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Una promesa rota por KS Clockworker

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Notas del capitulo:

Hola a todo mundo, aqui les traigo el segundo capítulo de esta linda historia ewe :3 jeje, disfrútenla:

Habían pasado ya tres años desde el accidente en el Lago Toluca, desde entonces, la actividad de botes en el lago había sido regulada por la Policía de Shepherd’s Glenn, y se habían prohibido el uso de botes de motor en la costa, solo podían atracar a unos 200 metros de la costa pública.

Alex, ya tenía 21 años, nadie sabía por qué, pero había abandonado la Universidad, y había conseguido un trabajo como Guardia en el Cementerio Rose Heights. Todo el mundo lo había tachado de loco, pues todos decían que había echado a perder su futuro, había sido uno de los mejores alumnos de la Facultad de Derecho. Incluso Adam decía que su hijo se había vuelto loco.

Las únicas que apoyaban a Alex eran su madre, Lillian, que sabía que la muerte de su hermano había afectado a Alex; y Elle, que aún veía a menudo a Alex, sin embargo, ya casi no pasaban el mismo tiempo juntos que antes. A pesar de ello, ambas mujeres veían a Alex tranquilo y contento, como el Alex de siempre, eso hacía que ellas estuvieran tranquilas, pero sentían que Alex les ocultaba algo, pues sin importar qué, siempre a las 5:00 de la tarde, él siempre se retiraba, cerraba el cementerio y desaparecía por tres o cuatro horas.

 

Aquel día, el despertador sonó a las 5:20 de la mañana, el cielo aún se veía oscuro, dando los primeros indicios de que el sol ya no tardaba en salir. Alex se despertó con el primer timbre de alarma, apagando el despertador y poniéndose de pie. Se tallaba los ojos, mientras se dirigía al baño para meterse a bañar y cepillase los dientes. Después de ducharse y vestirse el uniforme gris del cementerio, comió un pan tostado y salió de la pequeña casa que había a fondo del cementerio, en las inmediaciones del bosque. Así eran todos sus días, desde antes del alba, Alex se levantaba, se arreglaba y se dirigía a limpiar las capillas del cementerio, como también las criptas familiares de las Casas fundadoras del Pueblo, los bancos de descanso y las calzadas principales del cementerio. Toda la limpieza la acaba al medio día, hora en la que empezaba a dar sus rondines por el cementerio. A las 3:30 de la tarde, Alex dejaba el cementerio, para ir al  centro del pueblo, a comprar papel y pegamento, como también unos dulces y comida, casi siempre hamburguesas. A las 5:00 de la tarde, se cerraban las puertas del cementerio, a esa hora, sin falta, Alex desaparecía.

Esa tarde, Alex se dirigía a la orilla del lago, como todos los días, y se sentó en una piedra, mientras leía un libro, esperando la señal de siempre. Pasaron 20 minutos, en el bosque no se escuchaba ningún ruido, solo el trinar de las aves, Alex suspiró, pensaba que tal vez ese día Josh  no iba a ir, cerro el libro, mientras veía concentrado el horizonte del lago, que comenzaba a teñirse de colores naranjas. Hasta que las aves del bosque comenzaron a volar, escuchando que alguien se acercaba, pues se escuchaba como se rompían las ramas en el suelo, hasta que un silbido rompió el silencio, Alex sonrió.

 

-¡Je!... Ahora llegas tarde tú…

 

Decía mientras se ponía de pie, girando para ve a su hermano… o al fantasma de su hermano, y sonriéndole.

 

-¡Bah!... no me molestes…. Además… tenía que esperar a que mamá se fuera, hace tiempo que no la veía.

 

Alex se sorprendió, ¿Cómo que Lillian había ido a ver a Josh?

 

-¡Ah! Vino a ver tu tumba, ¿Verdad?

 

Josh, con una sonrisa inocente, asintió, acercándose a Alex, con paso ligero, Alex rió un poco, y acarició el cabello de su hermano.

 

-Bien… quítate la playera y al agua, hay mucho que aprender hoy.

 

Decía Alex con una tierna sonrisa en los labios.

 

El sol ya se había metido, el cielo se había pintado de oscuridad, las estrellas brillaban como diamantes en la bóveda celeste, la delicada capa de agua era rota por varias lámparas de papel que iluminaban el agua, también los movimientos de los brazos que Josh provocaba. Alex se hallaba en la costa, sentado, doblando el papel, haciendo más lámparas de papel.

 

-Maldición, Alex… en estos años no he aprendido nada… solo sé agitar los brazos y las piernas, no me dejas ir más allá de la costa.

-No repliques, Josh y sigue moviendo los brazos… además… ¿Para qué quieres aprender a nadar?... de nada te servirá ya… mejor aprende bien lo básico.

-¡Mmm!... Pus’  ya que… no me queda de otra.

 

Se quejaba Josh haciendo un puchero infantil. Una gran salpicadura de agua lo sacó de su berrinche, Alex le había aventado agua, al voltearlo a ver con una mirada acusatoria, solo pudo ver la sonrisa inocente de su hermano, Josh solo pudo imitar la misma sonrisa. Alex, poniéndose de pie, se sacó la parte superior del uniforme y la playera blanca, arrojándose al agua, saliendo a lado de su hermano. Ambos sonrieron como tontos.

 

-Bien, solo conmigo, podrás ir más allá de la costa.

-¿En serio, Alex?... ¡Vamos!

 

Decía Josh emocionado, Alex, rió un poco y observó su reloj –era repelente al agua- Pudo ver que eran 9:15 pm.

 

-Bien… pero si quieres hacerlo hoy, será mejor que te apures, porque ya se va acabar el tiempo.

 

Josh asintió con la cabeza y comenzó  a nadar lago adentro, con Alex detrás de él. Ambos nadaban con movimiento lentos, disfrutando el nado. Cuando estaban a unos 20 metros de la costa, Josh rio, y con sus manos arrojó agua al rostro de Alex, el mayor, como si también fuera menor, comenzó a arrojarle agua también, duró como 5 minutos la batalla de hermanos, cuando de pronto, Alex sintió que solo él era quien arrojaba agua, dejó de mover los brazos y pudo ver que su hermano ya no estaba, un poco triste, observó su reloj, en el marcaban las 10:00 pm; sin más, era hora de volver a casa, el tiempo había acabado. Unos 15 minutos más tarde, Alex recogió sus cosas, dejando en el agua la última lámpara que había hecho, aquella lámpara alumbraba la oscura vista del lago, Alex, con sus cosas entre sus brazos, se dedicó a cruzar el cementerio, en dirección a su casa.

Cuando llegó a mediados del cementerio, decidió ir a la Cripta de los Shepherd, en el centro del cementerio, para ver si era verdad que Lillian había ido a ver a Josh; cuando llegó y abrió la puerta, pudo observar que en donde se hallaban los restos de Josh, habían una hermosas flores color púrpura, color favorito de Josh, junto con un libro de insectos y el juguete favorito de Josh, Robbie the Rabbit, Alex sonrió tiernamente, todo ello ero lo más preciado para Josh, pero en ese lugar, Alex sabía que jamás las podría tomar, así que decidió tomarlas y llevárselas. Antes de salir del recinto, se detuvo, y miró con suma atención la placa de oro, que decía con hermosa caligrafía:

Joshua Shepherd,

1998-2007.

Un hijo que Dios reclamó a su lado, su familia, lo recodará por siempre.

Alex se quedó pensativo un par de minutos, sus ojos, lentamente se comenzaron a cristalizar, hasta que brillante perlas de agua, comenzaron a brotar de ellos. Alex se dejó caer de rodillas, soltando todo lo que tenía, y aferrando a su pecho el juguete del infante, Alex lloraba un poco agitado.

 

-Perdóname Josh,… todo fue mi culpa… si yo no me hubiera quedado dormido… tú seguirías a mi lado… jamás nos hubiéramos separado… perdóname hermanito…juro… que jamás te olvidaré, ni te dejaré de lado; hasta el fin de mis días, yo iré a verte al lago, jamás me separaré de ti. Es una promesa.

 

Decía en un susurro Alex; no sabía si era la temperatura que comenzaba a bajar, su imaginación ó que realmente lo había escuchado Josh, que sintió cómo si alguien lo abrazara por la espalda y le tratara de dar consuelo. Una pequeña alarma sonó en la cripta, sonido que asustó un poco a Alex, miró su reloj y vio que ya eran 11:35 pm, Alex se limpió los ojos, tomó las cosas que había en el suelo, depositó un suave beso en la placa de Josh y salió del lugar, echándole llave al cerrojo, y dirigiéndose a su hogar.

Alex caminaba con suma tranquilidad en el cementerio, esa era una de las muchas razones por la que la gente del pueblo le llamaba loco, a veces lo veían caminar a plena noche por el cementerio, pero según él, era un lugar relajante y bastante tranquilo, ideal para reflexionar. –Además de que si veía a su hermano muerto, ¿qué más podría ver que le asustara?-

Una vez que llegó, se quitó el resto del uniforme, se puso su pijama –que consistía en una camiseta sin mangas, blanca y un bóxer azul de rayas- Se metió a la cama y se dispuso a dormir. Antes de perderse en sus sueño, recordaba aquel día y los juegos con Josh, buscando algo alegre con que soñar, pues la mayoría de las veces, soñaba con aquel tan fatídico día.

Notas finales:

Jeje! bueno, espero que les haya gustado, pronto subiré el próximo cap, recuerden, si les gutó, dejar un comentario, no te cuesta nada.

Nos vemos pronto y que la fuerza los acompae :3


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