Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Baby Crush! por YisusCraist-Of-Yaoi

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Les dejo la continuación de Baby Crush! Gracias por apoyar este fanfic. Fue muy divertido escribirlo, en serio. Saludos y buen día.

 

 

------Días después------

 

Pero no fue precisamente así. Un sobre sellado llegó a mi apartamento una mañana con el nombre de la clínica y lo miré. Atsushi estaba conmigo y alzó una ceja al ver el sobre curioso mientras yo lo guardaba para entrar a casa.

 

—¿Qué es eso, Muro-chin? —me cuestionó y yo no me sentía capaz de explicarle.

 

—Es un análisis médico —dijo en tono cantado un ‘aaah’ que afirmaba comprensión aunque dudo que lo entendiera. Entramos a casa, tiramos las mochilas y Atsushi se tiró en el sillón mientras yo veía el sobre.

 

—¿Muro-chin está enfermo? —parpadee viéndolo y negué con una sonrisa.

 

—No, es alguien más…—la verdad las ansias me carcomían por saber los resultados y decidí tomar asiento. Tal vez debería abrirlo cuando estuviera solo pero no podía esperar, considerando que había esperado ya dos semanas el resultado.

 

Mis manos ansiosas abrieron el sobre mientras las manos ansiosas de Atsushi abrían su  dulce para empezar a comer y entonces desenvolví el papel poco a poco hasta leer desde una esquina toda la información para que nada pasara por alto. Entonces ahí estaba su nombre y el mío, un positivo en la prueba de paternidad, aquel bebé era mi hijo. Suspiré y recargué la cabeza en el respaldo tirando el papel y Atsushi lo tomó leyéndolo.

 

 —¿De que es Muro-chin? Tiene tu nombre —dijo señalándolo.

 

—Es de paternidad, Atsushi…voy a ser papá …

 

—Muro-chin está esperando un bebé —reí ante la idea, yo no podía hacer esas cosas puesto que no soy doncel.

 

—No, Shun está esperando un bebé mío …

 

—Oh…—dijo infantilmente y si lo vemos desde un punto de vista distinto siempre he cuidado de un niño grandote como lo es Atsushi. —Eso es genial. —me sorprendí ante lo dicho y esperé el por qué afirmaba que tener un hijo es genial —tengo muchos hermanos y se que mis padres eran felices cuando ellos nacían y que Muro-chin sea feliz es genial.

 

No pude más que reír ante su inocencia, no todos están listos para ser padres y esos no disfrutan de ver nacer a sus hijos. Aun así sonreí y fingí felicidad con la noticia mientras pensaba que hacer al respecto, tenía que ayudar a Shun y a nuestro hijo.

 

----Días después-----

 

Arribé de vuelta a Tokio esta vez acompañado de Atsushi quien había insistido en ir y, aunque le expliqué mil veces que faltaba tiempo para ver al bebé, insistió en querer saludarlo. Envíe un mensaje a Shun, por suerte pedí su número aquel día y ahora estábamos en contacto. Quería reunirme en casa de Taiga y contarle lo ocurrido, Shun estuvo de acuerdo y ese fue el punto de encuentro.

 

—Murasakibara-kun, Himuro-kun. Bienvenidos —ahí estaba nuevamente la sombra aunque se notaba algo extraño, cansado y con el cabello alborotado. Pasamos al departamento y dentro estaban Taiga, Shun, el chico Hyuuga y Teppei. No podía haber más tensión sobre todo porque Atsushi se ponía como gato encrespado cada vez que Teppei estaba cerca.

 

—Me sorprenden las visitas ¿Qué traen entre manos? —dijo Taiga dejando unas bebidas en la mesita de centro mientras todos estábamos sentados alrededor de ella. Me hubiera gustado hacer de esa reunión algo más privado pero así nos ahorraríamos explicaciones.

 

—Tigger, necesito decirte algo —dije serio, mi hermano tragó saliva nervioso pero Shun interrumpió.

 

—Necesitamos…—me corrigió. Entonces Taiga alzó una ceja preguntándose qué rayos teníamos que decir ambos mientras que Hyuuga se mostraba más molesto y Kuroko sentía que moriría estando entre Teppei y Atsushi.

 

—Me están asustando, ¿Pasó algo? —preguntó él y miré a Shun como si preguntara mentalmente si debía decirlo ya pero él se adelantó.

 

—Estamos embarazados…—y hubo un silencio profundo en el lugar además de que Taiga nos miraba a ambos seguro con una maraña de preguntas sobre cómo era posible eso.

 

—No, no …solo él pero…yo soy el padre —le corregí  mientras se tallaba el rostro.

 

—¿En serio? ¿Ustedes? ¿Cómo? ¿En dónde tenían la cabeza? —preguntó rápidamente.

 

—En el volant…—cubrí los labios de Shun antes de que siguiera.

 

—Me haré responsable, solo debías saberlo…—suspiró, yo también y pareció más calmado.

 

—¿Ustedes están saliendo? —negué con la cabeza y por algún motivo pude notar irritación en Taiga, como una ira enorme en sus ojos que contenía. —¿Esta es la vida que le van a ofrecer a su hijo?

 

—No planeábamos tener uno ¿Sabes? —respondí haciéndolo enojar más y  lo supe por como azotó la mano contra la mesa.

 

—No planeábamos ¿Qué son idiotas o qué? Ese niño vendrá al mundo con una familia fracturada y…

 

—Kagami-chin…—interrumpió Atsushi mirando frio, una mirada más será —no grites así que los bebés escuchan todo…

 

Y eso nos sorprendió a todos, miramos a Shun y este puso su mano en la zona donde crecía sonriendo. Tal vez hasta ese momento captamos que un pequeño estaba gestándose en esa sala. Taiga se puso de pie y se excusó yendo al baño para lavar su rostro.

 

—Disculpen a Kagami-kun. Las cosas no han sido fáciles para él —dijo Tetsuya haciendo una reverencia —él desea ser padre pero yo… no puedo gestar …entonces…comprendan un poco.

 

Supe en ese momento su dolor, pero no podía entenderlo porque de elegir cambiaría su vida por la mía para que el fuera padre y yo fuera ‘libre’. Hasta ese día nunca vi  los ojos de Tetsuya enrojecerse como hicieron en ese momento ni había ido corriendo a ver a mi hermano para abrazarlo y disculparme. Solo no olvidaré que en medio de ese abrazo en el pasillo de su departamento me dijo “Haz bien lo tuyo, hazlo como yo lo haría”. Nunca me sentí tan patético e impotente por que sentí que no lo lograría.

 

----2 meses después----

 

Cada semana depositaba un poco de dinero a Izuki para lo que necesitase aunque el insistía que no era necesario aun puesto que solo requería de estudios y demás. Le llamaba cada tres días sin falta para saber si todo iba bien y enviaba saludos a Taiga y los demás. Ya era como rutinario y sentía que no llegaría el día en que naciera pero apenas llevaba cuatro meses de gestación. No había visto como estaba Shun, tal vez ya había subido de peso y tenía notoria pancita. Pensé en pedirle una foto pero sería inapropiado aunque no fue necesario, ese día lo vi fuera de la escuela sorprendiéndome.

 

—Shun…—corrí un poco hasta la entrada a llegar donde estaba él. Es cierto, ya se notaba un poco su pancita bajo esa camisa holgada aunque seguía luciendo muy lindo. ¿Qué clase de pensamiento era ese? No lo sabía pero últimamente eran más frecuentes. —¿Por qué estás aquí? ¿Paso algo?

 

—¿Podemos quedarnos contigo? —esa pregunta me pareció extraña y ladee la cabeza pero noté que llamábamos la atención de otros alumnos que empezaban a murmurar.

 

—Vamos a mi apartamento, ahí me cuentas —le dije indicándole el camino y asintió sin decir más. El camino fue silencioso hasta que el tirinteo de las llaves y el sonido de la chapa abrieron la puerta de mi solitaria casa. Le invité a ponerse cómodo, ofrecí agua y tomó un poco relajándose. El viaje desde Tokio hasta acá debió ser pesado y más en su estado, no era buena idea.—¿Qué sucedió?

 

—Mi abuela se dio cuenta de que traigo contrabando —dijo señalando su panza —entonces me echó.

 

—¿Tu abuela no lo sabía?

 

—No me juzgues, es vieja y creí que no lo notaría —me sorprende que alguien como yo esté a punto de ser padre pero me sorprende aún más que alguien como él lo sea. —necesito hospedaje hasta que encuentre otro lugar y…

 

—Está bien, pueden quedarse así los mantengo vigilados.

 

Agradeció a mis atenciones pero a partir de ese día yo dormía en el sillón y él en mi cama, no era tan desconsiderado para dejarle en un lugar incómodo.

 

----1 mes después / 5to mes de embarazo ------

 

Nuestra relación podía catalogarse como “compañeros de piso que tienen un hijo en común”. Es extraño pero no éramos pareja, ni amigos, ni nada parecido. Estábamos de acuerdo en que seriamos padres pero temas como “amor” o regresar al sexo casual estaba omitido.

 

A veces Taiga y su sombra iban a visitarnos, a veces era Atsushi quien lo hacía y tocaba la enorme panza de cinco meses de Shun con admiración mientras este le decía que se había tragado al niño. Debo decir que mentalmente pensé “con la cantidad de sexo oral que tuvimos ese día no podía negar esa posibilidad”, luego me reprendía por que convivir tanto tiempo con Shun y sus chistes malos me estaba volviendo un comediante aun peor que él.

 

Y es que no había día en que Shun no contase un chiste o dijera alguna incoherencia pero con mi personalidad me era difícil captar los mensajes ocultos dentro de sus frases más que nada por ser juegos de palabras en japonés. Entonces él se rendía pensando que tal vez tenía una sonrisa interna y eso para él era suficiente.

 

Un día llegó el chico Hyuuga de visita, según sus excusas había ido a visitar a una tía pero duró todo el día en mi casa y con el padre de mi hijo. Claro que iba a estar molesto, es obvio que a él no le agrado nada ni él a mí pero era su amigo, novio o que se yo así que no le podía negar el gusto, por esa vez.

 

Pero para mi satisfacción al día siguiente fuimos al médico y entonces pude verle, ahí estaba más formado, sus pies, sus manitas, sus brazos y su cara. Era una niña, una muy linda que conmovió a Shun hasta las lágrimas viendo las fotos en sus manos cuando íbamos camino a casa. Para ambos fue impactante ver que producto de aquella noche se había creado una pequeña.

 

—¿Has pensado como se llamará?—pregunté y antes de que dijera un disparate lo interrumpí —sin bromas.

 

—Emi...

 

Entonces sonreí, ese era un bonito nombre para ella. Bendición, eso significaba. Himuro Emi. 

 

-----1 mes después/ 6to mes----

 

Trabajar y estudiar era cansado, mis padres sabían lo ocurrido y desde Estados Unidos me enviaban a veces apoyo después, claro, de una regañada olímpica que cesó al decirles que el chico vivía conmigo y que sus estudios médicos iban al día. Inclusive charlaron con él y temí por que dijera algo inadecuado pero mantuvo la compostura y agradeció el apoyo de ambos.

 

Mis padres igual estaban separados así que fueron un poco más comprensibles al respecto y ni que decir de mamá que estaba feliz por ser abuela, lo supe cuando empezaron a llegar regalos a la bebé como ropita, cobijas y juguetes. Entre ellos había un traje en color purpura que decía algo como “La princesa de papá”.

 

Todo aquello era tan cursi, meloso y diferente a lo que estaba acostumbrado pero admito que me conmoví y más cuando Shun hacía mohines extraños viendo los gorritos de diferentes colores pastel que venían en la enorme caja.

 

—¿Esta era tu ropa cuando eras bebé, Himuro?

 

—Claro que no…—reí lanzándole unas calcetitas y fingió estar agonizando.

 

—Ah…bebé…sálvate tú y venga a tu padre —dijo acariciando su enorme panza de seis meses para después recargar la espalda en el sillón y hacerse el muerto. Me acerqué divertido, empezaba a acostumbrarme a esas cosas y terminé parado frente a él. Entonces vi que Izuki tenía rasgos muy propios de los japoneses aunque sus pestañas eran largas, sus labios delgados y su cabello cortado de una forma muy casual. Rayaba entre lo común y lo atractivo lo cual era mejor que nada.

 

Me incliné hacia él y deposité un pequeño beso en su destapada frente que le hizo abrir los ojos sorprendido ante el acto. Nos vimos, él parpadeó tocándose la frente con los dedos y volvió a verme fijo.

 

—¿Tienes una especie de ‘crush’ conmigo? — Me extrañé ante esa pregunta ¿Yo, Himuro Tatsuya, tener con crush con alguien? El milagro ocurrió ese día, era yo quien había caído ante los encantos de Shun —¿Escuchaste eso, Emi? Tu padre tiene un crush conmigo, eso es porque yo soy muy sensual con todas mis nuevas  curvas.

 

¿Por qué de todas las personas del mundo tuvo que ser precisamente ÉL?

 

-----1 mes después / 7mo mes de embarazo -----

 

Ya tenía casi siete meses y medio. Ahora le costaba caminar, sentarse e inclusive acostarse. Por las noches la bebé andaba tan activa pateando a diestra y siniestra que temimos que en vez de ser jugadora de básquet como nosotros fuera karateka. Sentirla moverse era increíble, estaba muy activa.

 

Ese día alguien llamó a casa y Shun se veía muy feliz, una felicidad que me hizo sentir cierto recelo. Colgó el teléfono y me miró.

 

—Vendrá un compañero de Seirin, espero que no haya problema —entonces supe que hablaba de Hyuuga, ese chico que seguro tenía algo con él porque sus visitas eran frecuentes y eso me hacía sentir esa punzada en el pecho.

 

—Haz lo que quieras…—respondí irritado sorprendiéndolo.

 

—¿Estás enojado? —no respondí, solo tomé mi chaqueta y las llaves dispuesto a salir. Desde que vivíamos juntos poco iba a antros y sobre acostarme con otros, eso ya no pasaba y yo necesitaba algo para liberar todo mi estrés —¿Te vas?

 

—No me esperes despierto —respondí.

 

—¿Me estás dejando? Pues estoy embarazado…no, espera, eso ya lo sabías —no respondí a su chiste, solo cerré la puerta y fui ese lugar que solía frecuentar antes de que pasara todo eso.

 

Miré a un joven castaño muy lindo, más bajo, algo encantador. Le saludé, me saludó y tomamos un poco después de chocar las copas. Me perdí en sus ojos y sus expresiones, coqueteamos un poco y cuando iba a besarlo al fin mi teléfono sonó, era Atsushi.

 

—Discúlpame, debo contestar…—dije puesto que es raro que él me llame. Salí del lugar en mitad de la noche y una voz conocida me habló al otro lado.

 

—Himuro, soy Kiyoshi Teppei…es urgente… Izuki está en el hospital —mi corazón se detuvo en ese momento, no debí dejarle solo y camino a la clínica solo podía culparme de lo que le estuviera pasando. Que gran error, soy un idiota.

 

Bajé casi a tropezones del taxi y corrí dentro del hospital donde miré a Atsushi y Teppei en el pasillo, entonces mi primer pensamiento fue que era Teppei quien visitaría a Shun y no Hyuuga como había pensado. Fui hacia ellos corriendo y me acerqué a Teppei, él me explicaría mejor.

 

—¿Qué sucedió? —el chico estaba más tranquilo que Atsushi quien parecía en shock y en ese momento noté las manchas rojas en las ropas de él, justo en la parte del brazo, entonces temí lo peor.

 

—El doctor te espera, a nosotros no nos puede dar información —empalidecí— solo que cuando llegamos a su casa él estaba en un charco de sangre… Murasakibara y yo le trajimos lo más rápido que pudimos.

 

—Familiares de Izuki Shun…—reaccioné al nombre y giré temblando hacia el médico.

 

—Soy yo… soy el padre de su hijo ¿Ellos están bien, doctor? —él me miró y sentí el mundo detenerse mientras me explicaba.

 

—Los embarazos de donceles suelen ser complicados y parece que el del joven Izuki no es la excepción. Cualquier mal movimiento y puede desencadenar un aborto o un parto prematuro —la primera palabra me tensó, ‘aborto’. Shun podía perder a la bebé.—Estamos haciendo lo posible para que sobreviva…

 

—Gracias, doctor…—solo pude agradecer mientras el médico nos pidió esperar y yo retrocedía hasta ser detenido por Teppei y Atsushi quienes me ayudaron a sentarme.

 

Si algo le pasaba a ellos iba a dolerme para toda la vida entonces entendí el verdadero valor de un hijo. Realmente quiero que viva.

 

--------Horas después ---------

 

Atsushi se había dormido en la banca ya con ropas limpias, debió ser una impresión muy grande para él presenciar algo así. Teppei seguía a mi lado despierto charlando de algunas cosas sobre Seirin, de cómo Shun con su poco talento se había esforzado hasta ser titular, parte de sus problemas en casa, ahora mi departamento era su único hogar.

 

También me contó que Hyuuga y él no tenían nada es solo que ese chico es sobreprotector con cualquiera del equipo. Eso me hizo sentir más tonto pues aparentemente aquel sujeto tenía una relación con la entrenadora del equipo. Entonces la luz de la sala de urgencias cambió y el médico salió quitándose el cubre bocas yendo hacia donde yo estaba.

 

—Ambos están bien…—me regresó el alma al cuerpo y suspiré cubriendo mi rostro en mis manos —en un momento podrá ver al joven Izuki y su pequeña está en los cuneros —entonces caí en cuenta, ella ya estaba en este mundo, ella estaba fuera de Shun.

 

Ya éramos padres oficialmente.

 

Entonces esperé mientras que Atsushi despertaba estirándose y el día se mostraba. Teppei me dijo que sus compañeros tomarían el primer tren desde Tokio y seguro los de Yosen no tardarían en estar ahí. La enfermera me indicó que podía pasar pero que no hiciera mucho ruido. Asentí y me acomodé los cabellos para entrar al cuarto donde Shun estaba descansando.

 

Ahí, en la cama acostado y ese bultito reducido. Me miró y sonrió alzando la mano, siempre positivo, siempre tan él. Me senté en una silla a lado de la cama y sonreí hacia él.

 

—¿Cómo te sientes?

 

—Como si hubiera parido veinte niños…—respondió. Le acaricié los cabellos y prosiguió —el doctor vino a decir “Le pondremos oxígeno a su hija” y yo le dije "Pero si yo quería llamarla Emi" pero nadie ríe, que mal sentido del humor.

 

—Otra broma así y te la quitarán —él hizo un puchero adorable y me acerqué para besar su frente pero me detuvo.

 

—Deberías de besarme los labios para romper la tensión —sonreí ladino y cumplí su solicitud besándolo suave, dentro del beso pude escuchar un sollozo y cuando me separé lo vi, en sus ojos había lagrimas —casi la pierdo ¿no? Soy un descuidado, todo pierdo… las llaves, las calcetas, a mi bebé.

 

—Ella está bien…—susurré, nunca lo vi tan débil y él se había estado conteniendo.

 

—Lección del día, nunca le dejes encargado nada a Izuki Shun, ni siquiera un hijo —dijo secándose las lágrimas y sonreí divertido —al menos te hice reír, eso es genial.

 

En ese momento pensé que no era así, que él era genial por toda esa fortaleza que tenía encima para soportar un mundo sin familia, en cinta y viviendo con alguien como yo.

 

Entonces pude verla, ella estaba dentro de una cámara de oxigeno pataleando como siempre. Pequeña, toda activa y curiosa moviendo las manitas. Tendría que quedarse unos días ahí hasta que se recuperase pero yo esperaría por ambos. Lo haría.

 

------2 meses después -------

 

Media noche, un llanto me hizo despertar de golpe a pesar de casi no haber dormido. Shun se propuso para ir pero me negué y fui yo a atender a la tenor de los llantos nocturnos. Caminé tallándome los cabellos y la miré ahí en la cuna llorando a todo pulmón. Ella era hermosa.

 

Sus cabellos negros, piel como la de Shun, sus ojitos apretados figuraban a ser grises y tenía ese mismo lunar ¿Cómo dudar que era mía? Quien la veía decía que era idéntica a mí. La cargué pegándola a mi pecho y ella seguía en su concierto de llantos mientras la arrullaba para calmarse.

 

¿Quién pensaría que yo estaría en esta situación meses atrás? Que curiosa es la vida. Ella empezó a bajar su llanto al escucharme susurrar, al sentirme ahí, me reconocía, eso era maravilloso, algo que agradezco estar disfrutando ahora. Es difícil ser padre, comprar pañales, ir al médico, atenderla cuando lo requiere pero es grato disfrutar de estos momentos, verla ceder al sueño, tranquilizarla. Caminé hacia el cuarto que comparto ahora con él y nos miró desde la cama haciéndonos un espacio.

 

 

Caminé y la coloqué a su lado con cuidado para que no despertara, después me acosté a su lado. Y los miré a ambos, y me perdí en ellos. Encontré la felicidad en mi pequeña bebé, y en mi nada convencional ‘crush’ de juventud.

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado como a mi. Gracias por su apoyo nuevamente.

 

-Yisus


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).