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La cuenta regresiva, la vida sin ellos por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Aquí traigo la primera secuela de “No es un adiós, sino un hasta pronto”
Yugi, Ryou y Malik empezarán una nueva vida, ahora todos juntos en Domino, empezarán las clases, llevaran una vida normal como estudiantes, el único problema con eso es que ellos no son chicos normales, son hikaris y sin sus yamis no está completa su vida. Tendrán que superar muchos sentimientos antes de tomar su decisión. Tendrán que aprender a vivir sin ellos. Será una prueba para sus almas. ¿Serán capaces de superarla?

 Yugi-oh! No me pertenece si fuera así esto lo estrían viendo como capítulos en televisión xD.

-o-

En la casa-tienda Motou se hallaban una pareja de tricolores descansando plácidamente en la segunda planta, envueltos en las mantas y tiernamente acurrucados. Una leve sonrisa adornaba el varonil y sensual rostro del mayor que rodeaba protectoramente el pequeño y tibio cuerpo de su adorado protegido, ahora, novio.

Los suaves rayos de luna adornaban tiernamente el rostro del menor, dándole un suave toque a sus mechones rubios, haciéndoles parecer estrellas fugaces en contraste con el negro de su  cabello y de la camiseta del mayor pues su cabeza reposaba en el pecho de este. A pesar de esto en el rostro del pequeño se notaba cierta intranquilidad, sumado al férreo agarre que su mano derecha tenía en la parte baja de la camiseta de su par.

Yugi se revolvió levemente un par de veces recogiendo las piernas que reposaban en el colchón y apretando ambas manos. Yami, en su inconciencia, sintió la intranquilidad de su compañero y su ser automáticamente cambio su sueño a un estado más ligero para estar al pendiente de las reacciones del pequeño entre sus brazos.

Unos instantes después los parpados de Yugi temblaron antes de que las bellas joyas amatistas que el chico tenía por ojos se vieran al descubierto justo bajo la luz de la luna, dándole un bello toque brillante y platinado, como perfectas joyas recién pulidas. Parpadeó un par de veces y soltó un tierno bostezo fregándose un ojo, giró un poco el rostro viendo a su acompañante y una sonrisa se plasmó inmediatamente en sus labios. Aquella era una pequeña tortura cuando se despertaba por las noches, abrir los ojos y no tenerlo a su lado ni sentir su presencia estrujaba su corazón dolorosamente, por eso apreciaba cada momento que podía tenerlo a su lado.

Estiró un poco su mano con el deseo de acariciar las bellas facciones masculinas pero se detuvo a un par de centímetros no queriendo perturbar su sueño, le miró con cariño y se movió lentamente, se arrodilló y separó las piernas hacia los costados, dejándolas en diagonal para luego bajar el cuerpo y sentarse. Giró un poco ladeando la cabeza para ver la luna llena alzarse en el basto manto nocturno a través de la cristalera del tragaluz en su techo. A su cabeza llegaron la cantidad de cosas que había transcurrido el día anterior con su familia. Eran demasiadas para un solo día, pensó con una pequeña sonrisa que si Yami no hubiera estado con él le hubiera sido casi que imposible conciliar el sueño perdido en tantas cosas.

Justo en ese momento Yami despertó al no sentir el contacto del tibio cuerpo de su compañero por un tiempo, sus ojos enfocaron rápidamente al menor pero estos casi se salen de sus cuencas al ver el panorama frente a él. Su amado novio estaba sentado justo bajo la luz de la luna, aparte de su notable flexibilidad con su tierna y adormilada mirada, además de su blanca piel casi resplandeciendo bajo el satélite… sin exagerar su bello niño parecía un precioso ángel recién caído del cielo que miraba con curiosidad el mundo a su alrededor iluminando todo el lugar con su sola presencia. En una palabra, a sus ojos, Yugi estaba: precioso.

…Pero algo en sus ojos no cuadraba para el faraón y se dedicó a enterarse de lo que pasaba por la mente de su amado niño.

─Aibou ─murmuró llamándole con cariño.

Yugi miró de inmediato en su dirección ─Oh Yami ¿te desperté? ─preguntó con inocencia ladeando la cabeza al otro costado del que ya la tenía, ofreciéndole una pequeña sonrisa.

─Para nada koi ─le dijo manteniendo el tono de voz bajo, dándole un toque intimo al momento ─ ¿te pasa algo? ─se movió un poco para medio sentarse y reposar su espalda contra los almohadones que están en la cabecera.

Yugi negó con la cabeza lentamente ─no, solo me desperté de pronto y me puse a pensar en todo lo que pasó esta tarde.

Yami le miró comprensivo, relajó el cuerpo y abrió los brazos para que Yugi regresara a su lado. Obediente el menor avanzó a gatas por la cama y puso las manos en el pecho de su par para recostarse contra él, ladeó las piernas sobre la cama flexionándolas de costado, se sentó justo al lado de las piernas de Yami y se acurrucó en su pecho con mimo soltando pequeños gemidos de gusto, a opinión de Yami parecía un pequeño gatito ronroneando, lo que lo impulsó a llevar una mano a su espalda y pasearla lentamente de arriba a abajo.

─Tu prima mayor parecía bastante molesta con Kurumi.

─Sí ─coincidió con su protector ─Su reacción fue normal, pero no deja de ser grosera, imprudente e inmadura. Si quería decir aquello lo mejor era esperar a decírselo a su padre en privado, hizo sentir mal a su prometida y se notaba que era una buena persona y que se querían mucho con mi tío ─comentó haciendo memoria de lo ocurrido.

Flash Back 

Cuando los seis chicos llegaron al instituto Seiyu vieron un gran alboroto en el patio principal, parecía que el club de música estaba haciendo una interpretación con los instrumentos de la institución mientras muchas chicas, tanto de secundaria como de preparatoria bailaban al son de la animada música… entre ellas Yugi divisó a su prima.

─ ¡Senpai’s! ─llamaba un pelirroja dirigiéndose al grupo.

─Ah, Kyoko-san ─saludó Ryou.

─Feliz día de San Valentín senpai’s ─deseó la oji-verde haciendo una pequeña reverencia, disimuló la sorpresa de ver a los tres yamis. La chica llevaba dos maletines, el suyo y el de Kurumi ─Kurumi-chan debe estar por bajar, me pidió que los esperara ─informó la pelirroja, llevaba un sencillo vestido rosa pálido hasta las rodillas con botas blancas hasta debajo de la rodilla y un delicado chal blanco a juego con el lazo blanco en su cadera que hacía de cinturón, sus dos coletas estaban sujetadas por dos broches en forma de corazones blancos. La chica se giró a hacerle unos gestos con una mano a su amiga.

Kurumi apenas divisó a le pelirroja junto a su primo y sus amigos pidió el relevo con una compañera y fue corriendo hacia el grupo. La peli-azul llevaba un vestido de un lindo y femenino tono ente fucsia y lila con un lazo rojo en su cintura de lindo moño en su espalda a juego con sus botas rojas con detalles en blanco y una diadema roja decorando su largo cabello trenzado hacia el lado izquierdo, llevaba la manilla que le había regalado Yugi y una cinta roja en su cuello que hacía de gargantilla.

─Hola Yugi nii-chan ─saludó con alegría abrazándose a su primo. Yugi le dio un beso en la frente antes de separarse de ella.

─ ¿lista para irnos? Hay que pasar por los niños.

─ ¿ah sí?

─Si, Akari nee-san me llamó y me lo pidió.

─Ok, Kyo-chan ¿vienes con nosotros? Así conoces a mis sobrinos.

─Claro, me encantaría ─aceptó la pelirroja con una sonrisa ─por cierto… preparé esto para ustedes, senpai’s ─la chica les ofreció unos chocolates a los chicos. Así como Kurumi.

─Muchas gracias ─aceptaron los tres hikaris, partían cada chocolate a la mitad y le daban una parte a sus yamis.

─Que ricos ─aduló Ryou a Kyoko.

Los ojos de la chica brillaron de ilusión ─ ¡Arigatou senpai! ─agradeció la pelirroja.

─Gracias prima.

Así los ocho se tomaron camino a la primaria de los niños que quedaba a pocas cuadras de la casa. Bakura y Marik iban hasta atrás del grupo conversando con sus hikaris.

─Aibou ─le llamaba Yami en voz baja.

─ ¿Qué pasa?

─ ¿Estas molesto conmigo? ─preguntó el faraón. Yugi le miró con una ceja alzada ─ ¿koi? ─le susurró con cariño y algo de preocupación.

─No tontito ─le dio un rápido beso en la mejilla.

Yami soltó un suspiro de alivio ─te amo mi pequeño ─le dijo al oído. Yugi se ruborizó un poco para deleite de su yami.

─ ¡Tío Yugi! ─llamó Keita.

─ ¡Tío Atem! ─imitó Shouta.

Los gemelos saludaron a todos los presentes y se presentaron con la pelirroja antes de dirigirse más efusivamente a los tricolores.

Keita le tendió los brazos a Yugi para que lo cargara y en cuanto esté lo hizo ocultó su rostro en el hombro del hikari ─ ¿Qué te pasa Keita? ─preguntó con un suave tono.

─Hermanito ─llamó Shouta a Keita, pero este no le hizo caso, el mayor de los gemelos le pidió a Yami que lo alzara para acercarse a su hermano pero este solo cambio al otro hombro de Yugi.

─Pero bueno ¿Qué pasa? ─preguntó Kurumi con las manos en las caderas y una ceja alzada.

Curioso Ryou se acercó a espaldas de Yugi para ver a Keita, con un dedo le fastidio un poco la nariz intentando sacarle una sonrisa, el pequeño levantó la cabeza dándole una pequeña sonrisita al albino pero de inmediato regreso a ocultarse en el hombro de su tío.

─Shouta ¿sabes si tu hermano tiene malestar o algo? ─preguntó Malik.

Shouta miró con preocupación al egipcio ─No sé qué le pasa, esta así desde hace como media hora y no quiere decirme nada ─hizo un puchero y volvió intentar hablar con su gemelo ─hermanito ─dijo arqueando las cejas y usando un inocente tono preocupado.

Keita solo hizo un sonido de indignación y se aferró más al cuello de Yugi, el menor tricolor sintió contra su piel el puchero del pequeño bicolor (N/A: pa los que no se acuerden los gemelos tienen el pelo negro con las puntas magentas igual que Yugi)

─Shouta ─le llamó Yugi ─me haces el favor de irte con Kurumi un rato ─pidió con voz suave ─yo hablaré con Keita, ya verás como todo mejora pronto.

─Pero… ─intentó refutar pero el ver a su hermanito rehuirle se mostró decaído y asintió, Yami intentó consolarlo acariciándole un poco el cabello ─de acuerdo ─Yugi le dio un beso en la frente y Yami lo bajó. El gemelo mayor fue con Kurumi y Kyoko que estaba a dos cuadras de dejar al grupo, se tomó de la mano de su tía y camino cabizbajo.

Yugi siguió caminando sin decirle nada a su sobrino menor, Yami llevaba la mochila del niño caminando al lado de su compañero, intrigado por lo que su novio intentaría para arreglar la situación de los hermanos. Ryou y Malik también se notaban curiosos.

─De faraoncete de quinta a niñero de quinta jajaja ─se burló Bakura llevándose los brazos tras la nuca, lo dijo en voz baja para no recibir un regaño de su luz. Marik rio por la broma.

─Y dime Keita ¿comiste muchos chocolates hoy? ─dijo como si nada Yugi sin hacer el menor amago de moverlo o de verlo a los ojos.

Keita se extrañó de esto, pensó que recibiría un regaño o por lo menos un mar de preguntas como, estaba seguro, haría su madre. Totalmente curioso se movió para acomodarse al costado de Yugi y poder verlo a la cara.

Yugi le dio una bella sonrisa a su sobrino quien le respondió con el mismo gesto pero más pequeña y sin mucho ánimo ─si, nos dieron varios dulces ─le contó con tranquilidad.

─ ¿Si? Pues yo tengo unos especiales que hice para ustedes ─cierto brillo ilumino vagamente los ojos de Keita ─a menos que ya hayan comido muchos y te duela la pancita ─dijo con gracia haciéndole unas pocas cosquillas en el vientre al niño.

─No, no ¡Tío Yugi, cocinas muy rico! Yo quiero probarlos.

─ ¿seguro? No te duele la pancita por los dulces ─insistió.

─Para nada ─dijo seguro y sincero.

Yugi torció fugazmente el gesto, con esto ya había descartado malestar en el menor, le pasó la mano por la frente con la excusa de acomodarle el pelo, sintiendo su temperatura normal. Fiebre tampoco tenía, sus parpados tampoco estaban decaídos como cuando uno siente el cuerpo disgustado por un resfriado o algo similar, así que alguna enfermedad también salía de la lista. Yami lo miraba entendiendo a la perfección las acciones del menor.

─ ¿Tienes sueño? ─preguntó de pronto Yami.

Keita lo pensó un poco ─no, todavía no.

─Con tanto dulce no es de sorprenderse ─dijo Yugi con una sonrisa, sacándole a su sobrino una pequeña risilla ─tu duermes con Shouta la siesta más tarde ¿no? Rato después de almorzar ─ahora se centraba en el tema de Shouta pues Keita lo evitaba, su teoría era que algo había pasado en el colegio que había puesto al menor así de retraído.

Keita torció el gesto con un pequeño puchero ─nop, hoy no quiero dormir con él ─se quejó cruzándose de brazos.

─ ¿Por qué no? ─pregunto Yugi ‘inocentemente’ ladeando la cabeza ─siempre duermes con tu hermano en la litera de abajo ¿no? ¿Por qué no quieres dormir con él hoy? ¿Shouta te dijo o te hizo algo?

─Shouta… es un bobo ─se quejó reafirmando su postura.

─ ¿Por qué dices eso? ─volvió a intervenir Yami. Al frente Kurumi se despedía de su amiga y Shouta estaba mirando fijamente a su hermano, en un descuido de la peli-azul Shouta regresó al lado de Yugi con algo en manos que había sacado de su maletín.

─Keita ─llamó suavemente ─ ¿quieres? ─se puso en puntillas ofreciéndole un par de bombones de chocolate.

Keita lo miró fijamente unos segundos, pero frunció el ceño al reconocer el envoltorio de los dulces ─no ─dijo firme, incluso Shouta retrocedió ante la notoria molestia de su hermano ─no quiero nada de lo que te dio ella ─reclamó molesto. Esto llamó la atención de los tricolores.

─ ¡Kurumi! ─llamó Yugi antes de dar un cabeceo hacia Shouta.

─Shouta ven conmigo  ─Kurumi intentó tomarlo de la mano pero este, afectado por el rechazo y la actitud de su hermano, no se dejó.

Ryou entonces le ofreció los brazos y el niño se dejó cargar escondiéndose tristemente entre el hombro y cuello del albino, Bakura miró a su yadonushi y algo en su pecho vibró al ver a su luz con la criatura, Ryou se veía muy bien cuidando del niño, rápidamente fue a su lado.

Yugi creyó ya haber completado el puzzle de lo que había pasado con sus sobrinos así que se quedó unos pasos atrás… con Yami, evidentemente.

─Eso ha sido grosero ¿sabes? ─dijo tranquilamente Yugi.

─ ¿no vas a regañarme? ─preguntó sorprendido pero más que molesto, triste.

─No ─respondió con simpleza─ pretendo saber que ha pasado primero y creo que me hago una buena idea ─comentó.

─ ¿Ah sí?

─Sí… y déjame decirte que entiendo cómo te sientes ─Yami alzó ambas cejas sorprendido de oírlo ─pero primero quiero que me cuentes a detalle lo que pasó.

─si, dinos ¿por qué estás tan molesto con tu hermano? A mí siempre me ha parecido que se quieren mucho ─habló el faraón.

─Shouta es un bobo, me dejó solo, él siempre está conmigo pero hoy me ignoró, me dejó solo y se fue con esa niña que le regalo los chocolates y la tarjeta ─relató en tono triste ─unos niños de nuestra clase me dijeron que seguramente Shouta empezaría a pasar más tiempo con ella y me dejaría de lado ─el niño se abrazó a si mismo mientras su voz temblaba, le había costado decir aquello.

─Oh pequeño ─musitó Yugi abrazando al niño con ternura y comprensión ─tranquilo ─susurró meciéndolo un poco. Los ojos del niño estaban húmedos por lágrimas reticentes a bajar ─todo está bien.

─No es cierto ─sollozó contra su piel ─Shouta va a dejar de quererme.

─Eso no es verdad ─intervino Yami con voz seria pero amable ─tu hermano no va a dejar de quererte ─Keita hizo amago de objetar ─tienes la prueba de eso frente a tus ojos, si no te quisiera Shouta no estaría tan preocupado por ti ─le dijo cabeceando hacia el mayor de los gemelos que los observaba con tristeza y preocupación en brazos de Ryou.

─Tiene razón ─apoyó Yugi ─Shouta te quiere mucho, no tienes que ponerte celoso ─Yami y Keita lo miraron fijamente ante el término usado.

─ ¿celoso? ─murmuraron a la vez.

Yugi asintió y llevó una mano al pecho de su sobrino ─te duele el pecho al ver a tu hermano con esa niña y pensar que podría importarle más ella que tu ¿cierto? ─Keita asintió ─verlo a los ojos te hace sentir triste por eso cada vez que le hablas intentas alejarlo ─el niño volvió a asentir impresionado, su tío describía a la perfección lo que sentía ─aun así te sientes mal de que no esté a tu lado ─a los costados de los ojos del niño se acumularon unas lagrimillas ─resumiendo: tienes miedo de que tu hermano pueda querer más a otra persona que a ti ¿estoy en lo correcto? ─Keita se estremeció asintiendo ─te duele el corazón de siquiera pensarlo ─concluyó.

─ ¿Co-cómo puedes saber todo eso? ¿T-t-tío? ─preguntó el niño mientras Yami le limpiaba las pocas lagrimillas de los ojos aun sorprendido de las palabras de su aibou ¿De dónde había salido todo aquello? ¿Por qué su compañero era tan preciso en esas descripciones?

─Eso es lo que se siente al estar celoso ─dijo ─temes que otra persona sea más importante que tú para ese ser preciado y tú con Shouta tienen un lazo muy grande y eso lo hace más angustiante ─ya se acercaban a la casa ─si quieres arreglar esto tienes que hablarlo con tu hermano.

─Pero…

─Te lo digo por experiencia ─le dijo al oído, pero Yami alcanzó a escucharlo y torció un poco el gesto ─además si sigues así solo preocuparas más a tu hermano, no ves lo triste que lo tienes ─le dio una sonrisa, Keita miró a su hermano el mayor tenía los ojos húmedos y una expresión de cachorro perdido, a Keita se le estrujó el corazón al ver a su hermanito de esa manera, sentía unas imperiosas ganas de abrazarlo pero aún se lo impedía la molestia de verlo con aquella niña. Así llegaron a la casa.

─Adelante por favor ─cedió el paso a los yamis y hikaris ─ ¡estamos en casa! ─se anunció la chica.

─Bienvenidos ─salió Akari a recibirlos ─ ¿Qué les pasa a mis niños? ─preguntó preocupada, el albino y el tricolor menor se acercaron a la joven madre seguidos de sus yamis.

─Solo están algo cansados ─le dijo Ryou. Yugi le pasó Keita a Yami quien lo recibió enseguida, el niño se acomodó rápidamente con el faraón como antes estuviera con Yugi.

El tricolor menor se acercó a su prima peli-magenta ─te contaré después lo que pasó ─le dijo en voz baja al oído ─primero necesito hablar con ellos ¿sí? ─la mujer cedió.

─Bueno, por favor, pasen todos el almuerzo está listo ─Akari había preparado un gran almuerzo para invitar también a los amigos de Yugi ─ ¿por qué no los acompañas a su cuarto a que se cambien mientras sirvo los platos? ─le pidió a su primo.

─Claro nee-san. Ya vuelvo chicos ─se dirigió a sus amigos tomando a Shouta de los brazos de Ryou ─vamos Yami ─pidió amablemente con una bella sonrisa, el faraón le siguió.

Yugi los guio por las escaleras al segundo piso hasta el cuarto de los gemelos. Yami observó atento el cuarto, pintado de celeste como el de su aibou, calcomanías de estrellas adornaban las láminas blancas del techo, en el amplio escritorio de madera clara había una pila de libretas en cada extremo y dos sillas. Yugi dejo a Shouta en la cama de abajo de la litera y tomo su mochila, se acercó a Yami para tomar también la de Keita y dejó ambas en el escritorio, Keita se mantenía aferrado a Yami para que este no lo dejara en la cama con su hermano. Yugi se acercó al armario y tomo dos mudas de ropas, miró a Yami cabeceando en dirección a la cama adicional en la habitación y el mayor le entendió yendo a sentarse en la cama con el niño que se bajó de sus brazos para recostarse en el lecho y ocultar su rostro en el regazo de Yami, evitando la mirada de su gemelo.

Yugi dejó su mochila al pie de la litera y fue a cambiarle la ropa a Shouta, le quito el uniforme y le puso un pantalón negro y un sweater verde claro, le alboroto un poco el cabello dándole un beso en la frente antes de dirigirse a la cama donde estaba su novio con Keita. Yami por su lado no apartaba la vista de Yugi, su amado compañero se manejaba también cuidando a sus sobrinos y se veía tan tierno.

Yugi se levantó para ir a la otra cama y cambiar al menor de los niños mientras Yami cambiaba de lugar con él yendo con Shouta. Keita se quitó el uniforme y Yugi le puso un conjunto parecido al de su hermano pero de color azul.

─Muy bien, ya está ─dijo Yugi con una sonrisa ─ahora tenemos que hablar ─dijo un poco más serio, con un movimientos de mano le pidió a Shouta que se acercara, Keita miró a su tío a los ojos, Yugi le dedicó un asentimiento y el menor bajo la cabeza soltando un suspiro, sabía lo que tenía que hacer, peros su corazón aún estaba un poco dolido.

Yami se sentó a un lado de Yugi mientras Shouta se sentaba al otro lado pues Keita estaba sentado en las piernas de Yugi.

─Hermanito ─habló Shouta luego de un gesto de afirmación de Yugi ─por favor dime ¿qué te pasa? ─no hubo respuesta ─ ¿te sientes mal? ¿estas enfermo? ─insistió notoriamente preocupado ─si no quieres que te lleven con el doctor te prometo que no se lo diré a mama pero dime ¿Qué tienes?

Solo en ese momento Keita levantó el rostro lentamente y conectó sus ojos como los de su gemelo, dos preciosas e idénticas esmeraldas chocaron, diversos sentimientos en medio aquello, sus grandes e inocentes ojos infantiles demostraban abiertamente lo que sentían y los únicos espectadores eran la pareja de tricolores.

─No estoy enfermo ─dijo al fin.

─Entonces ¿Qué tienes? ─Shouta acercó un poco más su rostro al de su hermano.

Keita hizo un puchero ─tú vas a dejar de quererme ─sus ojos se aguaron.

De todo lo que la infantil mente de Shouta pudo haber imaginado, aquella respuesta no entraba ni por asomo por lo que lo descolocó bastante ─ ¿qué? ─fue lo único que pudo decir ─ ¿por qué dices eso?

─Me dejaste solo cuando esa niña te dio esos regalos ─lo acusó mirándolo a los ojos trasmitiendo el dolor que sintió ─te llamaba y tu ni siquiera me mirabas ─la voz le temblaba.

A Shouta le caló la culpa en su pecho ─Oh Keita ─murmuró con pesar ─de verdad lo siento mucho, no me di cuenta ─se excusó agachando la cabeza ─no quiero que pienses de ninguna manera que no te quiero ─Yugi y Yami los vieron con una pequeña sonrisa ─eres mi hermanito y te quiero mucho… estaré contigo siempre ─algo en Yugi tembló al escuchar esas palabras, un fugaz recuerdo fantasma cruzó su mente, él frente a Yami, ambos sosteniendo el rompecabezas del milenio, lágrimas bajaban por los ojos del menor mientras Yami le miraba con cariño. Algo parecido a lo que ahora pasaba con sus sobrinos, unas pequeñas lágrimas se acumulaban en las esquinas de sus ojos mientras Keita lo miraba ya más tranquilo y conmovido por las palabras de su hermano.

En ese momento Yugi giró la vista conectando su mirada con la de Yami y supo que habían pensado en lo mismo, Yami se inclinó a depositar un beso en la cien de su niño.

─ ¿Lo dices enserio? ─dijo Keita poniendo una mano en el cabello de su hermano.

─Claro… siempre ─respondió levantando la vista.

─Yo también… siempre ─le dio una sonrisa que su hermano correspondió. A Yugi le recorrió un escalofrío, Yami le pasó lentamente una mano desde la espalda hacia la cintura dejándola reposar allí confianzudamente y se apegó más a la espalda del chico ruborizándolo levemente.

Cuando Yugi regreso su mente a la realidad vio a su sobrinos compartiendo un cariñoso y caluroso abrazo.

─Eso es, ya ven como es mejor así ─Yugi acarició dulcemente ambas cabelleras bicolor ─ ¿Qué les parece si bajamos ya a almorzar?

─ ¡Sí! ─aceptaron los dos con alegría aun abrazados.

Keita le dio un gran y sonoro beso en la mejilla a su hermano ─te quiero ─le dio una preciosa sonrisa que logro sonrojar un poco a su gemelo.

─Yo también ─Yami y Yugi los miraron conmovidos, ambos ya de pie pero sin que Yami soltara a su compañero.

-o-

Almorzaron amenamente sin la presencia de Naomi en la casa, según Akari la mujer estaba haciendo compras y almorzaría fuera. Luego de comer, Kurumi, Yami y los hikaris jugaban con los gemelos, Bakura y Marik veían a sus luces divertirse y juguetear con los niños sentados en una silla columpio del jardín frontal de la casa.

-o-

Los hikaris habían obsequiado unos cuantos chocolates a los niños y habían hecho su intercambio de chocolates. Ahora todos estaban sentados tomando jugo, de la nada un fuerte bocinazo resonó en la entrada de la casa, no le tomaron importancia pero luego de dos bocinazos más los niños curiosos fueron a la puerta a ver qué pasaba, Kurumi los llamó para que no se bajaran a la calle pero ellos no le hicieron ni caso por lo que Yugi se vio en necesidad de levantarse e ir por ellos, alcanzo a divisar una camioneta plateada y por el rabillo del ojo le pareció que alguien se bajaba pero simplemente tomó la mano de sus sobrinos y se dio la vuelta para regresar al jardín.

Sin que ellos se dieran cuenta la persona que había bajado de los asientos traseros de la camioneta se dirigió con rapidez a Yugi y antes de que Yami ni nadie pudiera decir nada, aquella persona se paró detrás del tricolor menor y le puso las manos en los ojos sin decir nada, lo hizo con suavidad y confianza, como si ya conociera al chico. Yami, Ryou, Malik y Kurumi se levantaron y corrieron hacia ellos, Yugi se revolvía nervioso sin poder apartarse de su ‘captor’.

─ ¡Yugi! ─le llamaron sus mejores amigos con preocupación

─ ¿Quién eres tú? ─gruñó Yami a la defensiva tomando una de las manos de Yugi cuando Kurumi apartó a los niños.

El chico atrás de Yugi solo le brindo un guiño a Yami haciéndole un sonido para que guardara silencio antes de acercarse al oído de Yugi, indignado a Yami ─Ha pasado mucho tiempo ¿no crees pequeño?

Yami se mostró molesto al escuchar el comentario de aquel extraño, su sangre hervía ante la confianza que mostraba en apegarse a su luz y la forma en que le hablaba, apretó inconscientemente su agarre sobre la mano de Yugi llegando a lastimarlo un poco transmitiéndole su inconformidad con la situación.

─Disculpa ¿me sueltas? ─pidió Yugi con tono suave pero firme, en realidad no reconocía la voz que le había hablado y le incomodaba de sobremanera la cercanía de esa persona al sentir la tensión de su yami.

─Moooo, por lo menos podrías llamarme por mi nombre, hace años que no nos vemos ─se quejó el chico soltando a Yugi quien rápidamente se dio la vuelta viendo al ‘desconocido’ que afirmaba conocerlo, el chico se llevó las manos a las caderas.

El chico en cuestión era apenas un par de centímetros más alto que Yami, seguramente un año mayor que Yugi, su piel era bronceada y sus ojos tenían un brillante tono entre rojizo y anaranjado que contrastaba enormemente con su liso y suelto cabello verde pálido largo hasta las caderas, adornado con una trenza a la derecha. Vestía una camisa marrón clara cuyos dos primeros botones estaban abiertos, llevaba una larga corbata negra a juego con su chaqueta igualmente negra con botones plateados en forma de rombo, unos pantalones de color crema y botines negros con baches y delicadas cadenas plateadas. Llevaba una boina negra con diseños de rombos blancos y en su oreja derecha que estaba perforada llevaba una gruesa argolla plateada con una joya roja, como un rubí.

Yugi ladeó la cabeza observando a esta persona ─disculpa pero ¿Quién eres?

La gran sonrisa del peliverde se desvaneció ante las palabras del menor, se mostró decepcionado pero luego soltó un suspiro ─supongo que era de esperarse, eras solo un niño cuando nos conocimos ─dijo el recién llegado.

Yugi lo miró de arriba a abajo, algo sí que le removía en su cabecita al verlo, sin darse cuenta zafó su brazo del agarre de Yami y se puso en puntillas para poner ambas manos en las mejillas del peli-verde. Yami lo miraba atónito y molesto pero su rostro no demostraba sus emociones ─Tus ojos ─murmuró Yugi. Ryou y Malik veían extrañados la escena ─ ¿de qué me suenan tus ojos? ─le miró fijamente, morado y rojizo chocando, uno con duda y otro con esperanza y paciencia, esperando que el niño lo reconociera.

─Recuérdalo mi pequeña estrella ─le dijo con suavidad.

En respuesta los ojos de Yugi se abrieron grandemente cuando varias escenas de su infancia pasaron por su mente. Luego de una preciosa sonrisa adorno los labios de Yugi antes de retirar las manos de la cara del peliverde para rodearle el cuello en un abrazo ─ ¡Uky-kun! ─saltó de pronto abrazando con emoción al mayor dejando a Yami totalmente descolocado.

El peliverde soltó un suspiro de alivio antes de regresarle el abrazo a Yugi y, ante la incredulidad de todos lo alzó en volandas para darle un pequeño giro, haciendo reír al menor ─ ¡me has recordado! ─dijo con júbilo ─ya te habías tardado, no me des esos susto ─le dio un leve suave zape en la nariz ─me ha dolido ¿sabes? ─dramatizó llevándose una mano al pecho.

─Tonto ─dijo entre risas.

─Ammm ¿Yugi? ─preguntó extrañado Ryou, tanto por él como por Malik.

─Oh lo siento ─dijo apenado ─ ¿me sueltas? Gracias ─ironizó viendo que el peliverde no le soltaba del abrazo, el chico obedeció ─chicos, él es Ukyo Momomiya ─presentó.

─ ¿son amigos? ─preguntó Malik.

─Si bueno, se puede decir que fui su primer amigo ─dijo el recién identificado como Ukyo con una sonrisa.

─Sí, él es ahijado de mi Tío y de pequeños él venía a jugar conmigo y mis primos.

─Pues a mí no me suena de nada ─se quejó Kurumi cruzándose de brazos.

─Eras apenas una criaturita cuando eso Kurumi-chan ─dijo Ukyo con una sonrisa.

─Si me ha costado a mi acordarme de él, tu ni por ahí ─apoyó Yugi.

Yugi y Ukyo compartieron una risilla cómplice, el peliverde le puso una mano en el pelo a Yugi ─ Hey campeón ─dijo sonriendo ─ ¿o debería decir rey de los juegos? ─Yugi se sonrojó un poco soltando una risilla nerviosa ─sí que han pasado muchas cosas desde que me fui.

─No te haces ni una idea ─respondió Yugi con una risilla como si fuera chiste privado y miró a Yami, este mostraba con una tez inexpresiva y frívola pero Yugi lo conocía y su mirada lo decía todo, sonrió de lado reconociendo su mirada, parecida a la que tenía Keita más temprano, Yami estaba celoso además de molesto.

─Wow ─murmuraron Ryou y Malik.

─ ¿Qué andas haciendo por este lugar? ─preguntó Yugi mirando a su amigo ─lo que es más ¿Cómo supiste que ellas se habían mudado aquí? ─interrogó alzando una ceja.

─Alguien me trajo ─respondió con una sonrisa ─hablando de eso ─se giró a ver hacia la camioneta ─ ¡¿A que esperas?! ¡Sal! ─gritó al auto.

─Ya voy, ya voy ¿Cuándo dejaras esa impaciencia? ─decía un hombre que se bajaba del asiento del conductor. Kurumi se quedó a cuadros al verlo.

─Pa-pa-pa… ¡PAPÁ! ─gritó la peli-azul.

El hombre se retiró los lentes de sol que llevaba puesto dejando ver sus ojos verde azulados, idénticos a los de Akari y su cabello corto finamente peinado hacia atrás era azul pálido como el de Kurumi, llevaba un pantalón elegante gris claro y una camisa manga-larga negra. Debía tener alrededor de unos cuarenta y tantos años.

─Hola mis niñas ─saludó el hombre viendo como Akari había salido apresurada al oír el grito de su hermana.

En un descuido Yami jaló a Yugi por el brazo atrayéndolo hacia sí con cierta brusquedad ─ ¿él es tu tío? ─preguntó en voz baja pero dura, seguía molesto por las escenas anteriores.

Yugi asintió ─así es.

El hombre se acercó para abrazar a sus hijas, luego se dirigió a Yugi.

─Yugi ─saludó con una sonrisa ─ ¿Cómo ha estado mi sobrino favorito? ─dijo con gracia.

─Pero si soy tu único sobrino, tío ─lo abrazó entre risas ─estoy bien gracias ¿Qué tal tú?

─En realidad muy bien, de hecho vengo con una gran noticia ─le dijo con una sonrisa ─pero primero ¿dónde están los niños? ─giró a saludar a los menores viendo a los gemelos con Ryou y Malik ─ ¿Quiénes son estos muchachos? ─preguntó acercándose a los mencionados, Bakura y Marik se acercaron a sus luces.

─Ellos son mis amigos ─le dijo Yugi con una gran sonrisa.

Los dos hikaris se presentaron a sí mismos y a sus yamis, el hombre se notaba que quería a Yugi no como su (ex)esposa y eso les agradaba ─Y él es Atem ─dijo tomándolo del brazo con una sonrisa. Yugi vaciló un poco al decir su nombre, pues estuvo a punto de llamarle Yami.

─Es un placer, me llamó Tsubasa Hiragizawa ─se presentó con amabilidad y una agradable sonrisa para luego dirigirse a su sobrino ─ ¿todos ellos son tus amigos? ─Yugi asintió feliz, Tsubasa le miro con aprobación y orgullo ─me alegra que las palabras de tu tía no te hayan afectado tanto ─dijo en voz un tanto baja recordando que Kurumi nunca supo nada al respecto.

─Lo hicieron y por mucho tiempo ─aclaró ─pero… gracias a Atem muchas cosas en mi vida cambiaron para mejor ─le dio una sonrisa al mencionado, aligerando un poco la tensión en el mayor.

─Pues me alegra mucho el escuchar eso, se nota que son buenos chicos ─Ryou y Malik sonrieron acercándose a Yugi.

─Papá ─le llamó Kurumi ─dinos que es eso ¿de una gran noticia?

El hombre realizó un disimulado movimiento de muñeca hacia el auto antes de sacar una tarjeta de un bolsillo ─vine por esto.

─ ¿qué es? ─preguntó la oji-verde tomando la tarjeta, del asiento del copiloto bajó una mujer ─ ¿Quién se va a casar? ─preguntó esta vez viendo que se trataba de un boceto de invitación de boda.

La mujer se acercó tímidamente a los presentes, llevaba un largo y abrigador pero sencillo vestido de color crema con detalles y arandelas en blanco, una bella cadena plateada adornaba su cuello con una joya azul marino a juego con sus ojos brillantes del mismo color, su cabello rubio le llegaba hasta la cintura y estaba perfectamente recogido en una coleta baja con un lazo blanco y calzaba unos delicados zapatos blancos, su piel era clara como la leche y su tímida sonrisa era sincera y amable. Se veía muy joven a pesar de que rondaba entre los 35 o 40 años.

El hombre espero a que ella llegara a su lado para pasarle un brazo por los hombros delicadamente ─pues yo hija ─Kurumi se quedó boquiabierta y de piedra ─quisiera presentarles a Nanami Sanjou, mi prometida.

─Es un placer.

─El placer es nuestro, me llamó Akari y soy su hija mayor ─se presentó amablemente. Kurumi no podía creer que su hermana actuara con tanta naturalidad, estaba muda.

─Lo sé, su padre me ha hablado mucho de ustedes, tú debes ser Yugi, eres un encanto ─le dio una sonrisa amable. Kurumi esperaba que Yugi si reaccionara como “debía ser”.

Yugi había detallado a la mujer, algo en ella le había agradado… quizás le recordaba un poco a su madre ─En efecto, encantado de conocerla y me alegra mucho escuchar de su compromiso ─dijo sincero.

─Dime Yugi ¿vendrías a nuestra boda? ─preguntó su tío.

─Yo encantado ─ “¡¿Qué dice?!” pensó con molestia la peli-azul.

─Y todos tus amigos están invitados por supuesto ─agregó con una sonrisa viendo la enorme alegría que le provoco aquello a su sobrino.

─ ¿En serio?

─Claro, los cinco están invitados ─insistió ─ ¿Qué dicen? ¿Podrían ir? Así Yugi no estaría tan solo por allá.

─Muchísimas gracias ─dijeron Ryou y Malik ─iremos encantados ─Yami inclinó la cabeza en agradecimiento, aceptando.

─Y ustedes ─se inclinó para hablarle a los niños ─ quisiera que llevaran los anillos en la boda.

─ ¡Siii! ─aceptaron emocionados.

─Princesa, estas callada ¿Qué te parece la idea? ─preguntó a Kurumi.

Los ojos de la chica temblaban ─ ¿Qué que me parece? ─repitió en voz baja con furia contenida, sus puños estaban apretados al costado de su cuerpo ─ ¿Cómo puedes ser tan… tan descarado? ─se quejó con notoria incredulidad en su voz, la cual empezó a subir de tono ─vienes aquí sin más ni más con… ella ─dijo sin importarle ofender a la mujer ─siendo que mamá podría estar en casa… ¡¿Y dices así como así que te vas a casar con ella?! ¡¡¿Cómo puedes?!! ─gritó.

─ ¡Kurumi! ─reprendió molesta e indignada su herman─ ¡No hables de esa manera!

─ ¡¿Cómo puedes defenderlos?! ¡¿Acaso no te importa?!

─Kurumi ─musitó tristemente el padre, no esperaba esa reacción de su adorada hija pequeña, Nanami lo abrazó tratando de consolarlo, entendía perfectamente el comportamiento de la niña, no le molestaba, sabía que en una situación así ella misma podría reaccionar de manera similar, así que se mantuvo al margen sin decir palabra alguna.

─ ¡¿Cómo puedes hacer esto?! ─siguió gritando la peli-azul ─ ¡eres un insensible, egoísta y de lo peor! ─lágrimas bajaban por sus ojos.

─ ¡¡Kurumi!! ─gritaron en regaño Akari y Yugi, el tricolor estaba indignado por el comportamiento de su prima ¿Cómo podía hablarle así a su propio padre cuando él llegaba con una maravillosa noticia?

Ryou y Malik observaban la discusión como si vieran un partido de tenis, mientras sus yamis disfrutaban de ver el caos y la negatividad en el lugar, después de todo ir con el faraoncete y su hikari enano-ojón no había sido una total pérdida de tiempo, habían encontrado algo entretenido.

─ ¡No quiero verte más! ─dijo la peli-azul retrocediendo varios pasos al ver a todos en su contra ─ ¡¡dejenme!! ─gritó conmocionada corriendo al interior de su casa, directo a su habitación poniendo sus manos en su cara para ahogar el llanto.

─Disculpe por favor el insensato comportamiento de mi hermana ─se disculpó Akari con Nanami ─hablaré con ella.

─No te preocupes querida, es solo una niña y a diferencia de ti que viviste mucho tiempo con tus dos padres ella ha vivido más tiempo con su madre, es obvio que la noticia le afectara tanto.

Tsubasa suspiro ─descuida papá, hablaré con ella, verás que irá.

─Gracias linda, y gracias otra vez por avisarme que su madre no estaría hoy aquí ─Yugi ya sospechaba que no era coincidencia que su tío llegara a traer una noticia como está justo el día que su tía salía por mera suerte ─en un par de semanas les enviaré las invitaciones para la boda, mandaré las suyas a casa de Yugi ¿okey? ─Yugi sonrió, su tío lo hacía por respeto a Naomi, Kurumi estaba muy equivocada en sus acusaciones.

─ ¿Ya tiene la fecha establecida? ─preguntó Yugi.

─Si, será el 21 de Marzo ─declaró la rubia.

─El fin del invierno y el inició de la primavera ─comentó el tricolor ─una preciosa fecha ¿Dónde será?

─En Tokio ─respondió esta vez su tío ─pensaba en que, como la boda es sábado, pasaran la noche en un hotel de allá tú, Ukyo, tus primas y tus amigos, y el domingo salgamos todos antes de que se vuelvan a Domino.

─Será divertido ¿no los crees Yuu? ─habló el peli-verde que se había mantenido al margen durante la pelea.

─ ¡Sí! ¡Será genial! Gracias tío.

Tsubasa le guiño el ojo ─bien, es hora de irnos. Ukyo.

─Pero padrino ─se quejó con un puchero ─apenas si eh podido hablar con Yugi ─se quejó ─no es justo ─dijo abrazándolo.

─Anda, estaremos un par de días más en Domino, ya tendrás tiempo de invitarlo a pasear o algo ─le dijo el peli-azul jalándolo del cuello de la camisa para que soltara al menor.

─Está bien, está bien ─se resignó librándose del agarre de su padrino para intercambiar número de celular con Yugi -quien negó la posibilidad de una salida al día siguiente por obvias razones- y regresó a la camioneta con su padrino no sin antes depositar un suave beso en la mejilla de Yugi, lo cual hizo hervir la sangre de Yami con furia. Yugi despidió con una mano a la camioneta mientras esta avanzaba hasta perderse por la calle.

─Creo que nosotros ya no pintamos mucho aquí ─le dijo Ryou al oído ─deberías hablar con Kurumi, nosotros nos vamos.

─De acuerdo, los llamaré más tarde o mañana para hablar algunas cosas ─afirmó el tricolor despidiéndose de él y Malik.

─Perdonar toda esta escenita ─se disculpó Akari.

─No hay necesidad ─dijo Ryou tomando la mano de Bakura.

─Así es, bye ─se despidió Malik haciendo lo propio con Marik.

─Hasta mañana chicos ─se despidió Yugi.

─Mamá ─llamó Keita

─ ¿por qué tía Kurumi estaba gritando y llorando tanto? ─preguntó Shouta. Se notaba que los problemas de la mañana no habían afectado para nada la complicidad entre los hermanos.

─Su tía solo no entiendo varias cosas niños ─respondió Yugi ─iré a hablar con ella ─les dio un guiño.

─No Yugi, yo me encargaré de esto ─rebatió la peli-magenta.

─Déjame por lo menos hablar con ella unos minutos ¿sí? A mí tampoco me ha agradado para nada lo que ha hecho ni como se ha comportado pero si no se calma primero solo te llevará a ti pelear y gritar y sabes que así no arreglaran nada nee-san.

─Está bien, confió en ti Yugi ─le dio un beso en la frente ─tienes más paciencia que nadie, si no puedes tu no puede nadie.

Yugi rio un poco y asintió antes de entrar a la casa ─intentaré calmarla un poco y luego nos iremos a casa ─le dijo a Yami que le seguía de cerca ─lamento haberte involucrado en todo este rollo Yami ─se disculpó

─No te preocupes por eso aibou ─dijo con una voz que para cualquiera parecería carente de emociones pero Yugi notaba los restos del disgusto que lo ocurrido con Ukyo le dejaron a su novio ─como te dije una vez ‘me importas y quiero saber todo de ti’ hoy conocí algo más y eso me agrada ─le dio una leve sonrisa antes de recordar al chico de pelo verde y regresar a su tez inexpresiva.

─Y creo que tenemos algo de qué hablar ¿no es verdad?

Yami lo miró intensamente a los ojos, al menos el chico estaba consciente de ello.

-o-

En su dramatismo la chica había dejado la puerta abierta por lo que Yugi entró fácil y sigilosamente al cuarto mientras iba a la habitación de los gemelos a recoger la mochila del chico para esperarlo afuera del cuarto de la chica, recordando con molestia al llamado Ukyo “’Mi pequeña estrella’ Pfff ¿Quién diantres se cree para hablarle así a MI Yugi?” pensó con molestia cruzado de brazos, lo peor es que tenía la certeza de que Yugi saldría con el chico cuando él ya se hubiera ido. Gruñó por lo bajo.

─Dejame, no pelearé contigo hermana ─dijo la peli-azul al sentir la presión a un costado en su cama donde estaba acostada bocabajo con la cara entre los brazos.

─Soy yo y no vine a pelear contigo ─respondió Yugi con calma.

─ ¡Onni-chan! ─lloró Kurumi moviéndose para recostarse contra su primo en busca de consuelo ─no puedo creer lo que ha hecho mi papá y menos que Akari lo aceptará de buenas a primeras ¿Qué les pasa?

─La pregunta es ¿Qué te pasa a ti? ─refutó Yugi ─no vengas a mi queriendo que te consuele y te diga que está bien lo que hiciste porque no lo voy a hacer ─dijo con firmeza pero en voz baja.

─Pero…

Afuera del cuarto

─Tío Atem ─llamó Shouta Yami se inclinó para ponerse a la altura de los niños.

─ ¿Qué ocurre? ─consultó con una pequeña sonrisa.

Los gemelos se miraron entre sí antes de hablar ─ ¿estás bien? ─preguntó Keita.

Yami se sorprendió un poco ─ ¿Yo? ¿Por qué lo preguntan? ─quiso saber extrañado.

─Hace un rato cuando el padrino del abuelo Tsubasa estaba hablando con Yugi tú estabas extraño ─planteó Keita.

─Si, como Keita más temprano ─Yami se sobresaltó ante la declaración de Shouta.

─Bueno yo…

─ ¿Eso quiere decir que estas celoso? ─concluyó Keita ─ ¿Tío Yugi es tu persona especial y por eso te molestaste? ¿Tú le quieres?

─Persona especial ─murmuró ante las palabras de los niños ─sí, Yugi es especial para mí y le quiero mucho ─declaró.

─No te preocupes tío Atem ─le dijo Shouta con una sonrisa.

─Tío Yugi te quiere mucho, tú también eres especial para él ─afirmó Keita.

Yami se sorprendió un poco por la afirmación ─ ¿Y por qué piensan eso? ─preguntó con una sonrisa.

─Porque se le nota ─afirmó Shouta.

─si, que se quieren mucho, como Shouta y yo ─apoyó Keita abrazándose a su hermano quien le regresó el gesto.

Yami sonrío acariciándoles el pelo a ambos antes de que se fueran para que su madre no los pillara allí pues les había pedido que no fueran donde Kurumi.

En el cuarto de Kurumi

─Acusas a mi tío de egoísta cuando él viene con una maravillosa noticia y tú le gritas de esa manera, más encima frente a su prometida ─Kurumi lo miró afectada ─tu padre ha encontrado una persona con la que compartir la felicidad que te brinda un sentimiento tan precioso como es el amor ¿por qué te molesta eso? ¿Que las cosas con tu madre no le funcionaran lo ata a estar solo?  Deberías pensar esas cosas antes de hablar tan a la ligera ¿sabes? ─Yugi se levantó de la cama y se dirigió a la puerta pero antes de salir le dijo una última cosa dándole la espalda ─Y algo más que deberías saber, tu padre vino hoy justamente porque sabía que mi tía no estaría, él la respeta y por eso también enviara las invitaciones de la boda a mi casa... Deberías replantearte las cosas ¿no crees? Nos vemos Kurumi ─se despidió saliendo y cerrando la puerta tras de sí con los ojos cerrados. Había dicho todo lo que tenía que decir y era turno de la peli-azul de pensar las cosas. Suspiró abriendo los ojos viendo frente a él a Yami quien le esperaba recostado en la pared del frente con su mochila.

Yugi lo miró, sus ojos reflejaban cansancio y consternación ─lo has hecho bien, has dicho lo que tenías decir y ahora le toca a ella ─le confortó con una leve sonrisa poniéndole una mano en la espalda para recostarlo en su pecho donde rápidamente el chico se acurrucó.

─Gracias ─susurró el menor.

─Estás cansado ¿no? Vamos a casa koi.

Yugi sonrió ante la audible posesividad con la que Yami le había llamado ─si, vamos a casa.

Fin de Flash Back      

Yami pensó que era el momento ideal de conversar con su compañero ─Parece que si te llevas bien con tu tío ¿verdad?

Yugi asintió ─Me parece que de pequeño mi tío me trataba como si fuera su propio hijo ─mostró una sonrisa ─él también se molestó mucho con mi tía por la forma en que me trataba ─se acurrucó más en el amplio y cálido pecho de su novio.

─Y ese chico…

Yugi reconoció su tono celoso, sonrió conciliadoramente ─ ¿te refieres a Uky? ─preguntó ladeando la cabeza con una sonrisa.

Yami se tensó unos segundos antes de abrazarlo posesivamente ─Ehh si ¿Qué hay con ese chico?

─Uky es ahijado de mi tío, es muy apegado a él por lo que de pequeño Uky venia mucho a jugar conmigo, me gustaba mucho estar con él porque siempre me hacia reír ─recordó con una sonrisa ─correteábamos y era mucho de hacerme cosquillas, cuando nos mudamos a las afueras de Domino nos gustaba mucho pasear por los alrededores, íbamos juntos a nadar a un rio cercano, nos subíamos a los arboles grandes y me llevaba a jugar al parque.

─ ¿y esa forma de llamarte? ─preguntó serio.

Yugi se sonrojó un poco ─una vez encontramos una estrella de mar que era de color magenta con amarillo ─relató ─Uky dijo que el recordaba a mi cabello y por eso empezó a llamarme ‘pequeña estrella’ de vez en cuando ─explicó un tanto apenado.

─Vas a salir con él ¿no? ─preguntó con el ceño levemente fruncido.

─Sí, iremos a ir algún lado a pasear y conversar sobre lo que ha pasado mientras no nos hemos visto ─dijo moviéndose un poco para acomodar su rostro en el cuello de Yami, acariciándole la piel con la nariz antes de dejar unos pocos besos allí ─pero no tienes por qué ponerte celoso Yami ─acarició suavemente su pecho con sus manos, Yami torció un poco el gesto al verse descubierto ─sabes que te amo, mi faraón ─susurró a su oído rozándose levemente contra él.

Yami se estremeció ante las caricias de su luz y el sensual tono en la voz de su hikari, un pequeño jadeo se escapó de su boca al sentir al sentir más besos en su cuello ─Yugi ─jadeó acariciando la espalda y la cintura.

─Además, será como si saliera con Ryou o Malik, Uky fue como un hermano para mí, incluso jugaba más conmigo que Shinsuke nii-chan ─le contó.

Yugi movió su cara para ver de frente a su novio, le acarició una mejilla con la mano y le dio un dulce beso, lento y tierno, acariciando sus labios con amor antes de separarlos para dar paso a la precaria lengua de su pareja.

─Te amo Koi.

─Te amo demasiado Yami ─lo abrazó por el cuello.

Yami le dio unos cuantos besos en el hombro antes de notar algo peculiar en la mesita de noche a su lado. Estiró una mano para coger la cajita ─ ¿qué es esto? ─se preguntó en voz baja mirando la cajita rosada cuya portada tenia dibujadas un par de fresas y unos palillos rosas con amarillo.

Yugi se giró para ver lo que Yami traía en manos y se sonrojo ─Pockys ─susurró con pena.

─ ¿eh?

─Son dulces pero… ammm, se usan para jugar.

Yami se mostró interesado ─ ¿cómo? 

Yugi se sonrojo más, tomó la caja, la abrió y sacó uno de los pockys ─pues… es así ─se puso un extremo del dulce en la boca ─abre la boca ─solicitó.

Yami estaba encantado con el sonrojo de su novio, y cuando el chico le acercó el dulce a la boca pilló ‘el juego´. Tomó entre sus labios el otro extremo del pocky y ambos empezaron a comerlo. Cuando solo quedaba un pedacito Yami juntó de nuevo su boca con la de su compañero, devorándolo con deleite sintiendo el sabor del dulce mezclado con el exquisito sabor de la boca de su luz.

─Te amo mi dulce aibou.

─Te amo mi encantador faraón.  

Continuara… xD      

Notas finales:

Yami y sus instintos asesinos cuando alguien se le acerca a Yugi xD
Bueno chicos, un saludo desde un litera en un hotel de Santa Marta, eh conseguido una Tablet donde puedo escribir así que, como estoy muriendo de frio pues estoy bajo el aire acondicionado y literalmente a una cuadra de la playa, pues que mejor que escribir, mis tías, mi mamá, mi sobrino y mi primita están dormidos pero logre que me dejaran tener un foco prendido ‘para que no me mate al bajarme de la litera’ y escribo sin que nadie me pille =3 ¡Que malota soy! xD
B: si claro
¬¬ déjame ser! Bueno son exactamente las *mira el reloj* las 3:15 de la madrugada, el cielo se ve precioso, hay muchas estrellas y yo no puedo dormir así que escribiré lo que más pueda como hasta las 4 y más o 5 que la gente empieza a espabilarse y lo subiré cuando regrese a casa pues no cuento con internet más que el plan de mi móvil y no puedo subirlo por allí.

Ahora sí, estoy en casa ¿Qué les parecio lo de la futura boda? ¿el nuevo personaje? ¿los celos de yami? ¿los celos de Keita!? ¿Quién se esperaba lo de los gemelos xD? Jeje
Empiezan los eventos grandes, estamos a poquísimos caps del fin de esta temporada mis babys!

¡Saludos a todos lo que han llegado hasta este punto conmigo! Y una saludo a MiyuMotou que me pidió la escena de Pocky con los tricolores.
¿Que quereis que siga? me voy a la boda o quieren ver algo antes? los espero en los rws! Por cierto ¡chicas! ¡paso San Valentín! ¡Podeis matar a PuTea! ¡Mandarme sus ideas!
Os amo a todos! Bye!
Pd. Si los moderadores de la página leen esto, les pido por favor que en la lista de los personajes de Yu-Gi-Oh! Incluyan a Yami Bakura y a Yami Marik!!
Únanse a la causa y publiquen la petición en sus historias, entre más seamos, más posibilidades tendremos de ser oídos… o leídos xD

Bueno, creo que eso es todo por ahora.

Aquí estoy porque eh venido
Porque eh venido, aquí estoy
Y si no le gusta mi canto
Como eh venido. Me voy!

Nos leemos


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