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Nuestro amor por girlutena

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Notas del capitulo:

 


bueno... un poquito corto jeje T_T


prometo hacer el proximo un poco mas largo 

Aquella noticia me había caído como un balde de agua, pero al sentir la mano de Sasuke sobre la mía, me daba a entender que todo estaba bien y deje que mis ojos cayeran sobre el rostro envejecido del doctor que se veía muy apacible y sus ojos de un color azul plomizo me miraron atentamente, mostrándome una confortable y tranquila sonrisa, mientras me entregaba un puñado de papel.


-Exacto, aun no se puede determinar el sexo de los bebés, pero se pueden escuchar el latido de sus corazones, según todos los exámenes todo está en orden, solo no debe hacer mucho desorden y alimentarse por tres, joven Uchiha.


El doctor se puso de pie, dejándonos un momento a solas, en aquel pequeño espacio, sentía como tus manos pasaban suavemente el papel, limpiando mi vientre para luego repartir suaves besos sobre mi fría piel.


-Mis niños, los voy a cuidar y amar mucho, mucho, mucho. –Acaricie tus cabellos suavemente, atrayendo tu rostro al mío, demandando también tus besos.


Desde aquel día te volviste mucho más precavido, celoso y sobre todo sobreprotector, no había mañana en que no amaneciera con tus brazos rodeando mi cintura y tu rostro escondido en la curvatura de mi cuello o con tus suaves besos recorriendo todo el largo de mi cuello y las suaves caricias de tus manos sobre mi piel.


Habías dejado de hacerme el amor como antes y eso me había entristecido, sabía que no me habías dejado de amar, pero quería que también aquel amor que le dabas a nuestros pequeños, me los dieras a mí.


Aquella mañana llegue más temprano de lo que esperaba a clases, después de haber tenido una estúpida discusión contigo y sin esperar a nadie, aun en el salón vacío, me senté en la primera banca, ocultando mi ojeroso rostro en mi mochila, no me había dado cuenta que me había quedado dormido, cuando sentí algo tibio posarse en mi mejilla.


Levante lentamente mi rostro y ví el rostro sonriente de mi profesor de historia, Akatsuki Yahiko, con sus ojos de un color marrón, aquel doncel era muy extraño, yo estaba seguro de que era bipolar, un día conocí a su esposo Hidan, el profesor de marketing; hacían una pareja perfecta. Ellos eran los únicos profesores que sabían de mi relación y de mi estado con Sasuke, después de Sasori-sensei.


-¿Qué pasa joven Uchiha, algún problema en casa? Me doy cuenta que no ha dormido muy bien estos últimos días.


-Yo… tengo un problema con mi novio.


-¿Y eso porque? ¿Acaso no está feliz de que va a ser padre? –Negué lentamente sin saber muy bien como decirlo.


 -No es eso, Es que… él está demasiado feliz y no quiero ser yo él que le baje todo eso. Yo… le necesito-ttebayo. –Sentí el calor acumularse en mis mejillas, oculte mi rostro en mis manos, escuchando la sutil risa de mi profesor.


-Pero eso te afecta a ti, tomate esta hora y ve a hablar con él. Te enviare con Deidara la clase de hoy.


Casi y prácticamente fui botado del salón, agarre bien fuerte mi mochila y cubrí mis manos dentro de mis bolsillos, el clima había empezado a cambiar y el fuerte viento soplaba contra mi rostro, acomode mi bufanda y mi albornos que me habías obligado a ponerme.


Caminaba con la mirada fija en el suelo, sin pensar muy bien en lo que iba a decirte, entre al pequeño estudio que tenías en una de las calles más concurridas y no pude evitar sorprenderme de la cantidad de personas que iban a comprar tus fotos, muchas mujeres y donceles llegaban con sus pequeños para fotografiarlos, mientras que pocos varones compraban la mayor parte de tus fotos.


Esperé sentado en una de las bancas para los clientes, mientras terminabas de atender a la última mujer que iba cargando a su pequeña hija.


-Muchas gracias, Sasuke-kun. –La pequeña niña alzó su manita para despedirse de ti y tú con una sutil sonrisa le diste un suave beso en sus rubios cabellos.


Cuando el silencio invadió el lugar, tus ojos carbones cayeron sobre mí, que aún seguía sentado en la banca, con mis manos cruzadas sobre mis muslos, te acercaste a mí, te arrodillaste para darme un suave beso y como últimamente tan corto, para luego pasar sobre mi vientre levemente hinchado.


-Sasu… ¿Podemos hablar? –Alzaste tu mirada bruna, poniéndome aún más nervioso que antes, tomaste mi rostro entre tus suaves manos y no pude evitar morder mi labio inferior, nervioso. Me diste un suave beso en mi frente y te separaste de mí. Obligándome a sentir un poco de frio.


-Claro, déjame cerrar esto, si deseas espérame en el cuarto del fondo. –Me puse de pie, viendo como bajabas la puerta de metal; entre al pequeño cuarto, y me senté cómodamente en el sofá naranja, cerré lentamente mis ojos y pase suavemente mis manos sobre mi vientre, pero parecía que era en vano calmarme.


Sentí mis manos calientes, las tuyas encima de las mías, cuando abrí mis ojos, me vi acurrucado sobre tu pecho, y con todo el cuerpo sobre el sofá.


-¿Qué tienes que decirme? –Tu voz tan suave pero ronca, me hizo despertar abruptamente de mi sueño, me senté rápidamente, pero tus manos seguían en mi cintura y me volteaste para quedar al frente tuyo,  tus ojos tan negros fijos sobre mí, me miraban.


-Yo… yo quiero… -Agaché mi rostro sintiéndolo como poco a poco empezaba a arder, mis dedos jugando y mis ojos azules mirando el color anaranjado del sofá, sonreí internamente al recordar cómo te obligue a comprarlo.


-¿Quieres terminar? –En un segundo me quedé helado al escuchar tu voz, alcé mi rostro sorprendido y pude ver en los tuyos una luz de desesperación.


-¡No! ¡Claro que no-ttebayo!


Oculté mi rostro en mis manos, sintiendo como las lágrimas empezaban a salir, malditas hormonas,  tus manos me atraparon suavemente, atrayéndome a tu pecho, acariciaste mi espalda, dejándome llorar todo lo que quería.


Mis manos se quedaron aferradas a tu camisa, y tu aroma a canela había calmado mis sentimientos, tus roces sobre mi espalda y tu aliento fresco cayendo sobre mis cabellos, se sentía tan bien.


-Yo… extraño esto… también quiero que me mimes un poco-ttebayo. –Mi voz había salido tan despacio que apenas y se podía oír.


-Mi Dobe, está celoso.


-¡Teme! … es que ya no me haces el amor-ttebayo.


-Es solo que temo lastimarte… y lastimarlos a ellos. –Sentí como ocultabas tu rostro en mis cabellos, sabía que te habías avergonzado y no querías que te viera con las mejillas sonrojadas.


-¡¿Entonces lo harás?!


-¿Me estás pidiendo sexo duro?


-No tan duro, teme… mañana tengo clases. –Tu risa se escuchó por toda la habitación, mientras que yo ocultaba mi rostro en tu pecho, sintiendo mis mejillas calientes.


 


Habían pasado cuatro meses desde que nos dieron la noticia que iban a hacer gemelos, cuatro meses desde que Sasuke me había empezado a hacer el amor tan suave pero apasionadamente, aquella tarde de primavera el viento soplaba suavemente llevándose las hojas de cerezo, las clases habían terminado, me habían entregado mi último examen, junto con la cartilla de exposiciones de nuestros cuadros.


Sonreí abiertamente al verte de pie fuera de la universidad, aún tenías aquel porte orgulloso y tus cabellos azabaches moviéndose contra el viento, te hacían ver muy guapo, tus manos ocultas en tus bolsillos, arrugue mi ceño al ver a algunos compañeros suspirar por ti, sonreí abiertamente al saber que tus ojos tan solo me miraban a mí.


Cuando estuve a unos pasos de ti, sonreíste y me dista la mano, para cubrirme con tus brazos sobre tu fuerte pecho.


-Te extrañe mucho. –Me diste un casto beso en los labios, mientras se me hacía difícil borrar mi sonrisa de mi rostro. Tomaste mi mochila para cargarla en tu hombro sin escuchar mis quejas de que no era un debilucho.


Entramos al consultorio del doctor, en todo el camino había tomado tu mano, sintiéndome sumamente nervioso, mientras que el doctor revisaba algunos exámenes que se me habían hecho últimamente.


-Bien, todo en orden. Joven Uchiha por favor pase a la camilla. –Aquella nueva rutina, el gel frio pasando sobre mi vientre, los dos sonreímos al escuchar sus suaves latidos.


-Este pequeño de aquí, está muy quieto, puedo decir que va a hacer el más calmado, mientras el otro pequeño es muy escurridizo y no deja que le tome una foto.  –Vi como el doctor digitalizaba la primera imagen de nuestro bebé y luego nos daba el del otro. –Por lo que veo, sus bebés están muy sanos.


-¿Ya sabe el sexo?


-Aun es algo muy pronto, pero por lo que puedo ver y la alta cantidad de estrógeno, les puedo afirmar que son dos sanos varoncitos. Felicidades.


La mano cálida del doctor acaricio tranquilamente mi hombro, manteniendo su sonrisa en su rostro, sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas y tus manos apretando suavemente las mías.


-Dos varoncitos. Vamos a llenar nuestra casa de niños, mi amor. –Acaricie tu rostro, sintiéndolo húmedo por las lágrimas, tus ojos tan negros y llenos de amor, tus labios tocaron los míos en un solo tacto, donde me decías todo lo que me amabas.


Tomé la foto de nuestros pequeños y las guarde muy protectoramente dentro de un cuaderno, donde tenía apuntado todo lo que necesitaba para mis pequeños.


Habíamos tomado el tren y ahora caminábamos hasta nuestra casa, sentía tu mirada sobre mí, mientras mis ojos se paseaban sobre el catálogo de la sección de bebes, del centro comercial.


-¡Teme! Tenemos que comprar una cuna, sus ropitas, sus juguetes, su comida. Tenemos que hacer muchas cosas antes que nazcan y falta poco.


-Naru, aún faltan cinco meses, hay que hacerlo con calma, mi amor. –Besaste mi frente, mientras yo hacía un puchero de insatisfacción, pase mis brazos por tu cuello, sintiendo las tuyas rodeando mi cintura, alzándome unos centímetros del suelo, sin importarnos que los vecinos que pasaban nos vieran, nos besamos, mordí tu labio para introducir mi lengua y empezar a jugar con la tuya, tus manos acariciaban mi espalda y las mías empezaron a jalar tus cabellos, empezaba a sentirme excitado, necesitaba de ti y tú te habías dado cuenta, porque te separaste lentamente de mí, sin oír mis reclamos, sabía que mis mejillas se encontraban tan rojas y mi respiración entrecortada.


-Aquí no, mi vida. Ya falta poco para llegar a casa. –Pero no nos habíamos dado cuenta de las dos personas que estaban de pie al frente de nuestra casa.


 

Notas finales:

 


*-*!!!!!


espero sus lindos comentarios!!!


*-*!!! ;)


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