoró perdidamente de él.

Los Black desconocían de la identidad del pretendiente de su hijo mayor, le encerraron y castigaron para impedir que se encontraran, Acube se molestó mucho, había averiguado de algunos sirvientes y del mismo Ras de la crueldad de los Black.

Tramó un plan para llevarse a su amado lejos de ellos, le secuestró una noche en la que ellos acudieron a otra estúpida fiesta de los altos mandos, le convenció de partir con él y no volver a regresar jamás; Ras dejó solo una nota que contenía todo el dolor y resentimiento hacia su familia, declarándoles que jamás volverían a saber de él y sin sufrimiento alguno, partió para siempre con su amado Acube.

Pasaron los primeros tres años de matrimonio viajando por el mundo, ya que Lord Peverell quería mostrarle a su consorte todas las maravillas que habían fuera de su jaula, se amaron intensamente, librándose de toda preocupación y tristeza, sus noches de pasión eran desenfrenadas, dulces, los llenaba a ambos haciéndoles fusionarse en un solo ser, todo era perfecto , pero la vida les dio otra sorpresa cuando viajaban por Francia: Rasalhange estaba embarazado.

Acube enloqueció de felicidad, compraron una casa en la campiña francesa, un bellísimo castillo de piedra negra en medio de kilómetros y kilómetros de bosque y praderas. Todo fue perfecto durante el embarazo, el pequeño príncipe, como el joven matrimonio llamaba a su bebé, no era demasiado inquieto, solo se movía cuando le hablaban o cuando Rasalhange pasaba su mano dulcemente sobre su abultado vientre.

El 31 de Julio era el día en el que tenían cita en el hospital de San Mirto en el centro de Paría, el medimago debía checar el desarrollo de su bebé ya que faltaban unos pocos meses para que naciera.

Llegaron puntuales a la cita, Acube había dejado a su esposo en el consultorio que le asignaron mientras iba a la cafetería para tomar algo mientras hacían el chequeo; se pidió un expreso doble con crema de almendras sin azúcar y se sentó en una meza desocupada, compró un periódico para enterarse de las ultimas noticias y se perdió entre sus páginas.

Hasta que escuchó una explosión.

Se levantó rápidamente para ver lo que ocurría, corrió entre los pasillos y sintió que el alma se le salió del cuerpo cuando vio el humo proveniente del ala oeste del hospital, había un enorme agujero en la pared de la que salía fuego negro, justo la ventana del consultorio en el que había dejado a su amado consorte.

FIN FLASHBACK

Llegó rápidamente hasta el destruido consultorio, se escuchaban de fondo las voces de las enfermeras que gritaban por las llamas. Sacó su varita y de un solo movimiento hiso salir una ola de agua para apagar las llamas, pero estas no cedieron ni un poco, seguían creciendo y expandiéndose por todos lados, cubriendo el cuerpo de su asustado esposo que jadeaba desesperado desde algún punto del caos ardiente.

Acube analizó la situación, palpo la magia del aire y se dio cuenta de que las llamas eran conjuradas desde el mismo infierno; su cuerpo se heló, nadie más que un nigromante podía invocar Fuego Infernal, eso lo sabía porque él mismo era uno, su familia siempre había estado ligada a la muerte.

Con un hechizo recitado en una lengua muerta fue amainando el fuego hasta casi desaparecerlo por completo, buscó con la mirada a Rsalhange, pero no vio nada, reaccionó cuando escucho un gemido lastimero proveniente de un armario para posiones, corrió lanzándose contra la puerta entre abierta, y apuntó amenazante con su varita cuando vio la figura negra encapuchada que estaba arrodillado junto al cuerpo agonizante de su amado, tenía una daga dorada en la mano, la hoja cubierta de sangre, sangre que también brotaba del vientre de Rasalhange y que poco a poco lo hundía en un charco escarlata

Gritó como una bestia herida y se abalanzó sobre el maldito que había asesinado a su heredero aun dentro del vientre materno, la varita de Sauco vibró entre sus dedos con sed de venganza ante la injuria hacia su amo, pero el encapuchado solo le mostró una sonrisa torcida y desapareció en una nube negra , dejando a Acube con el ataque en la punta de la varita, ahogado en dolor.

Estaba a punto de seguirle , pero la voz de su amado le detuvo.

-Mi a-a-mor- dijo Ras en un jadeo lleno de dolor

Lord Peverell acudió inmediatamente junto al agonizante cuerpo de su pareja, colocando una mano sobre el vientre sangrante y otra tratando de secar las lágrimas de sus ojos.

-Vas a estar bien, mi amor, vas a estar bien- su voz se quebró un poco, quería convencerse de que aún había esperanza de salvarle aunque fuera a él.

- No, ya es t-tar-de, murió- la mano de Ras se colocó sobre la de su esposo que frenaba la hemorragia de su abdomen- promete q-que est-aras bien- sus bellísimos ojos se apagaban y Acube no pudo hacer nada más que negar desesperado

-Iré contigo, no te dejaré, te traeré de vuelta- ya estaba pensando en el ritual para invocar a la muerte y obligarla a devolver el alma de su esposo, pero un jadeo le distrajo

-No, no sin él- dijo el bello hombre mientras estrujaba la mano sobre su vientre

-Tendremos más, te daré todos los que quieras, pero por favor, no me dejes!-  Acube lloraba como un niño pequeño, implorando porque el otro no le dejara- ¿para qué vivir sin tí?

Rasalhange solo sonrió un poco mientras cerraba sus ojos para siempre, la mano que descansaba sobre la de Acube resbaló ya sin vida hacia el suelo carmesí y éste gritó desesperado.

Maldijo sin reparo, invocando demonios sin darse cuenta, permitiendo que la sombra de la muerte  se hiciera presente.

-No viviré sin ustedes

Acube tomó entre sus brazos el cuerpo frio de su amado y lo envolvió con amor y delicadeza, tomó de nuevo la varita que le fue heredada de su familia e invocó el Fuego Infernal  que no se extinguía hasta que arrasaba con todo, listo para ser consumido junto al cadáver de su pareja.

 

 

 

 

 

Notas finales:

este es solo como un parentesis para darle mas contexto a la historia,en el siguiente capi volvera a aparecer nuestro amado Harry, y traera muchas sorpresas, hasta luego !! Dejen REVIEWS, me motiva a seguir inspirandome n.n/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).