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La cuenta regresiva, la vida sin ellos por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Aquí traigo la primera secuela de “No es un adiós, sino un hasta pronto”
Esta será uno de los trabajos más grandes de mi carrera de escritora, la verdad estoy muy nerviosa, espero que les guste.

Bueno. Yugi, Ryou y Malik empezarán una nueva vida, ahora todos juntos en Domino, empezarán las clases, llevaran una vida normal como estudiantes, el único problema con eso es que ellos no son chicos normales, son hikaris y sin sus yamis no está completa su vida. Tendrán que superar muchos sentimientos antes de tomar su decisión. Tendrán que aprender a vivir sin ellos. Será una prueba para sus almas. ¿Serán capaces de superarla?

Yugi-oh! No me pertenece, si fuera así esto lo estrían viendo como capítulos en televisión xD.

 

En capítulos anteriores (me siento como narradora del anime y todo xD)

─Hmmmmm (quejido) no… no te… va… re-gre-sa ─ hablaba el albino de forma entrecortada por los ahogados gemidos que soltaba apretando los puños como si quisiera aferrarse a algo.

─Noooooo ─ susurro el tricolor ─te ex…. Hmmmmm… que frio y el vacío… Ya-yam- hmmmmmm ─ el chico temblaba notablemente como si estuviera pasando por una terrible hipotermia y con sus manos retorcía las sabanas.

─ ¿Yugi… Ryou? ─ Bueno, ahora sí que estaba preocupado, pronto noto un detalle en particular, los artículos milenarios que reposaban en la almohada al lado de la cabeza de su respectivo dueño emitían un leve brillo desde el ojo de Horus.

/

─ ¿Cómo es que estas aquí? ─ dijeron los tres hikaris a la vez.

─Estoy aquí porque me necesitas─ respondieron los yamis.

─ ¿Por qué solo hoy?

─No tengo esa respuesta, pero no olvides lo que te dije.

─Gracias, mí querido yami

─De nada mi dulce hikari

/

De repente un ‘misteriosa’ niebla gris empezó a llenar el lugar, yo me di cuenta primero que Bakura y unas pequeñas lagrimas se asomaron en mis ojos ─No por favor, todavía no ─oculte mi rostro en su pecho deseando fundirme con él, tal como cuando compartíamos un cuerpo, y traerlo de regreso conmigo.

Él, en respuesta, me abrazo fuertemente contra sí, pegue mi nariz a su piel, deseando llevar conmigo todo lo que pudiera de su exquisito aroma y su hipnotizante calidez ─Calma Yadonushi, sabíamos que iba a pasar.

─ ¡No quiero! ─grite ─no quiero volver a separarme de ti ─me aferre a su espalda.

─Animo hikari ─me consoló ─yo sé que hallaras la forma para que volvamos a estar juntos, te estaré esperando Yadonushi.

Me di cuenta que la niebla empezaba a cubrirlo desde su piernas cuando su cuerpo empezaba a separarse de mi desde la parte inferior, y trate de aferrarme a él con todas mis fuerzas, pero entonces fue a mí a quien la niebla sujeto ─Bakura ─baje mis manos para entrelazarlas con las suyas, tal como en un principio ─di mi nombre ─pedí, deseaba volver a escuchar mi nombre de su voz antes de despertar.

Él me beso ─Ore no Yadonushi… mi Ryou.

La niebla empezó a jalarnos, a él: hacia el espejo, a mí: para que lo soltara.

Bakura me beso una última vez -ojala solo por esta noche-

─Espero volver a verte pronto mi Ryou.

─Y eso fue lo que paso. Finalmente era Malik a quien escuchaba llamándome─ les relate todo a mis amigos, excluyendo ciertas parte privadas -seguro me entenderán- haciendo lo posible por que las lágrimas no acudieran a mis ojos.

─Lo ves, te dije que le importabas mucho a ese torpe ─ me dijo Malik de repente, yo le sonreí.

─Sí, creo que tienes razón ─abrace mi sortija ─ ¿Qué hay de ti Yugi?

─Bueno pues… yo…

________________________

─… A decir verdad, no recuerdo muy bien cómo comenzó el sueño, lo primero que recuerdo con más claridad es estar cerca del palacio de Atem, en el jardín…

Flash Back – POV’s Yugi

Recordaba vagamente las cercanías del palacio de Atem, de aquella ocasión en que luchábamos por recuperar su nombre y memorias, estaba en el jardín trasero o eso me parecía. Un pequeño riachuelo lo atravesaba ayudando a que el suelo del lugar estuviera verde y repleto de flores, camine un poco con dirección a la impresionante construcción cerca mío, después del último sueño no estaba seguro de si alguien podría verme o no, pero eso no me preocupaba, sabía que nada me pasaría mientras este en el mismo lugar que Yami, si alguien llegaba a verme lo más seguro es que la noticia de mi presencia llegara a los oídos del faraón en cuestión de minutos y Yami estaría pronto a mi lado para cuidarme, como siempre lo hizo. Sonreí ante el pensamiento y puse una mano en el rompecabezas ¿quizás con él podría alertarlo de mi presencia en el lugar? No era una idea tan descabellada puesto que el artículo milenario era parte primordial en nuestro vínculo.

Mientras sopesaba esa idea divise a un par de castaños que parecían estar entrenando, se me hacían conocidos por lo que me acerque un poco y pude reconocer a Mana y a Mahad, parecía que estaban entrenando con magia o algo, vi que Mahad le decía algo a Mana para luego retirarse, ella se estiro un poco y se sentó a la sombra de una palmera para descansar, apreté la cadena del rompecabezas al recordar que la ocasión anterior habían sido ella y la maga oscura quienes me habían reunido con Yami, quizá…
Un pequeño destello me cegó por unos segundos, y cuando volví a mirar la joven maga rubia acompañaba a Mana.

─ ¿Sucede algo, amiga? ─pregunto la castaña al ver que su compañera revoloteaba a su lado como buscando algo con la mirada.

─ ¿El faraón está ocupado? ─ la mención de mi yami llamo por completo mi atención, por lo que no note cuando la maga oscura me miro disimuladamente.

Mana la miro extrañada pero dirigió la mirada al cielo antes de responder ─No, creo que debe estar en las caballerizas ¿debemos ir?

La rubia asintió y ambas se dirigieron al costado izquierdo del palacio, yo las seguí en silencio.

Llegamos a una especie de granero que estaba rodeador por algo de heno y algunas monturas para caballo, desde donde estaba se veían algunos cubículos donde residían dichos animales, una pareja en particular me llamo la atención, estaban muy juntos y de perfil, parecía que algo les mantenía ocupados.

─ ¡Príncipe! … ¿Atem estas aquí? ─lo llamo su amiga de la infancia.

─Por aquí Mana ─su voz hizo que mi pulso se acelerara, corrí sin importarme que alguna de las chicas notara mi presencia hasta llegar a la entrada de las caballerizas mientras Mana caminaba tranquilamente junto a su compañera.

Cuando finalmente lo vi sentí que mi corazón se saldría de mi pecho por el salto tan brusco que había dado, ahí estaba él, su postura firme, su mirada tan seria y segura como siempre aunque algo decaída, estaba junto a la pareja de caballos que había notado antes, me acerque cuando le oí murmurar algo mientras acariciaba la cabeza del que parecía ser la hembra ─Que suerte tienes tu que puedes tenerlo a tu lado ─murmuro antes de retirar su mano y dejar que la pareja de caballos rozara sus cabezas entre sí, seguramente una muestra de afecto.

Corrí hacia él y me abrace a su espalda, como la vez pasada él no tenía ni idea de que estaba a su lado, pero a mí me bastaba estar cerca suyo.

─ ¿Qué haces Atem?

─Eso debería preguntarlo yo ¿por qué traes a la maga oscura contigo?

─Después de entrenar con Mahad mi amiga me dijo que viniera a verte ─ambos fijaron su vista en la joven rubia que se dirigió hacia mí.

─’Hola pequeño ─su voz amable resonó en mi cabeza ─ ¿momento de una nueva visita? ¡El faraón se pondrá muy contento!’

─ ¿Me ayudarías Maga oscura? ─pregunte con una sonrisa.

─’A sus órdenes’ ─respondió en broma antes de dirigir su mirada a mi yami.

─Hola majestad

Atem frunció el ceño ─ ¿Qué es lo ocurre Maga Oscura?

─No pasa nada malo Faraón ─se acercó a Mana para susurrarle algo al oído haciendo que esta sonriera.

─ ¿Enserio? ¡Genial!

─Mana ¿quieres decirme que ocurre? (N/A: pobre Yami, lo mantienen al margen jajaj xD)

─Tengo una sorpresa para ti Atem ─igual que la vez anterior Mana y la Maga oscura juntaron sus mano creando una pequeña esfera de luz que logro cegarnos unos instante por lo que instintivamente me aferre al cuerpo de mi yami.

Fin de POV’s Yugi

Luego de unos segundos finalmente Yugi abrió los ojos, Atem y él estában sentados contra una de las paredes del lugar, el faraón aun no despertaba así que el menor aprovecho la oportunidad para acomodarse en medio de sus piernas y poder darle una linda sorpresa cuando abriera sus ojos, se acurruque en su pecho fingiendo dormir.
Luego de unos instantes escucho su respiración acelerarse.

─Ah, mi cabeza! … pero que ocurre con Ma…na… ¿Yu-Yu-Yugi? ─Yugi no respondió de inmediato por lo que el faraón lo envolvió entre sus brazos y lo apretó contra su pecho ─ ¡Aibou!... Que alegría.

─También me alegra verte… Yami ─dijo separándose de su pecho para verle a los ojos.

─Creí que estabas dormido pequeño ─dijo mientras frotaba su nariz cariñosamente contra la de su par, haciéndolo reír.

─jejejeje, ¿y perder el tiempo que tengo para estar a tu lado? Ni de broma jejejeje ─ se separó de sus caricias un poco y lo miro directo a los ojos ─Te extrañe tanto Yami ─el mayor quiso decirle algo pero Yugi fue más rápido y junto sus labios con los suyos en un tan añorado beso que pareció tomar a su yami desprevenido pues sus ojos se agrandaron a medida que el menor iba cerrando los propios.

─… ¿Yugi? ─lo llamo extrañado, y él le sonrío y le giño el ojo antes de volver a acurrucarse en su pecho ─mi dulce hikari.

─Te quiero Yami.

─Y yo a ti Yugi ─un beso en la frente del menor lo hizo sonreír aún más y lo animo a depositar un beso en su pecho, causándole algunas risas ─Oye Yugi, ¿te gustaría dar un paseo conmigo? ─le pregunto en un tono algo tímido que jamás le había escuchado.

─Me encantaría Yami ─sonrío. Con gran facilidad Yami se los levantó a ambos y se acercó a la pareja de caballos para tomar sus riendas ─Oh! ¿decías de ir a caballo? ─pregunto emocionado.

Yami asintió ─Claro, te gusta cabalgar ¿no es así, aibou?

Fue el turno de Yugi de sonreír ─ ¿lo recuerdas? ─pregunto conmovido.

─Me enorgullezco de decir que te conozco mejor que nadie Yugi ─dijo con pose orgullosa inflando el pecho y llevando ambas manos en puño a las caderas con la frente en alto y los ojos cerrados.

─jejeje, por supuesto, eres la persona más cercana a mi ─el chico parpadeo un par de veces mientras se apegaba lo más posible a su cuerpo.

─Ehhhh… ¿aibou? ─pareció quedarse sin palabras por lo que Yugi sonrío y se separó de él de un salto yendo a abrir las puertas de los caballos que Yami tenía sujetos por las riendas.

Yami los llevo hasta la puerta y le paso las riendas a Yugi para ir a tomar las monturas, luego de ensillarlos me dio a elegir.

─Y bien ¿Cuál quieres montar?

─Hmmm… elige tú.

─ ¿Qué tal si vas con ella? ─sugirió, señalando a la yegua de pelaje color crema con manchas amarillas, igual que la cola y la crin ─es muy amable y dócil e igual de veloz ─Yugi le sonrío asintiendo –déjame ayudarte aibou.

Yami lo tomo por la cintura en cuanto subió un pie en el estribo para ayudarlo a subir, termino de ajustar la montura y le paso las riendas de la yegua, luego se subió en el macho que tenía el pelaje negro con algunas manchas grises, el mismo color de la cola y la crin. También vio que enganchaba lo que parecía ser una especie de mochila, pero no le tomo mucha importancia.

─ ¿Vamos? ─pregunto indicándole a su caballo que avanzara un poco.

─Yo te sigo ─el menor sonrió mientras jalaba las riendas de la yegua para que avanzara también.

El paseo fue tranquilo y agradable, Yugi se mantuve al lado de Yami todo el tiempo, lo más cerca posible que le permitiera el estar montados a caballo, lo cual no fue problema tomando en cuenta que ambos caballos eran pareja, le pregunto un par de veces a su yami hacia donde se dirigían pero él insistía en que era una sorpresa y lo distrajo preguntándole por sus amigos.
El día estaba agradable, el sol no estaba tan fuerte y la brisa soplaba haciendo el ambiente muy ameno.

Al poco rato Yugi pudo entender porque Yami había insistido en no decirle nada, el paisaje que tenía enfrente era sumamente hermoso, nada comparado a los libros y ni películas que hubiera visto.

Habían llegado a un precioso oasis.

Una especie de piscina natural en el centro llenada de vida y verdor el lugar, no era enorme, pero sí bastante grande, el agua se veía algo profunda y era rodeada por una fresca capa de césped adornado por algunas florecillas silvestres, varias palmeras daban sombra y frescor al lugar, era simplemente una maravilla.

─ ¡Wow!

─ ¿Te gusta mi sorpresa aibou?

─ ¿gustarme? Yami me encanta, este lugar es precioso.

─Que bien ─cuando quiso darse cuenta Yami estaba a su lado sonriéndole y tendiéndole sus brazos para ayudarlo a bajar. Le sonrió y se movió hasta quedar de frente a él, enseguida le tomo de la cintura para bajarlo de la yegua.

Cuando Yami lo soltó se estiro un poco ─gracias bonita ─le dijo a la yegua estirando la mano para acariciar su cabeza. Yami tomó las riendas de ambos para amarrarlos a una palmera cerca del agua para que pudieran beber y los dos se sentaron bajo la sombra de otra.

Yami se sentó primero y rápidamente jalo a Yugi para acomodarlo en medio de sus piernas tal como cuando ‘despertaron’ hace poco y lo abrazo, Yugi se acurruco feliz en su pecho.

─Es un lindo lugar ¿cierto? ─Yugi asintió ─lo descubrí hace algún tiempo y jamás he traído a nadie más aquí.

─Pues entonces gracias por compartirlo conmigo alteza ─le dijo en broma, pero igualmente agradecido. Él rio.

─Jajajaja, eres la única persona con quien querría compartirlo Yugi… mi hikari ─Yugi le dio un beso en la mejilla ─ ¿nadamos un rato?

─ ¿Eh? ¿Pero qué dices? No debo mojarme la ropa y… yo…

─Voy un paso delante de ti mi pequeño ─Yami le dio un suave toque en la nariz con el dedo índice y se levantó para ir a donde los caballos, tomo algo de aquella especie de mochila y regreso al lado del menor para tenderle una tela ─esta es la ropa que se utiliza aquí para nadar o ir a las termas ─Yugi tomo la prenda y la observo, era como una especie de short parecido al faldin que su yami llevaba, pero un poco más corto y la tela era ligera.

─Gracias Yami ─él le sonrió y fue a cambiarse cerca de los caballos, ‘seguramente queriendo darme privacidad’ pensó Yugi, sonrió ante su detalle, Yami siempre se portaba como un caballero, en especial con él. Yugi frunció el ceño al recordar a cierta castaña quien también adoraba la personalidad y caballerosidad de su yami, agito la cabeza para apartar ese pensamiento y se apresuró a cambiarse.

─ ¿Qué pasa? ¿Te preocupa algo, aibou? ─Yugi brinco en su lugar cuando Yami le abrazó desde atrás, le había pillado observando el horizonte pensativo.

─ ¿Eh, cómo? … ¡Ah no! No me pasa nada Atem ─trato de disimular con una brillante sonrisa pero el brillo no le llego a los ojos.

Y su yami lo noto ─Yugi dime, ¿Qué es lo que te preocupa? Sabes que puedes decirme lo que sea… ¿nee, mou hitori no ore?

─En serio. No me pasa nada Atem.

El faraón frunció el ceño ─A ti te angustia algo y no me quieres decir qué es ─Antes de que Yugi intentará negarlo el volvió a hablar ─Yugi, acabas de llamarme Atem… dos veces además.

─Te preocupas por nada, anda vamos al agua ─le jalo del brazo en un intento por distraerlo y aunque él le siguió no desistió.

Entraron juntos al agua y Yugi se sumergió un par de veces antes de regresar al lado del mayor en el borde del agua, este lo apreso rápidamente entre sus brazos ─ ¿Por qué no quieres decirme que te ocurre Yugi?… ¿Es acaso ya no confías en mí? ─pregunto cabizbajo y con un tono triste.

La forma en que hablo hizo que Yugi le diera un vuelco en el corazón por lo que le tomo del mentón y le hizo verle directo a los ojos ─ ¿Cómo se te ocurre decir eso?… Nada en el mundo haría que yo dejará de confiar en ti Yami. Nada

─Entonces ¿porque no quieres decirme que te ocurre? ─Yugi tuvo que pensar rápido, no podía decirle a Yami lo que pensaba, sonaría como un niño caprichoso y celoso.

─Es solo que, no quiero que te sientas como yo ─Yami intento hablar pero Yugi le detuvo, debía convencerlo antes de que le descubriera ─es solo que… deseo que volvamos a estar juntos, aun no tengo idea de cuando ni de qué es lo que debo hacer para eso y yo… yo…yo te extraño demasiado ─dijo ocultando su rostro en el pecho de Yami, tal como un gatito en busca de cariño.

─Oh Yugi! Yo también te extraño tanto mi aibou… me haces muchísima falta ─lo abrazo contra su pecho acunándolo como a un niño pequeño ─pero no desesperes, yo sé que hallaras la manera y entonces nada volverá a separarnos ─le tomo el rostro con las manos y le dio un suave y amoroso beso─ Nada ¿me oyes?… Te quiero Yugi.

─Yo también Yami, con todo mi corazón ─declaro llevando una mano del mayor a su pecho para que sintiera el palpitar de su corazón.

Yami le sonrío con una mirada enamorada, Yugi le devolvió la sonrisa y le jalo la mano para que nadará con él por el lago, Yami le siguió feliz, de pronto Yugi se detuvo y empezó a salpicarlo con las manos riendo, el mayor se detuvo para cubrirse el rostro con las manos y, contagiado por las risas de Yugi empezó a salpicarlo también.

Siguieron jugueteando en el agua unos minutos entre risas, divirtiéndose y compartiendo en momento, solo ellos. Hasta que Yami se dio cuenta que el sol iba descendiendo en el cielo.

─Creo que va siendo hora de volver ─Yugi hizo un puchero pero igualmente lo obedeció y ambos salieron del agua. Yami tomo una tela y se la ofreció a Yugi para que se secara mientras él mismo volvía a cambiarse cerca de los caballos.

Desataron y montaron a los caballos una vez secos y vestidos.

─Nee, Yami ¿una carrera de regreso? ─propuso jalando las riendas de la Yegua, indicándole que se preparará a avanzar.

Yami sonrió con determinación ─si eso quieres, con gusto ─ acomodo a su caballo justo al lado de Yugi.

─En sus marcas.

─Listos.

─Ya!─gritaron a unísono al indicarle a su respectivo caballo que empezara a correr por el mismo camino que había seguido, por suerte Yugi lo había observado bien y no se perdería.

La carrera fue muy reñida, a veces se adelantaba Yami otras veces Yugi, pero nunca duraba más de un minutos y siempre era por poca distancia, finalmente alcanzaron a ver las caballerizas y ambos dieron el máximo. Y todo termino… en un empate.

─Creo que llegamos al mismo tiempo ─planteo en cuanto Yami le tomo por la cintura para bajarlo.

─Estoy de acuerdo aibou. Buena carrera, eres un excelente jinete.

─Gracias, igual tú. Fue divertido. Muchas gracias bonita ─dijo finalmente a la yegua mientras la regresaba a su lugar y se aseguraba de que tuviera agua.

─ ¿quieres recostarte un rato? Vamos a mi habitación ─Yami lo tomo de la mano para guiarlo al interior del palacio y a su alcoba.

Una vez dentro Yami se sentó en la cama, Yugi se dejó caer de espaldas en la misma haciendo reír a su yami ─ ¿quieres descansar un poco? ─pregunto con cariño moviéndose para quedar de perfil cerca de su compañero.

─Sólo si tú estas a mi lado ─respondió acurrucándose en su pecho al instante.

Yami le sonrió, se movió hacia atrás para recostarse entre los almohadones de manera que levantara un poco la espalda y luego acomodo a Yugi completamente sobre él.

El menor se sonrojo ─ ¿pe-pe-pero que haces Yami? ─tartamudeo apenado haciendo amago de bajarse.

Sin embargo Yami lo sujeto fuerte entre sus brazos ─ ¿A dónde vas? Quédate así. Me gusta abrazarte.

─A mí también pero… pero no es necesario que me cargues ─dijo revolviéndose sobre el cuerpo del mayor intentando zafarse del -para él- incomodo momento.

Pero Yami se negó a soltarlo, finalmente Yugi desistió al ver que no lograría nada y se dejó mimar por su par, quien empezó a acariciarle los mechones. En cuanto se quedó quieto Yami le sonrió y le besó.
Se quedaron así unos cuantos minutos, Yami seguía mimándolo y Yugi respondía con algunos cariñosos besos en sus mejillas haciéndolo reír a los dos.

Lastimosamente, más temprano que tarde, justamente cuando el sol se ocultó en el horizonte, la habitación empezó a llenarse de una densa niebla grisácea, como ya todos sabrán, malas noticias para nuestra adorable pareja.

─No quiero irme ─dijo Yugi con un adorable puchero ocultando su rostro en el pecho de Yami.

─Y yo no quiero dejarte ir aibou ─respondió a su compañero, logrando que este le viera a los ojos ─Pero, por ahora, no hay nada que podamos hacer.

─Yami, te prometo que haré lo posible para traerte de regreso lo más pronto que se pueda.

─Yo sé que lo harás Hikari. Y yo te prometo que no volveré a separarme de ti, sin importar nada ─le respondió abrazándolo fuerte ─Quizás esté pidiendo demasiado, pero… Yugi ¿podrías prometerme algo?

─ ¡Claro!... ¿Qué cosa? ─pregunto con inocencia, ladeando la cabeza.

─Quiero que, el día que volvamos a estar juntos… sin importar nada más, en el momento en que nuestros ojos se encuentren… me beses.

Yugi se sonrojo por la petición ─ ¿poooo-por qué me pides e-eso?

─En ese momento sabrás que tan importante es, pero… ¿me lo prometes?

Yugi suspiro para intentar calmar su agitado corazón y asintió ─sí… te lo prometo… mi yami ─Yugi selló aquella promesa con un tierno y suave beso, apenas un inocente roce, acaricio sus labios con amor y ternura, queriendo decirle que confiaba ciegamente en él y que haría cualquier cosa que él le pidiera, aun sin una explicación inmediata… además, no es que le molestará hacer tal cosa.

─Te quiero Yami.

─Yo también Yugi… con todo mi corazón ─tal como lo hizo su hikari antes, llevo la mano de su compañero hasta su pecho.

La niebla ya cubría todo a su alrededor y cuando se disponía a terminar con aquella enternecedora escena… algo en Yugi reacciono… y no de buena manera.

─ ¡No quiero! ─grito fuera de sí aferrándose al abrazo de su yami, queriendo quedarse con él.

─Yugi ¿Qué ocurre? ─pregunto preocupado por tal reacción.

─No quiero alejarme de ti… no quiero estar si ti… ¡no lo soporto más! ─Yugi le miró directo a los ojos, cosa que solo logro preocuparlo más pues estos parecían perdidos en la nada, un brillo extraño se hallaba en ellos, algo que no sabía cómo definir. Y aún sin tener su vínculo sabía que algo MUY malo le ocurria a su pequeño

─Yugi por favor cálmate…─ lo tomo de las mejillas intentando que sus ojos le enfocaran ─mírame ¿sí? Aquí estoy… todo esto pronto terminará y volveremos a estar juntos ─para el alivio de Yami los ojos de Yugi empezaron a volver a la normalidad ─Escúchame mi pequeño, todo va estar bien.

─ ¿Yami? ─pregunto algo desubicado.

─Yugi ─suspiro aliviado al ver que Yugi volvía a ser el mismo ─aibou ¿qué fue eso?

─No lo sé, yooo… ayer me paso lo mismo, no sé qué es… ─Yugi agito la cabeza confundido ─no tengo idea de que ocurre, llega un momento en que pienso en ti, en que te extraño demasiado y… me siento vacío, entonces… no lo sé.

─Oh aibou! Esto enserio te está haciendo daño… lo siento tanto. Es mi culpa.

─Eso no es cierto… Yami, tu eres lo más importante para mí.

─Y tú para mi Yugi… ojala pudiera hacer algo por ayudarte.

─Te quiero ─declararon a unísono justo antes de que la niebla cubriera todo.

A los pocos segundos Yugi se vio completamente solo en medio de aquel espacio violeta en que había visto a Yami en el baile de Halloween (por eso se había sorprendido tanto), pero Yami no estaba, él estaba solo. Estaba solo y hacia frio… mucho frio. Y Yami no estaba ahí para abrazarlo y darle su calor. Estaba solo y se estaba helando, no sentía nada de su propio calor. Estaba vacío y solo ─Que frio ─dijo temblando ─y… el vacío ─murmuro abrazándose a sí mismo.

Fin de Flash Back

─Y… eso fue todo… Realmente no recuerdo como empezó el sueño.

─ ¡Owww! ─exclamo conmovido Ryou ─lo suyo es como para hacer una película ─bromeo son una pequeña sonrisa.

─ ¿una película? ─repitió sarcástico Malik ─Más bien da para escribir un libro.

─Jajajaja… ya estuvo chicos, ahora si tengo sueño, vamos a dormir.

─Buenas noches Yugi, buenas noches Malik.

─Hasta mañana Ryou, hasta mañana Yugi.

─Que descansen chicos. Dulces sueños.

Continuará

Notas finales:

 

Oh.Santo.Ra!!!! Hemos superado las 3.000 lecturas *-* Sois enormes chic@s!!!!
Quiero agradecerle a tooooooooodooooooos por su apoyo al respecto de la pregunta en el cap pasado, eh tomado mi decisión y la conocerán en el siguiente episodio.
¿Quiénes aparecerán? ¿Ryou y Malik también tendrán esos extraños ‘episodios’ como los de Yugi? Todo esto y más muy pronto.
Ah! Y gracias por sus buenos deseos con respecto a mis clases, estoy en plenos parciales y de verdad que me alientan muchísimo. De corazón Gracias.


Bueno, creo que eso es todo por ahora.

Aquí estoy porque eh venido
Porque eh venido, aquí estoy
Y si no le gusta mi canto
Como eh venido. Me voy!

Nos leemos

 


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