El menor se escabulló en el cuarto de los mayores y sigilosamente se metió entre las frazadas, desde abajo para quedar justo en medio de los mayores, el bulto extra fue notado rápidamente, pero el cansancio lo disimuló como un movimiento del contrario.
- Sabo… deja de moverte – le decía Ace medio dormido.
- Ace… deja de patear – le respondía el rubio entre sueños.
Pasaron unos segundos para darse cuenta que ninguno se movía. Como acto de reflejo, ambos hermanos se levantaron en la cama y se miraron, miraron el bulto entre ellos y con la tención del momento retiraron la frazada que lo cubría, dejando a la vista al menor.
- ¡Luffy! – gritaron ambos asustados.
- ¿Qué? ¿pasa algo? – dijo acomodándose más en busca de calor.
- Luffy ve a tu cuarto – le ordenó Ace.
- Pero Ace, me siento muy solo ahí – le dijo con un puchero suplicándole – ne Sabo-nii ¿me puedo quedar? – dijo mirando a su otro hermano como cachorro suplicante.
- Está bien – aceptó derrotado – pero solo por hoy –
- ¡sí! – exclamó feliz mientras volvía a sumirse en su sueño.
- Esta será una larga noche – se dijeron los mayores mientras se acomodaban para volver a dormir.
Ambos le dieron la espalda al menor para intentar dormir. Pasaron un par de horas y los mayores no eran capaces de conciliar el sueño. Ace sentía la respiración del menor en su cuello lo cual provocaba un poco más que cosquillas simplemente. Sabo trataba de ignorar la parte trasera de su hermano que más se pegaba a su cuerpo, como si lo estuviera incitando apropósito. Con un pequeño quejido entre sueños, el menor se removió quedando más pegado a sus hermanos.
- *mierda, si sigue así no me voy a controlar* - se atormentaba Sabo.
- *rayos Luffy, te estás pegando mucho a mi* - se quejaba Ace mientras sentía la respiración del menor más cerca.
- *¡si tan solo no fuera mi hermano!* - pensaron ambos al mismo tiempo.
Un momento de silencio pasó por la mentes de ambos, aquel pensamiento les había surgido de la nada y – aunque no eran consientes de los pensamientos del otro – se sentían culpables. ¿Qué significaba ese pensamiento? ¿Qué sería diferente si no fueran hermanos? ¿Acaso tendrían la menor oportunidad? Un suspiro se les escapó resignados, se sentían algo deprimidos ¿tendría que ver con la mudanza a Red Line? ¿O solo eran juegos de sus hormonas?
Trataron de colocarse lo más a la orilla posible para evitar el contacto con el menor, pero eso les jugó en contra. Al sentir que sus fuentes de calor se alejaban, el menor actuó inconscientemente para atraerlas hacia él: tomó a Ace por el cuello y a Sabo lo enganchó entrelazando sus piernas, resultado, Ace y Sabo quedaron a muy escasos centímetros del menor que seguía durmiendo como si nada abrazándolos en sueños.
- *esto no puede ser peor* - se lamento Ace antes de notar algo – *o mierda… ¿esto es…?* –
- *no, no, ¡no! Esto no puede estar pasando* – se decía Sabo – *¡¿Por qué estoy reaccionando por esto?!* -
Como Luffy había tirado de Ace tan fuerte para acercarlo a él, Ace por accidente palpo una zona algo “intima” que no debería estar tocando, sin mencionar que su hermano todavía vestía únicamente el pantalón y todo lo demás de su cuerpo permanecía desnuda. Por otro lado, Sabo había quedado justo rozando con su miembro las caderas de su hermano.
- *definitivamente esto ya no puede ser peor* - se lamentaba Ace en su interior aunque no apartaba su mano de aquella zona tan sensible en la que por casualidad había caído – *este Luffy se tendrá que hacer responsable de mis actos* -
- Mierda ¿Cómo puede pasarme esto a mí? – se lamentaba Sabo mientras se pegaba más a las caderas de su hermanito – *rayos Luffy ¿Cuándo te volviste tan sexy?* -
De una forma u otra, Ace logró acomodarse en ese extraño abrazo quedando cara a cara con el menor. Miró los labios de su hermanito y tragó saliva, inconscientemente se relamió sus propios labios mientras se acercaba a los del menos y los rozaba ligeramente en un fugaz beso. Mientras tanto, Sabo disfrutaba de la parte trasera de su hermanito tratando de no moverse bruscamente y despertarlos – suponiendo que Ace estuviera dormido también – un momento después, la blanca esencia manchó su mano y disimuladamente se limpio en el borde de la cama –
- *¡¿Qué acabo de hacer?! * - Ace y Sabo se atormentaban ahora mientras su hermanito, ajeno a todo, seguía profundamente dormido – *¡si Ace/Sabo se entera me odiará por siempre!* -
Y entre agónicos pensamientos, se durmieron hasta la mañana siguiente.
A la mañana siguiente…
Luffy fue despertado temprano en la mañana por sus dos hermanos, con la escusa de desayunar y terminar de ordenar la casa, mientras a Sabo se le ocurría lavar misteriosamente las sabanas de la cama.
Mientras la tetera hervía y la lavadora hacia su magia, los tres buscaron ropa limpia para cambiarse. Luffy se quitó el pantalón de pijama quedando en esos pequeños y apretados bóxer que no pasaron desapercibidos para sus dos hermanos-depredadores.
- ¿Dónde dejaron mi maleta? – preguntaba mientras revisaba el armario sin notar como sus hermanos babeaban al verlo – ¡aquí esta! – dijo sonriente mientras la abría – ¿les pasa algo? –
- No… nada – dijeron sin dejar de ver a su hermanito y reteniendo el impulso de abalanzarse sobre él – ¡vístete rápido! -
Una vez listos – y los dos mayores bastante rojos y acalorados – bajaron a desayunar tranquilamente. La tetera había hervido y pudieron tomarse un buen café para bajarse los humos.
Luffy se fue a ver la televisión mientras Sabo se encargó de tender la ropa y Ace bajaba a la despensa del abuelo para ver que cocinarían para almorzar.
- Bien, tengo todo listo supongo – se dijo satisfecho mientras dejaba las cosas en la encimera – pero creo que falta algo… ¿Qué será? –
- Has olvidado la carne – le dijo Sabo que pasaba junto a él con el canasto de ropa vacio – si no, Luffy no comerá –
- Tienes razón – dijo con una gotita en la nuca – pero el viejo no tenia –
- Mmm… tendrás que ir a comprar un poco, cerca de la lavadora encontré este frasco con monedas, ve cuanto compras –
- Está bien – dijo tomando el dinero – ¡ya me voy! –
- Que te vaya bien – dijeron ambos mientras se concentraban en lo suyo.
Mientras Luffy seguía pendiente de un programa televisivo de superhéroes, Sabo hiso la cama con sabanas limpias y se fijó que no quedara nada de su problemita de anoche hasta que notó el pantalón de su hermano aun tirado en el piso. A la altura de su trasero se veían unas blanquecinas gotas de una esencia bien conocida para el rubio. Corrió lo más rápido que pudo a la lavadora y lo dejo lavando.
- ¡ya volví! – dijo Ace ingresando con la bolsa de las compras.
- Bienvenido – dijo Luffy sin despegarse de la tele.
- Hola Ace – dijo Sabo sudando por la prisa – ¿Qué compraste? –
- Un poco de carne y vegetales –
- Ok, será mejor que empecemos que ya me dio hambre – dijo con una sonrisa – ¡Luffy, apaga ahí y ven a ayudar! –
Con un puchero, Luffy apagó la televisión y fue a la cocina a ayudar, como nadie era un “experto” cocinero, tenían que hacerlo los tres o morirían de hambre.
- Luffy encárgate de cortar la zanahoria – le dijo Ace mientras descifraba como cocinar arroz.
- Ten cuidado de no cortarte – le decía Sabo que se preguntaba cómo preparar la carne.
- Sip – les respondió el menor mientras tomaba el cuchillo.
Mientras preparaban el almuerzo, Luffy resbaló con el cuchillo, cortándose ligeramente el dedo y cayendo al suelo sobre Sabo que trató de afirmarlo.
- ¿estás bien Luffy? – preguntó Sabo bajo él, quedando a pocos centímetros de su cara y aun abrazándolo por la reciente caída.
- A ver Luffy, muéstrame el dedo – dijo Ace agachándose y tomando la mano de su hermano para ver la herida.
- Me duele – dijo sollozando.
- Tranquilo, así estará bien – dijo Ace metiéndose el dedo sangrante en su boca.
Bastó un segundo para darse cuenta de lo que hacía, aunque acostumbraba a hacerlo de pequeños, ahora no se sentía igual. Sin pensárselo, lamió el dedo del menor causándole unas pequeñas cosquillas, removiéndose en las piernas de Sabo que aun estaba bajo él.
- Me hace cosquillas – dijo sonrojándose y removiéndose.
Ambos vieron las mejillas sonrojadas del menor y su típico chaleco rojo abierto invitándoles a probar su piel, mientras Luffy se removía por la sensación.
- *adiós autocontrol* - pensaron ambos.