—¿Estás bien? — Una pregunta estúpida rondó por su mente y no dudo en decirla, claro que se arrepintió, era obvio que el mayor no se encontraba nada bien. Tenía los ojos medio enrojecidos, la piel pálida y unas notorias ojeras… no le sorprendería que haya vomitado otra vez.
—Sí…estoy bien —Dijo el blanquecino forzando una sonrisa, su estomago le dolía por forzarse tanto, quería descansar, se preguntaba si Jin ya fue a comprar las pastillas para él, luego le devolvería el dinero —NamJoon… una pregunta —Suga estaba pensativo, sólo tenía sueño, no le sorprendería que se desmayara en unos minutos.
—Pregúntame lo que sea, Suga —Hablo firme con una sonrisa mientras iban hacia la salida, NamJoon entrelazo su mano derecha con la de Suga, causando que el nerviosismo creciera en el blanquecino y empezara a sudar frío, la mano de NamJoon era muy cálida para alguien tan frío como él, sentía que su mano se quemaría.
—Yo… soy de dormir mucho… —NamJoon se lo afirmó asintiendo, Suga tranquilamente podría dormir como veinte horas seguidas —Entonces si duermo mucho… ¿Por qué cuando me levanto sigo cansado?
—Porque tu mente sigue cansada — Suga lo miró sin entender, ya habían salido del hospital y sintió miedo al pensar donde lo llevaría... su novio se encontraba serio y tenía su mano firme contra la suya. —Suga… en este tiempo que llevamos juntos te empecé a conocer como en verdad eres, una persona depresiva y con mucha desconfianza, tanto en mi como en vos mismo —Afirmó directo, el mayor empezó a temblar negando, el no era depresivo, sólo su mente le traía muchos problemas… y no quería desconfiar en NamJoon, sólo que aún no puede creer que una persona tan perfecta este con alguien como él.
—P-pero…no es tan así —En ese momento NamJoon paro, quería hacerle a Suga razonar, tenía que aceptar su condición mental si querían mostrar avance, apenas pudo visualizar un pequeño callejón al frente de la vereda en la que estaban, cruzó sujetando a Suga firme, lo que menos quería ahora era que Suga salga corriendo, lo conocía, y era capaz de hacerlo.
—Sí, es así, acéptalo —Habló firme con esa seriedad que asusta a cualquiera, pero a Suga no le asustaba, es más, le atraía ese lado de NamJoon, pero no le gustaba que lo haya llevado a un callejón, odiaba los callejones. El sólo había hecho una pregunta ¿No era que tenía mal los horarios de sueño? Si no es eso ¿Qué otra cosa podría ser? Suga no se siente tan mal mentalmente, o eso es lo que él piensa, sin embargo, su mente le trajo horribles recuerdos cuando NamJoon lo aprisionó contra la pared del callejón, se puso pálido y empezó a temblar como si estuviera acorralado por varias personas. El mayor se alejó un poco al ver esa reacción, sin duda Suga estaba mal, pero no iba a titubear en lo que quería decirle. —A pesar de que duermes mucho, tienes pesadillas, tu mente te trae horribles recuerdos de tu pasado, lloras en el baño, en la almohada antes de dormir, por eso Suga, aunque duermas mucho, tu mente sigue cansada y eso causa deterioro físico en ciertos casos como los tuyos ¿Entiendes?
—Quiero irme a casa… por favor— Sus piernas le empezaron a fallar, NamJoon enseguida lo sujeto de los hombros, el temblor de su cuerpo no desaparecía y Suga, sintiéndose más cansado de lo normal, se apoyo a NamJoon, ignorando el temblor de su cuerpo, los miedos… o al menos trataba, casi se larga a llorar al sentir como el menor lo abrazaba. —Suéltame NamJoon. —La voz de Suga fue firme, pero luego no tardo en soltar pequeñas lagrimas, no le gustaba que le toquen, odiaba sentir el tacto de las personas, le hacía temblar…
—Te amo ¿Lo sabes no? —Escuchó decir en su oído derecho mientras NamJoon lo abrazaba con fuerza, dentro de suga, algo que parecía muerto brincó, empezó a sacudirse dentro de el como si hubiera despertado, como si nunca hubiera estado muerto, las mejillas del mayor se tornaron de un ligero color carmín muy extraño en el —Me da igual que me rechaces, que quieras que me aleje, que no te bese, con tal de estar a tu lado… soy capaz de soportar todo —Hablo el menor tratando de calmarlo — es por eso qu…
NamJoon se quedo pasmado al sentir los labios del mayor junto con los suyos, abrió los ojos de par en par sin poder creerlo, Suga nunca haría esto, su corazón empezó a palpitar y una gran emoción se apodero de el, ignorando por un tiempo el temor de Suga, correspondió el beso sintiendo como la flor de la felicidad crecía dentro de él, luego de tres segundos, que para NamJoon se le hicieron eternamente perfectos, el mayor se separó. Suga limpió sus lagrimas con el puño de su mano derecha mientras que su mano izquiera se aferraba a la remera en su pecho, sintiendo también su corazón explotar, no estaba acostumbrado a sentir esa emoción recorrerle las entrañas, nunca había sentido algo así… y es que Suga jamás se sintió tan lleno de alegría y amor.
—Gracias…Gracias NamJoon… por hacerme sentir así —Le dijo con una sonrisa, una verdadera sonrisa que NamJoon se encargo de grabar en su mente inteligente. Suga se encontraba tan feliz con unas simples palabras, cuando su pasado le obligaba a hundirse en lo más profundo del hoyo oscuro, NamJoon le tendía una mano, una mano llena de luz que él no dudaba en sujetar y salir de ahí, lo amaba, sin duda amaba a este sujeto brillante, NamJoon era su luz.
—Voy a hacerte sentir mejor con el paso del tiempo, ya veras —Dijo confianzudo juntando ambas frentes mientras entrelazaban sus manos, Suga casi se perdía en esa sonrisa que desapareció en un minuto —¿Vamos? Quiero que veamos algunas cosas hoy.
—Hmm… supongo que ya se me fue el sueño —A partir de ahora se esforzaría, trataría de ser como una persona normal, al menos frente al menor, era muy difícil olvidar su pasado y la condición de su cuerpo… pero NamJoon ya aceptó la mitad de él, mientras no se entere de la otra mitad, de ese útero que lleva dentro suyo… nada pasará, odiaba ocultárselo, pero era lo mejor para ambos. Según Suga.
*
*
—E-estudio e-en…
—Habla más alto, firme, eres un hombre ¿no? —Habló la mujer con un semblante escalofriante, Jimin sentía que moriría, todo ocurrió tan rápido para él, con unas simples palabras ya estaba sentado en ese enorme salón sin HoSeok a su lado, la mujer de un grito lo mando afuera, no quería estar a solas con la madre de HoSeok, era un mujer de carácter, se le notaba, y eso era de lo que Jimin carecía — ¿Y, no vas a hablar? —Preguntó altanera haciendo sonar su estruendoso tacón bordó. Sí, definitivamente Jimin quería morirse, trago grueso buscando la manera de responderle.
—En la misma universidad… de su hijo señora Jung —Dijo tratando de levantar la voz lo mas que podía, acomodando su postura cohibida en el sillón y apretando los gruesos muslos con sus manos la mujer hablando su mirada.
—Valla, quien hubiera pensado que un anfitrión estudiaría en un lugar tan prestigioso como la Seoul National University— Pronunció con un alto nivel de ingles —Nuestra universidad está integrada por los más altos profesores y en ella integran estudiantes de todo el mundo, te habrás dado cuenta ¿no? —Jimin asintió — ¿En qué división estas?
—Ingeniería — Pronunció lo más alto que su voz le permitía, tratando de sonar firme, aunque por dentro quería morirse, su corazón se aceleró cuando la mujer hizo una mueca.
—¿Entonces como hiciste para conocer a mi hijo? El está estudiando en el sector de humanidades—Sí, prácticamente era todo lo contrario, Jimin no sabía eso, se sintió mal por dentro al no saber algo tan simple como eso.
—Estoy cursando una materia a parte en ese sector que me interesa, sólo en ese horario de clases estamos juntos y… sin querer choque con él al principio de clases… —Dijo con algo de nostalgia, su corazón empieza a latir de manera tan efusiva cuando recuerda ese momento, HoSeok tenía unos ojos atrayentes pero a la vez… aterradores, y no cambiaron, él fue el primero que le hablo como si fuera una persona normal y no un pobre sucio como muchos le decían, agradecía mucho a HoSeok por eso.
—Ya veo… eres un chico muy listo… —Habló relajando su tono de voz —Pero eso no te quita lo puta —Volvió a mirarlo con esos ojos que destellaban fuegos —No sólo seduces a personas de mi edad ¡Si no que también quieres apoderarte de mi hijo! —Se levanto del sillón furiosa acercándose a Jimin, el menor se cohibió en el lugar sin saber que decir, estaba en blanco, temblando no sabía qué hacer y empezó a sudar frío, cerró los ojos al ver que la mano iba directo a su cara.
—¿H-hijo?— La mujer quedo impactada al ver como su hijo la encaraba, tenía sus ojos, y sujetaba la muñeca de la mujer olvidando lo delicada que era, Jimin abrió los ojos ¿En qué momento HoSeok entró? No sabía si era buena esta situación, HoSeok lo estaba defendiendo, pero no quería que se meta en problemas por su culpa…
—Mama… yo te quiero mucho —Hablo conteniendo su tono de voz, tenía que sonar tranquilo —Pero no voy a soportar que le pegues a la persona que me gusta. — El corazón de Jimin empezó a revolotear de alegría, era la primera vez que alguien le decía algo así, se sentía bien, pero se estaba peleando con su madre para defenderlo, no quería eso.
—¡¿Desde cuándo defiendes a alguien así?! —Se quejó la mujer liberando su muñeca de manera brusca —¡Este muchacho no es bueno HoSeok! ¡Tiene mala reputación!
—¡Si lo conocieras más a fondo cambiarías de opinión! —Mismos ojos, misma mirada, misma expresión facial, sí que se parecían… Jimin quería decir algo… pero las palabras las tenía atoradas en su garganta…”ya basta” quería decir, pero no le salía nada.
—¡¿Conocerlo a Fondo?! ¡¿Para qué?! ¡¿Para qué me diga con cuantos hombres o mujeres estuvo?! ¡Por favor HoSeok!
—Basta, basta, basta — Pensaba Jimin en su cabeza, estaba por estallar, las palabras de la mujer le herían profundamente, sabía que esto pasaría.
—¡Que no es así mamá! ¡Jimin no es lo que parece!
—¡¿Ha sí?! ¡Entonces d…
—¡YA BASTA! — Los dos felinos salvajes voltearon su rostro sorprendidos al notar el repentino cambio de voz, a Jimin no le gustaba ver familiares pelear así, tampoco le gustaba que le griten cerca de la cara, se sentía mal, insultado por esa mujer, pero igual no era nada de otro mundo ¿O sí? Era obvio que esto pasaría.
—¿J-jimin? —HoSeok sorprendido sólo observaba como el menor había explotado en cólera, respirando agitadamente por el repentino grito, nunca lo escuchó levantar la voz así, era tierno.
—Y-yo… me voy —Dijo sintiendo como las lagrimas lo empezaban a traicionar, no quería quedarse un minuto más, sus piernas se movieron solas y fue corriendo hacia la puerta de entrada que estaba cerca.
—¡Jimin espera! —Gritó corriendo tras de él, pero fue en vano, su madre lo agarro fuerte del hombro reteniéndolo —Aún no entiendo porque eres así… —Habló con furia contenida volteando para encararla de nuevo. Su madre ya había ordenado que abran la reja de afuera, HoSeok bufó molesto. —¡Exijo una explicación!
— Sólo lo estaba probando… —HoSeok arqueó una ceja sin entender ¿probando? ¡Claramente lo estaba ofendiendo! Aunque el mal humor que tenía el menor ahora mismo no irrumpía la calmada aura de la mujer. —Ese muchacho… es muy sensible, si sigue con esa personalidad no le irá bien, y menos si quieren salir.
—Tsk… otra vez con tus suposiciones erróneas— escupió con rabia —¿Qué importa si es así? Eso es lo que me atrae de él, no necesita cambiar, estoy yo para protegerlo. —Le dijo, la mujer lo miraba seriamente mientras estaban parados en esa sala de estar, al parecer su hijo no entendía a lo que se refería.
—Hasta que el no cambie, no voy a aprobar su relación —Dijo luego de suspirar frustradamente, ella sólo quiere lo mejor para su hijo, no le importaba que este explotando de rabia, era el fin de la conversación y HoSeok lo sabía. —Por cierto… ¿Cómo se llama su madre? Responde.
—Tienen el mismo nombre, joder, ¿algo más? — Preguntó volteando directo a las escaleras, ignorando el brillo repentino que tuvo la mujer en sus ojos y la pequeña sonrisa que emitió.
—Nada mas, has dicho suficiente — HoSeok se fue volando a su habitación, estaba molesto con esa mujer, nunca le negó nada ¿Por qué ahora le decía que no? ¡Hija de puta! Definitivamente iba a salir con Jimin le guste o no, lo quería como era ¿Qué importaban los demás?
La mujer, suspirando se había sentado en su sillón favorito, esa afirmación le alegró el día, si ese chico es hijo de quien ella piensa, haría algo al respecto, de un movimiento de manos enseguida se acercó uno de los empleados.
—Tráeme los archivos de todos los estudiantes becados que hay en nuestra institución, enseguida— El hombre apuró el paso mientras la señora Jung se quedó pensando, recordando su secundaría, su infancia… “Se parece tanto a ti, mi querida amiga”
*
*
—T-tae…¡Hm! Y-ya… — trataba de hablar entre gemidos, las embestidas de V eran muy certeras, le daban en ese punto que le hacía ver las estrellas, se derretía, sentía su estomago entumecido y lleno ¿Cuántas veces se había venido ya? Perdió la cuenta —¡Q-que tengo que tr-trabajar! ¡Ah! —El mayor no lo escuchaba, se encontraba en el máximo punto de placer con JungKook y no quería parar por nada, amaba estar en el interior de él.
—No… puedo creer que sigas tan apretado —Dijo Tae sintiendo como su miembro se derretía en el interior de Jungkook, era tan reconfortante, cálido, sentir la piel del menor le hacía olvidar todo, Jungkook quería que pare, enloquecería si seguía así, embistiéndole tan fuertemente, sin duda llegaría tarde al trabajo, las gotas de sudor de ambos se entremezclaban y danzaban en sus cuerpos, V no dudo en besar apasionadamente al menor mientras salía y volvía a entrar de una fuerte estocada, le resultaba excitante como gemía entre besos.
Jungkook no podía mas, estaba al borde del climax, su garganta le dolía demasiado pero no le importaba, hacer el amor con la persona que ama era algo único, no sabía cuándo volvería a vivir eso, no podía pronunciar palabra alguna, su cuerpo reaccionaba sólo, ni siquiera se dio cuenta cuando volteó a Taehyung, lo empezó a montar sin piedad alguna, gemía y balbuceaba, su rostro enrojecido y lleno de lagrimas hacían que al mayor le dieran ganas de mas, mucho más, podrían estar en ese hotel hasta el anochecer, al carajo el trabajo, Jungkook había perdido el control, y nadie lo para cuando se vuelve así.
—H-hyung… ¡Hy-hyung! —Gritaba Jungkook, volviendo a ser el niño de secundaria loco por su sempai, recordando cuantas veces lo hicieron en la enfermería, sus momentos juntos, las comidas, sus noches de películas y lujuria, sus caderas se movían solas mientras V miraba, le gustaba que lo mire así, quería que sus ojos nunca paren de verlo.
—H-hyung… Me… —Apenas podía hablar, V al ya saber que quería decir empezó a masturbar el miembro del menor, provocando que un sonoro gemido saliera de esa dulce boca de labios finos, V también estaba cerca, después de tres arduas rondas en las que volvió a grabarse de memoria cada parte del cuerpo de Jungkook. Sin dudarlo volvió a cambiar de posición estando el arriba, volviendo él a tomar el control.
Jungkook al sentir las fuertes estocadas no pudo mas, se vino sintiendo como todo el calor subía hacia su cabeza y le hacía delirar, V tan poco aguanto mucho, largo toda su semilla en el interior del menor al sentir como lo apretaba de manera tan deliciosa, no pudo contenerse. Cayo rendido al costado del menor, ambos respiraban agitados, V miró a Jungkook como pudo y beso su cabello mojado, sintiendo su dulce aroma, Jungkook ni lo sintió, aún se encontraba en las nubes… sin duda sería un milagro que se levante para trabajar esta noche.
—Fue el mejor sexo de mi vida —Habló V besando el rostro de Jungkook, empezando por su mejilla derecha hasta bajar a sus labios, luego volvió a subir a los ojos y se entretuvo acariciando las largas pestañas del menor, si tuviera un celular sacaría una foto enseguida.
—E-el mío también —Admitió Jungkook adormilado, sintiendo la calidez de V, lo estaba abrazando, ojala ese momento durara para siempre, lo deseaba tanto… pero no todo es posible en esta vida y el lo sabe bien, quizás sea la última vez que se acueste con V, tenía que aprovechar.