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La cuenta regresiva, la vida sin ellos por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Aquí traigo la primera secuela de “No es un adiós, sino un hasta pronto”
Yugi, Ryou y Malik empezarán una nueva vida, ahora todos juntos en Domino, empezarán las clases, llevaran una vida normal como estudiantes, el único problema con eso es que ellos no son chicos normales, son hikaris y sin sus yamis no está completa su vida. Tendrán que superar muchos sentimientos antes de tomar su decisión. Tendrán que aprender a vivir sin ellos. Será una prueba para sus almas. ¿Serán capaces de superarla?

Ni las canciones que utilice ni Yugi-oh! No me pertenece si fuera así esto lo estrían viendo como capítulos en televisión.

Pasarse por mi página de face, porfa, un like me ayudaría mucho  https://www.facebook.com/pages/DanyNeko/786629491430778?ref=hl

47. Amanecerá y veremos.

 

A la mañana siguiente

Alrededor de las ocho de la mañana un adorable jovencito de cabellos tricolor abrió sus bellos ojos morados al mundo. Yugi se levantó lentamente de su posición, acurrucado al lado de Yami. Su visión estaba aún algo nublada y la pereza le entorpecía los movimientos, se sentó bien y estiró los brazos hacia el cielo, luego movió de un lado al otro el torso sacándose la flojera, se frotó los ojos al tiempo que bostezaba tierna e inaudiblemente.

Una vez en sus cinco sentidos se cruzó de piernas apartando un poco las sabanas de su cuerpo y dirigió su mirada a la persona que reposaba a su lado con una sonrisa, apenas y creía todo lo que había pasado la noche anterior, había disfrutado de una encantadora velada en compañía de su Yami y sus mejores amigos -aparte de su familia- y luego había tenido el más increíble sueño que había tenido en su vida pues les habían dado la noticia de que, lo que tanto anhelaban pronto les llegaría.

Tomó el rompecabezas que reposaba en la mesita a su lado, lo abrazó unos segundos y lo puso junto a Yami antes de levantarse de la cama con dirección al baño, lavó su cara y sus dientes además de arreglarse un poco el cabello. Cuando estuvo listo regreso a la habitación y fijo su vista en su guitarra, ladeó la cabeza con una idea rondando por su mente y sacó de la funda de su instrumento una hoja de papel con algo escrito dejándola sobre un escritorio que había por allí. Revisó también el mini-freezer y sacó una botella de jugo de naranja que llevó consigo a sentarse en el escritorio. Tomó una lapicera que había cerca y comenzó a anotar en la hoja con una sonrisa… un leve rubor adornó sus mejillas.

//

Cuando Malik se despertó notó con algo de pena el férreo agarre que tenía una de sus manos en la ropa de Marik, se bajó lenta y cuidadosamente de su cuerpo para no despertarlo, se estiró y arregló un poco su pijama y cabello en lo que iba al baño para arreglarse mejor. Una vez listo se dirigió a la ventana descorriendo un poco la cortina para ver como la luz del sol apenas bañaba delicadamente la parte superior de los edificios cercanos. Vio a su pareja revolverse un poco en la cama y con una sonrisa se acercó a dejar el cetro del milenio -que en algún momento de la noche regresó a su forma original- cerca de él, lo que curiosamente detuvo sus movimientos, a Malik le pareció curioso pero no le dio mucha importancia. Tomó su celular y mandó un mensaje a sus amigos, si no se equivocaba intuía que ambos ya estaban despiertos.

¿Alguien despierto? -/ M.”

Recibió ambas respuestas afirmativas.

“Me da igual si están en pijama -yo también lo estoy- los tres en el cuarto de Yugi en dos minutos M.”

“De acuerdo R.”

“Por mi está bien Y.”

Se estiró un poco y tomó una botella de leche del mini-freezer en su habitación y bebió la mitad antes de tomar la llave de su cuarto e ir al cuatro del tricolor.

//

Cuando la mente de Ryou estuvo lo suficientemente lucida para darle noción de sí mismo y de su entorno el pequeño albino revisó su posición. Estaba acostado de perfil acurrucado al lado de Bakura quien, bocabajo y con un brazo rodeándole flojamente la cadera, dormía profundamente, su boca se abría y cerraba de forma leve al compás de su respiración, dejando escapar leves ronquidos casi inaudibles. A Ryou no pudo parecerle más tierno, ahogó una risilla, esa era una faceta de su yami totalmente impensada y no pudo evitar sentirse orgulloso de ser el único en conocerla.

Se zafó de su suave agarre y se sentó de rodillas en la cama para observar el cuarto. Al lado del lecho, en el piso, sus ropas yacían olvidadas y totalmente desordenadas. Ryou se ruborizó al verse a sí mismo y percatarse de su desnudez, rápidamente tomó una camisa se la puso notando de inmediato que era la de su yami, no solo por el olor de la prenda, sino porque le llegaba poco antes de las rodillas.

Bajó de la cama y se colgó su sortija en lo que iba al baño para intentar arreglar el desastre que era su pelo luego de la noche tan movidita que tuvo con su yami. Se miró al espejo mientras lava su rostro descubriendo señas de pequeños mordiscos en sus labios, los acarició con lentitud reviviendo los embriagantes besos de su pareja. Descorrió también parte del cuello de la camisa, dejando un poco de su hombro al descubierto, allí había una gran marca tan rojiza que parecía recién hecha, rodeada de otras más leves y apenas notorias. Ryou sonrió dejando a sus dedos resbalar delicadamente por la piel marcada, rememorando el momento justo en que Bakura le había mordido.

Se acomodó la prenda para encubrir la evidencia y salió del baño, regresó a la cama sentándose al lado de Bakura para acariciarle levemente el cabello mientras pensaba en todo lo que había pasado en aquel extraño sueño -si es que se le podía llamar así- y deseó hablar con sus amigos, pero era muy temprano teniendo en cuenta lo tarde que habían llegado en la madrugada y no quería incomodarlos. Apenas y notó el incesante parpadeó de la pantalla de su móvil que estaba en la mesita de noche, extrañado fue a cogerlo para leer el mensaje que había recibido, era de Malik y preguntaba si está despierto, le respondió afirmativamente seguido de Yugi. El siguiente mensaje del egipcio los citó a los tres en la habitación del tricolor, confirmó su presencia luego de soltar un suspiro de alivio… menos mal que no se le había ocurrido reunirlos en su habitación ¡la vergüenza que le daría que vieran a Bakura medio desnudo entre las sabanas! ¡Aún más si llegara a despertar!

Sacudió su cabeza y tomó su pijama para cambiarse la camisa de Bakura… total era temprano y sus amigos estarían igual.
Ya con su pijama celeste y blanco -meticulosamente acomodado en el cuello- tomó la llave de su habitación y dejó su sortija en una mano de Bakura antes de salir.

Yugi se levantó a abrir la puerta para que los chicos no tuvieran que tocar ni despertaran a Yami mientras él seguía entretenido escribiendo en la hoja, casi la tenía llena y había dibujado con tinta morada un par de corazones en las esquinas superiores, su botella de juego ya estaba vacía.

Ryou y Malik se adentraron con cautela en la habitación, el egipcio cerró lentamente la puerta tras ellos.

─Buenos días Yugi ─saludaron a coro en voz baja notando al faraón durmiente.

─Buenos días ─regresó el tricolor con una bella sonrisa para sus amigos ─ ¿Qué tal pasaron el resto de la noche? ─preguntó cordialmente.

Ryou se ruborizó levemente, Malik se encogió de hombros ─normal ─respondió el egipcio mientras iba a sentarse en una silla que llevó hasta el escritorio. Yugi le cedió su silla a Ryou mientras se subía a la mesa intentando ocultar la hoja.

Yami se despertó de pronto al sentir las voces ajenas en su habitación, pero se quedó quieto al escuchar la voz de su aibou.

─Y bueno… ¿qué opinan de… lo que sea que pasó anoche? ─inició Yugi balanceando levemente sus piernas.

Ryou retorció sus manos un poco ─aún estoy algo conmocionado por todo lo que pasó, sobre todo lo último.

─Si ─concordó Yugi estremeciéndose y abrazándose a sí mismo. Al escuchar la tierna y acongojada voz de su luz Yami sintió la necesidad de ir y envolverlo entre sus brazos.

─La prueba final ─susurró Malik recordando ─el lugar donde todo inicio.

─Se refiere al valle de los reyes ¿cierto? ─consultó Ryou.

─Eso creo ─asintió Yugi.

─Tengo recuerdos muy borrosos de ese sitio antes de…─miró a Yugi con cautela ─ya saben ─se refería a la batalla ceremonial, ellos lo entendieron, Yami lo supuso pero no entendía porque evitaban nombrarlo, además recordó lo que Malik había dicho de que los ojos de Yugi se habían oscurecido luego de aquello, debía recordar hablar con su compañero al respecto.

Yugi tuvo que morderse la lengua para no responderle “¿Por qué no le pides a Bakura que te lo cuente todo?” en un tono mordaz, impropio de él ─Creo que va siendo hora ─empezó el tricolor poniendo firmemente las manos en la mesa ─de que vallamos organizando un pequeño viaje a Egipto ─planteó con la mirada decidida.

─ ¡Sí! ─aceptó emocionado el albino antes de llevarse las manos a la boca cuando Yugi hizo señas hacia Yami.

─Por favor Ryou, que Atem sigue durmiendo ─le reclamó Malik con diversión.

─Gomen ─se disculpó apenado, Yugi hizo un gesto restándole importancia, Yami tenía que despertarse en algún momento… y ahora que lo pensaba se le hacía raro que no se hubiera levantado ya, él solía despertar primero.

─Hay que pensárselo bien ─mencionó Malik de pronto ─sabemos cómo son Joey y los demás que no van a tolerar el quedarse por fuera y el viaje se lleva un par de días ¿saben? Como para disimularlo ─dijo lo último en voz baja.

Ryou lo miró inquisitivamente cruzándose de brazos ─es que no se lo quieres decir a tus hermanos ¿verdad?

Malik tragó duro ─bueno…

─Malik ─Yugi lo miró arqueando una ceja.

─Es que… saben cómo es Ishizu ─se quejó con un puchero, desviando el rostro.

Yugi y Ryou se miraron entre sí suspirando, unos pequeños gruñidos interrumpieron el momento, los menores se sonrojaron.

─Creo que va siendo hora de comer algo ─menciona Ryou.

─Si, se supone que vamos a desayunar en el restaurant del hotel, se me hace raro que Uky-nii o Akari nee-san no hayan venido a avisar… deben estar recién levantándose jejeje.

En ese momento Yami decidió hacerse notar ─aibou ─fingió una voz adormilada, irguiéndose lentamente en la cama.

─Ahh Yami ─rápidamente Yugi se bajó de la mesa y corrió al lado de su novio, respondiendo instintivamente a su llamado ─ Ohayō ─le dio un dulce beso de buenos días en las mejillas.

─Buenos días, koi ─le respondió al oído dándole un tierno beso en la mejilla, al lado de la oreja ─buenos días ─saludó ahora a los dos hikaris.

─Buen día, Atem ─respondieron los menores. Yami se sacó las sabanas de encima y fue al baño para lavarse el rostro.

─Son una ternurita ─le dijo Malik a Yugi en cuanto el faraón entró al cuarto de baño.

Yugi le sacó la lengua de manera infantil.

─Bakura debe estarse levantando también ─mencionó Ryou llevándose una mano al vientre.

─Si, Marik igual ─se llevó una mano a la nuca.

Yugi ahogó unas risillas. Un par de golpes resonó en la puerta ─Ya voy.

─ ¡Buenos días! ─canturrearon alegremente los gemelos, ambos con afelpadas y tiernas pijamas así como el cabello revuelto, la de Keita era azul y la de Shouta verde.

─Ohayō Yugi ─saludó Ukyo yendo a abrazar al tricolor, dándole un beso en la frente justo cuando Yami salió del baño, el faraón caminó con su porte serio y una mano en la cintura, imponiendo su presencia. Ukyo le dirigió una mirada desafiante y Yami la respondió con altivez. Yugi soltó un suspiro cansado al sentirse en medio de la tensión, mientras que Ryou y Malik solo ahogaban unas risas observándolos.

─Hola tío Atem ─corrió Shouta a brazos del faraón quien, con una pequeña sonrisa, lo alzó con facilidad.

─ ¿Cómo durmió mi pequeña estrella? ─habló tiernamente el peliverde, abrazando a Yugi.

Yugi miró de reojo a su novio haciendo presión en el pecho de Ukyo para apartarse un poco ─Perfectamente, Uky-nii ─Yami sonrió ladinamente ─ ¿Y tú?

─Bien, gracias ─le dio una sonrisa ─aunque hubiera sido mucho mejor si hubieras dormido conmigo ─le dijo en un susurro que, desafortunadamente, Yami alcanzó a escuchar. El faraón ahogó un molesto gruñido, sus ojos destellaron con un rojo furioso.

─Pero que cosas dices ─reclamó apenado el pequeño tricolor alejándose del oji-naranja.

─Tío Yugi ─lo llamó Shouta desde los brazos de Yami.

─Tenemos hambre ─completó Keita jalando el pantalón de Yugi.

─Lo sé, lo sé. Yo también tengo hambre ─dijo Yugi tomando en brazos a Keita para irse a sentar en la cama ─ ¿Dónde están su madre y su tía? ─se quejó cruzado de brazos dejando al niño en la cama, Yami dejó a Shouta al lado de su hermano yéndose a sentar en la cama tras Yugi.

Ukyo rio ─cuando fui a su habitación Kurumi estaba profundamente dormida jajaja.

─Mamá se está cambiando ─informó Shouta.

Yugi suspiró ─A mí también me está dando hambre ─dijo el oji-naranja mirando al reloj, faltaba un cuarto de hora para las nueve ─te digo algo ¿por qué no te… se van cambiando y bajamos a pedir al desayuno en lo que ‘las señoritas’ se arreglan? ─propuso con una sonrisa ladina y una mano en la cadera.

─Me parece estupendo, Uky-nii, pero tendría que llevar a los niños a que se bañen y se cambien… e irrumpir en el cuarto de mis primas ahora mismo no me parece la mejor idea ¿sabes?

Ukyo chasqueó la lengua ─Buen punto ototo ─se lo pensó un momento en lo que Yugi sacaba su ropa y la de Yami de su maleta ─ ¿sabes qué? Estamos en un hotel de Tokio, es fin de semana, nadie se va a fijar en pequeños detalles.

─Otro buen punto ─le dio la razón.

─ ¿Sabes una cosa? Anda, se cambian y yo voy apartando la mesa, los esperamos abajo ─dijo dándose la vuelta ─vamos niños.

─ ¡No! ─se negaron a coro ─nosotros nos quedamos aquí ─declararon abrazándose a Yugi, quien rio nerviosamente.

─Como quieran ─se encogió de hombros y salió.

─Debería ir a mi habitación ─menciono Malik ─supongo que ese perezoso de Marik ya debe estar despierto ─comentó con una risilla.

─Si, Bakura debe estar preguntándose ‘dónde demonios estoy’ ─el albino se levantó de su lugar para irse junto con Malik.

─Los veremos abajo ─dijo Yugi.

─Ejemmm ─irrumpió una nueva voz.

─ ¡Bakura! ─se sobresaltó Ryou, el yami albino estaba en la puerta de la habitación junto a Marik, ambos también en pijama ─Ohayō Bakura ─corrió hasta él para abrazarlo, pasándole los brazos por la cintura y pegando su mejilla en el cálido pecho del mayor, con una preciosa sonrisa.

El cariñoso acto de Ryou bastó para bajar por completo los ánimos del albino mayor, quien venía molesto a reclamarle a su luz qué hacía en la habitación del faraón y porque le había dejado solo al despertar. Bakura parpadeó un par de veces llevando una mano a la cabellera de su niño susurrándole al oído la respuesta a su saludo.

Malik ahogó unas risitas al verlos mientras iba al lado de su yami ─buenos días Marik ─se puso en puntillas para darle un beso en la mejilla.

─Buenos días, ángel ─le correspondió con un beso en la frente ─ ¿qué hacías aquí?

Los hikaris se miraron entre si ─solo veíamos lo del desayuno ─le restó importancia, Marik lo miró con una ceja arqueada pero solo se encogió de hombros.

─Deberíamos ir a cambiarnos si es que queremos bajar a comer algo pronto ─comentó Ryou nerviosamente, empujando suavemente a Bakura para salir de la habitación.

─Tío Ryou tiene razón, hace hambre ─se quejó Keita llevándose las manos a la pancita y dejándose caer en la cama. Shouta lo miró con una sonrisa y luego acomodó la cabeza de su hermano en su regazo dándole unos cariñosos mimos en el cabello.

─Muy cierto, nos vemos abajo ─dijo Malik imitando la acción de Ryou, con Marik.

─De acuerdo ─aceptó Yugi.

─Aquí tienes ─Yugi le pasó una muda de ropa a Yami ─anda a cambiarte ─le dijo con una sonrisa.

Yami tomó la ropa y se metió al baño para cambiarse, mientras Yugi se puso a jugar con sus sobrinos para distraerlos un poco del hambre.

Yami se puso una camisa negra con un diseño de líneas moradas, como llamas en la parte inferior, de manga-larga que se arremangó hasta la mitad de los antebrazos, un jean negro con cinturón doble plateado y botines negros. El conjunto era ceñido y definía perfectamente el, levemente marcado, cuerpo de Yami, se ajustó la correa de su cuello y salió.

Cuando regresó al cuarto encontró a su novio acostado bocarriba en el lecho mientras los gemelos a su lado jugaban a hacerle cosquillas a su tío. La escena le sacó una sonrisa, Yugi se veía sumamente adorable con los niños.

─Que bien te ves, tío Atem ─le dijo sonriente Keita en cuanto notó su presencia.

─Gracias ─Yami se sentó en la cama, los niños dejaron a Yugi que se levantara para que este fuera a cambiarse. El menor tomó su ropa evitando ver a Yami a los ojos pues su novio se veía realmente guapo, que hasta las mejillas se le calentaban.

Mientras Yugi se cambiaba Yami tomó un almohadón en forma de flor que había en la cama y le acarició el rostro a Shouta con él, esto le provocó unas risas al niño y pronto ambos gemelos estaban jugando de lo más tranquilos con el faraón.

Tras unos pocos minutos más Yugi salió del baño con una playera morada sobre una remera azul de manga larga, jeans blancos igual que sus tenis con líneas azules. Se puso unas manillas negras en su muñeca izquierda y acomodó su rompecabezas que había cogido de la cama. Salió del baño listo y sonriendo al ver a sus sobrinos jugar con su pareja.

─El tío Yugi también se ve muy bien ─aduló Shouta, siendo apoyado por su hermano.

Yami se levantó de la cama para ir al lado de Yugi ─muy cierto ─le acarició delicadamente los mechones rubios con una mano antes de acariciarle la mejilla ─te ves muy lindo mi aibou ─le dijo coqueto, inclinándose para darle un beso en la frente, los gemelos los miraron con una gran sonrisa, adoraban ver a sus tíos juntos, se sentían en familia.

─Se-será mejor que-qué vayamos bajando, quiero desayunar ─dijo algo nervioso por la cercanía de su pareja, estando a la vista de sus sobrinos.

─ ¡Sí! ─vitorearon los gemelos bajándose de la cama para salir del cuarto.

Bajaron las escaleras alcanzando a los egipcios en el camino, al llegar al restaurant Ukyo ya tenía apartada la mesa familiar.

─Creo que hay que buscar a las señoritas ¿sabes? ─le comentó el oji-naranja a Yugi con gracia.

─Más bien creo que te va a tocar buscarlas ¿sabes? ─le regresó el menor de igual manera.

─ ¿En serio, Yugi? ─dijo con pesadez, haciendo un puchero.

─Anda ─señaló con su pulgar las escaleras.

Ukyo torció el gesto pero, resignado se levantó para ir a por sus primas.

─Vaya, como te hace caso ─le comentó Malik con una sonrisa pícara reposando su mejilla en su palma. Llevaba una playera lila y un pantalón de mezclilla. Marik llevaba una playera gris con pantalón oscuro.

─Desde siempre jejeje ─le respondió con una risilla que Malik pronto correspondió.

Ryou y Bakura los alcanzaron pocos instantes antes de que bajara Ukyo con las dos chicas, el peliverde venía hablando por su móvil. Kurumi vestía un falda roja hasta las rodillas con una blusa manga-larga blanca sin hombros al estilo pirata, mientras su hermana lucía un sencillo vestido verde pastel.

El mesero les llevó los menús para que ordenaran, entre todos pidieron un gran y variado desayuno. La comida fue amena y muy agradable. Al terminar de comer, el celular de Ukyo volvió a sonar justo un minuto antes que el de Yugi. Ambos chicos se levantaron para ir a la terraza del hotel para contestar… bajo la atenta mirada de Yami.

─ ¿Dónde demonios están? ─hablaba Ukyo mirando hacia todas direcciones ─par de paquetes, le dije que dos cuadras a la derecha… ¡Qué no me presten atención ya es cosa suya no mía, inteligentes! ─les regañó ─regresen a la estación y cojan a la ¡derecha!... Vale, les espero fuera.

─Sí tío, acabamos de desayunar ─hablaba Yugi ─ ¿los amigos de Uky-nii? Parece que ya vienen llegando jeje… De acuerdo ¿en una hora? Sí señor. Bien, nos vemos al rato tío.

─ ¿Qué ha dicho mi padrino? ─le preguntó Ukyo a Yugi.

─Que viene con su esposa en una hora para que nos vayamos ─informó guardándose su móvil ─ ¿Y tus amigos?

Ukyo rodó los ojos ─Vienen en camino ─le dijo ─ ¿me acompañas a esperarlos?

─De acuerdo –aceptó con una sonrisa y se sentó a su lado en el borde de una jardinera.

Ukyo le pasó un brazo por los hombros ─ ¿sabes que te adoro Yuu?

Yugi negó con la cabeza sonriendo ─lo sé nii-chan, lo sé, yo también te quiero ─se alzó para darle un rápido beso en la mejilla ─ ¿A dónde crees que nos va a llevar mi tío? ─le preguntó inocentemente balanceando las piernas por el borde de la jardinera.

─Me encantaría decir que a nadar, pero cómo no nos dijo que trajéramos bañadores pues… ya ves tú.

─En resumen, no tienes idea ─le dijo con una gota bajándole por la sien. Ukyo asintió llevándose una mano a la nuca, soltándole los hombros. Yugi le dedicó una dulce sonrisa que Ukyo correspondió, el peliverde se acercó lentamente a Yugi mirándolo fijamente a los ojos. El menor se puso nervioso, moviéndose hacia atrás según Ukyo se le acercaba.

─ ¡Tío! ─la voz de los gemelos les interrumpió el momento. Yugi suspiró aliviado y Ukyo resopló frustrado.

Yugi se revolvió nervioso mientras Ukyo le dirigía una mirada envenenada a Yami, quien venía atrás de los gemelos con una mano en el bolsillo de su pantalón y una mirada desafiante en la que se leía “atrévete y verás”.

─Los niños querían ver porque te demorabas tanto aibou y me pidieron que los acompañara ─se ‘excusó’ llegando a sentarse al lado de su luz.

─Lo siento, estamos esperando a los amigos de Uky-nii ─le dijo a Keita y Shouta dirigiéndole una mirada agradecida a su novio, resguardándose en él.

¿Quién demonios le ha dado vela en este entierro?” gruñía Ukyo a sus adentros al ver al tricolor mayor juguetear con Yugi y los gemelos con toda la tranquilidad del mundo. De un momento a otro recibió un leve puñetazo en la cabeza ─ ¿Qué demonios…? ─se giró solo para ver a Jun tras él con la mano aún empuñada y Shon con él de brazos cruzados ─me encanta tu forma de saludar, Jun ─le dijo irónico y con una venita saltándole en la frente.

─Cállate imbécil, que nos diste mal las indicaciones ─le gruñó mirándole con molestia.

─ ¡No! Te lo dije perfectamente, que tú no escuches lo que digo ya no es cosa mía ─le dijo de igual forma.

Mirándose con molestia ambos dieron un paso adelante juntando sus frentes y gruñendo como perros salvajes.

─ ¿¡Qué!? ─le gritó Jun empujándolo con la frente.

─ ¡¿Qué de qué?! ─le respondió empujándole él.

─Ya basta los dos ─Shon se les puso en medio empujándolos por la cabeza entre sí para que se dieran un golpe.

─Para ya, Uky-nii ─Yugi se levantó de su asiento para abrazar desde atrás al peliverde por la cintura para detenerlo.

─Relájate un poco Jun ─ Shon lo tomó del hombro, mirando y hablándole con seriedad.

─Bah! ─bufó soltándose de un manotazo de la mano del peli-miel.

─Olvídalo ─cedió Ukyo llevando una mano a la cabellera de Yugi ─anda, vamos adentro ─le habló con ternura al menor quien se soltó de él al instante ─mi padrino vendrá como en una hora por nosotros, vamos a mi habitación mientras los demás se arreglan ─les dijo a sus dos amigos.

─Ok ─accedió Shon encogiéndose de hombros. Jun les siguió sin decir nada.

─Ahhh, que agradable ─Yugi estiró los brazos al cielo cuando salió del cuarto de aseo, ya bañado y vestido.

Yami lo esperaba tendido en la cama jugueteando con el rompecabezas del milenio, con una mano tras la cabeza. Yugi miró el reloj viendo que aún faltaba por lo menos 20 minutos para que llegara su tío así que con una sonrisa se subió a la cama y gateó hasta el costado de Yami acostándose bocabajo, reposando su cabeza en el pecho del mayor.

─Mou hitori no boku ─le llamó tiernamente, acariciándole la mejilla con una mano.

Yami le sonrió ante la forma de llamarlo y lo jaló hacia sí para propinarle un beso, Yugi se sonrojó, Yami lamió sus labios antes de colar su lengua en la pequeña y dulce boca de su novio, Yugi respondió sumisamente al beso, acariciando el pecho de Yami por sobre su ropa.

Se separaron solo cuando el aire hizo falta, ambos entreabrieron los ojos para mirarse, las mejillas de Yugi estaban rojas y los ojos le brillaban, Yami lo miró con amor acariciándole el cabello.

─Te amo, mi dulce koibito ─le dijo en un susurro, bajando su mano para acariciarle el cuello delicadamente con la yema de los dedos, sintiendo como la suave piel de Yugi se erizaba por su contacto.

Yugi se estremeció ─yo también te amo, Yami ─le dio un beso en la mejilla, siguiendo un camino con sus labios hasta el cuello.

Ahora fue el turno del faraón de sufrir un escalofrío al sentir sus fosas nasales invadidas por el delicado aroma de Yugi, ahora mesclado con la esencia a rosas que había usado en su baño. Sintió que el pantalón le apretaba.

Yami dejó el rompecabezas en una mesita que tenía al alcance de la mano y tomó el hombro a Yugi para voltearlo en la cama y ponerse sobre él. Yugi le miró con timidez y muy sonrojado, lo cual se le hizo sumamente tierno a Yami.

─Te vez tan adorable ─le murmuró acariciándole con un dedo la mejilla, sintiendo el calor que emanaba. Yugi le miró arqueando las cejas e inflando los mofletes ante sus palabras, Yami le sonrió ─Eres encantador ─bajó de nuevo a darles una nueva lamida a los labios de su pareja, Yugi los entreabrió en respuesta para darle paso pero Yami apenas les dio un ligero beso. Yugi ahogó un jadeó de reproche que no pudo contener, lo cual le arrancó una sonrisa ladina a su novio.

Yami jaló un poco el hombro izquierdo de la prenda para dejar al descubierto la lechosa piel y succionarla, dejando una pequeña marca sonrosada ─ahhh Yami ─Yugi cerró el ojo izquierdo jadeando por lo bajo en respuesta, lo cual no hizo más que encender la pasión de su pareja.

Yami siguió su camino de besos y chupones hasta el hombro de Yugi -por suerte la tela de la playera estiraba bastante- de allí bajó hasta su pecho, deslizando su lengua por el centro haciéndole cerrar los ojos ─ ¿te gusta, aibou?

Yugi abrió los ojos para verle y asintió en un jadeó, Yami subió el rostro y entrecerró los ojos viéndole directamente, bajó a dejar un fugaz beso en la boca de su compañero provocando que fuera Yugi quien se impulsara a tomar sus labios en un apasionado beso a la vez que le pasaba los brazos por el cuello, atrayéndolo más a su cuerpo, sintiendo aún más intenso su calor.

Se separaron cuando sus pulmones le exigieron oxígeno y Yami regresó a su tarea de acariciar con sus labios la piel del menor,  fue directo al centro de su pecho y recorrió con su lengua hasta el pezón derecho rodeándolo lentamente antes de apretarlo con delicadeza entre sus labios, Yugi no pudo contener un gemido arqueando el cuerpo, bajó sus manos aferrándose a la espalda de Yami, llamándolo entre ahogados gemidos.

No queriendo forzar más la prenda le soltó el cuello de la playera para tomar el borde de abajo y levantarla, regresó sus labios al pezón de Yugi ganándose otro gemido mientras acariciaba con su mano el otro botoncito. Yugi seguía retorciéndose a la par que arañaba ligeramente la espalda del mayor habiendo metido sus manos por debajo de su camisa, entonces Yami deslizó su lengua hacia abajo, acariciándole el abdomen ─Owww ¡Yami! ─gimió cuando la lengua del faraón le bordeó el ombligo.

Yugi separó más las piernas flexionándolas para acomodarlas a los costados de su pareja y se aferró con más fuerza a su espalda cuando la lengua de Yami le acarició suavemente el ombligo ─ ¡Atem! ─gimió esta vez arqueándose con más fuerza.

El faraón sintió su cuerpo vibrar ante el llamado de su compañero, descubrió que no le importaba que le llamara por su nombre original, siempre y cuando fuera con ese dulce tono desbordante de sensualidad ─ ¿Tienes miedo, mou hitori no ore? ─le preguntó el un murmullo, mirándole a los ojos.

Yugi, quien respiraba agitadamente, le regresó la mirada ─contigo, nunca ─le respondió con toda sinceridad.

El faraón le miró con una sonrisa y los ojos levemente entrecerrados, se inclinó para darle un beso arrebatador, pasándole un brazo por la cintura, apegándolo más a sí. Se separaron para tomar aire, sin embargo la lengua de Yami no paró de acariciar la de Yugi, rozando sus puntas y enrollándolas.

Te amo ─dijeron al unísono.

Volvieron a besarse solo para ser interrumpidos por un par de golpes en la puerta. Yugi echó en la cabeza hacia atrás blanqueando los ojos y suspirando profundamente. Yami por su parte enterró su cabeza en el cuello de Yugi gruñendo frustrado. (N/A: YY: ¡Como sean Bakura o Marik juró que los mando a Parla! ¬¬***) apretó entre los puños las sabanas bajó ellos maldiciendo para sus adentros a quien fuere que estuviera al otro lado de la puerta -amenos que fueran los gemelos- Yugi se estremeció al sentir la vibración en su cuello.

Un par de golpes más.

─ ¿Quién (maldita sea) es? ─preguntó Yami con ira contenida en su voz, guardándose el insulto para sus adentros sin moverse de un milímetro de su posición, impidiéndole a Yugi el moverse también.

Yugi suspiró al escuchar un nuevo golpe ─ ¡¿Quién?! ─preguntó esta vez en voz alta, dado que, al parecer, no habían escuchado a su yami.

─ ¡Yugi! ─se escuchó la voz de Ukyo al otro lado de la puerta y Yami estaba listo para mandarlo al reino de las sombras.

─Dame un minuto, Uky-nii ─respondió Yugi ─lo siento Yami ─ le dio unos cuantos besos en el rostro para tranquilizarlo ─ ¿me dejas levantarme? ─le pidió apenado deslizando sus manos de la espalda de Yami hasta su pecho, solo dejándolas ahí sin hacer presión ni nada.

Yami levantó la mirada de su cuello para verle, los ojos le reflejaban la frustración y molestia ─dame un beso ─exigió en un firme tono de orden.

Yugi ahogó unas risillas rodando los ojos ─te amo, mi faraón, te amo demasiado ─le dijo cariñoso, tomándole las mejillas con ambas manos antes de darle un profundo beso ─te amo, te amo ─repitió juntando sus frentes, mirándole directo a los ojos.

─Te amo tanto, mi pequeño ─le respondió, levantándose de su posición acomodándole la ropa antes de sentarse en la cama.

Yugi se levantó acomodándose bien las prendas y el cabello antes de levantarse para abrir la puerta. Yami regresó a recostarse en la cama de nuevo con el rompecabezas del milenio en su torso jugueteando con él, aunque se aseguró de poner un cojín en su zona pélvica.

─ ¿Qué pasa Uky-nii? ─preguntó ocultando fácilmente su frustración y molestia, el peliverde estaba a su frente con sus dos amigos: Jun y Shon.

─Mi padrino me llamó, llega un cinco minutos ─informó el oji-naranja mientras Yugi les cedía el paso a los tres.

─ ¿Y para eso tenías que venir? ¿No pudiste simplemente pasarme un mensaje? ─le reclamó con una ceja arqueada.

─ ¿Qué? no me digas que estabas durmiendo de nuevo ─acusó con gracia.

Yugi rodó los ojos, yéndose a sentar al lado de su novio “si supieras…” pensó con algo de gracia y pena ─no precisamente, pero si estaba bastante acomodado ─le reclamó.

Ukyo miró desconfiado a Yami quien sí que estaba muy acomodado en la cama. El faraón solo de devolvió una mirada molesta, claramente le decía que no era bienvenido.

─Te dije que no vinieras a molestar al niño ─le dijo Jun mirándolo con burla y cruzándose de brazos. Yugi no pudo evitar un gruñido de molestia cuando le llamaron niño.

─Tu cállate ─le respondió.

─No seas grosero, Uky-nii ─le reprendió Yugi, sentándose en la cama al lado de Yami.

Jun soltó una risa nasal ─ ¿te he dicho que me caes bien chico? ─le guiñó el ojo, Yugi ahogó unas risillas cuando Ukyo resopló molesto.

─ ¿Por qué te has traído la guitarra, Uky-nii? ─preguntó recién notando el estuche del instrumento a sus espaldas.

─No pienso dejarla aquí ─le respondió ─deberías llevarte la tuya también ─Yugi miró su guitarra ─yo te la cuido si quieres ─ofreció con una sonrisa, Jun rodó los ojos ante la ‘cursilería’ de su amigo.

Yugi aceptó pasándole el instrumento, hasta que se percató de la hoja que había dejado en su escritorio, ruborizado la tomó pero Ukyo también se dio cuenta.

─ ¿Qué es eso? ¿Escribiste algo? ─Yugi ocultó la hoja de su vista tras su espalda ─Déjame verla ─pidió con un puchero.

Yugi negó fervientemente con la cabeza, retrocedió de regreso a la cama mientras Yami lo miraba curioso. Yugi se movió hasta la cabecera de la cama, justo al lado de su novio quien, de inmediato se movió, recostando su cabeza en el regazo del menor. Yugi le recibió con una sonrisa acariciándole el cabello con dulzura, provocando la molestia de Ukyo.

La tensión se sentía en el ambiente, Jun y Shon veían con gracia mientras Yugi se sentía sofocado por la presión entre su novio y Ukyo.

─ ¡Yuuugi! ─afortunadamente Kurumi llegó con notable emoción a irrumpir en la habitación con Tsubasa y su esposa.

─ ¡Tío! ─saludó Yugi sin moverse de su posición con la cabeza Yami aun en su regazo. Tsubasa les miró con una sonrisa que el menor le regresó.

─Hola padrino ─le saludó Ukyo, a pesar de cualquier situación el peliverde siempre dejaba a la vista lo apegado que era a su padrino.

─ ¿Están todos listos para irnos? ─preguntó con ánimo.

─ ¡Sí! ─le respondió su sobrino de igual forma, sacó su celular y grabó un mensaje de voz para que los albinos y los egipcios supieran que era hora de irse, al minuto todos estaban listos en la puerta de su habitación -aunque a Malik se le notaba el cabello un tanto alborotado-, Yami ya estaba más tranquilo y mantenía un brazo en los hombros de su novio, Yugi tomó lo necesario y salieron cerrando bien el cuarto, bajaron topándose con Akari y los gemelos ya arreglados, Keita tenía una camisa blanca con jean negro y su hermano tenía una ropa idéntica pero con los colores invertidos.

Bajaron entre amenos comentarios de los hikaris y las típicas preguntas impacientes de los niños sobre el lugar a donde se dirigían, sin embargo Tsubasa se lo reservó.

En el frente del hotel se toparon con una camioneta aún más grande que la que usualmente tenía el peli-azul, esta era de color negro, seguramente era un auto rentado. En esta ocasión Ukyo se sentó en la primera fila con Yugi y Yami, intentando llevarse toda la atención de Yugi… claro que Yami defendía lo suyo.

Luego de unos veinte minutos de camino finalmente Tsubasa detuvo el motor del vehículo, determinando que había llegado al mentado lugar sorpresa, así que todos bajaron.

Hubo una colectiva expresión de asombro en los adolescentes del grupo, incluyendo a los yamis.

Estaban frente a un Zoológico.

─ ¡Shugoii!* ─Ryou y Yugi no se molestaron en esconder su emoción u alegría al igual que los gemelos, los ojos de los cuatro brillaban de ilusión, el lugar se veía prometedor.

La entrada era enorme, no demasiado llamativa pero si atractiva, los altos muros en color arena y la gran entrada en forma de arco con rebordes blancos eran decorados con un enorme cartel que ilustraba varios animales y que tenía la palabras ‘bienvenido’ escrita en varios idiomas.

─ ¿entramos? ─preguntó Tsubasa con una sonrisa.

Yugi, que estaba cerca de él se giró un poco dándole una bella sonrisa ─Arigatou, tío ─giró por completo el cuerpo para abrazarlo.

Tsubasa le puso una mano en el cabello regresándole la sonrisa ─vamos.

─ ¡Hai! ─tomando la mano de Yami, Yugi se adelantó para entrar. El faraón se dejó llevar viendo con una sonrisa la infantil emoción de su novio.

─Un… zoológico ─murmuró Malik observando todo a su alrededor, Ryou lo alcanzó.

─Yugi y yo teníamos en mente llevarte a uno de estos desde hace algunas semanas, pero no lo habíamos organizado bien ─le dijo Ryou tocando delicadamente el brazo del hikari egipcio.

Malik le sonrió y siguieron a Yugi a la entrada del lugar con los demás… claro, los gemelos no le perdían el paso al tricolor menor.

─ ¿Qué es? ─le preguntó Marik a Malik en voz baja.

─Es un lugar enorme ─gesticulo con sus manos ─donde muestran toda clase de animales y sus habitad naturales ─le explicó con una gran sonrisa.

Alcanzaron a los tricolores y a los gemelos en la entrada del lugar, justo cuando se disponían a ingresar se llevaron un pequeño sobresalto.

─ ¡Onii-chan! ─Shon sintió un ligero impacto a su espalda, junto al llamado de una suave voz.

─ ¡Kaoru! ¿Qué haces aquí? ─casi que grito peli-miel.

─ ¿Tu qué crees? Vine a verte nii-chan ─le informó con una sonrisa soltándole el cuello, pues prácticamente se le había colgado por la espalda. El chico en cuestión era delgado, de piel ligeramente bronceada -el mismo tono de Shon- y de la estatura de Malik, sus ojos eran idénticos a los de Shon y su cabello era castaño mezclaba tonos bronce y caoba. Usaba un buzo naranja con detalles en blanco y un pantalón de mezclilla.

─ ¿Viniste desde la casa de nee-san tu solo? ─le regañó, Ukyo y Jun atrás de él estaban conteniendo las carcajadas.

─Por supuesto que no vine solo.

─ ¡Yo! ─detrás del recién llegado se oyó una nueva voz, un joven apenas de la misma estatura de Ryou y de complexión delgada y delicada, su piel era blanca y contrastaba con su lizo cabello azul oscuro hasta debajo de los hombros y grandes ojos del mismo color con un brillo pícaro, vestía una remera gris claro y jeans oscuros ─ ¡Jun! ─sin contenerse ni un poco el peli-azul corrió a abrazarse al pelirrojo de la misma forma en que Ryou lo hiciera más temprano -es decir, pasándole los brazos por la cintura y pegando una mejilla a su pecho-

─ ¿Qué diablos haces tú aquí? ─le gritó el colorado.

─Me vine con Kaoru ─le respondió ─Hola Ukyo.

El peliverde se acercó a los dos recién llegados ─ ¿Qué tal Kaoru, Ikky? ─les saludo.

─Genial ─le respondieron a coro.

─ ¿Cómo sabían que estábamos aquí? ─preguntó Shon abrazando a su hermanito.

─Ukyo nos mandó un mensaje ─le respondió Kaoru, Jun y Shon le mandaron una mirada asesina al oji-naranja.

─ ¿Uky-nii? ─Yugi observó con curiosidad a los recién llegados.

─ ¡Oh! Disculpen mi falta de modales, me llamo Kaoru y soy su hermano menor ─se presentó el castaño, señalando a Shon.

─Y yo soy su mejor amigo, me llamó Ikky ─se presentó el oji-azul aun abrazado a Jun, quien estaba algo sonrojado.

─Ikky, ya suéltame.

─No seas así, Darling ─se quejó, sorprendiendo a muchos ─no te he visto desde ayer, anoche llegaste muy tarde, cuando ya estábamos dormidos y hoy salieron muy temprano ─le reprochó haciendo puchero.

─Le llamó… ¿cariño? ─preguntó Yugi a Ryou, el peliblanco afirmó con la cabeza ─ ¿Acaso…

─ ¿Qué si son pareja? ─se le adelantó Ukyo, Yugi asintió ─si, lo son, pero Jun no es muy ‘demostrativo’ cuando están en público, por el contrario Ikky es muy cariñoso y mimado con él ─le contó ─por eso casi siempre tenemos una escena como esta ─señaló a los dos aludidos, Jun -con una sombra roja en sus mejillas- trataba de zafarse de los brazos de su novio.

─ ¿Son… novios? ─preguntó casi en un susurro Kurumi, quien había alcanzado a escucharlos.

─Si… no me digas, princesita de papá, que tienes prejuicios con respecto a eso ─se burló Ukyo llevándose las manos a la cadera.

Yugi se tensó ante la pregunta, Yami le tomó disimuladamente de la  mano, Kurumi parpadeó un par de veces ─la verdad es que no, solo me sorprendió ─respondió sin más, Yugi no pudo evitar un suspiro de alivio.

─ ¿Y tú, Akari nee-san? ─se atrevió a preguntar el tricolor.

─Para nada, me parece que el amor es hermoso, se mire por donde se mire ─le respondió amablemente antes de mandarle una mirada suspicaz ─ ¿Por qué lo preguntas?

A Yugi le bajó una gota por la sien ─no, es solo, simple curiosidad jeje ─Yami alcanzó a ver que Ukyo observaba a Yugi fijamente por lo que le pasó un brazo por los hombros, esto les llamó la atención a los dos recién llegados.

─Así que tú eres Yugi ─con agilidad Ikky se soltó de los brazos de Jun para acercarse al tricolor, Yugi retrocedió al ver invadido su espacio personal, el peli-azul se inclinó hacia adelante para mirarle fijamente a los ojos.

─Ahh sí, e-es un placer ─le respondió con una gotita bajándole por la nuca.

─El placer es nuestro ─se unió Kaoru a Ikky.

Todos se presentaron con los dos recién llegados, Ikky se centró un poco en los albinos.

─Tu acento es diferente, no eres de Japón ¿cierto?

Ryou negó con la cabeza ─Yo nací en Inglaterra.

─ ¿En serio? Eso es genial ─habló Jun ─Ikky tiene familia en Inglaterra ─comentó poniendo una mano en la cabellera azul de su pareja.

─Por cierto, me encanta tu cabello ─le dijo a Ryou sonriendo con los ojos cerrados, luego le dedico una mirada a Bakura, recorriéndolo de arriba a abajo, el yami albino lo miró arqueando una ceja y el peli-azul le guiñó un ojo, Ryou vio esto con malos ojos apegándose más a Bakura quien le pasó tranquilamente un brazo por la cintura igual que como lo hizo Jun con Ikky.

─Disculpe por favor las molestias, Tsubasa-san ─dijo Shon inclinando la cabeza.

─No te preocupes, será más divertido para los chicos ─le dijo con una amable sonrisa.

─Muchas gracias ─se giró a ver a Kaoru quien le dio una bella sonrisa, el castaño le tendió una mano a su hermano para entrelazar sus dedos.

Yugi, Ryou y Malik se miraron entre sí… aquel iba a ser un día muy particular.                  

Continuara… xD

Notas finales:

*Shugoii: genial!
*
Ikky y Kaoru: https://www.facebook.com/786629491430778/photos/a.795702997190094.1073741830.786629491430778/815716701855390/?type=1&theater 

 

Hola mis amores, ¿qué tal os trata la vida? Yo pos… pos estoy en parciales =( rezad por mí.
Como ya saben los que me siguen en face dividiré este cap final en dos partes (hype, dónde? xD) jajaja, también lamento la demora en este cap, estuve un poquito atareada, además estaba trabajando un poco en ‘Buscándote, encontré más’

Como sea, el próximo cap es el último de esta temporada (ya ahora sí) ((o eso espero xD))  sin embargo luego tendrán un regalito mio, no digo nada más.

Espero que les aya gustado este cap y nos vemos en el próximo con muchas más de mis locuras, bye mis amores!

Aquí estoy porque eh venido
Porque eh venido, aquí estoy
Y si no le gusta mi canto
Como eh venido. Me voy!

Nos leemos


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