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La Ironía del Princípe. por Kiryuu Mayuki

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Notas del capitulo:

Es un capitulo corto, pero espero que les guste.

Enjoy.

Cap2: El heredero al trono.

 

Mar del sur.

Un gran barco navegaba antes de que el sol llegase a posicionarse, ahí, varias personas veían como el agua estaba tranquila. Y por el barandal un joven observaba el agua con emoción.

-Esto es genial, el viento salado soplándote la cara- decía mientras cerraba sus ojos sentir la brisa marina- Esto es genial. ¿No lo crees Takuma? - dijo a su amigo que estaba apoyado de espaldas al mar.

-Sí, me parece genial- dijo mientras veía a otro amigo suyo devolviendo el desayuno- Jeje aunque creo que las olas están mareando a nuestro doctor.

-N…no, estoy bien solamente seguiré con mi lectura… - dijo el pálido hombre causando risa entre los demás.

-Je el viento esta algo fuerte y el mar está inquieto, la reina Shizuka debe estar algo preocupada- dijo un marino ajustando las velas.

-¿La reina Shizuka?

-La soberana de La Atlántida, solo los verdaderos marinos saben quién es ella-dijo un marino ajustando la vela mayor.

-No haga caso de este sujeto, bebe agua salada - dijo un hombre con tono de chiste no tomando en serio lo que dijo el otro.

Claro que la pelea se hizo un poco ruda que cuando uno empujo al otro choco contra el llamado médico que este hizo caer su libro de hierbas medicinales al mar y aumentando la discusión.

Y ese era un día cotidiano de los humanos, discusiones triviales.

En tanto otro lugar a unas leguas de ahí, en las profundidades del mar...

Las cosas eran tranquilas entre esa población.

Los jardines de coral recién cuidado, nadaba una sirena con su angelical sonrisa, quien la veía hacia una venia al verle, obviamente, era una forma de respeto hacia la reina Kiryuu Shizuka, gobernante de La Atlántida. Una sirena de escamas agua clara, cubierta por un largo manto plateado y dos ostras que cubrían sus senos, y dejaba que las corrientes peinasen sus largos cabellos de plata.

La reina tenía el ligero presentimiento que sería un día hermoso, sin preocupaciones.

 

-.... ¿Por qué?....Si todo iba tan bien....yo te amaba con todo mi corazón...-la sirena escucho los lamentos de una sirena más joven, era la novia de su hijo mayor. Bueno al parecer su predicción se fue al abismo.

Al llegar vio a una sirena de cabellos verdes y ojos azules llorando como nunca, mientras decía de entrecortado ¿Por qué?

-Aleiya-dijo con voz maternal a la joven, que al verla siguió llorando.

-Mi reina... Lamento que me vea de esta manera-dijo limpiándose las lágrimas.

-Pero que paso querida -dijo acariciando su cabeza.

-Su hijo... termino definitivamente conmigo...dijo que lo nuestro fue un completo error-decía mientras caían las lágrimas que se confundían con el agua-Y... que no quería verme de nuevo....

-¿Pero por qué?

-De la nada, le pregunte si nos veía con un futuro, al perecer eso lo altero-dijo secándose las lágrimas con un pañuelo.

-¿En serio?....No puedo creerlo, pues voy a ver a mi hijo y le exigiré que te pida una disculpa-dijo molesta al saber lo que su hijo había dicho a esa dulce sirena, y conociéndolo no le sorprendió para nada.

Pero detrás de un pilar del castillo una figura pequeña.... Su hermano esta en líos de nuevo.

-*Debo encontrar a Ni-sama pronto*-pensó la figurilla que emprendió un rápido nado para encontrar a su hermano.

Lejos de ahí, en el cementerio de barcos.

Un tritón de figura esbelta, escamas color azul noche, de cortos cabellos de plata, ojos amatistas, tres piercings en el pabellón izquierdo de su oreja y con un tatuaje en el lado derecho de su cuello, veía a lo lejos un barco hundido, analizando si era factible ir a sacar algo de provecho.

-¡Zero, espérame!-se oyó un llamado a lo lejos un tritón idéntico al llamado, pero el tenía el cabello recogido con una cinta.

-Ichiru, date prisa-dijo el tritón aun mirando el barco.

-Ha....no puedo nadar muy rápido y lo sabes muy bien-dijo intentando respirar a lo que daban sus pulmones-No entiendo porque siempre termino aceptando tus malditas excursiones.

-Mira allá-señalo el joven al barco son una sonrisa-Ese barco no se ve muy viejo, debió naufragar hace un par de años... Apuesto que debe haber muchas cosas ahí que sacar.

-Si me alegro por ti, ahora vámonos-dijo el otro intentando dar media vuelta y volver pero, el otro tiro de su aleta impidiéndole su escape.

-Vamos, no digas que tienes miedo-dijo con burla.

-¿Cuantos barcos hemos visto este mes?

-Siete.

 -¿Cuantas veces nos intentaron matar?

-Cin...

-¡Siete!

-¿Cuantas veces saliste lastimado y yo tuve que mentirle a mamá para que no nos descubra que salimos al cementerio de barcos?

-Siete-dijo dándole toda la razón a su hermano.

-¿Ves? Ahora vámonos a casa-dijo intentado llevar a su hermano.

-Ahora es mi turno-dijo el otro-¿Cuantas veces hemos encontrado cosas importantes?

-Siete.

-¿Ves? Estoy seguro que encontraremos algo realmente bueno en este-dijo pero un veía la mirada de su gemelo-Bien...Si vamos, tendrás descanso por tres meses.

-Cuatro.

-Dos y medio.

-Hecho, vamos de una vez a esa cosa-dijo nadando rápido con su hermano-Oye ¿Y cómo termino las cosas con Aleiya-san?

-....Pues no muy bien....se puso histérica, gritando que no encontraría mejor partido que ella para que nos casemos-dijo revisando los armarios-Incluso ya había comparado un anillo para que yo se lo dé.

-Vaya que estaba loca, pero aun no me dijiste por qué terminaste con ella.

-Porque rompió el juguete de María-dijo serio ante la mirada algo sorprendida de Ichiru

-Dijo que fue un accidente, y que esa caja era solo una caja ordinaria que conseguiría algo mejor.

-*Grave error, no me imagino como puede agradarle a mamá*-pensó el peliplata, su hermano, no era de los que se guardaba sus opiniones, es más, las decía sin importarle herir a otro, asi era su mayor malhumorado, y solitario, todo lo contrario de su gemelo menor por dos minutos, quien era de un carácter más tranquilo y dulce.

-Me enfade y le dije que no vuelva a verme.

-Bueno ya van cinco con quienes terminas, entre sirenas y tritones.

-Bueno... tres fueron porque fue mutuo, pero las últimas dos fue un desastre y ya sabes mi regla.

-Si a tus hermanos no les agrada tu pareja significa que no servirá de nada, si lo sé, lo repites muchas veces -dijo viéndole a los ojos, para Zero sus hermanos era los más valioso en su vida y si a ellos no le agradaba su pareja, el acabaría la relación inmediatamente, era una cualidad un tanto extremista -¿Pero si ese tritón o sirena no nos agrada y tú estás enamorado?

-No lo creo, no me interesa enamorarme...

-¿Qué? Pero si te casas debe ser por...

-Amor, si.... pero no me importa, no quiero casarme-dijo seco ante lo dicho por el gemelo.

El amor, para el joven tritón no era importante, solo le bastaba encontrar más cosas para cumplir su deseo, y subir al trono para culminarlo.

Al llegar al barco derruido por el tiempo, se notaba que había naufragado hace no muchos años. Y como toda excursión Zero encontraba cosas tanto como útiles entre libros, mapas, cuadros y objetos con punta o inútiles como joyas, oro, lentes, cajas de música.

-Mira Zero-llamo el gemelo al otro, para mostrarle una cosa de plata con tres puntas -Se parece a un tridente, pero en miniatura -decía mientras se lo daba a su hermano y continuaba su búsqueda -¿Para qué crees que....? -sin previo aviso el peliplata (que se había alejado un par de metros de él) arrojo el objeto a un blanco duro, es decir a unos metros de Ichiru. El objeto de plata impacto contra la madera con tal fuerza que quedo como lanza atravesada -¡Wuao! -dijo impresionado el otro tritón -Esa cosa sí que es peligrosa.

-Lo sé....Y me encanta -dijo sacándole y poniéndola en una bolsa tejida por su propia hermana, pero aún no sé el nombre de esta arma pequeña -dijo mientras veía algo como un vaso pero que tenía un tubo encorvado -*Que raro... pero quizás sirva de algo dijo poniendo eso en la bolsa* -pensaba mientras veía el lugar y sus ojos vieron un libro que al parecer no era antiguo -*Mmm... Otro libro* -lo agarro e hizo una técnica que le había enseñado su padre, vio el libro y soplo he hizo una burbuja que envolvió al libro, después de un par de segundos, rompió la burbuja y pudo leer el libro -*Plantas medicinales....esto sí que será útil* -pensó mientras la guardaba.

-¡Zero mira! -llamo Ichiru lo que lo guio a un cofre cerrado con tres candado de tres cerraduras, eso quería decir...

-Algo muy valioso o peligroso estará dentro.... Hay que ver la forma de abrirlo -dijo analizando la caja -paso unos minutos, pero nada la abría...

Ichiru miraba con aburrimiento el lugar mientras sus ojos vieron directamente a un tiburón blanco que iba a toda velocidad hacia ellos.

-Ze...Ze..Zero....tibu...tiburón...-decía tartamudeando el pelipalta mientras movía a su hermano para que huyeran.

-Espera Ichiru, ya casi lo tengo -pero Zero no hacía caso.

-¡Tiburon!-grito con temor al ver al tiburón abrir sus fauces hacia ellos, el muchacho no tuvo más que agachar a su hermano y a el para que el tiburón no lograse atraparlos -¡Zero vámonos!

-Mmm... Ya sé.

-¡Ahí viene!-grito de nuevo mientras cerraba sus ojos, pero cuando los abrió el tiburón estaba inconsciente y el cofre destrozado mostrando una linda caja de madera.

-Eso faltaba, un poco de fuerza bruta -dijo el amatista agarrando la caja mientras se iba con su hermano del lugar -Buen botín ¿No Ichiru? -dijo mirando a su hermano que ya había salido del shock -¿No me digas que te dio miedo el tiburón? Te recuerdo que Ceas y Ceos lo son.

-¡Cla...claro que no! Es solo el impacto del tiburón nada mas-dijo mintiendo el otro.

-Si claro, bueno vamos donde la gaviota y volvemos a casa a comer algo -dijo mientras jalaba a su hermano

Ahora sabía por qué demonios acompañaba a su hermano en sus locas expediciones, se preocuparía mucho si él fuese solo, así que siempre iba con él para cuidarlo. Y lo haría siempre.

En una roca lejos de la costa.

Una gaviota con el pico medio roto, se aburría mirando un telescopio que le habían obsequiado, y aun no sabía cómo usarlo bien, pero le daba lo mismo ya quera la manera de distraerse.

-Kreig -llamo una voz que conocía muy bien.

-¡Ah! ¡Un tritón a la vista! -dijo viendo al revés su telescopio -¡Zero, Ichiru, como han esta....!

-No grites con un demonio -dijo Zero cerrándole el pico a esa ave.

-Vaya, nadan rápido -dijo la gaviota siendo soltada.

-Mira, encontré dos cosas que me parecen raras -dijo sacando la bolsa del agua.

-Estaban como siempre en el cementerio de barcos -agrego Ichiru.

-Cosas de las bestias de tierra ¿Eh? -dijo acercándose a la bolsa mientras sacaba las dos cosas de su lugar -Vaya te encontraste con algo fuera de lo común.

-¿Qué es? -dijeron los gemelos.

-Es una lanza de tres picas en miniatura -dijo mostrándoselos -Las bestias lo usan para comer y para clavar carne en el, vi a una bestia sacar el ojo a alguien con esto una vez.

-Vaya, eso sí que es un buen dato -sonrió Zero.

-¿Y esto? -señalo Ichiru.

-Ah... Bueno, lamento decirte que no es muy útil.

-¿Por qué? -dijo con seriedad el tritón del tatuaje.

-Pues los humanos, usa esto para hacer música, no para atacar –dijo con tristeza mirando al tritón, que tenía un gesto de decepción.

-¿Música? Mierda... no sirve de nada -mascullo molesto -Bueno no importa, al menos tengo esto -dijo guardado la lanza de tres picas en su bolsa -Debemos irnos, gracias por los datos, vámonos Ichiru.

-Sí, gracias Kraig -se despidió el otro gemelo.

-Cuando quieran -dijo la gaviota y alzo vuelo para buscar comida.

Al llegar al palacio, los gemelos vieron a su hermana menor María una pequeña sirenita de cabellos blancos piel clara y de escamas claras y a su tío Touga un tritón de piel canela, cabellos azabache y ojos zafiro, uno cubierto por un parche, recuerdo de una guerra, nadar hacia ellos con rapidez.

-Hermanos que bueno que los encontré -dijo la niña.

-¿Dónde demonios estaban? –pregunto el tritón mayor.

-Fuimos a explorar el arrecife –mintió Ichiru.

-¿Qué pasa María? Te veo agitada-dijo Zero.

-Es Aleiya... esa... erizo de mar dijo que rompiste con ella de la nada, y mamá está muy enojada contigo… Se creyó el cuento de que la dejaste porque ella dijo que quería casarse contigo o algo así –dijo la pequeña enojada.

-¿Dónde están? –pregunto Ichiru al ver el rostro de su hermano, lamentablemente, la poca confianza entre madre e hijo era cada vez más pobre.

-Están en el primer jardín -dijo preocupada.

El tritón del tatuaje frunció su ceño.

-María, ve por la caja, ahora. Ichiru tu acompáñame -dijo serio y su hermana sin decir palabra alguna nado rápidamente a su cuarto.

-Zero –llamo su tío –Mantén la calma.

Cuando llegaron vieron a la ex-novia del tritón hablando con la reina, que en cuanto los vieron se pararon y se acercaron a ellos.

-Zero, Ichiru ¿Dónde estaban? -pregunto la reina.

-Fuimos a pasear -dijo con frialdad el joven mayor, mientras la chica que se hacía a la víctima.

-Es verdad madre -dijo preocupado el otro tritón por como su hermano empezase a hablar más.

-Se puede saber ¿Por qué terminaste con Aleiya así de la nada? -pregunto molesta la reina –No puede ser que termines con alguien, solo porque te hablo del futuro.

El joven miro con el rabillo del ojo a la chica que estaba detrás fingiendo total inocencia y mucho dolor.

-Pues, ¿Quieres saberlo madre? Ella no es la indicada, no lo será jamás –dijo tajante.

Dichas esas palabras, la sirena rompió en más llanto.

-¿Cómo puedes decir eso Zero?-regaño Shizuka.

-Lo es, quien no agrada a mis hermanos, rompió la caja de música de María –dijo secamente.

-Fu... fue un accidente.

-Lo sé, pero esa caja era el único regalo que logro darle mi padre a mi hermana, y era valioso porque el mismo lo hizo; dijiste que era una caja común y corriente, y para rematar, no te importo que llorara, nisiquera le pediste perdón-dijo bruscamente, la mujer miro a la joven con ojos sorprendidos.

-Yo...yo...-estaba la sirena de cabellos verdes, por hablar cuando llegó la niña con la caja rota.

-Si no me crees madre, aquí está la prueba-dijo dándole la caja a la reina, esta solo frunció su ceño, si había algo que no perdonaba era la mentira.

-Aleiya, será mejor que te vayas, ya no eres bienvenida aquí-dijo con frialdad, la reina del mar al ver la caja.

La sirena estaba por intentar arreglar las cosas pero los guardias estaban listos para botarla, así que se fue maldiciendo a la niña y a su ex-novio por dejarla.

-Zero... lamento no haberte creído -dijo viendo a su hijo marcharse.

-Nunca lo has hecho -término el muchacho marchándose del castillo.

-No...-dijo la reina mientras se iba a su alcoba, muy deprimida por la actitud de Zero y aunque no le sorprendía, se sentía muy mal.

-Ichiru ve a hablar con Zero, yo iré con tu madre y tu María, ve a jugar-dijo el mayor.

-Si tío -dijeron los dos menores al ver al tritón mayor yendo detrás de su hermana.

-Ichiru ni-sama ¿Por qué mamá no confía en Zero?

-....Yo también quisiera saberlo, pero por más cercano que sea de Zero, aun muchas cosas me son muy desconocidas -dijo mientras nadaba triste el chico para ver a su hermano, o mejor dicho buscarlo.

La noche cayó como un manto sobre el mar, pero el reflejo de la luna hacia más fácil los caminos de arena.

Ya los habitantes estaban en sus hogares disfrutando de la calidez del hogar.

En tanto el príncipe mayor, acompañado de dos tiburones blancos, llevaba un gran jarrón lleno de sobras de comida que había sacado de la cocina sin que nadie se diera cuenta,  alejándose del castillo.

Pero alguien lo veía de lejos, dos anguilas, que al juntar sus ojos formaron una imagen.

-A donde iras Zero......-dijo una voz femenina desde un cuarto -Siempre solo después de una discusión con tu madre....Oh...pobrecito....que poca confianza se tienen... debo hacer que siga esa desconfianza....Ceas, Ceos -llamo la mujer a las anguilas -Vigilen de cerca al apuesto heredero al trono, pronto todo lo que tiene, se ira -dijo con una sonrisa retorcida, mientras se escondía en la oscuridad.

El muchacho ya lejos del castillo llego a una cueva.

-Ven te traje de comer -llamo el joven y de la cueva salió la enorme cabeza de un dragón (1)

-Hakuryu, ¿Cómo has estado? -dijo poniendo sus manos en la nariz del dragón que lo miraba fijo -Ten tu comida -el dragón comió lo que estaba dentro de un solo bocado -Jhejhe te gusto ¿No? -dijo mirando la cueva -Siento que aun estés encerrado ahí... Algún día te sacare de ahí, ya lo veras, bueno me tengo que ir -sonrió para luego dar media vuelta, pero un sonido gutural del dragón lo volteo -Jhe, casi lo olvido -el joven tritón acaricio el hocico del dragón y empezó a cantar una canción que le cantaba su madre, su voz era tan hermosa y pura que el dragón le dio un beso al terminar la canción -De nada Haku, nos vemos, Ying Yang, vámonos -dijo dándose la vuelta, y sus ojos se encontraron con su hermano que lo miraba con una sonrisa.

-Esa canción la cantaba mamá -sonrió el chico.

-Si ¿Qué tiene de malo? -dijo emprendiendo marcha

-Nada, es solo que hace tiempo que no escuchaba esa canción, nada más....

-Ya veo...

-Sabes mamá y papá estaban muy felices de que fueras tú el heredero al trono, mamá tiene la completa confianza de que serás el mejor para el trono.

-¿Dijo eso? -pregunto sorprendido por lo dicho.

 

-Le oí decirle eso al tío Yagari -dichas esas palabras, el joven malhumorado surco una suave sonrisa en sus labios -Vamos a casa, estoy cansado de tanto...-dejo de hablar cuando vio una enorme sombra debajo de sus cabezas.

El tritón mayor noto que era un barco, y no tardo en llamar a sus tiburones para dar alcance al barco.

-Zero ¿Qué haces? ¿Quieres ver a los...?... ¡! -el menor fue interrumpido ya que su hermano lo jalo con él a la velocidad de nado de sus mascotas.

 

Ambos gemelos no sabían que seguir a ese barco sellaría su destino.

 

Continuara...

Notas finales:

(1)   Es una criatura marina que me invente :P pero que será importante durante el progreso de la historia

 

Siento que el cap haya sido tan corto, lo hare las largo el siguiente.

 

Espero que les haya gustado.

 

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