-o- Esa noche en casa de los tricolores.
─Ya llegamos ─avisó Yugi a su abuelo quien estaba ya en casa luego de haber cerrado la tienda ─Hola abuelito.
─Hola muchachos ─recibió el anciano con una sonrisa ─ ¿Qué tal les fue?
─Genial abuelo.
El anciano pareció notar algo en la mirada de su nieto─ ¿te sucede algo Yugi?
─ ¿a mí? No ¿por qué? ─se hizo el desentendido.
─Me pareció… No es nada, olvídalo, tu viejo abuelo solo está algo cansado… Me iré a dormir, que pasen buena noche chicos ─se despidió.
─Buenas noches abuelo ─dijeron ambos al unísono.
Se quedaron viendo unos segundos a los ojos, pero justo cuando Yami iba a decir algo Yugi desvió la mirada yendo hacia la cocina, como huyendo del mayor, Yami frunció el ceño decidido, esto ya había durado demasiado.
Fue tras él.
Yugi estaba registrando la nevera buscando algún zumo ─ ¿quieres algo de tomar? ─ofreció sin apartar su mirada de electrodoméstico.
─No gracias ─rechazó el mayor, Yugi solo asintió y tomó una botella de jugo, bebió un poco, en el proceso unas gotas de jugo se escaparon por la comisura de su boca bajando por su mentón.
Yami miró atento el recorrido de aquellas gotas, su vista se nubló con el pensamiento de querer limpiarlas de la piel del chico con su lengua hasta apoderarse de sus labios.
Siguiendo esos impulsos se acercó a Yugi justo cuando el chico termino de beber, tomándolo del brazo antes de que se limpiara la boca, con el brazo libre lo rodeo por su cintura apegándolo a sí puso su lengua en el borde de su barbilla subiendo para recoger las gotas de juego hasta llegar a la comisura de sus labios. Yugi no podía estar más rojo, ni siquiera tuvo fuerzas de apartarse, estaba inmóvil ante el proceder de su yami.
El mayor apenas aparto su boca unos milímetros antes de juntar sus labios con los de su hikari. Los besó con cariño y parsimonia, acariciándolos con suavidad, lentamente coló su lengua por la boca de Yugi recorriéndola con ternura hasta dar con su compañera. Yugi aún no correspondía a su beso y eso lo preocupaba ¿Su aibou no quería sus besos? ¿Ya no lo quería? Rozó ambas lenguas con timidez, intentando que el menor respondiera a su invitación.
Los ojos de Yugi temblaban y estaban brillantes por la humedad, estaba sintiendo toda la preocupación que Yami sentía por él y se reprendió mentalmente por actuar de aquella manera. Dejó caer la, ahora vacía, botella de su mano -afortunadamente era de plástico- y, forzando el brazo que le Yami sujetaba rodeo con ambos el cuello del mayor correspondiendo finalmente a su beso.
Yami se sintió enormemente aliviado al percibir el cariño en la contestación de su compañero y lo envolvió con ambos brazos por la cintura, aferrándolo a su cuerpo sin intensiones de soltarlo.
Pero el aire era fundamental y en algún momento tenían que separarse ─tenemos que hablar ─Yami lo miro seriamente a los ojos al decir aquello. Yugi se separó de sus brazos y fue hacia las escaleras para subir a su habitación ─mejor me hubiera quedado callado ─murmuró para sí el faraón levantando la botella y dejándola en el fregadero antes de ir tras su aibou.
Se quedó un momento frente a la puerta y rezó porque su compañero no hubiera puesto el seguro, tomó el pomo con timidez y lo giró aliviándose al notar que cedía, abrió la puerta, entró y la cerro tras de sí.
Yugi no se veía por ningún lado, pero unos sonidos al costado le indicaron a Yami que el chico estaba en el baño… seguramente cambiándose. Fue a sentarse en la cama a la espera de su luz, aun sin encontrar una sola explicación al inusitado comportamiento anterior del chico.
Yugi salió del baño con su pijama larga celeste, sus mejillas estaban coloradas pues había logrado distinguir el momento en que Yami había entrado… ya no podía escapar de aquello.
Yami lo miró palmeando el lugar a su lado, obediente Yugi se sentó en el sitio indicado con la mirada baja.
─Yugi mírame ─ordenó el mayor con un tono que le recordaba a Yugi que la persona a su lado había sido uno de los grandes regidores de Egipto, se estremeció antes de hacer lo pedido… no que tuviera muchas opciones ─No se tu pero creo que me merezco una explicación ─habló con seriedad ─te has estado comportando extraño todo el día, me evades ─declaró ─ ¿Por qué? ¿Dije o hice algo que te molestara? ─ Yugi solo negó con la cabeza ─Yugi, háblame ¿Qué es lo que pasa? ─rogó esta vez tomándole el rostro con ambas manos.
Dos pequeñas gotas saladas resbalaron por las mejillas del menor ─ ¡Gomen Yami! ─Yugi se ocultó en el pecho de su otro yo ─me comporte como un tonto… de verdad lo siento Yami ─apretó entre sus manos la chaqueta del mayor dejando que unas pocas lágrimas más se escaparan de sus ojos ─es que… pensé en tantas tonterías y yo… ¡lo siento!
Yami abrazó a su compañero hasta que se calmó un poco, le alzó el rostro mirándole con cariño ─no importa ─le limpió las lágrimas ─ahora dime ¿Qué se te pasó por esa cabecita tuya? ─dijo tiernamente pegando su frente a la de Yugi mientras rozaba sus narices con suavidad.
Yugi se separó del mayor y recogió sus piernas rodeándolas con sus brazos, reposó su mentón en las rodillas y empezó a relatar con toda la vergüenza del mundo aquellos pensamientos que le había preocupado desde hace algún tiempo ya, Yami lo escuchó sin decir palabra alguna rodeándolo con un brazo.
─Debo parecer un niño caprichoso ─murmuró apenado escondiendo su rostro en las piernas.
─No es así ─consoló el mayor haciendo que su luz volteara a verlo ─yo no eh tenido en consideración tus sentimientos aibou, eh dejado que las cosas se den por sentando y está mal… ─lo abrazó con fuerza ─ tú te mereces mucho más ─susurró en su oído mientras apartaba las manos de Yugi de sus piernas para entrelazar sus dedos ─Te amo Yugi… ¿serías mi koibito? ─preguntó con voz tierna dándole un pequeño beso en los labios.
Los ojos del menor temblaron, su mandíbula bajó por el asombro, realmente no esperaba que Yami se lo pidiera, sintió su corazón detenerse antes de latir a toda velocidad. De un impulso se lanzó en un abrazo contra Yami, incluso lo tumbó de espaldas al colchón con él encima -con una enorme sonrisa, cabe destacar-
─Me encantaría ─le dio un profundo beso ─También te amo Yami.
─Aibou… ─susurró con cariño.
Esa noche la tierna pareja de tricolores se durmió entre mimos y arrumacos.
-o-
El nuevo día saludó a los habitantes de Domino con un suave sol brillante que mantenía el día con una agradable temperatura templada. Un día perfecto para salir en grupo y divertirse con amigos.
¿Por qué no vemos como pilló el nuevo día a nuestras adorables parejas?
-o- En casa Ishtar.
La noche anterior había caído un leve nevada que había enfriado el ambiente, por lo mismo Malik y Marik habían terminado sumamente acurrucados bajo las mantas.
Marik estaba recostado bocarriba, uno de sus brazos estaba flexionado hacia abajo y su mano se entrelazaba con la de su hikari, el otro estaba sobre la espalda de Malik.
Por su parte el menor estaba medio recostado sobre su yami, uno de sus brazos descansaba en la cama, cuya mano agarraba la de Marik, el otro reposaba sobre el pecho del mayor junto a su rostro, tenía una de sus piernas en medio de las de su yami y la otra enredada entre las mantas.
La noche anterior Malik se había dormido fácilmente arrullado con los latidos del corazón de Marik y los mimos que recibía en su pelo y Marik, envuelto en el exquisito calor y aroma del cuerpo de su ángel no había tardado en seguirle al mundo de los sueños.
Lastimosamente los tibios rayos del sol se encargaron de que el menor saliera de ese agradable estado de somnolencia, se revolvió un poco intentando prolongar lo más posible su reposo, pero la perturbación ya estaba hecha y su movimiento también había despertado a Marik.
─Mmmmm Ahhhhh ─bostezó ─Ohayō Malik ─saludó en voz baja apretando la mano que tenían entrelazada.
─Ahhhhhh, Ohayō Marik ─regresó el menor en el mismo tono acurrucándose más en su pecho, bostezando.
─ ¿No me das un beso de buenos días ángel? ─susurró travieso el mayor.
─Baka ─ susurró Malik antes de arrastrarse un poco hacia arriba para juntar su boca con la del mayor, rozando sus labios con pasión y cariño, Marik empezó a juguetear con su lengua en medio de los labios del menor, mordisqueaba sus labios con suavidad a la vez que acomodaba al chico totalmente sobre sí, haciendo que Malik se revolviera sobre su cuerpo de deleite haciéndolos jadear a ambos al separarse de la boca del otro.
─Te quiero mi hermoso ángel ─le murmuró.
─Y yo a ti mi encantador demonio ─respondió antes de darle otro beso.
-o- En casa Bakura
A Ryou no le costaba nada despertarse temprano, es más, aquello ya le era prácticamente un habito, puesto que sus horarios casi nunca variaban al momento de dormirse y de despertar, pero este día en particular estaba muy reticente a levantarse, la noche anterior se había dormido muy tarde -no hace falta decir porque- ya entrada la madrugada, bastante agotado luego de una larga y encantadora noche en brazos de su yami.
Ahora mismo estaba envuelto en una agradable atmosfera de calidez, cariño y protección demasiado atrayente como para querer apartarse, en especial porque sentía aquello tanto a su alrededor como en su cuerpo.
¿La razón? Bakura seguía dentro suyo, sentía esa inconfundible calidez en su entrada, aún más sentía en su corazón esa sensación de estar completo y de unión total.
Se removió un poco con bastante pereza rozándose en el pecho de Bakura, quien lo abrazaba desde atrás pasándole un brazo por la cintura mientras el otro lo mantenía flexionado bajo su cabeza, tenía una de sus piernas entre las de Ryou.
El movimiento del menor los despertó a ambos por el roce que provocó en su unión haciéndolos jadear ─Kuraaaaa ─dijo entre bostezos ─buenos días ─le saludó con una bella sonrisa volteándose un poco para verlo a los ojos.
─Hola mi hermoso niño ─saludo inclinándose para darle un beso en la mejilla ─yadonushi, me encantaría despertar así siempre contigo ─murmuró en su oído antes de pasar su lengua por el borde de su oreja, embistiendo lentamente en él.
─Mmmmm, para Kura, ahhhh, más tarde vamos a salir con todos ─intentó refutar sin poder evitar los jadeos que le provocaba el mayor.
─Tenemos ahhhh suficiente tiempo ─empezó a embestir con más fuerza. Ryou se giró un poco más para besarlo y la contorción de su cuerpo apresó más la hombría del mayor en su interior provocándole a Bakura un fuerte gemido de deleite ─Arrrggg ¡Ryou! Como me aprietas, eres exquisito hikari ─dijo antes de besarle el cuello con fuerza dejándole un notorio chupón en su blanca piel.
─Ahhhh ¡Kura!
-o- En casa Motou.
Luego del tierno momento nocturno de confesiones y demás entre Yugi y Yami los dos lo sorprendió la mañana muy acurrucados, Yugi se apegaba a la calidez del pecho de Yami quien lo envolvía con ambos brazos estrechamente.
Yami fue el primero en empezar a espabilarse, lo primero que sintió fue el dulce aroma de Yugi rodeándolo, una sonrisa se plasmó inmediatamente en su rostro recordando la noche anterior. Abrió sus ojos para enfocarlos en su compañero, el chico se veía totalmente adorable entre sus brazos, su boquita estaba muy levemente abierta formando una perfecta ‘o’
Con suavidad se movió un poco hacia abajo para darle un beso en su frente cosa que despertó a Yugi. El menor sintió la agradable caricia que lo hizo despertar con una sonrisa, sus ojos temblaron un poco antes de abrirse levemente ─Oahhhh ─ahogó un bostezo mientras se frotaba un ojo haciéndolo totalmente tierno (N/A: Kawaii y violable xD) a los ojos de Yami ─ Ohayō Yami ─saludó con voz adormilada.
─Jeje ─rio por lo adorable del chico ─ Buenos Koi ─susurró con cariño haciendo sonrojar al menor, quien se movió para darle un suave beso en los labios ─ ¿Qué tal has dormido?
─Muy bien Yami ¿y tú?
─También aibou ─le dio otro beso ─Te amo ─lo abrazó con fuerza.
─Te amo Yami.
…
-o- En algún lugar muy lejos de allí xD
Cierto adolescente estaba en la estación de trenes esperando a alguien, mientras tanto su cabeza estaba perdida entre recuerdos del encuentro que tuvo hace unos días con… cierta personita que lo traía realmente confundido.
Flash Back
─ ¡Hola Joey!
─ ¿Qué tal chibi? ─saludó el rubio revolviendo el cabello del menor con cariño.
─Y dime ¿qué era eso que querías contarme? ─preguntó curioso el peli-negro.
En ese instante el CEO entró en escena, logrando incomodar un poco al rubio.
─Bueno, no sé si te dijo tu hermano que en navidad Duke nos regaló a todos boletos para ir a patinar sobre hielo (N/A: recordamos que Moki estaba dormido a la hora del intercambio) Así que hemos planeado de ir el domingo a la pista ─explicó Joey ─ si no están ocupados ¿por qué no vienen con nosotros? ─dijo con emoción.
El chico se notaba igual emocionado ─Se oye estupendo ¿podemos Seto? ¿Siiiiii? ─pidió a su hermano con la carita de súplica más tierna que pudo poner.
Seto lo miró impasible, desvió la mirada hacia al rubio que veía a Mokuba con una sonrisa, los ojos ámbares de Joey chocaron con los azules del castaño, el rubio le dio una tímida sonrisa antes de desviar la mirada.
─Si eso quieres, iremos ─dijo sin ninguna emoción aparente.
─ ¡Yeiii! Gracias hermano ─saltó el menor a abrazarlo.
Joey miró la escena con una sonrisa.
─ ¿A qué hora será? ─pidió el chico.
Joey le dio todos los detalles a Mokuba antes de irse ─Tengo que irme, nos veremos luego Moki ─se despidió el rubio.
El pelinegro se sobresaltó un poco, nadie a parte de su hermano -cuando eran pequeños- le llamaba de esa manera, pero el escuchar a Joey decirle así se sintió agradable… de verdad que esperaba que Seto lo hiciera su cuñado pronto, le agradaba mucho Joey.
Fin de Flash Back
─ ¡Hermano! ─gritó Serenity bajando del tren.
─Hola princesa ─saludó cariñoso el mayor abrazando a su hermanita ─ ¿Qué tal estas? ¿Y mamá?
─Ambas estamos bien, gracias hermano ¿Qué hay de ti?
─Bien, ya sabes, la escuela y todo eso ─le sonrió ─ ¿vamos yendo?
La castaña asintió emocionada.
-o-
─Hikari ─llamó Marik cuando ambos iban saliendo de la casa.
-o-
─ ¿Si, Bakura? ─indagó Ryou.
-o-
─ ¿A dónde iremos? ─preguntó Yami.
-o-
El hikari lo miró con una sonrisa ─ ¡Iremos a patinar sobre hielo!
-o-
─ ¿Ir a…
-o-
─…Patinar…
-o-
─…Sobre hielo?
Continuará… xD