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El único al que amo por Kunay_dlz

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Notas del capitulo:

Muchas gracias por sus cometarios, en verdad los aprecio.

Prácticamente éste iba a ser el último capítulo pero me pareció muy largo por lo que... habrá uno más. Tal vez más pronto de lo que piensan.

 

 

El único al que amo

IV

Otros asuntos

 

 

 

--Preferí venir con los que un día me enviaron lejos que lidiar con tu indiferencia, admito que tenía la esperanza que vinieras por mí o que enviaras un mensaje por lo menos, era tan joven –suspiró –, la ilusión siguió incluso después de la guerra pero, no hubo nada. –el rubio miró directamente al peliverde –El silencio olvida, William. Y además, luego me pasó algo que no creí volviera a suceder... Me enamoré.

 

La luz en los ojos esmeralda hizo estremecer al peliverde. Parecía tan contento, tan ilusionado, tan lleno de vida… como cuando estaba con él… pero, en las cartas que intercambiaron no parecía así.

 

--Wolfram, tus cartas… –iniciaba el contra ataque –daban la impresión que estabas rodeado de soledad y sufrimiento.

 

--¿Qué cartas? –dijo Conrad como leyendo el pensamiento de su ahijado.

 

¿Por qué siento que me siguen ignorando?, incluso Conrad…” Pensaba el Maoh. El insulto hacia su padrino era algo imperdonable, ardía en ganas de echar a patadas al peliverde pero debía confiar en Wolf, por muy molesto que sea, él tiene una historia, no debía inmiscuirse en su vida… solo esperaba que no se alejara, no en este momento.

 

--Como había dicho, perdí todo contacto con William –dijo el rubio volviéndose hacia Conrad y hacia Yuuri –hasta hace unas semanas. Recibí una carta en la que me expresaba volviéramos a comunicarnos, acepté ya que él fue alguien importante en mi vida y además mi maestro. –miró directamente a Yuuri –No había más intención que recuperar a un amigo, de nada me serviría el estar molesto con alguien el resto de mi vida… era como recuperar a un aliado. Al parecer dije demasiado puesto que luego de ponernos al corriente comenzó a expresar su deseo de casarse conmigo. Admito que tenía buenos fundamentos a tal grado de hacerme dudar.

 

“¿Esto era lo que te tenía tan intranquilo?” quiso decir el Maoh sin embrago prefirió escuchar primero todo lo que tuviera que decir Wolf.

 

--No dudaba de mis sentimientos… dudaba que algún día fueras feliz a mi lado, debilucho… sinceramente me estaba cansando de esperar. –la sinceridad en las palabras de Wolf hicieron temer a Yuuri, si hubiera tardado más en aceptar sus sentimientos, probablemente lo habría perdido para siempre –Debilucho, si no podías ser feliz a mi lado entonces… no tenía otra opción más que alejarme…

 

--Y ser feliz a mi lado. –dijo el peliverde.

 

--¡Claro que no! –gritó Wolf al ver surgir la sorpresa en el rostro del Maoh. Se volvió hacia el peliverde –Ya te dije que sólo reflexionaba. Jamás tuve como opción el tomar tu propuesta William.

 

--¿Porque él es tu prometido? –dijo el peliverde señalando a Yuuri –Recuerda que no lo acepta. Además con lo debilucho que es dudo que sea digno de tenerte a su lado. Sin ofender, Heika. –dijo mirándolo directamente para enseguida hacer una reverencia.

 

No lo soporto” pensaba Yuuri con su cuerpo temblando de coraje. Ya decidido iba a enfrentarse de una vez por todas con ese…

 

--¡William! –ante el grito de Wolf todos se sobresaltaron –No te atrevas a dudar del Maoh. –dijo entre dientes, para sorpresa general sacó su espada en clara amenaza hacia el peliverde. –Desenfunda.

 

--¡Wolfram!

 

--¡Wolf!

 

Ni el llamado de Conrad ni el llamado de Yuuri tuvieron efecto en el bello rubio quien ya estaba en pose de batalla. Por su parte, William no podía creer lo que veía. La persona que un día le profesó amor ahora estaba frente a él, dispuesto a defender a otro.

 

--¿No crees que esto es demasiado Wolfram? –dijo con desgano el peliverde desenfundando su espada –quien debería defenderse sería él mismo.

 

--El Maoh tiene asuntos más importantes que atender William. A fin de cuentas, esto es entre tú y yo. –dijo el rubio dando inicio al duelo.

 

En cuestión de segundos ambos soldados se vieron envueltos en una batalla extraordinaria. El choque continuo de espadas inundaba el jardín. Las maniobras defensivas eran asombrosas. Dentro de la perfección de su esgrima evitaban dañar tan valioso jardín.

 

--¿No piensa intervenir Heika? –dijo Conrad llegando al lado del pelinegro.

 

--No, algo me dice que es algo que Wolf tiene que hacer por su cuenta. Aunque eso no impide que me preocupe por él.

 

--Ha madurado Heika. –dijo con una sonrisa su padrino. –Definitivamente será un gran rey.

 

--Es Yuuri… tú me diste el nombre. –dijo el Maoh cansado de repetir siempre lo mismo.

 

Los soldados seguían en combate. Cada movimiento certero. Igual fuerza. Igual destreza. Igual deseo de vencer.

 

--No sigas Wolfram, no hay sentido en esta batalla. En todo caso es “ese” que se dice tu prometido quien debería estar en duelo conmigo. –decía decepcionado el peliverde mientras blandía su espada.

 

--No hay necesidad para el Maoh de ensuciarse las manos. –decía Wolf entre cada ataque –Él confía en sus soldados para protegerle, –bloquea un ataque a su derecha –confía en sus súbditos de mantener la paz y –continúa diciendo mientras da el golpe de victoria despojando a su oponente de su arma –confía en su prometido para demostrar su amor.

 

--Te mereces algo mejor Wolfram. –dice el peliverde con un último intento de convencer al bello rubio que una vez lo amó.

 

--Estoy en donde quiero estar. Obtengo lo que merezco. Lucho por lo quiero… Nada cae del cielo William, debes esforzarte para conseguir lo que deseas. –las palabras del rubio se clavaron en el corazón del peliverde.

 

--Entonces no me rendiré en conquistarte. –dijo decidido William.

 

--El más fuerte es aquel que conoce sus límites William. Fuiste alguien importante en mi infancia, no te ofrezco amistad porque sería darte esperanzas y vivir en la espera no es algo que le desee a nadie. –dijo Wolf guardando su espada.

 

El convencimiento en las palabras de Wolfram hizo entender al peliverde que sufrió en su pasado y a su costa. No debió dar por hecho que siempre tendría al hermoso rubio tras él, a tal grado de descuidarlo por completo e ignorándolo pesando que lo entendería, sin enviar un mensaje cuando se enteró por accidente que no estaba en el castillo Bielefeld... empezó a dudar cuando le llegaron rumores sobre el compromiso con el nuevo dirigente de Shin Makoku pero guardando calma al escuchar que era “accidental”… sólo pensaba en tener todo listo para cuando se aclarara el malentendido y su rubio regresara, cuando no soportó la espera mandó cartas a en busca de información y al ver lo que su antiguo pupilo escribía no dudó en recuperarlo.

 

Parece que el amor se alimenta cada día y si se descuida se extingue… valla forma de aprender. Perder lo que un día tuvo por el silencio que demostró es algo que se lamentará por un par de años. Ahora solo puede ver la espalda del hermoso mazoku de fuego caminar hacia su prometido. Qué amarga es la derrota… y lo es más si él mismo es el responsable.

 

--Wolf, ¿Estás bien? –dijo el Maoh cuando el rubio llegó a su lado.

 

--Por supuesto que sí, yo no soy un debilucho como tú. –contestó con una sonrisa Wolf.

 

--Me sorprende que no hayas obligado a Yuuri a pelear por tu mano Wolfram. –dijo Conrad divertido al ver la cara nerviosa del pelinegro.

 

--Como dije, este debilucho tiene asuntos que atender –dijo Wolf recordando de lo que hablaban antes de ser interrumpidos causandole un notorio sonrojo –además, nos interrumpieron en algo importante y no iba a dejar que se escapara. –terminó cruzándose de brazos y dirigiendo su mirada a cualquier otro lado menos a los ojos de Yuuri.

 

Al terminar de hablar Wolf, el corazón de Yuuri se detuvo. El asunto importante que estaba atendiendo era la proposición de matrimonio al estilo de la tierra hacia su “prometido”. Se puso todo rojo buscando la manera de retomar el tema aunque si fue un poco difícil al expresarlo a su amado lo sería mucho más si tomaba en cuenta la presencia de su padrino y del peliverde que recogía su espada. Conrad sonrió, intuía la razón por la que el pelinegro y el rubio estaban sonrojados por lo que decidió darles privacidad.

 

--Bien, entonces acompañaré al general a la salida mientras Heika atiende esos asuntos. Wolfram asegúrate de que los cumpla. –decía Conrad mientras caminaba hacia el peliverde y poco a poco se alejaban dejándolos solos nuevamente.

 

Los jóvenes avergonzados solo observaron la partida de Conrad y de William. ¡Genial! Ahora estaban solos… ahora estaban solos… ¿Cómo retomar algo tan importante como una declaración dejada a medias? ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? ¿Debían decir todo desde el principio? ¿Debían abordar directamente la respuesta del rubio?

 

 

 

 

 

>>Continuará...

Notas finales:

Bien, con la retirada de William es hora de revelar el 'pqueño detalle' de este personaje, lo hice al parecer... igual a Gisela  ñ.ñ ... créanme que no me había dado cuenta, lo hice sin querer ni me acordaba de ella cuando empecé esta hitoria. ¿Alguien se dio cuenta? Fue extraño cuando lo descubrí...

 

Gracias por leer.


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