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Es a ti a quien amo por Tsunekosawada

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Notas del capitulo:

bueno aquí les dejo el capitulo 18, esperamos les guste

Capitulo 18.

 

Un muy lindo pelirrojo iba caminando por las calles con tranquilidad, su aura indicaba mucha inocencia y timidez lo que hacía que varios hombres se le quedaran viendo, atraídos por su presencia sumisa. Además claro de su lindo rostro de muñequita, esa boquita pequeña y rosa, esas mejillas rosas y llenitas, esa piel pálida que antes estaba llena de curitas y parches ahora estaba inmaculada, ese cabello rojo, corto y  alborotado como el fuego y esos enormes ojos escarlatas brillantes más rojos que la misma sangre.

Este lindo pelirrojo caminaba muy tranquilo y con aire pensativo, había ido de viaje con su familia para conocer un poco el mundo pero de repente sintió que tenía que venir a Namimori, no sabía por qué, él no tenía la intuición de su mejor amigo. Pero si sabía más o menos que tenía que ver con él, la razón es desconocida… tal vez por la conección de sus ancestros.

Salió de sus pensamientos cuando sus ojos más rojos que la sangre, brillantes como un rubí se cruzaron con unos verdes profundos, tan o más brillantes que los suyos, de un verde esmeralda precioso.

-Etto… tú eres…

-Lambo, ¿Tú eres Enma, no? De la familia Shimon, los recuerdo. Tsuna-nii también habla de ustedes a menudo.

-Cierto, Lambo- se dieron la mano- ¿Sabes dónde está Tsuna? Necesito verlo.

-Tsuna… él está…

-¿Si?

-Él ya no se encuentra con su madre.

Lo siguiente que se oyó fue un fuerte azote.

 

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-Tch, maldita vaca, maldito Dame-Tsuna. Me las van a pagar cuando los encuentre, sudarán sangre y lagrimas por meses, así se les van a quitar las ganas de ignorarme y desaparecer.

El Hitman se tomaba su espresso muy molesto, que digo molesto, eso se queda corto. Más bien son muchas cosas mezcladas y al mismo tiempo: enojo, culpa, frustración, negación y molestia. Había ido en plena noche a buscar a esos tontos pero resultó que habían llamado de un teléfono público y no los encontraba por los alrededores, los muy malditos habían sido listos y escurridizos.

Bufó con verdadera molestia, ya ni su amado espresso le gustaba, le sabía a agua. Se levantó dispuesto a buscar de nuevo, caminó los pocos pasos hacia la puerta pero antes de abrir alguien llamó. Abrió dispuesto a mandar a volar a quien sea con una patada pero se quedó con los ojos como dos grandes Hot Cackes viendo a quien tenía en frente.

-¿Qué demonios…?

 

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Tsuna y Gokudera se columpiaban en silencio, muchos minutos antes el Castaño había terminado de hablar, ahora entendía a su jefe y tenía unas ganas locas de matar a Hibari y a Dino. A Reborn no porque él era muy fuerte y los respetaba mucho, por eso aunque de cierta manera apreciara a Lambo- lo que es una locura- y no aprobara lo que el Hitman le hizo no podía hacer nada a menos que quisiera morir.

Miró a su Jefe, estaba tan decaído, sus ojos ya no brillaban tanto salvo por las lagrimas sin derramar que se mantenían en espera. Definitivamente no era su gusto el verlo triste.

-Decimo- llamó la atención del menor- No puedo darle un consejo- el otro chico sonrió comprensivo asintiendo- No he pasado por algo así, por eso no puedo saber que decirle. Pero si estuviera en esa situación y no fuera tan impulsivo creo que querría aclarar las cosas.

-¿Qué quieres decir?

-Quiero decir, y no es por defender a ese vampiro, ¿Cómo sabe que Hibari ha jugado con usted? ¿Cómo sabe que él sale con el Haneuma? ¿Cree realmente que Hibari, siendo como es, le haría algo así? Porque él parece demasiado serio como para ponerse a jugar de esa manera tan rastrera con los demás- Tsuna lo miraba impresionado.

-Yo…- no sabía que decir- Los vi Gokudera… ¡Los vi abrazandose!

-Quizá lo malinterpretó, ¿Hibari también lo abrazó? ¿Vio que en algún momento rodeara a Cavallone con sus propios brazos?

-… No.

-Entonces ¿Cómo puede afirmar algo si no puede confirmar que sea verdad? Hágame caso Decimo, descubra la verdad, quizá es todo un malentendido.

-¿Y si es un malentendido lo del abrazo y me enoje por nada? Trate muy mal a Reborn y a Dino, también a Hibari-san- las lagrimas al fín salían- ¿Y si le estoy dando demasiada importancia a mis sentimientos y no son correspondidos?

-No se preocupe- le mataba no poder hacer nada para que deje de llorar, pero sabía que tenía que dejar que se desahogara- Todo el enojo que siente es porque esta triste y dolido, pero le puedo asegurar que cuando las cosas se aclaren esos sentimientos negativos serán menos pesados. Quizá no se vallan del todo pero al menos no serán difíciles de superar algún día, pero por mientras podrá vivir con ellos en relativa paz.

-G… Hayato- el oji-verde lo miró sorprendido- Gracias.

-… Por nada… hermanito.

Ambos sonrieron a gusto platicando un rato más sin notar como dos figuras los veían y se alejaban en direcciones opuestas.

 

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-¡¿Se puede saber dónde estabas vaca estúpida y de donde sacaste este cadáver?!- le gritaba un furioso Reborn  un Lambo con un tic en el ojo que le colocaba un paño con agua fría en la frente al pelirrojo que descansaba sobre el sofá, para reanimarlo ya que se había desmayado en plena calle.

-No tengo por qué responderte Reborn, créeme que hubiera preferido llevar a Enma a otro lugar pero aquí era lo más cercano y no podía ir a cuestas con él- se sienta junto a Enma peinándole los cabellos con la mano- Preferiría estar en cualquier otro lugar a estar aquí soportándote. ¿Por qué no vas a…?

-Dilo, continúa con lo que ibas a decir… Lambo- le susurró muy cerca de los labios del otro que lo miraba sorprendido, él en cambio admiraba el hermoso verde de esos iris hasta que estos se dirigieron a otra parte.

-Como decía, pareces cansado y algo ¿Frustrado?... Tal vez deberías buscarte una mujer para entretenerte.

-¿Y por qué no mejor tú?- lo toma de las caderas, levantándolo del sofá y pegándolo a su cuerpo. Los pies de Lambo estaban suspendidos y su cuerpo temblaba un poco- Me muero por meterme entre tus piernas y hacer de las mías. Te aseguro que lo pasarías de maravilla vaquita putita.

Lambo quedó petrificado- ¿Qué?

-Todo esto que haces, hacerte el difícil, alejarte para que te busque y ahora evadirme es digno comportamiento de una puta. No te hagas el digno, se nota que te mueres porque te toque así- le tomó las nalgas estrujándolas con fuerza y el pelinegro mejor no pudo evitar el gemido que salió de su boca, la cual tapó. Así como el acto reflejo de sus piernas que se enredaron en las caderas del Hitman que sonrió con arrogancia- ¿Quieres otra prueba?

-Ya basta- temblaba de pies a cabeza, esas manos locas aún lo apretaban- ¡Pedófilo, asalta cunas!- le gritaba lo más leve que podía, no quería que el pobre Enma inconsciente despertara encontrándolo en esa situación.

La sonrisa de Reborn por un momento se borró y la mirada que le mandó a Lambo se hizo fría, tanto que le di miedo… Pero después volvió a sonreír, solo que más escalofriante- Quizá tengas razón, tal vez soy un pedófilo.

Lambo más que impresionado por aquella afirmación no alcanzó a decir nada antes de ser callado con un beso ardiente del de patillas. Intentó resistirse pero su fuerza no era nada a comparación de la de Reborn que penetró esa linda boquita con su lengua, buscando la contraria y más pequeña para saborearla.

Mientras hacía eso caminaba en dirección a la habitación de huéspedes que era suya, Lambo medio lo notó e hizo el intento de alejarlo pero no podía, el Hitman le había tomado la mano con la que había querido empujarlo y pasado alrededor de su cuello lo que hizo que inevitablemente la otra se le uniera y terminara abrazándolo.

Lambo notó como era recostado y liberado de esa boca pervertida para seguidamente ver al demonio mismo sobre él. Reborn lo miraba con mucha lujuria y algo que no sabría describir, algo cálido en su pecho, pero aún con esa sensación hizo lo que tenía ganas de hacer desde hace mucho. Le quitó a Lambo la chaqueta negra y la camisa con estampado de vaca y los pantalones color crema dejándolo solo en bóxers, se relamió ante su timidez al cubrirse lo que podía con los brazos, le tomó el rostro y mientras se acercaba Lambo cerraba los ojos con nerviosismo, pensando que iba a besarlo de nuevo, pero lo que hizo Reborn fue lamerle las mejillas rojas como manzanas, de una manera tan sensual que inevitablemente despertó el libido dormido del pequeño.

-Bien sumisa vaquita, verás cómo te gusta.

Con su pervertida sonrisa volvió a adentrarse en la boca del pelinegro menor.

 

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Dino llegaba a casa decidido a decirle de una vez por todas a Reborn el mensaje del Noveno, ya n podía dejar pasar más el tiempo, Tsuna tenía que estar bajo protección constante o de lo contrario… no quería ni imaginárselo.

Confiaba en Tsuna y en su espíritu, y en sus Guardianes también pero el enemigo era de lo más vil y rastrero, eran capaces de los métodos más cobardes para lograr lo que se proponían y no quería que su hermanito saliera herido por eso.

Entró y fue a la sala donde no había nadie, o eso creyó hasta que escuchó una leve respiración. Se acercó a la fuente y de inmediato tuvo una mini hemorragia nasal, la imagen que estaba viendo era tan ¡¡Kawaiiii!! En el sofá estaba su Amore, el chico con el que necesitaba que Kyoya le ayudara. Tan lindo y tierno, tan indefenso, se acercó retirando el paño ahora tibio y no pudo evitar sonrojarse al ver esas mejillas rosas y llenitas, también esos labios chiquitos y carnosos.

Se acercó cuidando que no se despertara y le dio un pequeño y tierno beso a esos suaves y esponjosos labios que lo dejaron en las nubes por unos segundos, al separarse no pudo evitar una sonrisa boba. Acarició la mejilla sonrosada y se levantó limpiándose la sangre con el paño. Se sentó a su lado acariciando los cabellos de fuego, eran tan suaves y cálidos.

No pudo evitar sentirse un acosador, un pervertido por haberlo besado estando indefenso, pero que decir ¡Fue alumno de Reborn, échenle la culpa a él!

 

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-¡Achuu!

Fue el estornudo de Reborn, el que hizo que se separara de su vaquita la cual estaba maniatada a la cabecera de la cama con un cuerda verde con ojos amarillos saltones- adivinen quien es- y con las piernas abiertas. El bóxer había desaparecido hace segundos delatando su erecto miembro y una de las corbatas del mayor habían callado esa boquita caliente para, justamente, hacer más caliente el momento.

No le dio importancia al estornudo, se encogió de hombros y volvió a mordisquearle los muslos internos para después chupar y lamer las zonas afectadas, dejando varias marcas. No hace falta decir que el oji-verde se arqueaba a cada mordida y succión mientras jadeaba agitado. Reborn tomó las piernas esbeltas de Lambo por las rodillas, llevándolas a los costados de la cabeza para tener más acceso. Con otra de sus corbatas ató ambos tobillos a la cabecera de la cama y ya sin nada que le estorbase bajó a la zona intima del menor, le abrió las nalgas dejando ver la rosada entrada, miró la cara sonrojada y llorosa del pequeño Guardián y eso fue el detonante que necesitaba para casi perder el control, empezando a lamer y lubricar a conciencia ese punto que se contraía mientras su dueño temblaba y balbuceaba incoherencias ya que no podía gritar.

Lambo se sentía sofocado, avergonzado y humillado, ese pervertido lo estaba manoseando y quitando su inocencia. No podía gritar ni moverse para apartarlo, estaba a su merced y eso lo frustraba… Pero al mismo tiempo se sentía contrariado, todo lo que le estaba haciendo se sentía terriblemente bien, el corazón lo tenía acelerado y podía sentir dentro de su pecho un calorcito muy agradable, lo conocía, era felicidad. Y lo reconocía, no era un mentiroso para no reconocer que estaba feliz de esta así pero no podía olvidar toda la frustración que ese maldito sádico, egocéntrico y ahora pervertido y pedófilo Hitman le había hecho pasar.

El de patillas dejó tranquila la ahora sensible entrada que se contraía cada dos por tres, le sonrió malicioso a Lambo haciendo que a este le recorriera un escalofrío y temblara aún más, luego se estiró y de la cómoda junto a la cama sacó algunas cosas que Lambo no conocía.

-Espero estés preparada vaquita, te voy a ordeñar de lo lindo.

Lambo se sonrojó demasiado, ¡Eso era demasiada humillación!

Reborn volvió a sonreír, tomó un tuvo algo largo y pequeño con una extraña vara larga al frente, la agitó y presionó liberando el contenido un par de veces en la ansiosa entrada de Lambo que se estremeció ante el frío contacto, y luego se sintió por algún motivo muy relajado. Eso era lubricante en spray que relaja los músculos y garantiza una penetración indolora. Ahora la entrada de Lambo estaba bien abierta ante su vista.

Le quitó la corbata de la boca dejándolo respirar mejor y pudo ver un hilillo de saliva y la lujuria que obscureció sus esmeraldas. Lo besó castamente para enderezarse y empezar a desnudarse ante la mirada sorprendida, avergonzada y aterrada de Lambo, era asombroso para Reborn ver cuántas emociones podían expresar esos ojos. Una vez desnudo se acercó notando como la entrada del menor se contraía cada vez más rápido, ansiosa de tenerlo dentro. Decidió torturarlo un poco más y llevó su mano al miembro más pequeño que el suyo que todo ese tiempo había estado ignorando, lo tomó con delicadeza empezando a masturbarlo despacio, oyendo los gemidos de su vaquita pervertida que no se molestaba en ocultarlo.

Se acercó a la punta comenzando a lamerla mientras los dedos subían y bajaban por la demás longitud, Lambo no podía hacer nada más que gemir, le hubiera encantado gritar de haber podido,  no le importaba su orgullo en esos momentos, el placer que sentía era demasiado y al no poder gritar- por su falta de aire- su razón y todo lo que no fuera su deseo carnal se evaporaba.

Reborn sonrió arrogante, al fín la vaquita se había rendido ante él y lo inevitable.

Sin dejar de atender el miembro del oji-verde se masturbó un poco él mismo y puso su punta rozando la entrada, Lambo ni cuenta, estaba perdido en el placer, así que aprovechó y lo penetró de una solo estocada hasta el fondo, hasta que sus testículos golpearon las nalgas tostadas del menor. Lambo sin poder evitarlo se corrió en la mano de Reborn en un gemido agudo de placer, Reborn gruñó, las paredes internas de Lambo lo apretaron deliciosamente cuando terminó en su mano. Admiró a su vaquita, quien respiraba agitadamente disfrutando los espasmos del post-orgasmo, se acercó a besarla para traerla de nuevo a la realidad y tener una danza de lenguas, caliente y húmeda.

A Lambo ya no le importaba pensar, lo único coherente en su cabeza en ese momento era:

“Voy a entregarme al placer esta noche y luego ya veré”

Así que muy gustosamente recibió las embestidas que empezaron lentas, una tras otra, gimiendo a gusto el nombre del Hitman y suplicando entre gemidos por más.

Esa noche en serio prometía mucho.

Pero cada acto tiene sus consecuencias y ellos lo descubrirían.

 

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Tsuna volvía a casa de I-pin más tranquilo, sentía una paz al compartir sus problemas con otro que no había sentido nunca, le estaría agradecido a sus hermanos mayores siempre.

Sonrió contento mirando el cielo que comenzaba a pintarse en tonos violetas entremezclados con anaranjado, fue en ese momento que escuchó:

-Finalmente lo conozco, Sawada Tsunayoshi.

Continuará.

Notas finales:

bueno eso es todo por hoy, ahora me ouedo ir a a escuela con la conciencia tranquila, porque ya tienen yaoi para disfrutar.

bueno esperamos sus lindos Rw

nos vemos~


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