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Si no pudiera decir que me gustas por Sthephannia

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Notas del capitulo:

¡Capítulo Namber 11!

Capítulo especialmente dedicado a mi súper fan acosadora personal Yui, que siempre me hace sonreír con sus rewiews

¡Sin más que decir queridas, disfrutadlo!

Al igual que la primera vez, cuando corría buscándola sentía la misma opresión en el pecho, esa vez, no sabía dónde estaba y si volvería a estar conmigo, pero esta vez es muy diferente, está a sólo unos metros de mí, fuera de mi casa; Corría con cautela de no despertar a mi madre y a Edgar, sentía en mis hombros el agua fría que cayó hace poco, pobre Nicco de seguro se enfermara si está ahí, bajé descalza y con pijama de verano, con torpeza encontré las llaves y las metí en el cerrojo con prisa, abrí la puerta, la enorme tormenta que se avecinó repentina había empujado la puerta al borde de su tope.

Divisé a Nicco agarrada con ambas manos muy apegada a la reja, sintiendo el agua de las piedras en el piso sobre mis dedos, con rapidez me acerqué a ella, con las manos completamente mojadas abrí la puerta; Nicco se abalanzó sobre mi apretándome fuerte, sentía entre mi cuerpo lo empapada que estaba, cerraba la reja detrás de ella, su cuerpo estaba adorablemente frío y sus mejillas rodeaban el borde de la hipotermia.

-Perdóname…-escuché un susurró de Nicco entre los gritos de la lluvia y el viento.

El agua nos cubría con fuerte violencia, si me quedaba aquí de seguro nos enfermaríamos, agarré con toda mi fuerza el brazo de Nicco entre mis manos, el agua hacia que se me resbalara y la loseta del piso me hacía resbalar los pies; Entramos a mi casa, no había tiempo para preguntas ahora.

-Arly yo…-la miré en seco ¿qué estaba pensado al venir tan repentinamente en medio de una tormenta? Entre el enojo y la preocupación, la pequeña luz que deseaba verla se hacía más cálida.

Estábamos estilando sobre la entrada de mi casa, miré ambos lados desesperada, si dejo que Nicco se quedé así el frío de su cuerpo la enfermará, pensaba y me movía de un lado a otro, si la secaba aun estaría con frío.

Agarré su mano y la conduje al baño.

-Estoy bien –claro que no estás bien.

Intenté respirar pausado, Nicco me mira directamente a los ojos, el sonrojo de mi rostro era evidente, los labios de mi mejor amiga relucían de color morado y mi corazón latía al ritmo del sonido de su voz.

Abrí la llave del agua rápidamente.

-¿qué haces? –preguntó Nicco con la voz quebrada, su cuerpo tiritaba.

La miré tranquila, toqué mis hombros con ambas manos rápidamente, la apunté a ella y luego a la tina que lentamente se llenaba de agua caliente.

Nicco tenía los ojos rojizos ¿estaba llorando? Me acerque a ella y la abracé fuertemente, sus dedos se enterraban en mi espalda y el agua de su cabello recorría mis mejillas; sentía palpitantes ganas de llorar, jamás pensé que podría revolverme tanto la vida, que me volvería loca y nacería una persona dentro de mí que quisiera protegerla.

El vapor del agua nos cubría, poco me importaba si mi madre o Edgar me regañaran por estar despierta a estas horas; metí mi mano al agua con desconfianza, la temperatura era exacta, me levanté un momento entre el espacio moderado, Apunté a Nicco y fingí sacarme la camiseta para que entendiera; se sonrojo de sobremanera entre el pálido de la piel que la cubría ¡¡tiene que desnudarse!! Espera… la veré desnuda, no, no, mejor no.

-Lamento darte tantos problemas…-dijo sonriendo.

Se quitó el jersey empapado, miré su camiseta y como gracias al agua ésta se le traslucía, volví a sentir aquellas sensaciones en mi estómago, con vergüenza le di la espalda y Nicco se echó a reír.

-No te preocupes –dijo riendo – no me molesta que me mires- y esas palabras hicieron que mi cuerpo fuera invadido por un enorme escalofrío y mis mejillas de tiñeran de un fuerte rojo- Eres la única que puede mirarme… -¡Espera qué! Mi corazón estaba alocado, Nicco va a matarme con esas palabras.

Entre los pensamientos de mi cabeza volteaba incómodamente la vista, miré la repisa donde estaba el espejo y sin querer miré el torso semi desnudo de Nicco ¡creo que voy a desangrarme!

-Listo- dijo luego de unos segundos, me voltee a verla y estaba desnuda de pie en frente a la tina ¡¡Nicco está desnuda!! ¡Cálmate! Es tu amiga, siempre igual de bonita.

El empuje sin mirar a la ducha, mis dedos en su espalda se congelaban, tomé su ropa empapada y la puse sobre el lavamanos.

-Ay…-gimió en respuesta al golpe de calor que sufrió su cuerpo al meterse en el agua –ahh esto se siente bien… ¿por qué me metiste aquí? –dijo rápidamente levantándose pero la empuje antes que sus pechos fueran más evidentes fuera del agua.

Mi cuerpo tiritaba, toqué mi hombro y deslicé el pulgar hasta mi pecho, la apunté y junté mis palmas (Quiero que estés bien)

Miré a Nicco entre duda y enojo, si bien me alegraba tenerla conmigo, que viniera a mi casa a estas horas, con tormenta y sin protección alguna me preocupaba, por suerte su casa no estaba tan lejos.

La miré enojada la apunté con la mano entera, toqué mi sien con dos dedos y en la misma posición giré mi puño hacia adelante dos veces (¿en qué estás pensando?)

-No estaba pensando –dijo mirándome fijamente su cuerpo en el agua era una vista esplendida, el flequillo que empapado le caía sobre los ojos era totalmente adorable y sentía que hasta la última célula de mi cuerpo estaba siendo agitada por ella –Empecé a sentirme mal –su voz se hacía llorosa- Necesitaba estar contigo…-dijo en un pequeño susurro.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, intenté ocultarlo pero no era posible, me sentía impotente, tenía a Nicco conmigo y aun así estaba llorando.

-Luego que terminamos de conversar por Skype empecé a sentir miedo, creí que estabas enojada y yo no quiero que te enojes, no sé lo que Navit te dijo… pero ella es experta en hacer que todo lo que va bien en mi vida se vaya al fracaso…no quiero perderte –sus grisáceos ojos se plasmaron en los míos, era linda y adorable, una pequeña sonrisa se acomodó en mis labios.

No sabía cómo sentirme realmente, Nicco actuaba de maneras extrañas, pero siempre lograba hacerme sonreír; Estiró su mano sobre la tina, cerró sus dedos mostrándome su arrugado meñique, Estiré mi mano y lo entrelacé con el de ella, me sentía cautivada con su presencia.

-Gracias –dijo con una hermosa sonrisa.

Me agaché a su lado y mantuve su mano entre la mía; Comencé a llorar sin razón, Nicco intentaba volver su cuerpo a una temperatura estable y yo me perdía entre mis pensamientos revueltos.

-No llores por favor –dijo abrazándome, llenando mi cuello del agua entre sus manos- estás helada –dijo- ¿no quieres bañarte conmigo? -¡No! ¡Ah! No podría, el sonrojo de mis mejillas se hizo tortuoso- No tengas vergüenza –dijo con leves carcajadas que eran dulce melodías en este momento- Eres hermosa, no tienes por qué hacerlo -¡No es eso! Si tan sólo imaginarte desnuda me provoca raras cosas en el cuerpo, tenerte así de cerca es un delirio, moriré si me baño contigo.

Me abrazó fuertemente, como seguía mojada por la tormenta en el patio, el agua del cuerpo de Nicco era muy cálida, al borde de sentirme ganada por sus brazos, y cautivada por el calor que su cuerpo me proveía, me estaba volviendo loca, se alejó repentinamente y sin soltar sus manos de mis hombros me miró extrañada.

-¿En qué momento terminé aquí? –dijo mirando a todas partes ¡¿pero serás Loca?! Le pegué una pequeña cachetada y ella comenzó a reír –No pongas esa cara jajaja -¡¿cómo pregunta eso tan de repente?!

Nicco me miraba atentamente, como analizando a través de mis ojos, sonreía, y yo me enloquecía cuando lo veía.

De seguro con las cuatro de la mañana, pensaba, tendrá que quedarse en mi casa.

-¿En qué piensas? –dijo apoyándose en el borde de la tina.

 Como si disfrutara estar en el agua en mi casa luego de correr como loca- porque de seguro tuvo que venirse corriendo por la distancia y el tiempo- negué con la cabeza y con mi mano le indiqué que me esperara.

Salí del baño, subí las escaleras, busqué una toalla y si tenía ropa para Nicco, tenía un par de jerséis de ella, en contextura física Nicco era un poco más delgada que yo, pero de seguro alguno de mis pijamas le quedará bien;  bajé con la misma cautela al subir, por lo que vi Edgar y mi mamá no habían despertado, antes de empujar la puerta que mantenía encerrada a Nicco en el baño, miré a través del pequeño espacio que había abierto, Nicco seguía dentro de la tina, mi corazón se volvía loco y nuevamente aquellas cosillas sobre mi estómago.

-Es de mala educación espiar a la gente que está desnuda –dijo riendo sin mirarme, su cabello cubría su perfil y el agua seguía abrazándola.

La miré irónica intentando ocultar mi vergüenza, le indiqué que saliera del agua, me voltee y sin mirar estiré mi mano pasándole mi toalla personal.

-Me gusta el morado –dijo secándose, o eso creía.

Me di la vuelta con miedo a verla desnuda otra vez, aunque mi cuerpo lo sugería ¡¿qué es esta estúpida sensación?!

Tomé su mano y la llevé a mi habitación, al entrar cerré con pestillo, aquella sensación de vacío que sentía, se esfumó tan rápidamente que hubiera visto hasta el color de mis paredes más brillantes.

-¿estás enojada? –preguntó Nicco sentándose en mi cama.

La miré con ternura, me gustaba mucho, Nicco me gusta mucho…

-No llores –dijo levantándose rápidamente ¿estaba llorando?- no quise que esto pasara –su voz empezaba a quebrarse otra vez – no quiero que estés triste –su mirada se ocultó en mi pecho y sólo atiné a abrazarla.

Estos días que no pude verla, sentía demasiada paz entre los minutos, necesitaba que hiciera cosas así tan imprevistas, tenía miedo que empezara a tener problemas con Navit otra vez y la esencia que Nicco traía tan innata en su personalidad volviera a enfrascarse.

Me separé de ella y le indiqué que se vistiera con el pijama que estaba a su costado.

-¿Vas a voltearte otra vez? –dijo sonriéndome pícara, como si se adentrara a mis pensamientos.

Me giré engreída ¿Quién se cree para venir a revolver las hormonas? Luego que se vistió sequé su cabello con mis dedos.

-Auch…-se quejaba ¡¡si no estuviera tan enredado como siempre no te dolería!!

La miré fingiendo enojo y entrelacé mis dedos indicándole el por qué le dolía.

-Gracias –dijo con una aniñada voz.

La hora seguía moviéndose, de seguro no podría dormir nada con Nicco a mi lado, apagué la luz y le indiqué que se acostara conmigo, se acurrucó en el lado derecho, me acosté a su lado evitando mirarla, pero era imposible sus ojos estaban clavados en los míos y su mirada me hipnotizaba.

-Qué fuerte –susurró refiriéndose al sonido estruendoso de la lluvia, le asentí con torpeza- quién iba a pensar que terminaría acostada contigo –susurró otra vez riéndose, no sé qué quiso decir realmente aun así mi cuerpo sintió una cálida electricidad.

Entre las sabanas Nicco busco mi mano y la sostuvo con fuerza.

-sigues helada ¿te sientes bien? –Dijo mirándome aun con esos ojos tan penetrantes, me sentía tan cautivada que sus palabras eran casi rechazadas y no le escuchaba nada- Arly, Arly –me zamarrea ¡¿qué pasa?!

Me apegué a su cuerpo aun sabiendo que iba a sonrojarme, mis muslos rozaban los de ella y mis brazos la envolvían, no quería que se fuera, si un sueño era no quería despertar, “Nicco” susurraba mi mente una y otra vez, mi corazón gritaba su nombre.

-Lamento darte tantos líos, a veces no te dejo leer y siempre hago bromas respecto a tu falta de voz –dijo apretándome más.

No me importaba, todo lo que hiciera ella me era encantador, me hacía sonreír, quería decírselo ¿pero cómo?

-Sé que te he ocultado cosas, como cuando me puse a pelear con Navit, pero no es que no confié en ti –dijo sentándose en la cama- intento hacer algo, pero es una sorpresa –me miraba de reojo haciendo un puchero.

La personalidad de Nicco volvía a la calma y mi corazón se sentía orgulloso de tenerla como amiga.

-cuando me dijiste que habías golpeado a Navit, me sentí protegida por ti, como si fueras…-cerró los ojos y empezó a reír- un lindo príncipe.

Esas palabras me detuvieron un momento, me mataron y el cielo fue mi testigo de la alegría al escuchar eso ¿la protegía? Sé que lo pensó un segundo y recordó mi libro, pero no hablamos de dragones y rescates, para mí el universo siempre será Nicco, y no es cualquier estrella, es todo el sol que la ilumina.

-Gracias por aparecerte de repente –dijo apoyando su cabeza sobre la mía- ¡por cierto! –gritó ¡joder me asustas!- le pregunté a Navit si te había golpeado también y dijo que nah –me agarró los hombros- ¿no te hizo nada verdad?

Le negué con la cabeza ¡la caja! Nicco está conmigo debo entregársela  ¡argh! Pero no es el mejor momento.

-¿qué te pasa? Estás inquieta- dijo acercando su rostro al mío ¡Nicco me sonrojas, aléjate!

Me estiré hasta el velador intentando abrir el cajón.

-¡argh! jaja me aplastas –decía riendo ¡tenía que pasar por encima!- oye –dijo extrañada- tus pechos son suavecitos- ¡¡¡¡¿pero qué?!!! Con mi rodilla le pegué en la cadera- ¡hey! –intentó exclamar en un susurro bastante extraño- ¿y dices que la agresiva soy yo?

Saqué la caja y volví a sentarme a su lado, mostrándosela.

-¿qué es esto? –dijo agarrando la pequeña caja entre sus manos, agitándola para escuchar el sonido que hacía el objeto de su interior.

Le negué con la cabeza, le indiqué los ocho dedos y luego golpee mi muñeca, junté mis manos una sobre la otra y las avancé adelante.

-¿Navit te la dio? –dijo mirándome extrañada, acomodándose más derecha ¿qué no lo sabía?

Asentí, giré los índices entre si e imité un puño en mi rostro.

-Luego que la golpeaste –empezó a reír a carcajadas ¡es tan linda!

Imité una voz de mi boca con los dedos y luego la apunté, abrí y cerré mi puño frente a mi cuello dos veces (dijo que tú lo necesitabas)

-¿estás segura? –me quitó la caja rápidamente con los ojos abiertos de par en par.

Con sus manos, analizando la caja buscó al tapa, abrió la lengua superior de la caja y abrió los ojos a su máximo sonrojándose.

-¿No lo viste verdad? –le negué con la cabeza ¡¡¡pero quiero verlo!!! -¿de verdad? –Repitió y volví a asentir- en serio…-dijo con una chistosa cara ¡¡ya te dije que sí!! –estúpida Navit ¡como se le ocurre pasarte esto! -¡¿pero qué tiene?! Quiero saber.

Moví mis dedos entre sí (¿qué es?)

Nicco se puso roja, miró a ambos lados y titubeaba ¡¿qué escondes Nicco?!

-Es…es…-puso cara de intriga- es que si te lo digo se arruinará la sorpresa –dijo queriendo no hacerlo.

¿Sorpresa?

-Joder ¿lo ves? Navit siempre dándome problemas –volvió a guardar la caja en el cajón de mi velador- te gustará –dijo acostándose ¿ah entonces es para mí? Mi corazón volvió a latir, a este paso Nicco me provocará un infarto.

Nicco estaba sonrojada y evitaba mirarme, podía haber intentado dormir de espalda, pero seguía haciendo sonidos raros ¿cómo contestarle si no me veía? Además que sólo quería seguir viéndola una y otra vez.

-Sabes Arly…-dijo con su rostro a unos 20 cm de mí- hace un par de semanas que estoy diferente- ¿diferente? Bueno si está más agresiva- estuve pensando y pensando, me sentía no sé, rara.

Estaba titubeando y el rojo de sus mejillas no se iba, su voz eran susurros suaves, sus dedos entrelazados con los míos tiritaban nerviosos.

-¿Recuerdas que te dije que me gustaba alguien? -¡oh no! Está enamorada de otro chico, si eso pasa Navit de seguro hará problemas.

Le asentí con un parpadeo, mi corazón se volvió frío, no quiero que sufra.

-Bueno estuve pensando –dijo sonriendo- y verás…la razón por la cual rasguñe a Navit y ella me golpeó…. Bueno ella no me hizo nada –dijo evitando mirarme ¿entonces por qué la golpeó?- Ella me había dicho que  un chico estaba interesado en ti.

Abrí los ojos de par en par ¿en serio? Bueno ahora que recuerdo la carta y la rosa aparecieron de repente ¿será el mismo?

-Me estuvo molestando –el rubor de sus mejillas aumentaba- y cuando tú….-sus ojos se volvieron tristes, parecía más difícil hablar en ese momento, pero mis dedos apretaron los suyos debajo de las sabanas- cuando tú me mostraste la carta que habías encontrado yo…me enojé y me puse celosa.

¿Celos? Espera… celos ¿qué celos? ¡¿Y por qué mi pecho palpita tanto?! Miré los ojos de Nicco que evitaban mirarme, yo también sentiría celos si alguien la mirara de esa forma… no quiero que nadie más quite la atención que Nicco tiene por mí.

La miré extrañada y me acerqué más ella abrazándola.

-Arly…-dijo con voz temerosa- Arly me gustas.

¡¡¿Qué yo qué?!! Espera esto está mal, me siento feliz, el calor de mi cuerpo se volvió extraño y siento un maldito paraíso entre los brazos, el calor de Nicco y la voz de su boca me enloquecen.

-No quiero que te alejes por esto…-dijo llorando ¡no llores!- Sé que soy una chica igual que tú…pero nunca me había sentido tan feliz con alguien, siempre me haces sonreír, me haces sentir que a pesar de ser tratada como la sombra de Navit…soy única, y siempre que te veo no puedo evitar enamorarme de ti…-su voz se quebraba se hacía linda y yo seguía sin reaccionar- lo siento…

No, no ¡no llores! Es como lo que Edgar dijo, Nicco siente por mí lo que yo siento por ella, lo que Edgar dijo… ¿Estoy enamorada de ella?

Miré a Nicco a los ojos, me miró extrañada, quizás pensó que saldría corriendo ¿ahora viene la confesión de mi parte? Es decir  ¿qué debo decir? Primero que todo no puedo decir nada ¡¡Argh!! Eh ehh… busco entre mi mente pero todas las señas que hemos inventado se han esfumado y aparecen todas al mismo tiempo ¡¿cómo puedo decirle que también me gusta?!

-Arly ¿estás bien? –dijo extrañada volvió a sus caras graciosas ¡¡no estoy bien!!

Si no pudiera decir que me gusta ¿qué hago? Espera las películas… ¿qué pasa en las películas? Un te amo, yo también te amo, un beso ¡un beso! ¡¡No puedo besarla!! Es una chica ¡argh! ¡¿por qué Nicco tiene que ser tan difícil?! Me estoy enojando.

-Arly ¿estás bi…-la golpee- ¡¡auuuuch!!...¡¿por qué me pegas?! –dijo sobándose el rostro luego de darle una cachetada ¡¡si no tuviera ganas de besarte no te pegaría!!

Por suerte no puedo hablar o lo hubiera dicho, mi corazón va a explotar…Miré otra vez a Nicco a los ojos, seguía riéndose, su sonrisa me enloquecía y ahora todo estaba tan claro como el agua.

-Me gustas mucho…-dijo sonriendo aun sobándose el rostro.

Me acerqué a su mejilla, estaba caliente, pude sentirlo en mis labios cuando la besé, mi nariz acariciaba su rostro…cerré los ojos y lentamente me acerqué a sus labios, cuando mi boca sintió el roce de Nicco, me extasié, me enloquecí, con torpeza posé mis labios sobre los suyos… que magnifica sensación de hielo y calor, abrí los ojos observando a Nicco que inmóvil se mantenía ante mis labios, la amaba, no podía negarlo, me hubiese gustado un te amo, un te quiero o me gustas… intenté alejarme un poco para ver que decía Nicco sobre esto, pero al inclinarme unos centímetros Nicco me siguió, me mordió el labio inferior para detenerme ¡ah! Que sensación tan maravillosa, abracé su cuello y ella mi cintura juntándonos una vez más, el flequillo de Nicco entre mis ojos, sus manos en mi piel y sus labios en los míos eran una sensación nunca antes experimentada que agudizaba mis latidos, los hormigueos en mi estómago y la única forma de decirle “tú también me gustas Nicco”

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias a todas/os por leer ^^

                                    Saludos, las aprecio, Sthephannia <3


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