Mesa de los Gryffindor…
Los Gryffindor estaban consternados por lo que acababan de oír, sobre todo dos de los miembros de los merodeadores. Un chico de ojos color miel y otro de ojos grises.
-¿Escuche bien?.- James Potter y líder de los merodeadores se metía el dedo a la oreja y trataba de encontrar algo en ellos que lo haya hecho escuchar mal.- Creo haber escuchado que Snivellus está saliendo con el oxigenado y pomposo del Malfoy. ¿Es una broma, verdad?
-No lo creo, James.- su amigo Frank contesto mientras este aun veía por donde se habían ido las serpientes.
Lily se acercó a un Remus cabizbajo y le puso una mano en el hombro. Este alzo la vista y le dedico una sonrisa triste.- ¿Estas bien, Remus?.- Este negó aun con la sonrisa de tristeza en su cara.
James suspiro dramáticamente y sus amigos lo regresaron a ver.- ¿Qué sucede, cornamenta?
-No me digan que no se dan cuenta.- sus amigos negaron y este bufo con fastidio.- ahora será mucho más difícil el meterse con Snivellus.
-¿Y eso por qué?.- James regreso a ver a colagusano.- Peter, peter, peter. ¿Qué no lo entiendes?.- este negó con la cabeza, para fastidio de James.
-Malfoy es un prefecto, por ende, está casi a las órdenes del profesor Riddle.- poco a poco las piezas iban encajando en el cerebro de todos.- aparte de que cuentan por ahí, que el oxigenado tiene unos poderes medios raros. Dicen que en una ocasión, vieron que de su cuerpo salía una especie de aura luminosa y al día siguiente no habían encontrado a la persona que lo había hecho enojar.
-James.- amonesto Lily.- no te tienes que estar creyendo todo lo que te digan, pareces vieja chismosa, pero en una cosa si estas en lo correcto. Primero, no me gusta que te metas con Severus.- James rodo los ojos.- y segundo, que si se meten con Malfoy, se meterán directamente con el profesor Riddle.
Una corriente fría paso por todos ellos, haciendo que todos se estremecieran visiblemente. Si, les encantaba hacer bromas, sobre todo a las serpientes, pero una cosa era divertirse y otra muy distinta era buscar ser acribillados por una avalancha de crucios.
-Ya encontraremos la manera de arreglar esto, ¿verdad, canuto?.- Sirius había estado en total silencio desde que la bomba de la relación de Malfoy y Snape les había caído.- ¿canuto? ¿Sirius?
Sirius era ajeno a lo que pasaba en esos momentos a su alrededor, en su mente solo había una cosa, la cual le daba vueltas y vueltas… ¿Malfoy y Snape? ¿Juntos?
-¡SIRIUS!.- el susodicho brinco al sentir como James lo zarandeaba y gritaba su nombre.- ¿eh? ¿Qué sucede, cornamenta?
-Sirius, ¿estás bien?.- James se veía preocupado por su amigo, en todos los años que llevaban en Hogwarts nunca lo había visto en ese estado: pálido, sin hablar y con un semblante de dolor, como si lo hubieran golpeado y dejado al borde de la muerte.
-Sí, estoy bien. Solo necesito aire.- Sirius se levantó y se encamino a la salida. Sus amigos lo siguieron con la mirada llena de preocupación. ¿Qué le había pasado a Sirius?
Sala Común de Slytherin…
-PERO, QUE MIERDA LES PASA.- Severus estaba totalmente fuera de sí, daba vueltas por toda la estadía mientras sus amigos se encontraban sentados, tomando té de lo más tranquilos. Hasta el propio Lucius que en un principio estaba a punto de hacer rodar una que otra cabeza se encontraba tranquilo.
Después de haber escuchado el motivo que llevo a Reg a realizar ese show en el gran comedor, se le había pasado las ansias de matar a alguien, en específico a Regulus.
-Cálmate, Severus. No es bueno para la piel que te exaltes tanto.- comento Arabella mientras se llevaba su taza a los labios.
Severus se paró en seco y miro a la dueña del comentario… Uno, dos, tres… esto no estaba sirviendo.
-No hagas un problema en un vaso de agua, querido.- Severus se pasó una mano con exasperación por la frente. Iba a terminar matando a alguien.
-Ya te explicamos porque hemos hecho eso.
-¿hemos?.- Rabastan miro a Regulus.
-Ustedes me ayudaron por lo que no pueden decir que no están implicados.
-Nosotros no sabíamos de qué diablos se trataba toda esa actuación hasta que llegamos aquí y nos explicaron.
-Mi hermano tiene razón, nosotros no sabíamos que estaba pasando. Hasta llegamos a la conclusión de que todo era cierto y Lucius había caído por Sev.- Rodolphus intercalo su mirada entre Lucius y Severus.- Aunque no hacen mala pareja ustedes dos.
Los presentes soltaron una carcajada poco Slytherin cuando vieron las caras de horror que ponían Lucius y Severus.
-¡Basta!.- Lucius y Severus dijeron al unísono.
-Lo siento.- Regulus se agarraba el estómago, le dolía de tanto reír.- Pero ya en serio, no te enojes por esto, sabes que lo hice porque estaba harto de cómo te trataban los merodeadores y ¿qué mejor solución, que ponerte de pareja con Lucius? Nadie te hará nada si estas saliendo con el príncipe y prefecto de la casa Slytherin.
Severus alzo una ceja y le brindo una mirada asesina a su amigo, el cual sonrió.- Era Lucius o el profesor Riddle.
-Oh! Mira, gracias Regulus.- Severus sentía que el piso se le movía por lo que decidió tomar asiento junto Barty.- ¿Y ahora qué voy hacer?
-Nada.- Sev miro a Arabella.- No me malinterpretes, cuando digo “nada” quiero decir que dejes que las cosas pasen.
-¿Quieres que paren esas estúpidas bromas, verdad? ¿O no?.- Barty dijo con el ceño fruncido.
-Debes entender que lo que Regulus hizo fue para parar el acoso del estúpido de mi primo y sus igualmente estúpidos amigos.- Severus suspiro resignado, Cissa tenía razón.
Severus sabía que Regulus hacia esto por lo que había sucedido ayer, el menor de los Black pensaba que los merodeadores le habían hecho algo y que por ello había llegado todo triste y lloroso. Era mejor que pensara eso a que supiera la verdad. Que estaba enamorado de su hermano y que justo anoche se había llevado una desilusión amorosa al verlo junto con una Ravenclaw en modo “pulpo”, sus malditas manos por todo el cuerpo de esa.
Sev negó con la cabeza, tenía que borrar esas imágenes de su cabeza o se pondría triste de nuevo.-¿Y tú estás de acuerdo con todo esto, Lucius?.
Lucius que se encontraba sentado junto a Thomas comiendo galletas, levanto la vista y lo miro.- Al principio no mucho. Si Reg me lo hubiera dicho quizás lo hubiera digerido mejor en vez de tirármelo de sopetón en el gran comedor y hacer que casi lo mate. Pero ahora que nos ha explicado el motivo, no creo que sea una mala idea.
-¿No habrá problemas con lo de tu compromiso con Cissa, Lucius?.- Sev miro a Lucius y a Narcissa con preocupación.- ¿Quizás sea mejor parar esto y hablar con el profesor Riddle?
Thomas se removió incomodo en su asiento y desvió su mirada hacia su té.
-No te preocupes, Severus. Todo está bien.- Narcissa miraba de reojo hacia Thomas y suspiraba con anhelo. Arabella capto esa mirada y sonrió en complicidad.
-Está bien.- dijo Severus resignado.- Sigamos con este estúpido plan.
Regulus aplaudió con alegría mientras los demás sonreían hacia el azabache.
-La nueva pareja real está formada.- Dijo Arabella uniéndose a la alegría de Regulus, ganándose unas sonrisas y uno que otro bufido por parte de Severus, Lucius y Barty.
Torre de Astronomía…
Sirius se encontraba recargado en un ventanal con la mirada fija hacia la negra noche. No había tenido las ganas de asistir a clases, desde que había abandonado el gran comedor se había encerrado en la Torre de Astronomía. No quería ver a nadie, ni siquiera a sus mejores amigos; se sentía raro, en su mente solo se reproducía una y otra vez la escena que había tenido lugar en el gran comedor.
¿Ese soso de Snape estaba de pareja con el Malfoy?.- Sirius le dio un golpe a la pared tan fuerte que su puño se llenó de inmediato de sangre. Sangre que escurría desde su puño hasta su brazo.
Sirius miro su puño, extendió su palma y miro la sangre que fluía. Se sentía enojado, dolido y muy frustrado.
No soportaba que ese oxigenado le haya quitado a la persona que había tenido en la mira desde que habían puesto un pie en Hogwarts. No lo iba a permitir…
Nadie le quitaba nada a un Gryffindor… Nadie le quita algo a un Black… Nadie le quitaba algo a Sirius Orion Black… Y mucho menos, le quitaban a la persona que había sido marcada como suya.
Dos semanas después…
Hogwarts había regresado a su tranquilo y pacifico estado, quitando el hecho de que los Slytherin y Gryffindor volvían a sus riñas de casas.
Después del alboroto que causo en todos los estudiantes de las cuatro casas el enterarse que el príncipe de las serpientes se había vuelto novio de Severus Snape, y que más de uno estuviera llorando por los rincones de Hogwarts a causa de una enorme desilusión amorosa. Los días pasaban y la pareja se exhibía por todo Hogwarts, haciendo que las envidias y habladurías se empezaran a silenciar poco a poco.
Los alumnos empezaron a aceptar el hecho de que una de las serpientes más cotizadas había sido atrapada.
Pero había un grupo en específico que no estaba complacido con la formación de esa pareja. Los merodeadores; Remus había estado decaído todo el tiempo, James se encontraba refunfuñando al no poder volver a molestar a Snivellus y Sirius había estado como ausente estas dos semanas.
En cambio los Slytherin, en específico los amigos de Severus estaban de lo más felices. Ver a los estúpidos merodeadores frustrados era su mayor alegría.
Ahora estos se encontraban cenando en el gran comedor y no escondían su alegría a los ojos de todos.
-Todo ha estado muy tranquilo últimamente.- Regulus decía con una sonrisa en sus labios.
-Me gusta la tranquilidad.- Lucius decía mientras tomaba jugo de calabaza.
-Los merodeadores están a punto de reventar.- se burlaba Rabastan.
-Yo más bien diría que es el cuatro ojos el que está a punto de reventar.- decía el analítico Rodolphus.- Lupin se mira…
-Triste.- concluyo Cissa.- y mi primo no se mira por ningún lado. Algo raro en él.
-La verdad. Siempre que hay comida, ahí está Sirius, pero en estas dos semanas no se le ha visto mucho por estos lares- dijo Regulus como si nada.
-Quizás este por ahí, tirado y muerto.- Bartemius estaba comiendo de lo más tranquilo.
-Ojala.- estuvo a favor Lucius, y Thomas quien asintió en confirmación.
-Aunque sea un dolor en el trasero, sigue siendo mi hermano.- dijo Reg serio aunque esa sonrisa no ayudaba mucho a que sus palabras tomaran fuerza.
Aun lado de Lucius se encontraba Severus, quien no había emitido ninguna palabra en el transcurso de la cena. Estaba feliz porque las bromas de los estúpidos Gryffindor habían parado, pero por otro lado…
¡Basta! Sev sabía que sería mejor no ir por ese lado.- estoy cansado, mejor me voy a dormir.- este se levantó.
-Pero casi no has comido nada.- dijo Arabella.- deberías comer algo.
-Tome un vaso de leche y unas galletas, estoy lleno con solo eso.- Arabella arqueo una ceja interrogante. Severus sabía que no se libraría de ella tan fácilmente.
-Sabes que no es bueno para la piel el que no comas.- Sev rodo los ojos y tomo una manzana de la mesa. Rabastan rio.
-Sabes que nadie puede llevarle la contraria a Arabella cuando habla sobre la piel, Severus.
-Si lo sé. Me comeré esta manzana, ¿contenta?.
Arabella vio a la manzana y a Sev, le brindo una de sus sensuales sonrisa.- No es lo que yo esperaba, pero es algo. Anda, ve y duerme. Que también dormir es bueno para la salud y la belleza.
-Nos vemos en el dormitorio.- Lucius y Reg asintieron en confirmación.- Buenas noches a todos.- Severus se encamino a la salida y se dirigió hacia su sala común.
Iba tan inmerso en sus pensamientos que no se dio cuenta que mientras caminaba por esos pasillos oscuros hacia su sala común, una silueta lo seguía muy de cerca.
Estaba a punto de entrar a su sala común cuando Severus se paró en seco, había escuchado unos pasos detrás de él. De inmediato saco su varita y se enfrentó a quien tuviera a su espalda, pero no fue lo suficientemente rápido. Un desmaius se impactó directo en él y lo último que pudo ver, era como unos ojos grises lo veían mientras él caía desmayado.