De un momento a otro se dio cuenta que quizás todo lo que él creía cierto solo eran un montón de mentiras. Que ese “te quiero” no tenía valor alguno
Pero era débil, y no era capaz de enfrentar las cosas por sí mismo, a la menor oportunidad salía corriendo y siempre que juntaba toda la determinación para realizar algo terminaba por amedrentarse para luego lamentarse durante semanas, tal como el caso de esta vez
Y era bastante doloroso, pues le había costado poder reconocer sus verdaderos sentimientos, haciéndole recorrer nuevamente ese círculo vicioso que una vez más le llevaba al borde de la depresión
Y para colmo, ya había pasado mucho más de una semana desde aquel nuevo incidente
-Ne Kao-chan- aquella voz que le susurraba a su oído y se colaba en su cama, aquella costumbre se estaba haciendo cada vez más recurrente- ¿Qué tal si hoy no vamos a clases?
Rio por lo bajo, pues a pesar de que su corazón seguía destrozado, muchas cosas en su vida comenzaron a cambiar… ya podía dormir en un cuarto distinto al de su hermano sin tener que contar las horas antes de dormirse por el cansancio, ya no le molestaba verle salir casi todos los días con su cuñada y tampoco había comenzado a sentirse avergonzado por cada roce que hubiera piel contra piel. Y quizás, lo más importante para él, era que el lazo que lo unía con su gemelo no había desaparecido, que el mundo que había quedado para los dos, por fin había desaparecido sin la necesidad de separarse completamente, pues aun podía disfrutar de su hermano mayor como cuando eran más pequeños
Entonces, ¿Por qué aun no podía ser feliz? ¿Por qué seguía sufriendo por dentro? A pesar de todos esos cambios, su corazón aun dolía y dolía como los mil demonios
-Ni lo sueñes Hikaru- exclamo dejando de divagar mientras hacia un espacio en la cama para su igual que le abrazo en un infantil intento de evitar que se levantara- ya vienen las temporadas de exámenes- a veces se lamentaba por tener que ser la voz de la razón entre ellos dos
-Mi gemelo es un empollón- bufo haciendo un puchero mientras le revolvía su cabello, recibiendo un golpe certero en el entrecejo, por parte del más joven que le miraba cabreado
Para Kaoru aquella razón no era tan grande como para darse el lujo de flojear el resto del día, y sabiendo que su hermano no querría quedarse en casa por más de una razón, comenzó a prepararse para ir al instituto, ignorando todos los berrinches por parte del mayor
Desayunaron y se fueron en su perfecta limusina hasta llegar a clases, y por supuesto una vez dentro del salón paso a un segundo plano para ser Haruhi la que ocupara todo la atención de Hikaru.
Antes trataba de acoplarse a ellos, pero notando el mar tercio que hacia desistió, y no lo hacía por el hecho de que no quisiera ver a su hermano con su novia, sino que todo lo contrario, no quería estar solo para ponerse a pensar, pues cada vez que se quedaba a solas, sus pensamientos llegaban al mismo punto “Kyouya-sempai” y aunque imaginara un mundo perfecto para los dos en cualquier situación sin importar lo cursi que fuera, siempre caía en la realidad de que tenía un amor imposible al cual no podría llegar
Ya había asumido que su sempai amaba a Tamaki-sempai y quizás cuando pasaba por un momento de confusión le dijo toda esa sarta de mentiras en el hospital, le beso todos aquellos momentos tratando de olvidarse de alguien más. El quiso que su cuerpo pasara a ser el remplazo, pero su orgullo no lo permitía y sabía que una vez más terminaría sufriendo por su amor no correspondido
Todo le salía mal
Pero aun así tenía que sobreponerse a sus malos entendidos y tratar de buscar un consuelo para su ya herido corazón, quizás no en el amor, pero podía refugiarse en mil y un actividades que podían entretenerle y darle un sentido más a su vida. Dejando pasar las clases e intentando absorber la mayor cantidad de información posible, para entenderla, podérsela explicar a Hikaru luego y más importante, para ver si podían desplazar el recuerdo de su superior que le tenía vuelto loco
Como aquella situación se seguía repitiendo no se dio cuenta cuando ya caminaba hacia la tercera sala de música a realizar sus actividades en el host club. Iba solo con sus libros en la mano, consciente de que era muy temprano como para empezar, pero al menos podría hacer el intento de estudiar aunque fuera unos minutos antes de que los demás llegaran
Abrió las pesadas puertas de aquella vacía habitación desilusionándose por completo al notar que alguien más había pensado lo mismo que él. Había olvidado que sus sempais siempre eran los primeros en llegar
Vio a su señor durmiendo en el sofá, estaba despeinado y se notaba cansado, estaba cubierto con un saco extra, el cual por lógica pertenecía a chico de lentes que estaba sentado en la silla contigua y anotaba cosas que nadie podía descubrir aun en ese portátil que nunca podía dejar. Trato de no darle importancia pero no podía pasar desapercibido para sus agudos ojos el cansado semblante del chico durmiente. Le dolía pero se le hacía evidente que algo había pasado entre esos dos mientras él no llegaba
A pesar de todo se sentó en una de los sillones contiguos y tomo sus apuntes, dispuesto a estudiar todo lo que fuera posible. Dejo su mano reposar en el brazo del mueble que le sostenía tratando de adoptar una pose más tranquila y cómoda para él, en un vago intento de esconder su poco agrado frente a la situación
-Kaoru- la fuerte voz de su sempai que no le había quitado ojo de encima le hizo sentir un escalofrió en la espalda, pero aun así trato de ignorarle por completo- Kaoru- repitió ahora de forma más imperativa
En un intento por mantener aquella fachada de que todo le daba igual, levanto la mirada con indiferencia mientras esperaba a ver como continuaba aquello, y por supuesto, aquello no le agrado para nada al pelinegro
-¿Por qué estás tan enojado?- su voz era lenta y seria, parecía enojado y no sabía el porqué, quizás todo era su culpa- ¿acaso es porque Haruhi y Hikaru se fueron de nuevo?- esto último lo dijo de forma más mordaz, con la clara intención de molestarle, consiguiéndolo enseguida
-No es por eso sempai-contesto con simpleza ignorando cualquier acción de su vengativa cabeza, pero continuando la oración- simplemente estoy tratando de estudiar
Había levantado nuevamente la vista para estudiar cada acción por parte del mayor, viéndole suspirar de forma cansada mientras se levantaba los lentes deslizándolos por el puente de su nariz
-Kaoru, creo que tenemos una conversación pendiente- volvió a decir poniéndole tenso enseguida, aquello solo le hacía pensar de que nuevamente saldría lastimado en aquella conversación
-No recuerdo que trato no haya hecho contigo- pero como buen masoquista no movió ni un musculo y espero a ver como seguía la conversación
-Es sobre lo que paso el otro día cuando viste…
-No me interesa saber sobre eso- le corto tratando de que no se le quebrara la voz- no es de mi incumbencia el tipo de relación que mantenga con Tono
-No es eso, escucha…
-¡No!- grito ahora sintiendo como la impotencia y la rabia se juntaban en su interior, mientras se levantaba temblando y con los puños cerrados para decir mucho más bajo que en un principio- Entiendo que Kyouya-sempai quiere a Tono y va a decir que todo lo que pasó antes fue solo un mal entendido…
No pudo evitar que una lagrima cayera por su mejilla al decir aquello, quiso salir corriendo pero como en toda historia de película le evitaron la huida. Los fuertes brazos del pelinegro le rodeaban por la cintura, volteándole y mirándole con una mirada llena de sentimiento mientras se acercaba para susurrarle de una forma suave y cariñosa
-¿Tu aun quieres a Hikaru? ¿Aún le amas?
-No…- sollozo tratando de desviarle la mirada sin conseguir resultado alguno- no es algo que tenga que ver contigo
Pudo ver la sonrisa de medio lado que le dirigía el mayor antes de acercarse aún más para unirse en un suave beso, un beso que le hizo sentir todos esos sentimientos que quiso sentir por su hermano pero que no había tenido el gusto de disfrutar
Ese beso le gustaba, era dulce, adictivo, lleno de los sentimientos de duda, amor y temor que el sentía y sabía que el mayor también compartía, se dejó llevar por esas sensaciones que el tanto amaba aferrándose sin pudor alguno a la camisa del mayor… sabiendo que aun así todo terminaría mal
Lamentablemente su mente reacciono y comprendiendo lo mal que estaba haciendo se separó incapaz de poder mirarle a la cara, las lágrimas caían por sus mejillas sintiéndose impotente por la poca fortaleza que llegaba a tener
Nuevamente los brazos del pelinegro le envolvieron dulcemente entregándole todo ese valor que a él le faltaba, aun cuando la persona que el realmente amaba dormía en el sillón justo al lado de ambos ¿Por qué era tan cruel?
-Sempai…- logro sollozar en un impulso agregando nuevamente distancia entre ambos para al menos poder conversar como la gente, pero eso no hacía que tuviera las fuerzas para mirarle a la cara- Yo quiero a sempai…- volvió a sollozar decidido a dejar salir todo lo que tenía en aquellos momentos atorado en el pecho- lo quiero mucho…
-¿Cuánto?- escucho decir de esa forma tan seria que solo Kyouya podía usar, pero que por extraordinario que pareciese no le molestaba
-Mucho… al que más quiero… mas… más que a Hikaru- volvió a lamentarse aun acongojado por las lágrimas que se resistían a parar, dolía con toda su alma que sus sentimientos no fueran correspondidos, pero al menos sentía el alivio de haberse quitado el peso de encima, pues entendía que no podía dejar que ninguno de los dos le hiciera daño a Tamaki, pues él era su amigo, y el que le había permitido acercarse al amado pelinegro
Algo más recuperado levanto la vista, para poder darle una sonrisa de apoyo al mayor y poder volver a esconderse en algún lugar a esperar que su moribundo corazón volviera a latir como se suponía que debía hacerlo
Pero una vez más sus acciones fueron detenidas al sentir como nuevamente era detenido y absorbido por los dulces labios de sus sempai que sosteniéndole por las mejillas volvía a sumergirle en esos detalles que le hacían tan feliz pero al mismo tiempo tan culpable y más cuando escucho la puerta abrirse de un golpe deteniendo el tiempo a su alrededor
-¿Por qué Kao-chan y Kyo-chan se están besando Takashi?- se escuchó decir con la dulce voz de Honey que miraba al moreno que le cargaba con la naturalidad acostumbrada- ¿se quieren como una mama y un papa?- pregunto nuevamente con esa imagen inocente que tenia
Kaoru al escuchar eso quedo de piedra, e instintivamente miro hacia el sillón donde sabía que descansaba su sempai encontrándose con esos ojos violetas que le miraban tan serios como nunca los había visto… estaba despierto, ¿desde cuándo? les había descubierto, estaba enojado y claramente le odiaría. Estaba mal muy mal, y no podía entender como en medio de su desesperación Kyouya podía estar tan tranquilo mirando con ese semblante autoritario a Honey y Mori sempai, sin importarle que su novio estuviera a sus espaldas mirándoles acusadoramente
Sintió una mano distinta sobro su hombro… ese tacto tan fino y delicado, junto a los largos dedos que entornaban su hombro solo podían pertenecer al chico que consideraba rey del club… aquel al que respetaba casi tanto como a sus padres
-Kao…- no lo dejo terminar, tenía miedo y de un manotazo algo brusco se separó de él y del pelinegro que le miro boquiabierto, se sintió desfallecer, esa mirada penetrante, la serie de ojos observándole, con el aire que parecía asfixiarle en el tenso ambiente, se sentía culpable, sucio y asqueroso. No se sentía capaz de enfrentarles y mucho menos con la demacrada cara que sabía que estaba mostrando en ese momento, pues lo sabía, estaba asustado y necesitaba el apoyo de alguien, un alguien que no tenía
Tamaki nuevamente iba a decirle algo, pero el no alcanzo a escucharle antes de salir corriendo de la sala principal ¿Qué le diría? Preguntaran lo que le preguntaran en ese momento el no sería capaz de contestarlo
Se encerró en los vestidores para esconderse en un rincón y dedicarse a ordenar su cabeza ¿Qué iba a hacer ahora? No podía negar lo que Tono había visto… pues sus otros dos sempais le habían visto, estaba jodido, y bien jodido, pero aun así no quería llorar, ya no quería derramar más lagrimas que solo le hacían lamentarse y no encontrar una respuesta pues en ese instante lo que necesitaba era una idea lo suficientemente decente como para volver a ver a la cara a sus amigos
Quiso desaparecer de la faz de la tierra, haberse reventado el cráneo en esa caída y no tener que sufrir una vez más ese calvario
En un principio oyó las voces de sus mayores en la sala, luego los pasos de alguien que venía hasta donde él se encontraba y naturalmente venia en su búsqueda. Desesperado miro la ventana que le pareció la manera más sencilla de escapar en esos minutos, pues si había sobrevivido a una caída del tercer piso, esta escapada podía ser pan comido si tenía cuidado
El azote de la puerta que se abría bruscamente, se maldijo mil veces por no haber puesto el seguro y antes de poder mover un musculo para poner en práctica su nuevo intento suicida ya estaba atrapado por su mayor
-¡Aléjate! ¡No me toques!- grito apenas vio como esa mano se acercaba hasta el… al menos no quería cometer el mismo error dos veces, mirándole más desesperado de lo que ya estaba- por favor… déjame solo- dijo en un hilo de voz no queriendo ver los negros ojos de su sempai que solo le harían equivocarse aún mas
-Kaoru escucha- le dijo de forma tranquila en un nuevo intento de acercársele- lo…
-No- volvió a interrumpirle poniéndose de pie y tratando de escapar nuevamente de ahí- ¡vete de aquí! ¡Tienes que estar con Tono! ¡Como mierda quieres que le vea a la cara ahora que tú corriste a buscar al pendejo con quien lo engañaste!
Grito y maldijo todo lo que pudo tratando de que por una vez le comprendieran sin tener que salir huyendo de ahí, pero lamentablemente con Kyouya eso pasaba en casos casi nulos. Por cada palabra que pronunciaba, podía ver más el enojo en el semblante del mayor, que si no fuera por el brillo que en ese momento le daba a sus anteojos, seria seguro que le mataría con la mirada
Cuando termino de despotricar en contra suya y del resto la molestia de su sempai era evidente, e incluso podría decir que veía el aura oscura que emanaba de sus ser, trago duro, pues ahora sin entender el porque estaba metido en un problema mayor, del cual no podía salir de una pieza
El pelinegro camino a cerrar la puerta, asegurándose de poner el pestillo esta vez y en uno de esos movimientos rápidos que solo él podía hacer volvía a limitar sus movimientos, aunque en esta vez con solo mirarle de esa manera era capaz de cortarle hasta el aliento de lo temeroso que estaba de lo que podía hacer
-Kaoru…- susurro tan cerca de sí que creyó perder el color de su piel en ese mismo instante- yo no digo las cosas dos veces, y tampoco me gusta hablar de sentimentalismos- golpeo la pared con un fuerte puñetazo que le hizo temblar por completo-pero… mierda ¡Por que estas llorando!
Pudo ver como esos ojos llenos del odio que estaba sintiendo se suavizaban un poco para pasar a la impotencia al mismo tiempo que el sentía caer esa salada gota de agua por su mejilla, era una sola pero quemaba más que todas las que había dejado
-¿Cómo puedes ser tan cruel sempai?- sollozo tratando de evitar mirarle a los ojos pues no podía creerse lo cruel que podía llegar a ser Kyouya con Tamaki- estas con Tamaki y vienes por mi… me besaste para quitártelo de la cabeza, pero me dices que me quieres ¡no lo entiendo sempai! ¡No entiendo porque le haces esto a Tamaki!
Una aclaración pareció surgir en la mente del mayor que al escucharle una vez más tomo aire y pareció intentar bajar los humos de sus malos humores y atrayéndole en un abrazo que él se resistió en aceptar, tratando de alejarlo a pesar de la diferencia de fuerzas que tenían y nuevamente no queriendo escuchar
-Te quiero- se paró en seco al escuchar eso, la voz tan seria que uso le pareció bastante increíble como para ser verdad, le miro incrédulo obteniendo esos oscuros ojos capaz de atravesarle el alma mientras que con la mano libre del pelinegro sostenía su barbilla para impedir que el contacto visual se rompiera- eres más idiota que Tamaki, no hay nada entre los dos, solo dos amigos y nada mas
No se lo creyó, había muchas piezas que no encajaban en ese rompecabezas como para que la cosa se arreglara así como así, ¡él les había escuchado el otro día! ¡Les había visto besándose! Y era imposible que como amigos no hubiera nada más
-Eres un baka- volvió a decir con ese aire de autosuficiencia que le hacía mantener la compostura siempre- estas imaginando cosas que no son- quiso replicar pero al igual que el resto sabía que cuando Kyouya hablaba el resto olvidaba siquiera como abrir la boca- ¿estás pensando en el beso de la otra vez?- no pudo esconder la sorpresa que sintió al creer que le habían leído la mente- pues fue una actuación
Pero esa no se la creía ni Honey-sempai
-Venga que tú también haces actuaciones a diario
-¡Yo no planeo besar a Hikaru en las actuaciones!
-¿A no?- esa mirada inquisitiva era suficiente para decirle que si le había besado y sacarle en cara que lo había visto, esa tarde, la misma en que había aceptado que le quería
-Fue el quien me beso… paso muy rápido y yo no pude esquivarlo- murmuro por lo bajo sabiendo que lo más probable era que no le creyesen nada y el tampoco podría culparlo
-Entonces si yo te creo eso, es justo que me creas mi explicación- razono diciéndolo con una voz profunda que se le hizo imposible de negarle o de oponérsele de alguna forma- ¿te acuerdas de la clienta que se fue hace unos días?- asintió levemente con la cabeza sin poder quitarse esa mirada de encima- pues ella lo pidió, entraba al quirófano la tarde de ayer y quería que Tamaki le cumpliera ese favor
-¿Pero por qué contigo?- pregunto frunciendo el ceño, no se creía ni la mitad de eso y pero seguía había una parte de sí que se negaba a dejar de escucharlo
-Porque no había nadie más- fue la simple respuesta que obtuvo, y luego de pensarlo un poco, ese día fue en el que el salió corriendo y seguido por su hermano, mientras que Honey y Mori salían por motivos familiares y Haruhi iba a por Hikaru… si eso llegaba a ser cierto todo tenía sentido
Si eso era real entonces, podía ser que realmente Kyouya le quisiese… podía ser que todo estaba bien, podía ser… podían ser tantas cosas
Pero mientras el volvía a caer en esos pensamientos que le hacían reflexionar de sobremanera sintió como era acorralado nuevamente en la pared, pero esta vez sus manos entrelazadas con las del mayor que seguían pegadas a la muralla y en un espacio tan reducido que se le hacia difícil respirar, simplemente separados por las capas de ropas del uniforme, sin contar con que una vez más veía el semblante serio de su sempai sobre él, intimidándole con ese poder que le hacía renombre a su título del mundo de las sombras
-Ahora te toca hacerte responsable- prácticamente le ordeno con ese tono autoritario que tenía por naturaleza sin despegar su mirada de los ojos color ámbar propios, le vio inclinarse un poco más sobre él, haciendo que un suspiro escapara de el ante tanta compañía y el poder sentir el aliento contrario sobre sus labios que se crispaban ante tanta tentación- te espere por casi un mes, y ni pienses que te voy a dejar escapar
Un apretón a sus ocupadas manos que fueron la señal de que la poca distancia desapareciera y fundirse en un beso nuevo en sentimientos para cada uno. Ese beso le supo a gloria, pues las sensaciones transmitidas nunca antes las había sentido así y las mariposas de su estómago se agolpaban con fuerza. Estos eran los besos que le gustaban, adoraba esos contactos y al sentir la lengua ajena hurgar su cavidad no pudo evitar aferrarse con fuerza a las manos del mayor que le seguían sosteniendo con fuerza
No quería que ese beso terminara, tenía miedo de que todo despareciera una vez terminar, ese beso que daba por terminado todos los malentendidos y volvía a abrir la puerta de su amor que latía con fuerza en su corazón que volvía a la vida, dándole la sensación de estar completo, sensación que no creía poder lograr con alguien mas
-Sempai…- gimió al separarse para recuperar el aire perdido mientras recibía un nuevo beso en la frente y la mirada perfecta del mayor- entonces si no estás con Tono yo…
-Tu eres mi novio, y ni se te ocurra escapar- le dijo con una sonrisa mientras unía sus frentes en un delicado gesto, tan inusual en él, y a la vez imponiendo sus propios deseos egoístas, que él no quería contradecir
-Sempai te quiero
-Yo también
Sus brazos se separaron de esas manos para poder rodear el cuello ajeno y poder levantarse en la punta de los pies, cerrando la distancia que les separaba, sintiendo los brazos del mayor en su cintura y como sus bocas se buscaban para poder unirse una vez más en ese contacto que les agradaba de la mejor de las formas
Pero cuando estaba por volver a probar el exquisito fruto que eran los labios del pelinegro sintió una presión en su pecho que instintivamente le hizo retroceder algunos pasos para que no doliera más
Anonadado miro a su gemelo que aparecía ahí de alguna forma espontánea y le abrazaba posesivamente acariciándole la cabeza en un signo maternal y mirando con odio a su sempai, confundido miro hacia la puerta viéndola destrozada de alguna forma ¿Cómo no escucho el ruido que hizo en ese lugar? Pero más importante era la mirada de odio que le dirigía el pelinegro a su hermano mayor que le devolvía la misma mirada desafiante
-Aléjate de Kaoru maldito pervertido- amenazo apretándole más junto a él ¿Qué le pasaba a su gemelo? Y aun en medio de su confusión miro la cara del pelinegro que parecía querer matar a su hermano con un solo golpe
-Hika…
-Cállate- le grito el otro apretándole aún más contra si haciendo que lo único que podía ver era la destrozada puerta con todo el host club mirando… el busco a Haruhi en busca de ayuda, pero la vio cruzada de brazos y mirando como si nada ¿acaso le parecía bien que su novio actuara así? ¡Se suponía que debía venir a ayudarle!
-No le hables así- exploto un irritado Kyouya que de un tiro le quito de entre los brazos al menor de los gemelos Hitachiin y lo escondió tras de sí, a pesar de la mirada llena de furia que le lanzaba el mayor de los pelirrojos- no te metas en esto
-Hikaru…
-¡Mierda que no lo acepto!- grito el nombrado encolerizado mientras apartando bruscamente al pelinegro planto a su gemelo en medio de los dos y apuntándolo con un dedo acusador y la otra mano rodeándole los hombros- apenas me estoy acostumbrando a que a mi hermano le gustan los hombres ¡No te permito tener un novio todavía!- grito hablándole a él mientras volvía abrazarlo como si de una madre que encontraba a su hijo perdido se tratara
Por un minuto vio como como todos palidecían, sintió esa energía oscura y amenazante que podía dar el rey de las sombras viendo como algo le daba un golpe a su hermano haciendo que este cayera medio aturdido al suelo y los brazos de Kyouya le apresaran en un abrazo fuerte mientras le sacaba de ahí
No hizo nada para resistirse, quiso ir por ayuda para su gemelo, pero al ver como Haruhi se disculpaba por la actitud impulsiva de este, pensó que lo mejor sería dejarle eso a ella… en una parte de su interior sintió como por fin tomaban caminos distintos para poder crecer como los dos seres que eran y que en ese camino estuviera el chico que le llevaba hasta quien sabe dónde acompañándole y queriéndole como el quería
Quizás podía acostumbrarse a eso, ese nuevo estilo de vida que se le invitaba a conocer, pues ese sentimiento de cariño que le entregaba el pelinegro era perfecto, lo quería con todos sus defectos y atributos. Así quería comenzar a vivir
No le dijo nada solo se limitó a dejarse arrastrar lejos, mientras él se abrazaba a esa figura que tanto le gustaba, pues después de todo lo que había tardado en reconocer lo que el realmente quería pudo tener su final feliz
Al final Kyouya había hecho una de las hazañas más grandes y significativas para él, había tomado el primer lugar en su corazón, un lugar al que nadie más podría aspirar